11 de agosto de 18

 

ŇSu Obra Extra–aÓ

Isa’as 28:21

 

Para muchos, no es muy claro c—mo Dios puede ser un Dios de amor, y al mismo tiempo un Dios de juicio y de castigo.  Pero en realidad no hay ninguna inconsistencia.

 

Es el plan de Dios, siempre dar lo mejor a sus creaturas, siempre colmar las con bendiciones, y con lo bueno de esta tierra, pero tambiŽn, para el bien de todos, el pecado est‡ estrictamente prohibido.

 

Dios ha prohibido toda forma de idolatr’a, de robo, de la mentira y de la violaci—n de los votos matrimoniales.

 

Porque el pecado es sumamente destructivo, y es una manara de atacar la soberan’a del que es el creador de todo esto.

 

Dios tiene que castigar el pecado, pero no es su primera preferencia.  Seria mas preferible ver el pecador dejar sus armas de rebeli—n, y venir y juntarse con el equipo ganador, o sea con los del reino de Cristo.

 

Ezequiel 33:11 Vivo yo, dice Jehov‡ el Se–or, que no

quiero la muerte del imp’o, sino que se vuelva el imp’o de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; Ŕpor quŽ morirŽis?

 

El coraz—n de Dios es para la reconciliaci—n, pausa que los rebeldes regresan a casa como el hijo prodigo para estar bien recibido.

 

Dios no quiere realmente juzgar, o destruir.  Segśn el libro de Isa’as, esto es su obra extra–a.

 

Isa’as 28:21   Porque Jehov‡ se levantar‡ como en el monte

Perazim, como en el valle de Gaba—n se enojar‡; para hacer su obra, su extra–a obra, y para hacer su operaci—n, su extra–a operaci—n.

 

Cuando Dios viene con su juicio, no es su preferencia, siempre es mejor buscar la reconciliaci—n y la paz, pero a veces el pecador anda forzando la mano del juez, porque el pecador a veces, es muy torpe y obstinado.

Aun Cristo querr’a algo mejor para la cuidad de JerusalŽn, pero finalmente la tenia que destruir por su rebeli—n incorregible.

 

Mateo 23:37-38 !!JerusalŽn, JerusalŽn, que matas a los

profetas, y apedreas a los que te son enviados! !!Cu‡ntas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!

 

He aqu’ vuestra casa os es dejada desierta.

 

Dice en el libro de Lucas, que Cristo lloraba sobra la cuidad, porque querr’a algo mejor para ella.  Pero como muchos pecadores en el d’a de hoy, se forzaban la mano de Dios en juicio. 

 

Porque aunque Dios es misericordioso, Dios tambiŽn, es un gran juez.

 

Salmos 7:11-12 Dios es juez justo,

Y Dios est‡ airado contra el imp’o todos los d’as.  Si no se arrepiente, Žl afilar‡ su espada; Armado tiene ya su arco, y lo ha preparado.

 

Hay jueces aqu’ cerca, del condado, que quieren lo mejor para la juventud, pero si un joven regrese una y otra vez, continuando en su delincuencia, el juez, aunque no es su preferencia, tiene que juzgar lo, y a lo mejor mandar lo a la prisi—n, por muchos a–os.

 

Y esto nos lleva a una gran confusi—n que existe en nuestros tiempos.  Muchos creen que al fin del mundo Dios simplemente va a perdonar a la gente, perdonar al pecador porque esto es, supuestamente, su trabajo.

 

Pero amigo, se–ora, joven, en la Biblia, en las Santas Escrituras, el perd—n, Ásolamente viene con el arrepentimiento, con el cambio de vida!

 

Los que sigan en su indiferencia, en su rebeli—n abierta, no van a alcanzar el perd—n, sino que van a enfrentar el pleno juicio.

 

Y ahora, mientras el aire est‡ pasando por nuestros pulmones, ahora es el momento de pensar en c—mo arreglar nuestra situaci—n con Dios, y no esperar hasta que sea muy tarde.

Ezequiel 33:11 Vivo yo, dice Jehov‡ el Se–or, que no

quiero la muerte del imp’o, sino que se vuelva el imp’o de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; Ŕpor quŽ morirŽis?

 

Cuando llegamos al fin del camino, cuando finalmente cruzamos el gran r’o de la muerte, lo importante ser‡ la justicia, la santidad que existe en tu vida, por el poder del Esp’ritu Santo de Dios.

 

Hebreos 12:14  Seguid la paz con todos, y la santidad,

sin la cual nadie ver‡ al Se–or.

 

Es un enga–o terrible, un enga–o sat‡nico de nuestros tiempos creer que puedes seguir en la rebeli—n abierta, desafiando la santa ley de Dios, y despuŽs al fin de cuentas estar perdonado.

 

1 Corintios 6:9-10   ŔNo sabŽis que los injustos no

heredar‡n el reino de Dios? No errŽis; ni los fornicarios, ni los id—latras, ni los adślteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,

 

ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredar‡n el reino de Dios.

 

No te enga–es amigo, se–ora, si aun est‡s viviendo lejos de Dios, Dios s’ quiere lo mejor para ti, pero el arrepentimiento, el nuevo nacimiento, la nueva vida es absolutamente necesaria.

 

2 Corintios 5:17     De modo que si alguno est‡ en Cristo,

nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aqu’ todas son hechas nuevas.

 

As’ que amigo, se–ora, no lo arriesgas mas, no esperes hasta el ultimo momento, como que te pudiera poner tu vida en orden en la ambulancia o en tu cama de la muerte en el hospital, antes de morirte. 

 

Hoy en d’a, llegando al fin estamos normalmente llenos de medicamentos y drogas, y ni sabemos lo que est‡ pasando.

 

 

Ahora es el momento de recapacitar, ahora es el momento de poner tu vida en orden con Dios, y empezar a vivir una vida que realmente vale la pena. 

 

ÁDios quiere lo mejor para ti, pero es posible que con tu resistencia, est‡s bloqueando su bondad!

 

Ezequiel 33:11 Vivo yo, dice Jehov‡ el Se–or, que no

quiero la muerte del imp’o, sino que se vuelva el imp’o de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; Ŕpor quŽ morirŽis?

 

Con la muerte de Cristo, Dios ha dado una provisi—n por todos tus pecados. 

 

Puedes morir en confianza, sabiendo que tus deudas han sido canceladas por la fuente de la sangre de Cristo Jesśs, pero esto no va a pasar, mientras sigas en la rebeli—n, en la resistencia en contra de lo que es el mejor para ti.

 

Cristo resucit— de los muertos, como se celebran en el d’a de la Pascua.  Y esto nos da pruebas de que esa vida no es todo.

 

Habr‡ un gran d’a de juicio como est‡ prometido en los evangelios.  Cristo mismo dijoÉ

 

Juan 5:28-29   No os maravillŽis de esto; porque vendr‡

hora cuando todos los que est‡n en los sepulcros oir‡n su voz;

 

y los que hicieron lo bueno, saldr‡n a resurrecci—n de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrecci—n de condenaci—n.

 

En fin amigo, se–ora, es bien posible que Dios te est‡ llamando en este d’a, a algo mejor, el mejor que Žl tiene para ti, pero esto va a exigir un gran cambio de tu parte.

 

Ezequiel 33:11 Vivo yo, dice Jehov‡ el Se–or, que no

quiero la muerte del imp’o, sino que se vuelva el imp’o de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; Ŕpor quŽ morirŽis?

 

Ven a Cristo hoy, por tu propio bien.  Claro, tu no tienes el poder de hacer esto, en tu propia fuerza, esto es claro.

 

Pero con una determinaci—n firme, te puedes empezar, y recibir‡s el poder de cambiar.  Existe un buen ejemplo de esto en el la historia de hijo prodigo, que viv’a su vida desfrenada, gastando todo lo que ten’a, hasta que finalmente se recordaba de la bondad de su padre.

 

Lucas 15:15-24 Y fue y se arrim— a uno de los ciudadanos de

aquella tierra, el cual le envi— a su hacienda para que apacentase cerdos.

 

Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que com’an los cerdos, pero nadie le daba.

 

Y volviendo en s’, dijo: !!Cu‡ntos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aqu’ perezco de hambre!

 

Me levantarŽ e irŽ a mi padre, y le dirŽ: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.

 

Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.

 

Y levant‡ndose, vino a su padre. Y cuando aśn estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corri—, y se ech— sobre su cuello, y le bes—.

 

Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.

 

Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.

 

Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se hab’a perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.

 

Esto es lo necesario, volver en si, tomar el primer pas—, y no vivir en la negaci—n de tu estado actual.

 

Proverbios 28:13     El que encubre sus pecados no

prosperar‡; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzar‡ misericordia.

 

ÁAmen!