4 de agosto de 18

Los Heridos Del Amor

Isa’as 53:5

 

El mundo moderno tiene muchos conceptos diferentes sobre el amor.  Algunos hablan del amor rom‡ntico, otros del amor que una madre tiene por sus hijos.

 

En las Santas Escrituras, el amor siempre tiene la capacidad de sufrir para otros, y abandonar el ego’smo personal.

 

1 Corintios 13:4-7   El amor es sufrido, es benigno; el amor

no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;

 

no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;

 

no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.  Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

 

En la Biblia podemos encontrar una persona muy golpeada, muy herida, dispuesta a sufrir para otro.  Pero sus golpes, eran los golpes del amor.

 

Isa’as 53:5    Mas Žl herido fue por nuestras rebeliones,

molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Žl, y por su llaga fuimos nosotros curados.

 

Sobre todo, Cristo fue golpeado con una corona de espinos.  Fue duro, pero tambiŽn era simb—lico, las espinas siendo s’mbolos de la maldici—n del pecado.

 

Temprano en la Biblia, hablando de la medici—n diceÉ

 

GŽnesis 3:18   Espinos y cardos te producir‡, y comer‡s

plantas del campo.

 

Ahora bien, Cristo no tenia que sufrir ese herido, de la corona de espinos.  Hubiera sido f‡cil para Žl, resistir, pero sufri— ese golpe por amor.

 

 

 

Isa’as 53:5    Mas Žl herido fue por nuestras rebeliones,

molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Žl, y por su llaga fuimos nosotros curados.

 

Y con su Cruz, Cristo sufri— unos de los golpes mas duros.

 

La crucifixi—n era una de las maneras mas cruel, mas dolorosa que se pudiera sufrir, pero Cristo lo sufri— voluntariamente.

 

Cuando los soldados vinieron para arrestar a Cristo, sus seguidores trataban de proteger lo, pero no fue necesario.

 

 

Mateo 26:50-53 Y Jesśs le dijo: Amigo, Ŕa quŽ vienes?

Entonces se acercaron y echaron mano a Jesśs, y le prendieron.

 

Pero uno de los que estaban con Jesśs, extendiendo la mano, sac— su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quit— la oreja.

 

Entonces Jesśs le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecer‡n.

 

ŔAcaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que Žl no me dar’a m‡s de doce legiones de ‡ngeles?

 

Cristo tenia un destino divino, fue necesario que se vaya a la cruz, se sufr’a golpes, golpes duros, pero eran los golpes del amor.

 

Isa’as 53:5    Mas Žl herido fue por nuestras rebeliones,

molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Žl, y por su llaga fuimos nosotros curados.

 

Cristo sufr’a muchas degradaciones a la vez.  En poco tiempo estaba golpeado en la cara, se burlaban de Žl, se llevaba una cruz dura, pesada, despuŽs de sufrir muchos latigazos.

 

Pero se sufri— todo, voluntariamente. Y lo hizo por el amor.

 

Es que los golpes, son precisamente lo que el pecado merece.

 

Deuteronomio 25:2-3  Y si el delincuente mereciere ser

azotado, entonces el juez le har‡ echar en tierra, y le har‡ azotar en su presencia; segśn su delito ser‡ el nśmero de azotes.

 

Se podr‡ dar cuarenta azotes, no m‡s; no sea que, si lo hirieren con muchos azotes m‡s que Žstos, se sienta tu hermano envilecido delante de tus ojos.

 

Cristo estaba muy, pero muy envilecido, pero lo sufri— por amor.

 

Y mi amigo si tu has pagado por el aborto de una amante, tu tambiŽn mereces estos heridos, porque has jugado el papel del delincuente.

 

Y si tu joven, has faltado el respeto de tus padres, una y otra vez, mintiendo a ellos, o hasta robando les de cosas, has jugado el papel del delincuente, y en los ojos de Dios has merecido los heridos, y sin Cristo, sin la nueva vida, redimida, pagar‡s por todo esto, hasta el ultimo cuadrante.

 

Los asesinos, los adślteros, B’blicamente merecen la muerte, y no solamente una muerte suave, sino una muerte de dolor, y de vergźenza, y si no lo encuentran en esta vida, habr‡ tiempo, tiempo adecuado, tiempo infinito de sufrir sus golpes despuŽs.

 

Apocalipsis 21:8     Pero los cobardes e incrŽdulos, los

abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los id—latras y todos los mentirosos tendr‡n su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

 

Cristo estaba bien enterado de la realidad de todo esto.  Cristo sab’a que en la justicia Santa de Dios, hay castigos adecuados por las ofensas en contra de su Santa Ley, que es justa y buena.  La impunidad simplemente no existe.

 

Y por esto, Cristo estaba dispuesto a sufrir los heridos, los golpes duros, los golpes del amor, para ti, y para mi.

 

 

Mateo 20:28    Como el Hijo del Hombre no vino para ser

servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

 

Isa’as 53:5    Mas Žl herido fue por nuestras rebeliones,

molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Žl, y por su llaga fuimos nosotros curados.

 

Unas de los golpes mas duros para una persona excelente como Cristo, era la burlas constantes de sus opositores.

 

Mateo 27:42-43 A otros salv—, a s’ mismo no se puede

salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en Žl.

 

Confi— en Dios; l’brele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios.

 

Marcos 15:28-30 Y se cumpli— la Escritura que dice: Y

fue contado con los inicuos.  Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: !!Bah! tś que derribas el templo de Dios, y en tres d’as lo reedificas,  s‡lvate a ti mismo, y desciende de la cruz.

 

Y si tu amigo, te mueres en tus pecados, tu tambiŽn vas a sufrir burlas, burlas duras que aplastar‡n tu animo, no por unos momentos, sino por toda la eternidad.

 

Lucas 16:24-26 Entonces Žl, dando voces, dijo: Padre

Abraham, ten misericordia de m’, y env’a a L‡zaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.

 

Pero Abraham le dijo: Hijo, acuŽrdate que recibiste tus bienes en tu vida, y L‡zaro tambiŽn males; pero ahora Žste es consolado aqu’, y tś atormentado.

 

Adem‡s de todo esto, una gran sima est‡ puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aqu’ a vosotros, no pueden, ni de all‡ pasar ac‡.

 

Habr‡ sufrimiento en las burlas, porque esto es lo que los pecados merecen.

Y mi pobre amigo, si te mueres sin Cristo, hasta la sabidur’a de Dios va a burlar de ti, causando te de lamentar, cuando ya sea muy tarde.

 

Proverbios 1:24-33   Por cuanto llamŽ, y no quisisteis o’r,

Extend’ mi mano, y no hubo quien atendiese, Sino que desechasteis todo consejo m’o Y mi reprensi—n no quisisteis,  TambiŽn yo me reirŽ en vuestra calamidad, Y me burlarŽ cuando os viniere lo que temŽis;

 

Cuando viniere como una destrucci—n lo que temŽis, Y vuestra calamidad llegare como un torbellino; Cuando sobre vosotros viniere tribulaci—n y angustia.

 

Entonces me llamar‡n, y no responderŽ;

Me buscar‡n de ma–ana, y no me hallar‡n.

 

Por cuanto aborrecieron la sabidur’a,

Y no escogieron el temor de Jehov‡, Ni quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensi—n m’a, Comer‡n del fruto de su camino, Y ser‡n hastiados de sus propios consejos.

 

Porque el desv’o de los ignorantes los matar‡,  Y la prosperidad de los necios los echar‡ a perder; Mas el que me oyere, habitar‡ confiadamente Y vivir‡ tranquilo, sin temor del mal.

 

En amor, Cristo tom— el lugar de muchos pecadores, sufriendo sus heridos.  Y en esto Dios te ha dado una manera de escapar de la gran miseria, la miseria eterna.

 

Ezequiel 33:11 Vivo yo, dice Jehov‡ el Se–or, que no

quiero la muerte del imp’o, sino que se vuelva el imp’o de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos.

Ŕpor quŽ morirŽis?

 

Amigo, hay esperanza para ti, te puedes escapar de los heridos merecidos, y si esto es lo que tu quieres, hay personas aqu’, dispuestas a orar contigo. 

ÁAmen!