15 de julio de 18

Instruidos En La Firmeza

Isa’as 54:1-17

Introducci—n

Aprendiendo de la vida de Daniel y sus amigos, es impresionante ver su firmeza en frente de toda forma de amenaza.

 

Si estaban resistiendo la contaminaci—n de Babilonia en tŽrminos de la comida, si estaban resistiendo la idolatr’a grosera, o hasta tirado en una fosa la leones, estaban firmes en el Se–or, mostrando su valor y su determinaci—n.

 

En el mensaje de hoy, del capitulo 54 de Isa’as, veremos unos detalles sobre c—mo aprendieron esa firmeza.

 

Te puedes concluir que eren firmes, porque Dios estaba con ellos.  Y esto es la verdad, pero Dios usaba medios, su palabra para moldear ese gran valor.

 

Isa’as viv’a antes del tiempo de Daniel.  Y el gran profeta, preparaba el pueblo por los tiempos dif’ciles en que estar’an viviendo bajo los idolatras.

 

De hecho, el pueblo de Dios fue arrastrado a su cautiverio, por su siglos de infidelidad.  Pero no todos eran infieles, y los fieles, especialmente estaban instruidos en la firmeza.

 

1) Regoc’jate, oh estŽril, la que no daba a luz; levanta canci—n y da voces de jśbilo, la que nunca estuvo de parto; porque m‡s son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehov‡.

 

El pueblo de Dios, antes de la esclavitud en Babilonia, era como una mujer abandonada, como una divorciada, o como una viuda, que no tenia ni la protecci—n de un esposo, ni de sus hijos.

 

Y el pueblo estaba muy reducido, por sus perdidas en diferentes batallas.  Como vimos en el primero cap’tulo.

 

Isa’as 1:9 Si Jehov‡ de los ejŽrcitos no nos hubiese

dejado un resto peque–o, como Sodoma fuŽramos, y semejantes a Gomorra.

 

Y aqu’ se hablaban de cuidades, completamente destruidas por su gran perversi—n.

1) Regoc’jate, oh estŽril, la que no daba a luz; levanta canci—n y da voces de jśbilo, la que nunca estuvo de parto; porque m‡s son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehov‡.

 

El pueblo que regresaba, despuŽs del tiempo de Daniel, iba a estar mas fruct’fero, que el pueblo de antes.  Y por esto Daniel y sus amigos pudieron siempre vivir en la confianza.  Es que ten’an la promesa de un gran futuro, porque hasta Cristo Jesśs iba a levantar de ellos.

 

Y vimos en el capitulo anterior que Cristo vino primeramente para sufrir, pero despuŽs para de triunfar maravillosamente.

 

Isa’as 53:4-6  Ciertamente llev— Žl nuestras enfermedades,

y sufri— nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

 

Mas Žl herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Žl, y por su llaga fuimos nosotros curados.

 

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apart— por su camino; mas Jehov‡ carg— en Žl el pecado de todos nosotros.

 

Sabiendo de estas profec’as, Daniel y sus amigos actualmente ten’an una fe en Cristo Jesśs, aunque Cristo no iba a venir hasta unos seis cientos siglos mas tarde.  Pero aun as’, Cristo era el fundamento de su firmeza.

 

2) Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas.

 

En la mente de Dios el sacrificio de Cristo ya estaba cumplido.  Y por esto, el pueblo pudo ya anticipar su crecimiento, su prosperidad y su protecci—n.

 

3) Porque te extender‡s a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredar‡ naciones, y habitar‡ las ciudades asoladas.

 

Un gran dominio est‡ prometido a los seguidores de Cristo, porque la iglesia es coheredera con Žl.

Romanos 8:16-17 El Esp’ritu mismo da testimonio a

nuestro esp’ritu, de que somos hijos de Dios.

 

Y si hijos, tambiŽn herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con Žl, para que juntamente con Žl seamos glorificados.

 

4) No temas, pues no ser‡s confundida; y no te avergźences, porque no ser‡s afrentada, sino que te olvidar‡s de la vergźenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendr‡s m‡s memoria.

 

Para los que son, tal vez un poco nuevo a la palabra de Dios, o sea las Santas Escrituras, pausa, es interesante observar que el mandamiento mas comśn en toda la Biblia es no temas, o no tem‡is.

 

Es que cando tienes Dios a tu lado, el temor del hombre, el temor de los asuntos econ—micos, o hasta el temor de la muerte, o de la falta de salud, todos estos temores est‡n absurdos.

 

4) No temas, pues no ser‡s confundida; y no te avergźences, porque no ser‡s afrentada, sino que te olvidar‡s de la vergźenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendr‡s m‡s memoria.

 

Y hasta los que sientan vergźenza o temor por los grandes errores de su juventud, pueden vivir en paz, porque estos errores han sido pagado por el amor de otro.

 

Isa’as 53:6    Todos nosotros nos descarriamos como ovejas,

cada cual se apart— por su camino; mas Jehov‡ carg— en Žl el pecado de todos nosotros.

 

5) Porque tu marido es tu Hacedor; Jehov‡ de los ejŽrcitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra ser‡ llamado.

 

Aunque el pueblo se sent’a abandono, aunque su impresi—n era de una olvidada por Dios, esto no era cierto.  Vimos mas temprano.

 

Isa’as 49:14   Pero Sion dijo: Me dej— Jehov‡,

y el Se–or se olvid— de m’.

Y tal vez hay alguien aqu’ hoy d’a, se siente como que ha sido olvidado por Dios, pausa, pero los seguidores de Cristo no tienen que quedar se en tal desesperaci—n.

 

5) Porque tu marido es tu Hacedor; Jehov‡ de los ejŽrcitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra ser‡ llamado.

 

En el nuevo testamento, dice que la novia de Cristo es la iglesia.  Es que el amor que un esposo tiene para su mujer, es como el amor que Cristo tiene por su iglesia.  Y esa analog’a est‡ empleada mucha en las escrituras.

 

6-7) Porque como a mujer abandonada y triste de esp’ritu te llam— Jehov‡, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo.  Por un breve momento te abandonŽ, pero te recogerŽ con grandes misericordias.

 

En aquellos tiempos no era f‡cil vivir como viuda, como divorciada, como madre soltera.  Puede ser dif’cil ahora, claro, pero era peor antes.

 

Y si hay hermanas sufriendo por esa soledad aqu’ hoy d’a, Dios quiere decir te, que Žl ser‡ tu apoyo, y Žl quiere extender a ti, su gran misericordia.

 

8) Con un poco de ira escond’ mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendrŽ compasi—n de ti, dijo Jehov‡ tu Redentor.

 

Nosotros podemos pasar por sufrimientos en este mundo, como Daniel y sus amigos pasaron por diferentes peligros y amenazas.

 

Pero esto pasa.  Y en esta vida, y para la eternidad, para los que han renacido en Cristo, habr‡ compasi—n y habr‡ misericordia.

 

8) Con un poco de ira escond’ mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendrŽ compasi—n de ti, dijo Jehov‡ tu Redentor.

 

En el contexto de los tiempos de Isa’as, antes de los tiempos de Daniel, esto hablaba del cautiverio en Babilonia como esclavos.  Pero el principio puede tener aplicaci—n con nosotros, tambiŽn, siglos mas tarde.

 

 

 

9) Porque esto me ser‡ como en los d’as de NoŽ, cuando jurŽ que nunca m‡s las aguas de NoŽ pasar’an sobre la tierra; as’ he jurado que no me enojarŽ contra ti, ni te re–irŽ.

 

La fe Cristiana no es una fe de fabulas, sino de asuntos hist—ricos.

 

En esta semana los ni–os aprendieron de imperios actuales, de Babilonia, de Grecia, de Persa y de los Romanos.

 

Y cuando hablamos del diluvio de NoŽ, tambiŽn estamos hablando de la historia.  En casi todas las culturas del mundo hay leyendas sobre un gran diluvio, y se encuentre f—siles de conchas y otros animalitos acu‡ticos sobre los montes mas altos.

 

9) Porque esto me ser‡ como en los d’as de NoŽ, cuando jurŽ que nunca m‡s las aguas de NoŽ pasar’an sobre la tierra; as’ he jurado que no me enojarŽ contra ti, ni te re–irŽ.

 

Es que el diluvio era una gran expresi—n de la ira, del juicio de Dios, pero despuŽs del cat‡strofe, Dios hizo una promesa.

GŽnesis 8:20-22 Y edific— NoŽ un altar a Jehov‡, y tom—

de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreci— holocausto en el altar.

 

Y percibi— Jehov‡ olor grato; y dijo Jehov‡ en su coraz—n: No volverŽ m‡s a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del coraz—n del hombre es malo desde su juventud; ni volverŽ m‡s a destruir todo ser viviente, como he hecho.

 

Mientras la tierra permanezca, no cesar‡n la sementera y la siega, el fr’o y el calor, el verano y el invierno, y el d’a y la noche.

 

Dios hizo esa promesa porque despuŽs de sufrir el gran diluvio, ser’a f‡cil para los descendientes de NoŽ caer en un p‡nico, empezando cualquier lluvia, pensando, ŇÁNo, que es esto, otra vez Dios va a acabar con nosotros!Ó

 

9) Porque esto me ser‡ como en los d’as de NoŽ, cuando jurŽ que nunca m‡s las aguas de NoŽ pasar’an sobre la tierra; as’ he jurado que no me enojarŽ contra ti, ni te re–irŽ.

 

Y de la misma manera, Dios promet’a que su pueblo no iba a caer otra vez en algo como el cautiverio de Babilonia, en que casi todos viv’an como esclavos por unos setenta a–os.

 

10) Porque los montes se mover‡n, y los collados temblar‡n, pero no se apartar‡ de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantar‡, dijo Jehov‡, el que tiene misericordia de ti.

 

Ya estamos entrando en las promesas grandes que Dios ha dado a su pueblo.  Hermano, amigo, la paz de Dios est‡ a tu alcance, no es necesario vivir en temor de nada de este mundo.

 

Romanos 8:28-31 Y sabemos que a los que aman a Dios,

todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su prop—sito son llamados.

 

Porque a los que antes conoci—, tambiŽn los predestin— para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que Žl sea el primogŽnito entre muchos hermanos.

 

Y a los que predestin—, a Žstos tambiŽn llam—; y a los que llam—, a Žstos tambiŽn justific—; y a los que justific—, a Žstos tambiŽn glorific—.

 

ŔQuŽ, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ŔquiŽn contra nosotros?

 

11) Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo; he aqu’ que yo cimentarŽ tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundarŽ.

 

Dios promet’a no solamente un fundamento s—lido, sino un fundamento bello, para los que eran en sus ojos una pobrecita, fatigada con tempestad.

 

Si esto ha sido la naturaleza de tu vida, si has sentido como una pobrecita, una fatigada, es tiempo de venir a Cristo, y estar instruida en la firmeza.

 

Como Cristo invitaba a muchos.

 

 

Mateo 11:28-30 Venid a m’ todos los que est‡is trabajados y

cargados, y yo os harŽ descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de m’, que soy manso y humilde de coraz—n, y hallarŽis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es f‡cil y ligera mi carga.

 

12) Tus ventanas pondrŽ de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo, y toda tu muralla de piedras preciosas.

 

Dios puede hacer algo bello, algo incre’ble, algo significante con tu vida.  Y esto hemos visto mucho, con los hermanos, las hermanas de esta iglesia.

 

13) Y todos tus hijos ser‡n ense–ados por Jehov‡; y se multiplicar‡ la paz de tus hijos.

 

Esto es otra promesa gloriosa.  Los ni–os en casi cada servicio aqu’, salgan para estar instruidos, instruidos en la firmeza.

 

Hasta los j—venes, en viernes tienen sus clases.  Pero la promesa aqu’ es que no solamente est‡n instruidos por las maestras, o maestros, sino que Dios ha prometido estar con la instrucci—n.

 

13) Y todos tus hijos ser‡n ense–ados por Jehov‡; y se multiplicar‡ la paz de tus hijos.

 

Vivimos en tiempos peligrosos, y los ni–os, los j—venes pueden aprender un mont—n de conceptos antib’blicos en las escuelas del gobierno, o por la mśsica moderna, y tambiŽn por medio del cine.

 

San Pablo nos daba amonestaci—n grave sobre esto.

 

Colosenses 2:8 Mirad que nadie os enga–e por medio de

filosof’as y huecas sutilezas, segśn las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no segśn Cristo.

 

Por esto, hay mas y mas padres hoy en d’a, que desean realizar la promesa del vers’culo 13, de este capitulo, viendo a sus hijos, instruidos en la firmeza.

 

14) Con justicia ser‡s adornada; estar‡s lejos de opresi—n, porque no temer‡s, y de temor, porque no se acercar‡ a ti.

 

Para vivir en la firmeza, hay que tener un est‡ndar de la verdad.  En est‡ pa’s ahora, hay muchas diferentes opiniones sobre que es justo o injusto.

 

Pero lejos de la Santa Palabra de Dios, todas estas opiniones arbitrarias est‡n sin autoridad.

 

14) Con justicia ser‡s adornada; estar‡s lejos de opresi—n, porque no temer‡s, y de temor, porque no se acercar‡ a ti.

 

Si quieres vivir lejos del temor, hermano, amigo, joven, es necearlo tener un est‡ndar que es confiable.  De otra manera tu cosmovisi—n entera puede caer en un momento, a un colapso total.  Como advert’a San PabloÉ

 

1 Corintios 1:18-20  Porque la palabra de la cruz es locura

a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.

 

Pues est‡ escrito:

     DestruirŽ la sabidur’a de los sabios,

     Y desecharŽ el entendimiento de los

entendidos.

 

ŔD—nde est‡ el sabio? ŔD—nde est‡ el escriba? ŔD—nde est‡ el disputador de este siglo? ŔNo ha enloquecido Dios la sabidur’a del mundo?

 

Y esto es gran parte del caos y de la confusi—n en el mundo moderno, Dios est‡ destruyendo la sabidur’a de este mundo, conforme a su promesa.

 

Pero una vez con Žl, te puedes estar instruido en la firmeza.

 

15) Si alguno conspirare contra ti, lo har‡ sin m’; el que contra ti conspirare, delante de ti caer‡.

 

Antes, en su ira, Dios mandaba fuerzas en contra de su pueblo.  Claro, nada pasa por accidente en este mundo, todo tiene algo que ver con el plan sabio de Dios.

 

Y aprendimos en el capitulo 10, de este libro que Dios mandaba a Asiria, en contra de su pueblo rebelde. 

 

Isa’as 10:5-6  Oh Asiria, vara y b‡culo de mi furor, en su

mano he puesto mi ira.

 

Le mandarŽ contra una naci—n pŽrfida, y sobre el pueblo de mi ira le enviarŽ, para que quite despojos, y arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las calles.

 

Pero aqu’, pensando en el sacrificio de Cristo, Dios promet’a que esto no iba a pasar mas.

 

16) He aqu’ que yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo he creado al destruidor para destruir.

 

Esto est‡ diciendo que aun los que hacen los armamentos est‡n bajo el control de Dios.  Es otra confirmaci—n de que Dios est‡ en control de todo lo que pasa, y Cristo ense–aba cosas semejantes.

 

Mateo 10:28-30 Y no tem‡is a los que matan el cuerpo, mas

el alma no pueden matar; temed m‡s bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.

 

ŔNo se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre.

 

Pues aun vuestros cabellos est‡n todos contados.

 

El punto es que, cuando Dios te hace una promesa, Dios est‡ completamente capaz de cumplir aquella promesa, es cien por ciento confiable.

 

Y ahora, en este contexto de consuelo, llegamos a unas de las promesas mas bellas de todas las escrituras.

 

17) Ninguna arma forjada contra ti prosperar‡, y condenar‡s toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehov‡, y su salvaci—n de m’ vendr‡, dijo Jehov‡.

 

Daniel, y sus amigos eran siervos de Jehov‡.

 

Y por lo tanto, Daniel y sus amigos era completamente protegidos.  Estaban protegidos de la ira de Nabucodonosor, el gran emperador de Babilonia. 

 

 

Estaban protegidos de los que ten’an la envidia en contra Daniel, y lo tenia tirado a los leones.

 

Y estaban protegidos de un infiero de fuego, en que ni estaban solos sino que uno como el hijo de Dios estaba a su lado.

 

========================== Conclusi—n =====================

 

Y si tu hermano, amigo, joven, si tu quieres vivir en la firmeza en medio de un mundo de inestabilidad y de incertidumbreÉ

 

Si tu quieres estar rescatado no solamente del castigo de tu pecado sino del poder del pecado en tu vida, pausa queremos orar para ti en unos momentos.

 

Y no olvides, que la firmeza para Daniel y sus amigos, como la firmeza para ti, y para mi, fue comprada por otro, que muri— en nuestro lugar.

 

Isa’as 53:4-6  Ciertamente llev— Žl nuestras enfermedades,

y sufri— nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

 

Mas Žl herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Žl, y por su llaga fuimos nosotros curados.

 

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apart— por su camino; mas Jehov‡ carg— en Žl el pecado de todos nosotros.

 

Vamos a orar!