13 de julio de 18

En Ti No Hay Mancha

Cantares 4:1-16

 

En el libro de GŽnesis, hubo un joven, un pr’ncipe que fue locamente enamorado con Dina, hermana joven de los doce hijos de Jacob.

 

GŽnesis 34:3-4 Pero su alma se apeg— a Dina la hija de Lea, y

se enamor— de la joven, y habl— al coraz—n de ella.  Y habl— Siquem a Hamor su padre, diciendo: T—mame por mujer a esta joven.

 

GŽnesis 34:11  Siquem tambiŽn dijo al padre de Dina y a los

hermanos de ella: Halle yo gracia en vuestros ojos, y darŽ lo que me dijereis.

 

La historia no termin— bien, sino que se termin— en una matanza.  Pero lo menciono, porque se pudiera ver un hombre locamente enamorado, dispuesto a pagar lo que sea necesario para arreglar una boda.

 

Tanto el hijo y el padre estaban dispuestos a pagar el precio que sea, solamente para conseguir esa mujer como esposa.

 

Y ese joven Siquem, tenia muy poco en comśn con nuestro Se–or Cristo Jesśs, pausa, pero tenia algo.

 

Porque Cristo Jesśs tambiŽn estaba dispuesto a pagar el precio que sea, para su novia.

 

1) He aqu’ que tś eres hermosa, amiga m’a; he aqu’ que tś eres hermosa; Tus ojos entre tus guedejas como de paloma;

Tus cabellos como manada de cabras que se recuestan en las laderas de Galaad.

En esa parte de la poema, la pareja est‡ casada, como ser‡ evidente muy pronto, y el hombre empieza a expresar su admiraci—n por ella, en detalle, como en la noche de la boda.

 

Y aunque sus complementos, sus comparaciones son de otra Žpoca, de otra cultura, est‡n completamente sinceros.  Estamos escuchando las palabras de un hombre, locamente enamorado.

 

2) Tus dientes como manadas de ovejas trasquiladas,

Que suben del lavadero, todas con cr’as gemelas,

Y ninguna entre ellas estŽril.

La falta de la esterilidad era gran parte de la atracci—n, en aquellos tiempos.  Como en el libro de GŽnesis, la mujer que no pudo tener hijos estaba en un p‡nico.

 

GŽnesis 30:1   Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo

envidia de su hermana, y dec’a a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero.

 

La relaci—n sexual era algo de desfrutar, claro, pero tambiŽn con el prop—sito de fructificad y multiplicaos, conforme a las bendiciones.

 

As’ hablaba Jacob, bendiciendo a sus hijos, antes de morirse.

 

GŽnesis 49:25  Por el Dios de tu padre, el cual te ayudar‡,

Por el Dios Omnipotente, el cual te bendecir‡

Con bendiciones de los cielos de arriba,

Con bendiciones del abismo que est‡ abajo,

Con bendiciones de los pechos y del vientre.

 

3) Tus labios como hilo de grana, y tu habla hermosa;

Tus mejillas, como cachos de granada detr‡s de tu velo.

 

Las granadas tambiŽn eran s’mbolo de algo fruct’fero, con su apariencia de semilla, y su color de sangre.

 

Y como Salom—n entraba en muchos detalles aqu’, admirando su esposa, Cristo Jesśs tiene los mismos sentimientos pensando en su iglesia, que es su novia.

 

Y esa es una de las muchas razones por la santidad del matrimonio, porque es una representaci—n, permanente de la relaci—n entre Cristo y su iglesia.

 

Efesios 5:31-33 Por esto dejar‡ el hombre a su padre y a

su madre, y se unir‡ a su mujer, y los dos ser‡n una sola carne.

 

Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.

 

Por lo dem‡s, cada uno de vosotros ame tambiŽn a su mujer como a s’ mismo; y la mujer respete a su marido.

 

San Pablo, lleno del Esp’ritu Santo, no puede hablar del uno, sin hablar del otro.  Es que una es la reflexi—n de la otra.  Y con este ultimo verso te puedes honrar mucho al Se–or.

Efesios 5:33   Por lo dem‡s, cada uno de vosotros ame tambiŽn

a su mujer como a s’ mismo; y la mujer respete a su marido.

 

Cuando tu matrimonio anda bien, est‡s predicando mucho, sin hablar.  Y si tu matrimonio anda mal, esto tambiŽn est‡ proclamando un mensaje, pero negativo, sobre Cristo y su iglesia.

 

4) Tu cuello, como la torre de David, edificada para armer’a;

Mil escudos est‡n colgados en ella, Todos escudos de valientes.

 

Muchos han sacado gran cantidades de aplicaciones de esto detalles, pero me resisto, sabiendo que en muchos casos es casi pura especulaci—n.

 

Lo que es seguro, es que el hombre estaba cautivado por su mujer, y no pudo dejar de hablar de ella.

 

5) Tus dos pechos, como gemelos de gacela, que se apacientan entre lirios.

 

Como dije desde el primer capitulo, la poema es un poco grafico, pero no mucho.

 

Y Salom—n hablaba de la misma manera hasta en el libro de Proverbios.

 

Proverbios 5:19 Como cierva amada y graciosa gacela.

Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recrŽate siempre.

 

El punto es que la Biblia jam‡s va a ense–ar que el sexto es algo malo o algo sucio.  Sino que es algo maravilloso que Dios ha creado.

 

Pero claro es algo poderoso que uno tiene que disfrutar como casado, y no con alguien que puede salir de tu vida en cualquier momento.

 

6-7) Hasta que apunte el d’a y huyan las sombras, me irŽ al monte de la mirra, y al collado del incienso.  Toda tś eres hermosa, amiga m’a, y en ti no hay mancha.

 

Y aqu’ podemos realmente aplicar lo que el hombre ve’a en su esposa, con lo que Cristo puede ver en su iglesia.  En los ojos de Cristo, su iglesia ya est‡ sin mancha.

Y parece que San Pablo estaba hablando de esto cuando escrib’a do sobre el matrimonio en Efesios.

 

Efesios 5:25-27 Maridos, amad a vuestras mujeres, as’

como Cristo am— a la iglesia, y se entreg— a s’ mismo por ella, para santificarla, habiŽndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de present‡rsela a s’ mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.

 

ŔPero como es que Cristo puede ver a su novia como sin mancha?  ŔAcaso no tenemos nosotros defectos remanentes?

 

ŔAcaso no caigamos en los lazos de la carne a cada cuando, regresando al orgullo, al materialismo, a los ego’smos?

 

pausa

 

Es cierto que las iglesias, hasta las mejores, aun tienen sus defectos, y su falta de madurez en ciertas ‡reas. 

 

Pero en el capitulo de hoy, el novio est‡ observando a su amada, como en el d’a de la boda, cuando ella viene arreglada, joven en su estado de belleza m‡xima.

 

Y hermana, hermano, Cristo puede mirar a ti, con los mismos sentimientos.

 

Cantares 4:7   Toda tś eres hermosa, amiga m’a,

               Y en ti no hay mancha.

 

ŔPero como puede decir esto, Cristo, de nosotros?  pausa

 

Es que en sus ojos, en los ojos del Padre, todas las manchas ya han sido lavadas, por la sangre eficaz del hijo de Dios.

 

Aunque no hemos llegado aun al capitulo 61 de Isa’as, esa parte puede ayudar nos mucho en entender esto.

 

Isa’as 61:10   En gran manera me gozarŽ en Jehov‡, mi alma se

alegrar‡ en mi Dios; porque me visti— con vestiduras de salvaci—n, me rode— de manto de justicia, como a novio me atavi—, y como a novia adornada con sus joyas.

 

Ese vers’culo capta todo.  Y nos ayuda a explicar nuestra tradici—n de la tunica blanca en el bautismo.  Celebramos la realidad de que llegando a Cristo, estamos en sus ojos sin mancha.

 

8) Ven conmigo desde el L’bano, oh esposa m’a; ven conmigo desde el L’bano.  Mira desde la cumbre de Amana, desde la cumbre de Senir y de Herm—n, desde las guaridas de los leones, desde los montes de los leopardos.

 

La esposa aqu’ conoc’a lugares esplendidos del mundo, pero su novio la invita a algo mas esplendido.

 

Y estos lugares esplendidos tambiŽn ten’an sus leones y sus leopardos.

 

Y esto es como Cristo llamando a su novia, o sea llamando a nosotros, a salir de las influencias, a salir de los peligros, y de las distracciones de este mundo.

 

9) Prendiste mi coraz—n, hermana, esposa m’a;

Has apresado mi coraz—n con uno de tus ojos,

Con una gargantilla de tu cuello.

 

Como dije abriendo el mensaje, el joven de este capitulo est‡ locamente enamorado.  Como ella era en un capitulo anterior.

 

Cantares 2:5   Sustentadme con pasas, confortadme con

manzanas; porque estoy enferma de amor.

 

Hermanos, esto es el secreto del Žxito de las iglesias.  Muchos hermanos han servido a travŽs de los siglos, muchos han sacrificado y han dado de su tiempo y de sus recursos, no por obligaci—n, sino en un acto de amor, por el novio.

 

9) Prendiste mi coraz—n, hermana, esposa m’a;

Has apresado mi coraz—n con uno de tus ojos,

Con una gargantilla de tu cuello.

 

Y aqu’ hay algo extra–o.  Dice tambiŽn que es su hermana, y no solamente su esposa.  ŔPero porque?

 

Es que en muchas culturas del mundo, la mujer es como un objeto, una posesi—n, para servir y para producir hijos.

 

Pero B’blicamente, ella es como un co-igual, aunque est‡ sujetada a su marido, no es menos que Žl. ŔAmen?

 

9) Prendiste mi coraz—n, hermana, esposa m’a;

Has apresado mi coraz—n con uno de tus ojos,

Con una gargantilla de tu cuello.

 

Y hablando de Cristo y la iglesia, Cristo es como hermano a nosotros, en que tambiŽn fue nacido de mujer, tom— un cuerpo como nosotros y era sujetado a las tentaciones como nosotros, pero sin pecado.

 

Y una vez Cristo actualmente llamaba la iglesia como su hermana y hasta su madre.

 

Mateo 12:46-50 Mientras Žl aśn hablaba a la gente, he aqu’ su

madre y sus hermanos estaban afuera, y le quer’an hablar.

 

Y le dijo uno: He aqu’ tu madre y tus hermanos est‡n afuera, y te quieren hablar.

 

Respondiendo Žl al que le dec’a esto, dijo: ŔQuiŽn es mi madre, y quiŽnes son mis hermanos?

 

Y extendiendo su mano hacia sus disc’pulos, dijo: He aqu’ mi madre y mis hermanos.

 

Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que est‡ en los cielos, Žse es mi hermano, y hermana, y madre.

 

10) !!Cu‡n hermosos son tus amores, hermana, esposa m’a!

!!Cu‡nto mejor es que el vino tus amores, y el olor de tus ungźentos que todas las especias arom‡ticas!

 

En domingo, adorando, alabando, Cristo est‡ aqu’, admirando a su esposa.

 

Y durante esa semana, observando su iglesia sirviendo en la Escuela B’blica de Vacaciones, viendo hermanas, hermanos j—venes regalando su tiempo, sus recurso en amor, en el nombre de Cristo Jesśs, Cristo estaba cerca disfrutando el olor de tus ungźentos que todas las especias arom‡ticas!

 

11) Como panal de miel destilan tus labios, oh esposa;

Miel y leche hay debajo de tu lengua; y el olor de tus vestidos como el olor del L’bano.

 

 

Hermano, toda tu vida Cristiana, ser‡ mas f‡cil, mas natural, cuando realmente empiezas a experimentar el amor de ese novio.

 

12) Huerto cerrado eres, hermana m’a, esposa m’a; fuente cerrada, fuente sellada.

 

Cristo una vez hablaba de una paz de que el mundo no sabe nada.

 

Juan 14:27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy

como el mundo la da. No se turbe vuestro coraz—n, ni tenga miedo.

 

Y como los del mundo no tienen acceso a la paz de Cristo, tampoco tienen acceso al amor de Cristo, en su profundidad.

 

Dios tiene a los suyos en un huerto cerrado, como con espada de fuego protegiendo la entrada.

 

12) Huerto cerrado eres, hermana m’a, esposa m’a; fuente cerrada, fuente sellada.

 

Y si no has conocido nada de esto hermana, hermano, queremos orar para ti, cerrando el servicio. 

 

13) Tus renuevos son para’so de granados, con frutos suaves,

De flores de alhe–a y nardos;

 

Un matrimonio bendecido, puede ser un poco de para’so en este mundo ca’do y maldecido.

 

Y cerca de Cristo, podemos vivir como el malhechor arrepentido al lado de Cristo.

 

Lucas 23:39-43 Y uno de los malhechores que estaban colgados

le injuriaba, diciendo: Si tś eres el Cristo, s‡lvate a ti mismo y a nosotros.

 

Respondiendo el otro, le reprendi—, diciendo: ŔNi aun temes tś a Dios, estando en la misma condenaci—n?

 

Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas Žste ningśn mal hizo.

 

 

Y dijo a Jesśs: AcuŽrdate de m’ cuando vengas en tu reino.

 

Entonces Jesśs le dijo: De cierto te digo que hoy estar‡s conmigo en el para’so.

 

Y hermana, hermano, cerca de Cristo, tu puedes saber algo de esto, ahora.

 

14-15) Nardo y azafr‡n, ca–a arom‡tica y canela, con todos los ‡rboles de incienso; Mirra y ‡loes, con todas las principales especias arom‡ticas.  Fuente de huertos, pozo de aguas vivas, que corren del L’bano.

 

La vida Cristiana, no es una vida seca.  Al contrario, puede ser una vida sumamente fruct’fera.

 

Salom—n sab’a mucho sobre el uso del agua, y como plantar los ‡rboles ex—ticos.

 

EclesiastŽs 2:5-6    Me hice huertos y jardines, y plantŽ en

ellos ‡rboles de todo fruto.

 

Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crec’an los ‡rboles.

 

Pero en Cristo, hay uno mayor de Salom—n en este lugar, que dijoÉ

 

Juan 7:38-39   El que cree en m’, como dice la Escritura, de

su interior correr‡n r’os de agua viva.

 

Esto dijo del Esp’ritu que hab’an de recibir los que creyesen en Žl; pues aśn no hab’a venido el Esp’ritu Santo, porque Jesśs no hab’a sido aśn glorificado.

 

Y ahora hermana, el Esp’ritu Santo est‡ dispuesto a tomar su residencia, dentro de tu ser, produciendo una vida gloriosa en el poder del omnipotente.

 

16) Lev‡ntate, Aquil—n, y ven, Austro; Soplad en mi huerto, desprŽndanse sus aromas.  Venga mi amado a su huerto,

Y coma de su dulce fruta.

 

Cuando el Esp’ritu Santo est‡ soplando sobre su iglesia, su novia, es tiempo de esperar cosas gloriosas.

Y el punto de ese capitulo es, que como una pareja puede disfrutar su luna de miel, viajando y disfrutando el amor en su pureza, especialmente si han esperado, conforme al pacto de Dios,

 

As’ puede ser la vida Cristiana, llena del amor, no de puras reglas y restricciones, o de demandas y obligaciones.   Como dijo san Juan.

 

1 Juan 5:3-4   Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus

mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.

 

Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.

 

------------------------- Conclusi—n ------------------------

 

Hermana, hermano, si tu vida Cristiana realmente no se siente como el yugo f‡cil, o como la carga ligera, llevada en amor, entonces quiero invitar te a pasar al frente, terminando el servicio, para orar por un gran cambio, en tu relaci—n con Cristo.

 

Vamos a orar