8 de julio de 18
No Abri— Su Boca
Isa’as 53:1-12
Introducci—n
En una ocasi—n, cuando Dios revel— as si mismo a MoisŽs, dijo Ňquita
tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tś est‡s, tierra santa esÓ.
Y es correcto decir algo semejante, de esa parte de Isa’as. Es una
parte bien conocida, y bastante poderosa.
Y tratarŽ dar unos ejemplos de por que.
1) ŔQuiŽn ha cre’do a nuestro anuncio?
Ŕy sobre quiŽn se ha manifestado el brazo de Jehov‡?
Una vez conoc’a un pastor en una conferencia. El hombre se crec’a como jud’o, se
llama Richard Ganz. Se ganaba
mucho dinero en Nueva York, en la siquiatr’a. Estaba prosperando, pero en el fondo era perdido.
Bueno, viajando en Europa, vino a un lugar Cristiano, donde vino
muchos j—venes en sus peregrinajes all’, y alguien le dijo que querr’a leer le
algo de la Biblia.
El dijo, Ŕcomo no?
Y se leyeron todo este capitulo 53 de Isa’as. Y despuŽs le pidieron su opini—n sobre
el contenido.
Y Richard Ganz, se molest— un poco, y dijo, ŇŔEstas son las escritura
de ustedes, los Cristianos, por que me leas esto, a mi sabiendo que soy jud’o?Ó
Y los hermanos dijeron, ŇNo Richard, esto no es el nuevo testamento,
mira, estamos leyendo el libro antiguo de ustedes, de Isa’as.Ó pausa
Y desde aquel instante, Richard, o sea Dr Ganz, fue convertido a la
fe, y jam‡s ha tendido duda alguna de la verdad de Cristo. Ha sido ya pastor en Canad‡ por muchos
a–os. Ha escrito libros exponiendo
la falsedad de la siquiatr’a, moderna.
ŔCual es el punto?
1) ŔQuiŽn ha cre’do a nuestro anuncio?
Ŕy sobre quiŽn se ha manifestado el brazo de Jehov‡?
Cuando Richard Ganz se cre’a, era porque Dios estaba manifestando su
brazo en poder. EstŽ pasaje es
poderoso, no hay duda. Pero no
podemos estar ingenuos.
Cuando Dr Ganz estaba convertido, vio todo caramente, y fue a sus
amigos jud’os, para revelar les la verdad. pausa
ŔY que pas—? Se re’an de
carcajadas de Žl, preguntando, ŇŔEsta es una broma verdad?Ó Richard estaba rotundamente rechazado. Y se revela todo esto en su testimonio,
que est‡ disponible en Internet.
Algo semejante pas— con Mart’n Lutero, el gran reformador.
Recuperando el evangelio de sus distorsiones de la iglesia cat—lica
antigua, Lutero llegaba a la conclusi—n de que los Jud’os rechazaban el
evangelio, porque los cat—licos lo han pervertido, con sus im‡genes y sus
doctrinas de merito.
Y el gran reformador fue buscando a los jud’os que viv’an cerca de Žl,
para intentar evangelizar los. Y
aunque Lutero tenia un evangelio puro, restaurado, estaba rotundamente
rechazado, como Richard Ganz, entre sus amigos.
ŔEl punto? Tenemos que
evangelizar, tenemos puntos, ejemplos poderosos. Pero no te sientes frustrado hermano, cuando la gente no te
quieren escuchar.
1 Corintios 2:14 Pero
el hombre natural no percibe las
cosas que son del Esp’ritu de Dios, porque para Žl son locura, y no
las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
2) Subir‡ cual renuevo delante de Žl,
y como ra’z de tierra seca; no hay parecer en Žl, ni hermosura; le veremos, mas
sin atractivo para que le deseemos.
Cuando Cristo se levant— entre los jud’os, la familia de David ya no
era ni rica ni poderosa. El pueblo
jud’o era dominado por los fariseos, era en otras palabras tierra seca.
Y Cristo vino como un don nadie.
Era de una familia pobre, no se fue a ninguna universidad conocida.
Era un carpintero, humilde, como otros de su generaci—n.
Nadie prestaba atenci—n a Žl, era normal y corriente, en los ojos de
la mayor’a.
Marcos 6:3 ŔNo es Žste el carpintero,
hijo de Mar’a,
hermano de Jacobo, de JosŽ, de Judas y de Sim—n? ŔNo est‡n tambiŽn
aqu’ con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de Žl.
3) Despreciado y desechado entre los
hombres, var—n de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de
Žl el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
Cristo vivi— con la pesadumbre de que iba a sufrir, que esto seria su
destino. Y tenia que estar siempre
preparando se por el fin sangriento.
Mateo 16:21-22 Desde entonces comenz— Jesśs a declarar a
sus disc’pulos que le era necesario ir a JerusalŽn y padecer mucho de
los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y
resucitar al tercer d’a.
Entonces Pedro, tom‡ndolo aparte, comenz— a reconvenirle, diciendo: Se–or,
ten compasi—n de ti; en ninguna manera esto te acontezca.
Aunque nuestro Se–or pudo sanar, y ense–ar con par‡bolas magnificas, fue
dif’cil apreciar esa pesadumbre que se llevaba.
4) Ciertamente llev— Žl nuestras
enfermedades, y sufri— nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por
herido de Dios y abatido.
Mas de siete cientos a–os antes de Cristo, todo el prop—sito de sus
sufrimientos estaba revelado. Los
que realmente entendieron las escrituras, sab’an que Cristo vino para sufrir.
Pero la mayor’a rechazaban esto.
Sino que buscaban un rey que pudo conquistar en guerras militares o
carnales.
5) Mas Žl herido fue por nuestras
rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre
Žl, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Otro verso bastante conocido.
Y en el contexto aqu’ hermano, est‡ hablando mayormente de la manera en
que Žl nos cura espiritualmente.
Por ejemplo.
Mateo 8:16-17 Y cuando
lleg— la noche, trajeron a Žl
muchos endemoniados; y con la palabra ech— fuera a los demonios, y
san— a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta
Isa’as, cuando dijo: El mismo tom— nuestras enfermedades, y llev— nuestras
dolencias.
Las sanidades f’sicas eran solamente temporales. Estas personas se murieron mas
tarde. Pero la sanidad espiritual
es eterna.
Ahora bien no me malentiendan, hay sanidad en Cristo, y oramos por
esto, y lo hemos visto.
Pero la gran sanidad de tu cuerpo, una sanidad permanente, no va a
venir hasta el d’a de la resurrecci—n.
Y esto tambiŽn fue comprada por sus llagas.
6) Todos nosotros nos descarriamos
como ovejas, cada cual se apart— por su camino; mas Jehov‡ carg— en Žl el
pecado de todos nosotros.
Lo mas natural para un ser humano, es descarriarse, de vivir para si
mismo, de seguir su propio camino.
Y por esa raz—n hay millones en el mundo que no tienen el menor
interŽs en los asuntos del Se–or.
Est‡n descarriados.
Y esto puede pasar hasta en las iglesias. A veces hay un joven, o la pareja de un hermano, de una
hermana, que est‡ cortes con todo esto, pero en realidad, no le interesa.
Es que son personas descarriadas.
6) Todos nosotros nos descarriamos
como ovejas, cada cual se apart— por su camino; mas Jehov‡ carg— en Žl el
pecado de todos nosotros.
Cuando dice cada cual, quiere decir que todos empiezan como
pecadores. Una vez regenerado la
palabra te da el nombre ŇsantoÓ.
Pero tienes que entender que no son solamente los drogadictos, o los
delincuentes, o los ladrones que tienen que estar transformados, sino que
todos, absolutamente todos se han descarriado, siguiendo su propio camino,
pensando no en lo que Dios quiere, sino en tus propios deseos.
Y esto es la manera en que te puedes terminar en el infierno. Simplemente tienes que ignorar mas y
mas la llamada del evangelio, y seguir viviendo para ti mismo.
6) Todos nosotros nos descarriamos
como ovejas, cada cual se apart— por su camino; mas Jehov‡ carg— en Žl el
pecado de todos nosotros.
Pero cuando penetra finalmente la verdad en tu mente, y recibes el
perd—n que fue compadro con precio tan alto, no ser‡ tu deseo, poner mas
espinas en su corona, o mas clavos en sus manos.
7) Angustiado Žl, y afligido, no
abri— su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante
de sus trasquiladores, enmudeci—, y no abri— su boca.
Dice esto mucho de Cristo, Ňno abri— su bocaÓ Ŕpero por quŽ?
Es que Cristo no vino para defender a si mismo.
San Pablo s’ se defend’a, muchas veces.
Hechos 22:25-26 Pero cuando le
ataron con correas,
Pablo dijo al centuri—n que estaba presente: ŔOs es l’cito azotar a un
ciudadano romano sin haber sido condenado?
Cuando el centuri—n oy— esto, fue y dio aviso al tribuno, diciendo:
ŔQuŽ vas a hacer? Porque este hombre es ciudadano romano.
Pablo era muy listo en esto, en defender a si mismo, una vez se apel—
a Cesar.
Pero no todo lo que se dijo era un ejemplo de seguir.
Hechos 23:1-5 Entonces
Pablo, mirando fijamente al
concilio, dijo: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he
vivido delante de Dios hasta el d’a de hoy.
El sumo sacerdote Anan’as orden— entonces a los que estaban junto a
Žl, que le golpeasen en la boca.
Entonces Pablo le dijo: !!Dios te golpear‡ a ti, pared blanqueada! ŔEst‡s
tś sentado para juzgarme conforme a la ley, y quebrantando la ley me mandas
golpear?
Los que estaban presentes dijeron: ŔAl sumo sacerdote de Dios
injurias?
Pablo dijo: No sab’a, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues
escrito est‡: No maldecir‡s a un pr’ncipe de tu pueblo.
Cristo no abri— su boca, pero San Pablo si abri— su boca, y mucho.
7) Angustiado Žl, y afligido, no
abri— su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante
de sus trasquiladores, enmudeci—, y no abri— su boca.
Juan 19:7-10 Los
jud’os le respondieron: Nosotros tenemos
una ley, y segśn nuestra ley debe morir, porque se hizo a s’ mismo
Hijo de Dios.
Cuando Pilato oy— decir esto, tuvo m‡s miedo.
Y entr— otra vez en el pretorio, y dijo a Jesśs: ŔDe d—nde eres tś?
Mas Jesśs no le dio respuesta.
Entonces le dijo Pilato: ŔA m’ no me hablas? ŔNo sabes que tengo
autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte?
Pero Cristo no abri— su boca,
cumpliendo la profec’a de Isa’as.
Lo que los jud’os deseaban hacer con Žl era injusto.
Pero en un sentido era justo, para rescatar a ti, hermano, hermana,
era justo para Cristo sufrir tus dolores.
8) Por c‡rcel y por juicio fue
quitado; y su generaci—n, ŔquiŽn la contar‡? Porque fue cortado de la tierra de
los vivientes, y por la rebeli—n de mi pueblo fue herido.
Cristo tenia que sufrir, pero no para si mismo, sino para ti.
8) Por c‡rcel y por juicio fue
quitado; y su generaci—n, ŔquiŽn la contar‡? Porque fue cortado de la tierra de
los vivientes, y por la rebeli—n de mi pueblo fue herido.
Cristo muri— joven, jam‡s se cas—. Carnalmente no tenia hijos. Pero su generaci—n de creyentes est‡ en
todas partes del mundo, y estaremos aqu’, avanzando su reino, hasta el fin del
mundo.
9) Y se dispuso con los imp’os su
sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni
hubo enga–o en su boca.
Los que odiaban a Cristo, deseaban tirar su cuerpo en un campo, o tal
vez en una fosa comśn. Esto
ayudar’a mucho en su desprestigio.
Pero esto no era el plan del padre. El padre permit’a muchos sufrimientos, hasta que Cristo
proclamaba, Ňconsumado esÓ, pero despuŽs de esto no era necesario sufrir mas.
Una vez diciendo Ňconsumado esÓ, era tiempo de empezar la exaltaci—n.
Juan 19:38 DespuŽs de todo esto,
JosŽ de Arimatea, que
era disc’pulo de Jesśs, pero secretamente por miedo de los jud’os,
rog— a Pilato que le permitiese llevarse el cuerpo de Jesśs; y Pilato se lo
concedi—. Entonces vino, y se llev— el cuerpo de Jesśs.
El plan de los enemigos era tirar el cuerpo de Cristo en una fosa
comśn. Pero Dios levant— a un
rico, que tenia una tumba nueva, de la primera calidad. Y este JosŽ a lo mejor ni estaba
pensando en la resurrecci—n, sino que simplemente sent’a que Cristo merec’a
algo mejor.
Pero el punto es que los sufrimientos, las desgracias, ya llegaron a
su fin, y era tiempo de ver a Cristo como exaltado, y no como abatido.
10) Con todo eso, Jehov‡ quiso
quebrantarlo, sujet‡ndole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en
expiaci—n por el pecado, ver‡ linaje, vivir‡ por largos d’as, y la voluntad de
Jehov‡ ser‡ en su mano prosperada.
Nada de esto pas— por accidente.
Todo esto estaba cumpliendo la voluntad de Dios, aunque era malvado,
lo que ellos hicieron. Pedro,
predicando en el d’a de PentecostŽs dijoÉ
Hechos 2:22-25 Varones
israelitas, o’d estas palabras:
Jesśs nazareno, var—n aprobado por Dios entre vosotros con las
maravillas, prodigios y se–ales que Dios hizo entre vosotros por medio de Žl,
como vosotros mismos sabŽis;
a Žste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento
de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucific‡ndole;
al cual Dios levant—, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era
imposible que fuese retenido por ella.
Aunque los jud’os en su apostas’a, y los romanos en su crueldad
hicieron algo malvado, estaban cumpliendo la voluntad del Se–or.
10) Con todo eso, Jehov‡ quiso
quebrantarlo, sujet‡ndole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en
expiaci—n por el pecado, ver‡ linaje, vivir‡ por largos d’as, y la voluntad de
Jehov‡ ser‡ en su mano prosperada.
Hechos 4:27-28 Porque
verdaderamente se unieron en esta
ciudad contra tu santo Hijo Jesśs, a quien ungiste, Herodes y Poncio
Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo hab’an antes
determinado que sucediera.
La soberan’a absoluta de Dios, est‡ plenamente ense–ada en el pasaje
de hoy.
Pero tambiŽn, el Žxito que Cristo iba producir. Dice tambiŽn que la voluntad de Dios
ser‡ prosperada en su mano.
Por esto Cristo pudo prometer, ŇedificarŽ mi iglesia; y las puertas
del Hades no prevalecer‡n contra ella.Ó.
11) Ver‡ el fruto de la aflicci—n de
su alma, y quedar‡ satisfecho; por su conocimiento justificar‡ mi siervo justo
a muchos, y llevar‡ las iniquidades de ellos.
Hermanos, tenemos que reconocer que no hay frustraci—n en Cristo.
Dice aqu’ que Cristo se qued— satisfecho con su trabajo. Cristo no va a vivir en angustias
pensando que hab’a alguien que deseaba salvar, pero no pudo.
Cristo est‡ salvando todos los que el Padre deseaba salvar.
Juan 6:37 Todo lo que el Padre me
da, vendr‡ a m’;
y al que a m’ viene, no le echo fuera.
Nunca pienses hermano que Cristo realmente deseaba salvar mas, pero no
pudo. Hasta en su nombre, Cristo
anunciaba su Žxito.
Mateo 1:21 Y dar‡ a luz un hijo, y llamar‡s su nombre
JESňS, porque Žl salvar‡ a su pueblo de sus
pecados.
Nunca dice que Cristo hizo posible la salvaci—n, o que Cristo est‡
intentando a salvar, no.
Es muy claro, Žl salvar‡ a su pueblo de sus pecados.
Cristo no vino al mundo solamente para hacer posible la salvaci—n de
pecadores, sino que vino para salvar, con todo Žxito, y con toda satisfacci—n.
1 Timoteo 1:15 Palabra fiel y
digna de ser recibida por
todos: que Cristo Jesśs vino al mundo para salvar a los pecadores, de
los cuales yo soy el primero.
12) Por tanto, yo le darŽ parte con
los grandes, y con los fuertes repartir‡ despojos; por cuanto derram— su vida
hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo Žl llevado el pecado
de muchos, y orado por los transgresores.
Cristo ahora est‡ levantado, con un nombre sobre todo nombre. La exaltaci—n de Cristo es completo,
como fue anunciado en el Salmo 110.
Salmos 110:1-3 Jehov‡ dijo a mi
Se–or: SiŽntate a mi
diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
Jehov‡ enviar‡ desde Sion la vara de tu poder; Domina en medio de tus
enemigos.
Tu pueblo se te ofrecer‡ voluntariamente en el d’a de tu poder.
Cuando el brazo del se–or est‡ manifestado, la gente vienen a Cristo voluntariamente. No tenemos que manipular o
presionar. Cristo siempre tendr‡
seguidores, porque el precio ya ha sido pagado.
12) Por tanto, yo le darŽ parte con
los grandes, y con los fuertes repartir‡ despojos; por cuanto derram— su vida
hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo Žl llevado el pecado
de muchos, y orado por los transgresores.
ŔQue es la herencia de Cristo, comprada con sus sufrimientos? En palabras simples, todo. Y podemos ver esto en el salmo dos.
Salmos 2:6-8 Pero yo
he puesto mi rey
Sobre Sion, mi santo monte.
Yo publicarŽ el decreto;
Jehov‡ me ha dicho: Mi hijo eres tś;
Yo te engendrŽ hoy.
P’deme, y te darŽ por herencia las naciones,
Y como posesi—n tuya los confines de la tierra.
La herencia de Cristo por todo esto, es el mundo entero. Y toca a nosotros, trabajar en el
Esp’ritu Santo, haciendo todo esto una realidad.
========================== Conclusi—n =====================
Y la buena nueva hermano, es que con Cristo,
tu eres coheredero.
Romanos 8:16-17 El Esp’ritu mismo da testimonio a
nuestro esp’ritu, de que somos hijos de
Dios. Y si hijos, tambiŽn
herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos
juntamente con Žl, para que juntamente con Žl seamos glorificados.
Pero si tu aun est‡s viviendo como un
descarriado, andando por tu propio camino, est‡s en gran peligro, y quiero orar
para ti.
Vamos a orar!