17 de junio de 18

Los Padres Como Guerreros

1 Corintios 16:13-14

 

Introducci—n

 

Cuando San Pablo plantaba la iglesia en Corinto, se encontraba mucha resistencia, muchos adversarios, y hasta la cultura del lugar tenia una influencia pŽsima, sobre el progreso de la obra.

 

Y en la providencia de Dios, estas luchas est‡n grabadas en las cartas de la primera y la secunda de Corintios.

 

Y llegando al fin de la primera carta Pablo dej— una exhortaci—n a los hombres, que yo quiero comunicar a los padres de hoy.  DijoÉ

 

1 Corintios 16:13-14 Velad, estad firmes en la fe;

portaos varonilmente, y esforzaos.  Todas vuestras cosas sean hechas con amor.

 

Para los hermanos de Corinto, no era nada f‡cil vivir como Cristianos.  Se aguantaban persecuciones.  El mundo estaba en su contra, ofreciendo muchas tentaciones carnales.  Y desde las esferas espirituales se sufr’an ataques.

 

Para sobrevivir, los hermanos ten’an que vivir como soldados de la fe.  Para proteger a sus familias, y sus iglesias, ten’an que vivir como guerreros.

 

Y para los padres de hoy, no es muy diferente.  Todo lo que tienes, hermano, todos tus seres queridos, pueden estar bajo ataque.

 

As’ que los padres de la fe, ahora, en nuestra cultura tienen que vivir como guerreros, metidos en una gran batalla.  Por esto digoÉ

 

1 Corintios 16:13-14 Velad, estad firmes en la fe;

portaos varonilmente, y esforzaos.  Todas vuestras cosas sean hechas con amor.

 

Y para elucidar la naturaleza de esa batalla, quiero presentar solamente dos ejemplos del testamento antiguo.

 

1) Abraham en su rescate de Lot.

2) Las batallas de MoisŽs con Amalec.

 

 

1) Abraham en su rescate de Lot.

 

Hablamos de Abraham la semana pasada, como era un hombre fuerte en la fe, y que lleva el nombre de padre de todos los fieles.

 

Pero aun en la vida de Abraham, ese gran hombre de paz, tenia que actuar como un guerrero.

 

Es que por su gran prosperidad, Lot, el sobrino de Abraham, y su compa–ero en su emigraci—n, se ten’an que separar se.

 

Y este Lot, era un hermano que era dŽbil, en ciertos sentidos.  Se sufr’a de una fascinaci—n con el mundo, con el materialismo, y la vanidad, y por esto se terminaba viviendo cada vez mas cerca de Sodoma y Gomorra.

 

Era dŽbil, pero no era un malvado.  De hecho, en el nuevo testamento estaba nombrado como justo.

 

Brevemente, Pedro dijo de Lot, en su segunda cartaÉ

 

2 Pedro 2:7    Y libr— al justo Lot, abrumado por la

nefanda conducta de los malvados.

 

Lot era un justo, pero era un hermano dŽbil.  Y jugando con las fascinaciones de este mundo, se perdi— mucho.  Su t’o, al contrario era un hermano fuerte, y cuando era necesario, pudo funcionar como guerrero.

 

Es que Lot, fue tomado prisionero, como esclavo, unas de las consecuencia de vivir en medio de lugares como Sodoma y Gomorra.

 

GŽnesis 14:14-16     Oy— Abram que su pariente estaba

prisionero, y arm— a sus criados, los nacidos en su casa, trescientos dieciocho, y los sigui— hasta Dan. Y cay— sobre ellos de noche, Žl y sus siervos, y les atac—, y les fue siguiendo hasta Hoba al norte de Damasco.   Y recobr— todos los bienes, y tambiŽn a Lot su pariente y sus bienes, y a las mujeres y dem‡s gente.

 

Bueno, Àcual es el punto, y cual es la aplicaci—n para nosotros?

 

Lot, como dŽbil, se perdi— mucho, podemos ver que se perdi— su libertad.  Los que conocen toda la historia saben que perdi— su esposa, y su relaci—n con sus hijas estaba pervertida.  pausa

 

Pero Abraham, el padre de los fieles, era un hombre fuerte, hasta era un guerrero cuando era necesario.  Y tocaba al fuerte, luchar para el dŽbil, y rescatar lo.  Como Cristo ha hecho para ti.

 

Hermano, padre de familia, mi exhortaci—n para ti hoy d’a es que vives como Abraham, el fuerte, el guerrero, y no como Lot, que perdi— grandemente por sus fascinaciones con este mundo.

 

Y hay otro punto aqu’.  Abraham, para rescatar a su sobrino, tenia que luchar.  No pudo simplemente orar y pedir que Dios haga todo.

 

Seguramente Abraham oraba, era un hombre de gran intercesi—n, pero esta vez, tenia que hacer mas que orar, tenia que entrar actualmente en la batalla como guerrero.

 

Y por supuesto no estoy diciendo que tu vas a luchar usando espadas u otras armas carnales, porque como San Pablo dijo a nosotros en..

 

2 Corintios 10:4-5   Porque las armas de nuestra milicia no

son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucci—n de fortalezas,  derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.

 

En fin, para sobrevivir y prosperar, en estos tiempos peligrosos en que estamos viviendo, los padres, tienen que vivir como guerreros, que son fuertes en la fe..

 

1 Corintios 16:13-14 Velad, estad firmes en la fe;

portaos varonilmente, y esforzaos.  Todas vuestras cosas sean hechas con amor.

 

El segundo ejemplo viene de.

2) Las batallas de MoisŽs con Amalec.

Seguramente algunos conocen la historia en que JosuŽ estaba en una batalla, y MoisŽs estaba sobre un monte orando con sus manos arriba.

 

La batalla, era feroz, y cuando MoisŽs pudo orar, el pueblo de Dios ganaba la batalla.  Pero cuando MoisŽs se empez— a cansar se, los enemigos de repente ganaban en su contra.

 

Vamos al texto.

ƒxodo 17:9-13  Y dijo MoisŽs a JosuŽ: Esc—genos varones, y

sal a pelear contra Amalec; ma–ana yo estarŽ sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano.  (gran unidad)

 

E hizo JosuŽ como le dijo MoisŽs, peleando contra Amalec; y MoisŽs y Aar—n y Hur subieron a la cumbre del collado.

 

Y suced’a que cuando alzaba MoisŽs su mano, Israel prevalec’a; mas cuando Žl bajaba su mano, prevalec’a Amalec.

 

Y las manos de MoisŽs se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de Žl, y se sent— sobre ella; y Aar—n y Hur sosten’an sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; as’ hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.

 

Y JosuŽ deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada.

 

Varios puntos.  Otra vez, en la providencia de Dios, el pueblo tenia que luchar.  La oraci—n, aunque era sumamente importante, no era todo.  Sino que la lucha actual era necesaria.

 

Pero hay mas de este episodio, porque la historia no empez— aqu’, sino antes.

 

Deuteronomio 25:17-18     AcuŽrdate de lo que hizo Amalec

contigo en el camino, cuando sal’as de Egipto; de c—mo te sali— al encuentro en el camino, y te desbarat— la retaguardia de todos los dŽbiles que iban detr‡s de ti, cuando tœ estabas cansado y trabajado; y no tuvo ningœn temor de Dios.

 

Aqu’ podemos ver algo importante, algo que esa historia tiene en comœn con la historia de Abraham y Lot.

 

Hermano, nuestro enemigo siempre anda atacando a los dŽbiles, a los cansados, como un le—n buscando su presa f‡cil.

 

1 Pedro 5:6-9  Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de

Dios, para que Žl os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre Žl, porque Žl tiene cuidado de vosotros.

 

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como le—n rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;  al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.

 

En el pueblo de Dios, hay fuertes, y hay dŽbiles, y antes que nada, hermano, si te puedes, no sigues como uno de los dŽbiles, que anda perdiendo tanto.

 

Sino que es tiempo de aprender vivir como hermano fuerte en la fe.  No como Lot, sino Como Abraham.

 

Y una vez llegando a tu capacidad, a tu fuerza, hay que reconocer que los fuertes, tienen el deber de luchar y hasta rescatar a los dŽbiles.

 

Y si tu hermano tienes hijos, hijas, nietos, nietas, bajo ataque, bajo las influencias destructivas de la cultura corrompida, te toca a te luchar para ellos.

 

1 Corintios 16:13-14 Velad, estad firmes en la fe;

portaos varonilmente, y esforzaos.  Todas vuestras cosas sean hechas con amor.

 

Y la iglesia est‡ aqu’ para ayudar te, a entender estas luchas, para entender los armamentos que tu tienes, pero al fin de cuentas, te toca a ti, luchar como guerrero, para los tuyos.

 

Te toca a ti, entender como el mundo, la carne est‡ enredando a los de tu casa, en sus trampas, en sus enga–os, y responder con autoridad y con poder.  Y como hemos visto, en estos dos ejemplos, aunque la oraci—n es sumamente necesaria, no es todo, hay que reaccionar, con prop—sito.

*------------------------- Aplicaci—n --------------------*

 

Hermano, como cabeza espiritual de tu familia, eres responsable por lo que pasa en tu casa.  Eres responsable por ese reba–o que Dios te ha dado.

 

Y en tiempos peligrosos como los nuestros, te toca a ti, vigilar sobre ellos, si vas a avanzar como un hombre formidable de la fe, y no como Lot, que era un creyente, hasta era nombrado por justo, pero viv’a como dŽbil perdedor.

 

Hemos visto como el enemigo va a atacar siempre a los dŽbiles.  De hecho, el diablo esperaba el momento oportuno con Cristo, cuando Žl era dŽbil, por sus ayunos.

 

Mateo 4:1-4    Entonces Jesœs fue llevado por el Esp’ritu

al desierto, para ser tentado por el diablo.

 

Y despuŽs de haber ayunado cuarenta d’as y cuarenta noches, tuvo hambre.

 

Y vino a Žl el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.

 

El respondi— y dijo: Escrito est‡: No s—lo de pan vivir‡ el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

 

Cristo nos dio el ejemplo de c—mo luchar con ese adversario.  Empleando la espada del Esp’ritu, que es la palabra de Dios.

 

Pero otra vez se ve c—mo funcione el enemigo, viene atacando a los dŽbiles, o hasta a los fuertes en su momento de debilidad.

 

Ser‡ necesario luchar, pero Dios te ha dado, hermano, todo lo que necesitas.

 

Lucas 10:19-20 He aqu’ os doy potestad de hollar serpientes

y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os da–ar‡.

 

Pero no os regocijŽis de que los esp’ritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres est‡n escritos en los cielos.

Es glorioso saber que tenemos potestad sobre las fuerzas del adversario, pero es mucho mas glorioso saber que Cristo ha derramado su sangre para sacar nos de la garras del enemigo, y llenar nos con su Esp’ritu Santo.

 

Como hermano de la fe, ya tienes una autoridad, una autoridad delegada del rey.  Pero hay que luchar.

 

Y si est‡s dispuesto a luchar, como Dios manda, entonces la victoria ser‡ tuya.  Mira no mas lo que San Pablo promet’a a la iglesia en Roma.

 

Romanos 16:20  Y el Dios de paz aplastar‡ en breve a

Satan‡s bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Se–or Jesucristo sea con vosotros.

 

Y no voy a entrar en muchos detalles, sobre la batalla, esto siendo el d’a de los padres, y tenemos mucho que celebrar, pero s’ quiero comunicar un punto mas.

 

Hermano, hermano guerrero, tienes que tener mucho cuidado, en lo que permites en tu casa, para ti mismo, o para los tuyos.

 

Si tu, y los tuyos, vivan fascinados con las vanidades de este mundo, como Lot y los suyos, puede ser que est‡ dejando abierto, una invitaci—n a tus adversarios.

 

Y quiero terminar con una ultima ilustraci—n que viene del testamento antiguo, y la conquista de la tierra prometida.

 

Deuteronomio 7:25-26 Las esculturas de sus dioses

quemar‡s en el fuego; no codiciar‡s plata ni oro de ellas para tomarlo para ti, para que no tropieces en ello, pues es abominaci—n a Jehov‡ tu Dios; y no traer‡s cosa abominable a tu casa, para que no seas anatema; del todo la aborrecer‡s y la abominar‡s, porque es anatema.

 

Exactamente c—mo aplicar esto ahora, a tu casa en particular va a variar, y no voy a tratar de legislar los detalles para ti. 

 

 

 

 

Pero los padres, en amor, tienen que decidir, con autoridad, quŽ cosas, entrando en la casa van a funcionar como tropiezos, provocaciones a la carne, fascinaciones con el mundo, o hasta aberturas al enemigo.

 

Y despuŽs tienes que gobernar con un amor santo en Cristo.

 

*------------------------- Conclusi—n --------------------*

 

En fin hermano, si tu quieres vivir mas como Abraham, el fuerte, y menos como Lot, que era un justo, pero un dŽbil, que finalmente era un perdedor en las batallas, queremos orar para ti, terminando en unos momentos.

 

No hemos entrado en todos los detalles de la batalla, porque tenemos todo el a–o para desarrollar ese tema. 

 

Es mas, tenemos las reuniones de los hombres, y las reuniones de la oraci—n, para desarrollar esto cada vez mas.

 

Pero concluyendo, ahora no es el momento de vivir como un hermano medio dormido, o medio estancado, en medio de una guerra feroz.  Hermano, tu familia te necesita, tu iglesia te necesita, como guerrero exitoso, y no como otro perdedor de la batalla.  As’ queÉ

 

1 Corintios 16:13-14 Velad, estad firmes en la fe;

portaos varonilmente, y esforzaos.  Todas vuestras cosas sean hechas con amor.

 

Vamos a orar