8 de junio de 18

El Hijo De Nobleza

Proverbios 31:1-9

 

En este ultimo capitulo, tenemos una sabidita muy especial que viene de una mujer.

 

No sabemos realmente quien era Lemuel, su hijo, algunos creen que esto era otro nombre para Salom—n, pero no hay certeza.

 

Y en esta primera parte, veremos algo de la preparaci—n de un hijo noble.  Un hijo de la familia real.

 

Y no pienses, hermano, que por esto, esto no tiene nada que ver contigo, porque dice en el libre de Efesios, que tu eres parte de la familia de Dios.

 

Efesios 2:19   As’ que ya no sois extranjeros ni advenedizos,

sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.

 

Siendo de la familia de Dios, no hay posici—n mas alta, eres parte de la familia del Rey de Reyes y del Se–or de Se–ores.

 

Es mas, dice en 1 Pedro

 

1 Pedro 2:9    Mas vosotros sois linaje escogido, real

sacerdocio, naci—n santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciŽis las virtudes de aquel que os llam— de las tinieblas a su luz admirable.

 

As’ que, hablando del hijo de nobleza, no puedes decir que esto no tiene nada que ver contigo, o nada que ver con tus hijos.

 

1) Palabras del rey Lemuel; la profec’a con que le ense–— su madre.

 

Cuando dice que es profec’a, quiere decir que es la palabra de Dios.  Sea la madre de Salom—n o sea la madre de otro pr’ncipe, lo que sigue ser‡ instrucci—n divina.

 

2) ŔQuŽ, hijo m’o? Ŕy quŽ, hijo de mi vientre?

ŔY quŽ, hijo de mis deseos?

 

A veces las madres preguntan, ŔHijo que haces?

Como ella llevaba ese hijo de nobleza en su vientre, sufriendo las molestias en su cuerpo por el embarazo, tenia derechos sobre su vida.

 

Y sabiendo que ella tenia un gran amor por Žl, solamente iba a exigir lo que era para su bien, y para el bien del reino, y para el bien de su testimonio, como hijo de Dios.

 

2) ŔQuŽ, hijo m’o? Ŕy quŽ, hijo de mi vientre?

ŔY quŽ, hijo de mis deseos?

 

Cuando dice hijo de mis deseos, los deseos de cualquier madre son para lo mejor para su hijo.

 

En otras traducciones, incluyendo en Ingles, dice aqu’ hijo de mis ŇvotosÓ.  Porque presentando un hijo a Dios, normalmente se hace promesas.

 

Esto vimos en el principio del libre de 1 Samuel.

 

1 Samuel 1:9-11 Y se levant— Ana despuŽs que hubo comido

y bebido en Silo; y mientras el sacerdote El’ estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehov‡, ella con amargura de alma or— a Jehov‡, y llor— abundantemente.

 

E hizo voto, diciendo: Jehov‡ de los ejŽrcitos, si te dignares mirar a la aflicci—n de tu sierva, y te acordares de m’, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo var—n, yo lo dedicarŽ a Jehov‡ todos los d’as de su vida, y no pasar‡ navaja sobre su cabeza.

 

Ella prometi— dedicar su hijo a Dios, en voto.  Y ella honraba ese voto.

 

Y muchos padres en las iglesias de nuestros tiempos, deseando el mejor para sus hijos, hacen una dedicaci—n, o sea una presentaci—n.

 

Y en aquella ceremonia, hay votos que se toman.   Un ejemploÉ

 

Ante la presencia de Dios y de estos testigos,

 

ŔPresent‡is a vuestro/a hijo/a ante Dios para dedicarlo solemnemente al servicio del Se–or?

Los padres: S’ lo hacemos.

ŔPrometen, a dem‡s guiarle en todo el conocimiento del camino del Se–or diariamente?  Padres: S’ lo hacemos.

 

ŔPrometen instruirlo para que conozca a Cristo como su Salvador personal? Padres: S’ lo hacemos.

 

ŔPrometen criar a esta criatura en el temor de Se–or?

Los padres dir‡n: S’, lo hacemos.

 

ŔPrometen que, en cuanto estŽ de vuestra parte, dar‡n a esta criatura un ejemplo consecuente y piadoso de vida cristiana?

Padres: S’ lo hacemos.

 

ŔPresentan a este ni–o/a en solemne sincera dedicaci—n a Dios?

 

Los deseos que los padres tienen se expresan por medio de los votos formales.

 

Bueno, esto ha establecido, ojala la sinceridad de lo que esa madre ahora va a presentar a su hijo.

 

3) No des a las mujeres tu fuerza, ni tus caminos a lo que destruye a los reyes.

 

Muchos reyes han sido destruidos por sus debilidades con las mujeres.

 

Sabemos lo que pas— con David, en su infidelidad, que era un desastre.  Y sabemos como hasta Salom—n termin— cayendo en mucha suciedad espiritual con sus mujeres extra–as.

 

1 Reyes 11:1-2 Pero el rey Salom—n am—, adem‡s de la hija de

Fara—n, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Am—n, a las de Edom, a las de Sid—n, y a las heteas;

 

gentes de las cuales Jehov‡ hab’a dicho a los hijos de Israel: No os llegarŽis a ellas, ni ellas se llegar‡n a vosotros; porque ciertamente har‡n inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A Žstas, pues, se junt— Salom—n con amor.

 

Esto ha sido un problema para reyes, para gobernadores, para el liderazgo de toda forma.

 

Y por esto la madre del hijo real, el hijo de nobleza, tenia que preparar lo por ese gran peligro.  Hasta hablando del yugo desigual.

 

3) No des a las mujeres tu fuerza, ni tus caminos a lo que destruye a los reyes.

 

En el caso de Abraham, no estaba precisamente destruido, pero s’ se cometi— un gran error, dando su fuerza, su autoridad a su esposa Sarai.

 

GŽnesis 16:1-2 Sarai mujer de Abram no le daba hijos; y ella

ten’a una sierva egipcia, que se llamaba Agar.

 

Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehov‡ me ha hecho estŽril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quiz‡ tendrŽ hijos de ella. Y atendi— Abram al ruego de Sarai.

 

En esto no estaban confiando en la promesa de Dios.  Y las consecuencias eran terribles.  Y muchos creen que el mundo aun est‡ sufriendo pora esa decisi—n.

 

4) No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, ni de los pr’ncipes la sidra;

 

Un rey, una persona de nobleza, que tiene gran influencia sobre otros,  tiene que tener su mente bien clara.

 

Ya vimos como en el libro de Isa’as, cuando hab’a apostas’a grande, hasta los lideres cayeron en el pecado de las borracheras.

 

Isa’as 28:7    Pero tambiŽn Žstos erraron con el vino, y con

sidra se entontecieron; el sacerdote y el profeta erraron con sidra, fueron trastornados por el vino; se aturdieron con la sidra, erraron en la visi—n, tropezaron en el juicio.

 

4) No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, ni de los pr’ncipes la sidra; No sea que bebiendo olviden la ley, y perviertan el derecho de todos los afligidos.

 

Herodes era un rey malo en el tiempo de Cristo, pero hay evidencias de que tenia cierto respeto por Juan el Bautista.

 

 

Pero cuando vino su cumplea–os, parece que se ca’a en los dos errores a la vez, el de la borrachera, y el de dar su fuerza a una mujer.

 

Marcos 6:14-26 Oy— el rey Herodes la fama de Jesśs, porque su

nombre se hab’a hecho notorio; y dijo: Juan el Bautista ha resucitado de los muertos, y por eso actśan en Žl estos poderes.

 

Otros dec’an: Es El’as. Y otros dec’an: Es un profeta, o alguno de los profetas.

 

Al o’r esto Herodes, dijo: Este es Juan, el que yo decapitŽ, que ha resucitado de los muertos.

 

Porque el mismo Herodes hab’a enviado y prendido a Juan, y le hab’a encadenado en la c‡rcel por causa de Herod’as, mujer de Felipe su hermano; pues la hab’a tomado por mujer.

 

Porque Juan dec’a a Herodes: No te es l’cito tener la mujer de tu hermano.  Pero Herod’as le acechaba, y deseaba matarle, y no pod’a;

 

porque Herodes tem’a a Juan, sabiendo que era var—n justo y santo, y le guardaba a salvo; y oyŽndole, se quedaba muy perplejo, pero le escuchaba de buena gana.

 

Pero venido un d’a oportuno, en que Herodes, en la fiesta de su cumplea–os, daba una cena a sus pr’ncipes y tribunos y a los principales de Galilea, entrando la hija de Herod’as, danz—, y agrad— a Herodes y a los que estaban con Žl a la mesa; y el rey dijo a la muchacha: P’deme lo que quieras, y yo te lo darŽ.

 

Y le jur—: Todo lo que me pidas te darŽ, hasta la mitad de mi reino.  Saliendo ella, dijo a su madre: ŔQuŽ pedirŽ? Y ella le dijo: La cabeza de Juan el Bautista.

 

Entonces ella entr— prontamente al rey, y pidi— diciendo: Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de Juan el Bautista.

 

 

Y el rey se entristeci— mucho; pero a causa del juramento, y de los que estaban con Žl a la mesa, no quiso desecharla.

 

 

Bueno, no dice directamente que estaban bebiendo, pero en un

festejo de mundanos, poderosos, con mujeres bailando, se puede presumir que mucho vino costoso estaba presente.

 

Y bajo la influencia del vino, y por su lujuria, mirando a la muchacha bailando, se cay— en la trampa de Satan‡s, tomando decisiones pŽsimas, que no pudo rectificar.

 

Y en la ley tambiŽn, los que trabajaban en el templo, ten’an que tener la mente muy clara.

 

Lev’tico 10:9-11     Tś, y tus hijos contigo, no beberŽis vino

ni sidra cuando entrŽis en el tabern‡culo de reuni—n, para que no mur‡is; estatuto perpetuo ser‡ para vuestras generaciones,

para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio,

y para ense–ar a los hijos de Israel todos los estatutos que Jehov‡ les ha dicho por medio de MoisŽs.

 

Continuando podemos ver que s’ hab’a un lugar para las bebidas alcoh—licas.

 

6) Dad la sidra al desfallecido, y el vino a los de amargado ‡nimo.

 

Recordando que cuando esto fue escrito, la ciencia medica era muy limitada, y el vino era considerado como un medio para eliminar dolores f’sicos e emocionales.

 

6-7) Dad la sidra al desfallecido, y el vino a los de amargado ‡nimo.  Beban, y olv’dense de su necesidad,

Y de su miseria no se acuerden m‡s.

 

Pablo hasta empleaba ese aviso una vez con Timoteo.

 

1 Timoteo 5:23 Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino

por causa de tu est—mago y de tus frecuentes enfermedades.

 

Esto no era para emborrachar se, sino para aliviar algo del dolor.  Como hicieron hasta en el caso de Cristo.

Mateo 27:33-34 Y cuando llegaron a un lugar llamado G—lgota,

que significa: Lugar de la Calavera, le dieron a beber vinagre mezclado con hiel; pero despuŽs de haberlo probado, no quiso beberlo.

 

Esto era vinagre, no vino, y a lo mejor estaban burlando de Žl, con esto.  Pero no era el plan de Jesśs, evitar nada del dolor, que tenia que sufrir, para ti y para mi.

 

Ahora solamente hay dos instrucciones mas para el hijo noble.

 

Creciendo en el Se–or, y creciendo en su influencia, la persona noble, tiene que ayudar a los menos afortunados.

 

8) Abre tu boca por el mudo en el juicio de todos los desvalidos.

 

Aqu’ el juicio no quiere decir la condenaci—n, sino los derechos de los menos afortunados.  Como dice en SantiagoÉ

 

Santiago 1:27  La religi—n pura y sin m‡cula delante de Dios

el Padre es esta: Visitar a los huŽrfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.

 

El que puede, tiene que ayudar a los huŽrfanos, a las viudas, los extranjeros y otros que, por el momento sufren una gran desventaja.

 

8-9) Abre tu boca por el mudo en el juicio de todos los desvalidos.  Abre tu boca, juzga con justicia,

Y defiende la causa del pobre y del menesteroso.

 

A veces el hijo de nobleza tendr‡ que tomar posiciones que no est‡n muy populares, pol’ticamente hablando.

 

Pero en el interŽs de la justicia, muchos hermanos han luchado en contra del aborto.  Algunos predicando en frente de las cl’nicas.

 

Otros han convencido a las mujeres a dar sus hijos por adopci—n, en vez de matar los.

 

En un sentido, estos ni–os, son mudos.  Nadie est‡ abriendo sus bocas por ellos, si aun sus padres est‡n dispuestos a matarlos.

 

 

Pero hay muchos hijos, e hijas de nobleza que est‡n luchando ya para ellos.

 

Otros han ayudado a los refugios, o los inmigrantes que necesitan ayuda y orientaci—n.  Y a veces esto no es nada popular, pol’ticamente hablando.  Pero no importa.

 

El hijo de la nobleza no vive para las opiniones modernas, sino que vive para lo que es justo conforme a la palabra de Dios.

 

Hay algunos que aun atreven a ayudar a los ni–os de Gaza, al lado de Israel.  Que es un lugar de gran controversia.  Pero no entrando en las causas, o quien tiene la culpa de su miseria, la mitad de la poblaci—n de Gaza son ni–os, que sufran casi diariamente.  Que ni tienen agua limpia y segura para beber.

 

------------------------- Conclusi—n ------------------------

 

El llamamiento de un hijo de nobleza es muy especial, y implica cierta Santidad.  Y nadie aqu’ puede decir que esto no tiene nada que ver consigo. 

 

Como comprobŽ, abriendo el mensaje, todo hijo de Dios es un hijo de nobleza.

 

Es mas, muchos de ustedes han hecho votos, de hacer precisamente esto, presentando sus hijos al Se–or.

 

As’ que si quieres realizar el cumplimiento de tus votos, tocante a esto, con tus hijos, guiando los en los caminos de la nobleza, puedes pasar en unos momentos, y oraremos para ti.

 

Vamos a Orar