1 de junio de 18

Las Listas Iluminantes

Proverbios 30:18-33

 

En la antigźedad, cuando muchos de los pobres no pasaban tiempo en las escuelas, y aun grandes cantidades de la gente ni aprendieron a leer, los sabios necesitaban maneras creativas de ense–ar.

 

Job era uno de los primeros que dijo que pudiŽramos aprender mucho por medio de los animales.

 

Job 12:7-8 Y en efecto, pregunta ahora a las bestias, y

               ellas te ense–ar‡n; A las aves de los cielos,

               y ellas te lo mostrar‡n; O habla a la tierra,

               y ella te ense–ar‡; Los peces del mar te lo

               declarar‡n tambiŽn.

 

Job nombraba animales, y otros elementos de la naturaleza, y las presentaba en forma de una lista.

 

Cristo, en su par‡bola del sembrador, hablaba de una lista de deferentes tierras, de calidades diferentes.  Y mencionaba los p‡jaros, y como ellos robaban la semilla.

 

Salom—n tambiŽn, como hemos visto, hablaba en listas y tambiŽn de los animales.

 

Proverbios 6:16-19   Seis cosas aborrece Jehov‡,

Y aun siete abomina su alma:

 

Los ojos altivos, la lengua mentirosa,

Las manos derramadoras de sangre inocente,

 

El coraz—n que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal,

 

El testigo falso que habla mentiras,

                     Y el que siembra discordia entre

hermanos.

 

Esto era una practica popular en la antigźedad, hablar en listas iluminantes que ten’an algo en comśn, y una vez captando el punto comśn, la instrucci—n estaba dif’cil de olvidar.

Y por supuesto, Salom—n encontr— instrucci—n bastante entre los animales de la creaci—n.

 

Proverbios 6:6-8     Ve a la hormiga, oh perezoso,

Mira sus caminos, y sŽ sabio;

 

La cual no teniendo capit‡n,

Ni gobernador, ni se–or,

 

Prepara en el verano su comida,

Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.

 

Y ahora regresando a nuestro estudio de hoy, veremos como Agur, otro autor de la sabidur’a, estaba muy fascinado con las listas iluminantes.

 

18) Tres cosas me son ocultas; Aun tampoco sŽ la cuarta:

 

Esto tambiŽn era normal, dar el numero de ejemplos en su lista, y despuŽs decir, pero no, hay uno mas.

 

18-19) Tres cosas me son ocultas; Aun tampoco sŽ la cuarta:

El rastro del ‡guila en el aire; El rastro de la culebra sobre la pe–a; El rastro de la nave en medio del mar;

Y el rastro del hombre en la doncella.

 

Observando las ‡guilas en el aire, se ve algo misterioso, algo del dise–o incomprensible de Dios, en ciertas criaturas.

 

Nosotros no tenemos muchos ‡guilas aqu’ cerca, pero en esta semana, caminando, observŽ un buitre, volando, un ave con casi el mismo tama–o.

 

Y la creatura casi no mov’a sus alas, no consum’a energ’a, solamente buscaba lugares en el cielo en donde el aire estaba subiendo.

 

Es como que el buitre se sent’a completamente c—modo en el cielo, navegando su cuerpo de un lugar a otro, sin luchas.

 

Y por supuesto el ‡guila es mucho mas majestuoso, porque puede volar muy, muy alto y descender como un rel‡mpago sobre su presa.

 

Y no se deja ningśn rastro de su trayectoria.

 

 

18-19) Tres cosas me son ocultas; Aun tampoco sŽ la cuarta:

El rastro del ‡guila en el aire; El rastro de la culebra sobre la pe–a; El rastro de la nave en medio del mar;

Y el rastro del hombre en la doncella.

 

Cuando dice que estas cosas les eran ocultas, quiere decir que vio algo de gran misterio en cada cual.  Como que era casi magia lo que ve’a.

 

Cuando una culebra est‡ moviendo sobre una roca, es casi incomprensible su manera de avanzar sin piernas, solamente empujando partes de su ser en contra de diferentes elevaciones imperceptibles de la roca.

 

La inteligencia de Dios en este movimiento, es una gran maravilla, para los que tomen un momento de observar la.

 

18-19) Tres cosas me son ocultas; Aun tampoco sŽ la cuarta:

El rastro del ‡guila en el aire; El rastro de la culebra sobre la pe–a; El rastro de la nave en medio del mar;

Y el rastro del hombre en la doncella.

 

Un gran nave en el mar, puede estar compuesto de miles de toneladas de metal, y llevar mas de carga, pero de una manera misteriosa, se puede llevar personas y bienes por largas distancias, normalmente manteniendo se a flote.

 

Los curiosos de la antigźedad, se preguntaban, ŔC—mo es esto posible?

 

18-19) Tres cosas me son ocultas; Aun tampoco sŽ la cuarta:

El rastro del ‡guila en el aire; El rastro de la culebra sobre la pe–a; El rastro de la nave en medio del mar;

Y el rastro del hombre en la doncella.

 

Leyendo toda la biblia, se puede ver que es el plan ideal, que el hombre y la mujer se esperan hasta su matrimonio para su primera participaci—n en el sexo.  Era algo un poco misterioso, sagrado, casi algo m‡gico.  Todo por el dise–o de nuestro Dios.  pausa

 

Pero en nuestros tiempos de suma corrupci—n, no es solamente comśn que las personas no sean v’rgenes, en la noche de su boda, sino que ya pueden venir con muchas experiencias negativas incluyendo el aborto, o con las enfermedades sexuales.

Lo que era algo m‡gico, algo majestuoso por el dise–o de Dios, es ahora, para muchos, algo comśn y corriente.

20) El proceder de la mujer adśltera es as’:

Come, y limpia su boca Y dice: No he hecho maldad.

 

Y esto es una confirmaci—n del punto.  Dios nos ha dejado algo sublime, que hasta est‡ como representaci—n de Cristo y su iglesia, y el mundo moderno lo ha cambiado en algo vulgar.

 

Efesios 5:31-32 Por esto dejar‡ el hombre a su padre y a

su madre, y se unir‡ a su mujer, y los dos ser‡n una sola carne.  Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.

 

La relaci—n entre un hombre y su mujer es un gran misterio, y bastante sagrada.  Y por esto el diablo y sus siervos, hacen todo posible para ensuciar la.

 

Y claro, todas las perversiones recibir‡n sus represalias.

 

Hebreos 13:4   Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho

sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adślteros los juzgar‡ Dios.

 

Pero la mujer de nuestro texto puede preguntar, ŇŔPorquŽ voy a estar juzgada, yo no he hecho nada malo?Ó

 

20) El proceder de la mujer adśltera es as’:

Come, y limpia su boca Y dice: No he hecho maldad.

 

Se puede llamar el malo bueno y el bueno malo, porque viene de una cultura, completamente destruida.  pausa

 

Bueno esto era la primera lista iluminante para hoy, pero este autor tiene mas.

 

21) Por tres cosas se alborota la tierra,

Y la cuarta ella no puede sufrir:

 

Otra vez, presentando su lista nos dice que hay tres, pero no, en realidad hay cuatro.

 

21) Por tres cosas se alborota la tierra,

Y la cuarta ella no puede sufrir:

22) Por el siervo cuando reina;

Por el necio cuando se sacia de pan;

23) Por la mujer odiada cuando se casa;

Y por la sierva cuando hereda a su se–ora.

 

Un siervo, tiene su posici—n en la sociedad.  A veces si se puede preparar se, aprendiendo con la diligencia, y si tiene dones naturales, se puede aprender a gobernar.

 

Pero normalmente el siervo, entiende vivir como un siervo.

 

Y si de repente, por un extra–o providencia de Dios, esa persona se encuentre en una gran posici—n de autoridad, puede ser una persona insoportable.

 

Vimos algo de esto en el libro de Nehem’as.  El pueblo de Dios levantaba la muralla de JerusalŽn con muchas luchas, y uno que causaba bastante problemas era el siervo Tob’as.

 

Nehem’as 2:10  Pero oyŽndolo Sanbalat horonita y Tob’as el

siervo amonita, les disgust— en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel.

 

Nehem’as era un hombre noble, trabajaba con un rey, en un palacio de personas muy preparadas.  Pero cuando vino a JerusalŽn para gobernar sobre la construcci—n del muro, Tob’as, el siervo que de repente tenia influencias, vino burlando.

Nehem’as 4:3   Y estaba junto a Žl Tob’as amonita, el cual

dijo: Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribar‡.

 

ŔCu‡l es el punto?  Hermano, hermana, si Dios de repente te levante a una posici—n de autoridad, tienes que tener mucho cuidado de no responder con la soberbia de los mundanos.

 

21) Por tres cosas se alborota la tierra,

Y la cuarta ella no puede sufrir:

22) Por el siervo cuando reina;

Por el necio cuando se sacia de pan;

 

Para el necio, el duro trabajo puede ser una bendici—n.  Si el necio tiene mucho tiempo libre, seguramente se va a cuasar l’os para si mismo.

 

Hace una semana la gran mayor’a ten’an un fin de semana de tres d’as, y es bueno que pasa esto a cada cuando.

 

Pero si te dejes el necio con cuatro o mas d’as libres, seguramente alguien va a terminar en la c‡rcel.  Es una gran bendici—n para todos que estos regresan a sus trabajos para ocupar sus mentes en algo productivo.

21) Por tres cosas se alborota la tierra,

Y la cuarta ella no puede sufrir:

22) Por el siervo cuando reina;

Por el necio cuando se sacia de pan;

23) Por la mujer odiada cuando se casa;

Y por la sierva cuando hereda a su se–ora.

 

La mujer odiada, en otras traducciones es la mujer rencillosa.  Hemos visto ya como Salom—n, que tenia muchas mujeres, evidentemente ten’a algunas que eran as’, siempre quejando se y tratando de manipular.

 

Por esto Salom—n dijo que se buscaba maneras de estar lejos de ellas.

 

Proverbios 25:24     Mejor es estar en un rinc—n del terrado,

Que con mujer rencillosa en casa espaciosa.

 

Y finalmente hay un ejemplo mas para terminar la lista.

 

21) Por tres cosas se alborota la tierra,

Y la cuarta ella no puede sufrir:

22) Por el siervo cuando reina;

Por el necio cuando se sacia de pan;

23) Por la mujer odiada cuando se casa;

Y por la sierva cuando hereda a su se–ora.

 

Abraham y Sarai ten’an una sierva, con el nombre de Agar, que resultaba finalmente insoportable.

 

GŽnesis 16:1-4 Sarai mujer de Abram no le daba hijos; y ella

ten’a una sierva egipcia, que se llamaba Agar.

 

Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehov‡ me ha hecho estŽril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quiz‡ tendrŽ hijos de ella. Y atendi— Abram al ruego de Sarai.

 

Y Sarai mujer de Abram tom— a Agar su sierva egipcia, al cabo de diez a–os que hab’a habitado Abram en la tierra de Cana‡n, y la dio por mujer a Abram su marido.

 

Y Žl se lleg— a Agar, la cual concibi—; y cuando vio que hab’a concebido, miraba con desprecio a su se–ora.

 

Agar, que antes ocupaba una posici—n muy baja, de repente, tenia relaciones intimas, con el gran Abraham, que era rico, y poderos.

 

Y cuando Agar finalmente pudo dar un hijo a Abraham, se sent’a superior a Sarai, y la trataba con desprecio.

 

En poco tiempo la situaci—n se volv’a completamente insoportable.   Tanto que Agar y su hijo, mas tarde ten’an que separar se de la familia.

 

Y todo esto empezaba cuando la gente de Dios, no pudieron esperar, con paciencia, la promesa de Dios, que siempre es fiel.

 

Y muchos creen que por ese gran error, tenemos los musulmanes con nosotros ahora, para hacer todo esto imposible de olvidar.

 

Bueno, tenemos que continuar, porque ahora viene otra lista iluminante.

 

24) Cuatro cosas son de las m‡s peque–as de la tierra,

Y las mismas son m‡s sabias que los sabios:

 

Ahora como Cristo, y como Job, nuestro sabio va a sacar ejemplos de la naturaleza, observando a los animales.

 

24) Cuatro cosas son de las m‡s peque–as de la tierra,

Y las mismas son m‡s sabias que los sabios:

25) Las hormigas, pueblo no fuerte,

Y en el verano preparan su comida;

26) Los conejos, pueblo nada esforzado,

Y ponen su casa en la piedra;

27 Las langostas, que no tienen rey,

Y salen todas por cuadrillas;

28) La ara–a que atrapas con la mano,

Y est‡ en palacios de rey.

 

Primero las hormigas, de que Salom—n hablaba antes.

 

La hormiga no es solamente muy diligente, sino que anda preparando para el futuro.

 

25) Las hormigas, pueblo no fuerte,

Y en el verano preparan su comida;

 

 

Dice que no son muy fuertes porque un ni–o puede matar a muchos con sus zapatos. 

 

Pero si tu hermano, tenia la fuerza, relativamente hablando, si tu tenia la fuerza de una hormiga, te pudieras agarrar una camioneta del estacionamiento afuera, y llevar la sobre tus hombros a tu casa.

 

Pero como en la otra lista, podemos observar algo de la inteligencia de Dios, como ha programado en estos insectos, la capacidad de preparar, ahorrando comida.

 

Y la instrucci—n para nosotros es para preguntar si estamos preparando nos para el futuro.  ŔTenemos ahorros, para seis meses sin trabajo, como sabios de nuestra iglesia han avisado?

 

O andamos gastando cada centavo que viene al bolsillo.

 

Pero mas importante aun, ŔEstamos viviendo como que algśn d’a dejaremos todo esto para entrar en la eternidad con Dios, o estamos viviendo como que este mundo es todo, como los mundanos que no tienen fe?  Por esto Cristo nos dijoÉ

 

Mateo 6:19-21  No os hag‡is tesoros en la tierra, donde la

polilla y el or’n corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;  sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el or’n corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.

 

Porque donde estŽ vuestro tesoro, all’ estar‡ tambiŽn vuestro coraz—n.

 

En muchas de las par‡bolas de Cristo se habla de la gente que no pensaban en el futuro, como las v’rgenes necias que no llevaban el aceite en sus l‡mparas.

 

O como los que ven’an tarde, llamando a la puerta, llamando Se–or, Se–or, para estar rechazados.  Todo esto est‡ contenido en la par‡bola de la hormiga.

 

26) Los conejos, pueblo nada esforzado, Y ponen su casa en la piedra;

 

Los conejos no est‡n muy bien equipados para luchar en contra de sus enemigos, y por esto, en el medio oriente, vivan cerca de las rocas.

 

Y si nosotros estamos sabios, estaremos cerca de la roca de la eternidad que puede funcionar como nuestra protecci—n.

 

27) Las langostas, que no tienen rey, Y salen todas por cuadrillas;

 

Unas de las plagas de las iglesias ha sido las denominaciones, que tienen sus fuertes desacuerdos, que nos mantienen sin unidad.

 

Las langostas no tienen rey, y andan unidos como un ejercito, en las palabras de Joel.

 

Joel 2:25 Y os restituirŽ los a–os que comi— la oruga, el

salt—n, el revolt—n y la langosta, mi gran ejŽrcito que enviŽ contra vosotros.

 

Si las langostas son un gran ejŽrcito sin rey, cuanto mas debemos nosotros, como Cristianos, andar en la unidad, siendo gobernados por el Rey de reyes, y Se–or de se–ores.

 

Y finalmente para esta lista.

 

28) La ara–a que atrapas con la mano, Y est‡ en palacios de rey.

 

La ara–a nos ense–a de que para vivir en el palacio, debemos de tener tres caracter’sticas.

 

Primero es diligente haciendo su telara–a poco a poco con un dise–o casi perfecto.

 

Segundo es persistente, nosotros podemos arrancar su obra, pero en la ma–ana otra telara–a estar‡ en su lugar.

 

Finalmente la ara–a da de si mismo, todo el hilo de su red saliendo de sus propias entra–as.  ŔY tu hermano, tienes estas caracter’sticas de uno del palacio?

 

Y ahora, finalmente el sabio tiene una lista mas.

 

29) Tres cosas hay de hermoso andar,

Y la cuarta pasea muy bien:

30) El le—n, fuerte entre todos los animales,

Que no vuelve atr‡s por nada;

31) El ce–ido de lomos; asimismo el macho cabr’o;

Y el rey, a quien nadie resiste.

 

El le—n no tiene temor de nadie, y tu y yo hermano, podemos copiar esto, viviendo en la santidad.

Proverbios 28:1      Huye el imp’o sin que nadie lo persiga;

                     Mas el justo est‡ confiado como un le—n.

 

El ce–ido de lomos era uno preparado para la batalla, otra vez la preparaci—n como el que tiene la armadura de Dios puesta.

 

El macho cabr’o pudo pelear, chocando con otros, en las alturas de los montes, sin perder su balance.

 

Y el rey, poderosamente preparado para la batalla, no hab’a manera de resistir lo.

 

Y as’ era Esteban en el libro de Hechos, luchando con los jud’os, que atacaban desde su postura de su apostas’a.

 

Hechos 6:8-10  Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hac’a

grandes prodigios y se–ales entre el pueblo.

 

Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandr’a, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban.

 

Pero no pod’an resistir a la sabidur’a y al Esp’ritu con que hablaba.

 

Como Esteban, si caminamos cerca del Rey, confiando en el Rey, seremos irresistibles como el Rey.

 

Y ahora hay una amonestaci—n final.  Con la sabidur’a de los grandes, con las listas iluminantes, seremos muy eficaces en nuestras batallas.

 

Pero en esto, tendremos que tener cuidado por el orgullo, y la arrogancia, viendo que la sabidur’a de Dios est‡ con nosotros.

 

Hasta San Pablo necesitaba un espino en la carne para proteger lo de esto.

 

32-33) Si neciamente has procurado enaltecerte,

O si has pensado hacer mal, Pon el dedo sobre tu boca.

Ciertamente el que bate la leche sacar‡ mantequilla,

Y el que recio se suena las narices sacar‡ sangre;

Y el que provoca la ira causar‡ contienda.

 

 

------------------------- Conclusi—n ------------------------

 

Finalmente, si la sabidur’a profunda es tu deseo, para ti y para tu familia, est‡ en tu alcance.

 

Pero ser‡ necesario continuar en la diligencia, y no caer nunca en la arrogancia, cuando sea evidente que estas logrando.

 

Si esto es tu deseo, o si quieres ponerte en paz con tu Dios, sabiendo que la Santa Cene viene en dos d’as, puedes pasar en unos momentos y oraremos para ti.

 

 

 

Vamos a Orar