20 de mayo de 18

Eres Inolvidable

Isa’as 49:13-26

Introducci—n

Estamos aun en la parte de Isa’as en que el mensaje comunicaba consolaci—n, y animo al pueblo de Dios, durante los tiempos bien duros.

 

Recordamos que el pueblo sufr’a guerras, y aunque bajo el buen rey, Us’as, hab’a un poco de estabilidad, despuŽs de Žl iba a venir Acaz, su hijo, un rey bastante malo.

 

Y el gobierno de Jud‡ iba a provocar a su Dios, mas y mas hasta que el tiempo en que era necesario, estar derrotado, y pasar setenta a–os en Babilonia, como propiedad de una tiran’a.

 

Pero esto no era el fin del pueblo de Dios, aunque muchos pensaban que si.

 

En el nuevo testamento, la iglesia ca’a bajo tiempos duros de la persecuci—n, y para animar a los hermanos de Roma, San Pablo tambiŽn hablaba en tŽrminos de consolaci—n y de animo, diciendo de DiosÉ

 

Romanos 8:32   El que no escatim— ni a su propio Hijo, sino

que lo entreg— por todos nosotros, Ŕc—mo no nos dar‡ tambiŽn con Žl todas las cosas?

 

Es que los hermanos, a veces pueden sentir como que hemos estado abandonados por Dios, olvidados, pero esto no es posible, tu hermano eres imposible de olvidar, porque Dios ha garantizado algo, como veremos.

 

13) Cantad alabanzas, oh cielos, y alŽgrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jehov‡ ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendr‡ misericordia.

 

Est‡ dando instrucciones a la naturaleza, pero Ŕpor quŽ?

 

Es que la naturaleza fue puesta bajo el hombre en el tiempo de la creaci—n, y cuando el pueblo de Dios est‡ bendecido, levantado, preservado, es una buena nueva para todos.

 

Sin el pueblo de Dios, sin la luz y la sal del mundo, la tierra es un lugar sumamente espantoso, por su maldad, pero cuando Dios est‡ levantando a nosotros, todos van a sentir alto de la bendici—n.

13) Cantad alabanzas, oh cielos, y alŽgrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jehov‡ ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendr‡ misericordia.

 

Esto fue la verdad, la realidad.  Y aunque podemos entender esto intelectualmente, en nuestras vidas, por las aflicciones presentes, podemos sentir como que la realidad es otra.

 

Por esto, el profeta iba a anticipar la reacci—n del pueblo a su mensaje.

 

14) Pero Sion dijo: Me dej— Jehov‡, y el Se–or se olvid— de m’.

 

Sion, es una manera de expresar el pueblo de Dios, y lo que ellos sent’an, en medio de todo esto es que eran abandonados por Dios.

 

Y cuando esto pasa, el diablo puede mandar nos malvados, que pidan, ŇŔY ahora, donde est‡ tu Dios ahora?  ÁTe pareces abandonado!Ó

 

Y cuando los hermanos tienen que pasar por una aflicci—n larga, de meses o de a–os, el maligno puede venir, diciendo a ti, Ň!Has sido olvidado!, Ŕno te vez?, Dios ya no te ama ya!Ó

 

Y por esto, Dios a veces tiene que mandar consolaciones muy especiales.

 

15) ŔSe olvidar‡ la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidarŽ de ti.

 

La mujer, que ha llevado su hijo en su cuerpo, por nueve meses, sintiendo a veces incomoda, hasta enferma, jam‡s va a olvidar de ese hijo.  Su amor por su hijo ser‡ intenso, normalmente indestructible.

 

Por esto, hasta celebramos el amor de las madres, como hace una semana, honrando las, por su entrega, y su sacrificio.

 

Es casi imposible para una madre olvidar de su hijo, pero puede pasar.

 

15) ŔSe olvidar‡ la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidarŽ de ti.

Cuando dice Aunque olvide ella, quiere decir que aunque es bastante raro, puede pasar.

 

En este estado, de California, y en otros estados de este pa’s, hay hospitales que tienen una caja, como donde se dejan el correo, para madres que ya quieren abandonar a sus hijos.

 

El dise–o es especial, el bebŽ estar‡ seguro, y una alerta autom‡tica va a notificar la gente del hospital.

 

Prepararon estas puertas o cajas, porque antes las mujeres abandonaron sus hijos en muchos sitios y era un poco peligroso.  

 

Pero esto no es nada nuevo.  Durante los primeros siglos de la iglesia, bajo el imperio Romano, mujeres sin afecto natural, dejaban sus ni–os peque–os en los lomos alrededor de la cuidad, para estar consumidos por las bestias. 

 

Los Cristianos rescataban a estas criaturas abandonadas, como una expresi—n de compasi—n, como muchos tratan de rescatar los hoy, de las cl’nicas del aborto.

 

As’ que aunque es muy raro, para una mujer, olvidar de su hijo, esto puede pasar.  Pero nuestro Dios jam‡s es as’.

 

15) ŔSe olvidar‡ la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidarŽ de ti.

 

Hermano, hermana, Dios jam‡s va a abandonar te, Dios jam‡s puede a olvidar te.  Bueno, Dios puede dejar que pases por tiempos graves, por sus propios prop—sitos, purificando te, o separando te de tus ’dolos o de tus rebeliones, pero hermano, hermana, eres inolvidable para Dios.

 

Y esto no por algo que tu has hecho, para merecer esa gran consideraci—n.  Sino que tu perteneces a Dios, Dios ha invertido mucho en ti, sacrificando a su hijo precioso, y por esto, Dios jam‡s puede olivar te, ni abandonar te.

 

En la cruz, para ti, Cristo estaba abandonado.

 

Mateo 27:46    Cerca de la hora novena, Jesśs clam— a gran

voz, diciendo: El’, El’, Ŕlama sabactani? Esto es: Dios m’o, Dios m’o, Ŕpor quŽ me has desamparado?

 

Cristo estaba desamparado para ti en la cruz, y ahora, tu no puedes estar desamparado.

 

Puedes sufrir aflicciones claro, pero no puedes estar olvidado, ni abandonado.

 

16) He aqu’ que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de m’ est‡n siempre tus muros.

 

Bueno, la aplicaci—n de esto ha tenido dos formas.  En los tiempos antes de Cristo, la gente a veces dibujaron im‡genes en sus manos de asuntos o de personas que no querr’an olvidar.

 

Por ejemplo en Babilonia, los de la tiran’a dijeron que los jud’os que iban a olvidar, tarde o temprano, de su Dios, de su historia y adaptar se a los ’dolos de los paganos. Por esto se cambiaron nos nombres de Daniel y sus amigos.

 

Pero los fieles dijeron, Ájam‡s!

 

Salmos 137:5-6 Si me olvidare de ti, oh JerusalŽn,

Pierda mi diestra su destreza.

 

Mi lengua se pegue a mi paladar,

Si de ti no me acordare;

Si no enalteciere a JerusalŽn

Como preferente asunto de mi alegr’a.

 

Es que se pudiera tener algo como un tatuaje, en su mano para recordar su identidad.  Pero lo que se usaban pudo estar poco a poco borrado.

 

Pero era una practica antigua de tener algo sobre tu persona, algo pegado a tu cuerpo para no olvidar.

 

Tenemos un ejemplo de esto en la ley antigua.

 

Deuteronomio 6:6-8   Y estas palabras que yo te mando hoy,

estar‡n sobre tu coraz—n; y las repetir‡s a tus hijos, y hablar‡s de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.

 

Y las atar‡s como una se–al en tu mano, y estar‡n como frontales entre tus ojos.

 

 

Eran medidas extremas para no olvidar algo.  Y para comunicar su dedicaci—n, su compromiso al pacto, Dios dijo algo semejante de si mismo.

 

16) He aqu’ que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de m’ est‡n siempre tus muros.

 

Los muros eran la protecci—n de la cuidad.  Pero cuando se fueron a Babilonia, los muros de JerusalŽn estaban en escombros.

 

Pero Dios dijo, por medio de este verso, ŇEsto no puede permanecer as’Ó.

 

Pero por su puesto despuŽs de la llegada de Cristo, esto actualmente es algo literal.

 

16) He aqu’ que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de m’ est‡n siempre tus muros.

 

Hermano, herma eres imposible de olvidar.  Cristo solamente tiene que mirar a sus manos, los heridos siendo aun all’, y va a recordar de ti, y los sacrificios que ha dado para rescatar te, de la tiran’a del Diablo.

 

Y no por nada que tu has hecho, sino que esto era un don soberano de Dios.

 

Efesios 2:8-9  Porque por gracia sois salvos por medio de

la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se glor’e.

 

Y una vez salvado, Dios tiene un gran compromiso contigo.

 

Romanos 8:32   El que no escatim— ni a su propio Hijo, sino

que lo entreg— por todos nosotros, Ŕc—mo no nos dar‡ tambiŽn con Žl todas las cosas?

 

17) Tus edificadores vendr‡n aprisa; tus destruidores y tus asoladores saldr‡n de ti.

 

Esto era una promesa de que todo iba a cambiar.  Sus sufrimientos no iban a continuar.  No serian derrotados para siempre.

 

Y la iglesia verdadera de Cristo tiene que escuchar algo semejante en nuestros tiempos.

Es como que en este pa’s, nosotros estamos atrapados en una Babilonia, siendo tanto en nuestra contra.

 

18) Alza tus ojos alrededor, y mira: todos Žstos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehov‡, que de todos, como de vestidura de honra, ser‡s vestida; y de ellos ser‡s ce–ida como novia.

 

Ayer muchos ten’an sus ojos en Inglaterra, para una boda famosa y la novia tenia una vestidura gloriosa.

 

Y as’ ser‡ la iglesia de Cristo Jesśs, pero mas gloriosa aun.

 

En los tiempos de Isa’as, los creyentes eran pocos.  La gran mayor’a de los jud’os estaban entregados al mundo, a la idolatr’a.

 

Pero aqu’ Dios juraba, por su propio nombre diciendo, Vivo yo, que era una manera de jurar.

 

Dios promet’a que los creyentes iban a prosperar otra vez en la verdad, y en la gloria.

 

19) Porque tu tierra devastada, arruinada y desierta, ahora ser‡ estrecha por la multitud de los moradores, y tus destruidores ser‡n apartados lejos.

 

Esto estaba hablando de algo mas grande del regreso de Babilonia.  Ya sabemos que en estas partes de Isa’as se habla mucho de Cristo.  De hecho hemos visto en la primera parte de este capituloÉ

Isa’as 49:6    Poco es para m’ que tś seas mi siervo para

levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; tambiŽn te di por luz de las naciones, para que seas mi salvaci—n hasta lo postrero de la tierra.

 

En fin, cuando el pueblo estaba peque–o, casi derrotado, Dios promet’a que iba a levantar se otra vez, para tener una gran influencia, sobre toda la tierra.

 

20) Aun los hijos de tu orfandad dir‡n a tus o’dos: Estrecho es para m’ este lugar; ap‡rtate, para que yo more.

Como en nuestros tiempos, bajo el juicio de Dios, muchos de perdieron a sus hijos.  Por esto habla de la orfandad.

En el cautiverio, las familias estaban separadas, y los hijos pudieron estar mandados a otras partes para servir como esclavos.

Esto fue anunciado siglos antes en la ley, como consecuencia de romper pacto con Dios.

 

Deuteronomio 28:41   Hijos e hijas engendrar‡s,

y no ser‡n para ti,

porque ir‡n en cautiverio.

 

Esto pas— con el pueblo antiguo, y esto ha pasado en este pa’s.  Muchos hermanos han perdido a sus hijos, a los enemigos de Dios, que sirvan ya al mundo o a la carne.

 

Pero estamos empezando a ver un cambio, para la gloria de Dios.

 

20) Aun los hijos de tu orfandad dir‡n a tus o’dos: Estrecho es para m’ este lugar; ap‡rtate, para que yo more.

 

En el caso de Job, se perdi— sus hijos, a los enemigos, pero terminando su historia, tenia una gran familia otra vez.

 

Job 42:12-13   Y bendijo Jehov‡ el postrer estado de Job

m‡s que el primero; porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas, y tuvo siete hijos y tres hijas.

 

21) Y dir‡s en tu coraz—n: ŔQuiŽn me engendr— Žstos? Porque yo hab’a sido privada de hijos y estaba sola, peregrina y desterrada; ŔquiŽn, pues, cri— Žstos? He aqu’ yo hab’a sido dejada sola; Ŕd—nde estaban Žstos?

 

Esto estaba hablando de los miles que iban a entrar en el pueblo de Dios por la obra de Cristo.

 

Y tenemos que notar aqu’, que en la Biblia, los hijos siempre est‡n tomados como una bendici—n.

 

Salmos 127:3-5 He aqu’, herencia de Jehov‡ son los hijos;

Cosa de estima el fruto del vientre.

 

Como saetas en mano del valiente,

As’ son los hijos habidos en la juventud.

 

Bienaventurado el hombre que llen— su aljaba de ellos; No ser‡ avergonzado Cuando hablare con los enemigos en la puerta.

 

 

En nuestra generaci—n la iglesia ha sufrido dos ataques fuertes.

 

Primero, hemos ca’do bajo la influencia de los que dicen que hay que planear la familia, por razones econ—micas.  Y por esto hay menos hijos.

 

Pero si esto no era suficiente, por las escuelas del gobierno, nuestros hijos han sido robados en grandes nśmeros, y arrastrados al servicio del enemigos, conforme a la maldiciones de Deuteronomio 28

 

Deuteronomio 28:41   Hijos e hijas engendrar‡s,

y no ser‡n para ti,

porque ir‡n en cautiverio.

 

Pero gracias a Dios, ahora parece que esto est‡ cambiando un poco.

 

22) As’ dijo Jehov‡ el Se–or: He aqu’, yo tenderŽ mi mano a las naciones, y a los pueblos levantarŽ mi bandera; y traer‡n en brazos a tus hijos, y tus hijas ser‡n tra’das en hombros.

 

Esto est‡ hablando de la prosperidad de la iglesia de Cristo Jesśs.  En el principio, la iglesia era compuesta de mayormente Jud’os, pero por medio de las misiones, las viajes de San Pablo, bajo el poder del Esp’ritu Santo, la gente entraban de todos lados, como nuevos hijos, pero no de la carne.

 

Juan 1:13 Los cuales no son engendrados de sangre,

ni de voluntad de carne, ni de voluntad de var—n,

sino de Dios.

 

Y como el pueblo durante el tiempo de Isa’as estaba bajo mucho opresi—n por gobiernos fuertes, ten’an que entender que Dios tiene poder hasta sobre los magistrados de los gobiernos.

 

23) Reyes ser‡n tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra te adorar‡n, y lamer‡n el polvo de tus pies; y conocer‡s que yo soy Jehov‡, que no se avergonzar‡n los que esperan en m’.

 

Los reyes de Persia ayudaron mucho al pueblo a regresar, y a levantar su templo.  Ester era una reina, casada con un rey de Persia, que arriesgaba su vida para rescatar el pueblo de Dios.

Mas tarde en el emperio romano, mas y mas de los del gobierno estaban reconociendo a Cristo como su Se–or.

 

Y como dije en el ultimo estudio, los presidentes de este pa’s, con todos sus problemas, aun juran con la mano sobre la Biblia para tomar su oficio.

 

En fin, es muy f‡cil para Dios, dirigir los del gobierno a ayudar su iglesia.

 

Proverbios 21:1 Como los repartimientos de las aguas,

As’ est‡ el coraz—n del rey en la mano de Jehov‡; A todo lo que quiere lo inclina.

 

24) ŔSer‡ quitado el bot’n al valiente? ŔSer‡ rescatado el cautivo de un tirano?

 

Esto est‡ otra vez anticipando la fe dŽbil, las objeciones del pueblo abatido.

 

Ellos serian el bot’n, de diferentes guerras.  ŔSerian rescatados?

 

25) Pero as’ dice Jehov‡: Ciertamente el cautivo ser‡ rescatado del valiente, y el bot’n ser‡ arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderŽ, y yo salvarŽ a tus hijos.

 

Esto es una promesa gloriosa de consolaci—n, de animo.

 

Y lo podemos aplicar esto a los que est‡n bajo la tiran’a de Satan‡s, Dios puede f‡cilmente rescatar los.  Como Cristo nos ense–aba.

 

Mateo 12:28-29 Pero si yo por el Esp’ritu de Dios echo

fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.

 

Porque Ŕc—mo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podr‡ saquear su casa.

 

Esto es lo que hacemos en las misiones y en el evangelismo, en la expansi—n de la iglesia.  Estamos robando del diablo los que Žl cree son suyos, pero en realidad son de Cristo, comprados por su sangre, esculpidos en sus manos.

 

26) Y a los que te despojaron harŽ comer sus propias carnes, y con su sangre ser‡n embriagados como con vino; y conocer‡ todo hombre que yo Jehov‡ soy Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.

 

En contra de la iglesia de Cristo, no se puede prosperar.

 

Dios dio una gran promesa a Abraham.

 

GŽnesis 12:3   BendecirŽ a los que te bendijeren, y a los

que te maldijeren maldecirŽ; y ser‡n benditas en ti todas las familias de la tierra.

 

Y como heredero de Abraham, tienes que creer que esta promesa es para ti.

 

G‡latas 3:29   Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente

linaje de Abraham sois, y herederos segśn la promesa.

 

26) Y a los que te despojaron harŽ comer sus propias carnes, y con su sangre ser‡n embriagados como con vino; y conocer‡ todo hombre que yo Jehov‡ soy Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.

 

En la ca’da de Babilonia, muchos soldados abandonaron la causa, y por traici—n se fueron al lado de los de Persia.

 

Esto era por la providencia de Dios.

 

En el tiempo de los jueces, Dios tenia a nuestros enemigos matando el uno al otro.

 

Jueces 7:22    Y los trescientos tocaban las trompetas; y

Jehov‡ puso la espada de cada uno contra su compa–ero en todo el campamento. Y el ejŽrcito huy— hasta Bet-sita, en direcci—n de Zerera, y hasta la frontera de Abel-mehola en Tabat.

 

Y en nuestros tiempos, cuando los Musulmanes desean atacar a los Cristianos en muchas partes, Dios ha puesto a los sunitas en contra de los y chi’tas y los chi’tas en contra de los sunitas, y los dos lados se matan el uno al otro.

 

En fin, la conclusi—n es bastante simple, en contra del pueblo de Dios, no se puede.

 

========================= Aplicaci—n ======================

 

Hemos aprendido hoy que el amor que Dios tiene para nosotros es indestructible.

 

Claro podemos pasar por las aflicciones, pero esto jam‡s quiere decir que Dios te ha olvidado ni abandonado.

 

Cristo est‡ diciendo a ti en este d’a, Ňeres inolvidableÓ.

 

ŔPor que?  ŔPor tu propios meritos?  ŔPor quŽ has hecho algo digno de este gran amor?  Imposible.

 

La respuesta esta en el vers’culo 16.

 

16) He aqu’ que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de m’ est‡n siempre tus muros.

 

Y si tu quieres vivir en la luz de esa promesa gloriosa, pasando de una victoria a otra, aun en medio de las aflicciones, puedes pasar al frente en unos momentos, y oraremos para ti.

 

Romanos 8:32   El que no escatim— ni a su propio Hijo, sino

que lo entreg— por todos nosotros, Ŕc—mo no nos dar‡ tambiŽn con Žl todas las cosas?

 

Vamos a orar!