18 de mayo de 18

La Alegr’a O La VergŸenza

Proverbios 29:15-27

 

Estamos ya casi, casi llegando al fin del libro.  En poco tiempo estaremos cerrando con la mujer virtuosa.  Y a estas alturas, ojala estamos ya empezando a pensar con una mente limpia, B’blica, abandonando las trampas y la vanidad del mundo.

 

Y con casi cada precepto ya, viene una bendici—n para los que actualmente escuchan y se adaptan a lo que Dios est‡ diciendo por medio del rey, Salom—n.

 

15) La vara y la correcci—n dan sabidur’a; mas el muchacho consentido avergonzar‡ a su madre.

 

La vara es importante para los que van a implementar una disciplina B’blica en la casa, pero es claro que la vara no viene sola.

 

Y no debe de estar acompa–ada con la ira o con una rabia.  Para hacer su obra, para conferir la promesa otorgada por Dios, la vara tiene que estar acompa–ada con la correcci—n.

 

ÀPero que es la correcci—n?

 

En amor, es necesario hablar con tu hijo, explicando exactamente porquŽ est‡ recibiendo el castigo.  Hay que dialogar.  Y si tu no tienes el tiempo de comunicar con tu hijo, con tu hija, sobre la naturaleza de la ofensa, todo esto puede causar mas da–o que la negligencia normal.

 

El ni–o tiene que entender c—mo estaba transitando el camino de los transgresores.

 

Proverbios 13:15 El buen entendimiento da gracia;

  Mas el camino de los transgresores es duro.

 

Es necearlo estar consistente, justo, en la casa con la correcci—n, y esto es mucho trabajo.  Es una tarea constante.

Pero vale la pena.

 

15) La vara y la correcci—n dan sabidur’a; mas el muchacho consentido avergonzar‡ a su madre.

 

Por la negligencia, te puedes producir un ni–o consentido.

Y esto puede ser para la madre una vergŸenza.  A veces hay familias con que te quieres pasar tiempo.  Pero en el fondo, tu deseo es que no vengan a tu casa con sus hijos, porque sus hijos andan fuera de control.

 

Y siempre hay padres que hacen sus excusas.  O Žl est‡ pasando por un mal momento.  O est‡ un poco atravieso.  Est‡ pasando por una etapa dif’cil.

 

Esto es lo que dicen, cuando rehœsan recibir el consejo de la sabidur’a de la palabra.

 

16) Cuando los imp’os son muchos, mucha es la transgresi—n;

Mas los justos ver‡n la ruina de ellos.

 

Cuando los imp’os son muchos, es como una plaga produciendo cada vez mas infecci—n.

 

Los j—venes sin disciplina, sin gu’a, van a ir con la mayor’a.  Y cuando la mayor’a son imp’os, el pueblo entero puede convertir se en una pesadilla.

 

La delincuencia puede ser normal, con robos, con secuestros, con la extorsi—n, y una gran cantidad de vicios.

 

16) Cuando los imp’os son muchos, mucha es la transgresi—n;

Mas los justos ver‡n la ruina de ellos.

 

Dios no va a permitir a un pueblo o a un pa’s, pudrir se para siembre.  Tarde o temprano, Dios levantar‡ hombres en el gobierno para emplear su autoridad en contra de los malvados.

 

O como en algunas partes, la gente misma van a levantar se en movimientos de la auto defensa.

 

Pero los problemas se multiplican cuando los padres no est‡n involucrados en la correcci—n de sus hijos.

 

A veces es porque el padre es ausente, trabajando en otras partes, o tal vez simplemente ha abandonado a su esposa, su compa–era, con sus hijos.

 

Y esto es cada vez mas comœn en nuestros tiempos en que la familia, y el pacto de matrimonio no est‡n tomados como sagrados, como Dios manda.

 

17) Corrige a tu hijo, y te dar‡ descanso,

Y dar‡ alegr’a a tu alma.

Aqu’ se ve que aun estamos en el mismo tema.  Los que toman el tiempo, los que aprendan c—mo, estudiando, o preguntando a las familias exitosas en esto, van a tener una gran alegr’a por el car‡cter de sus hijos.

 

Y todos est‡n escogiendo, en quŽ se van a vivir, en la alegr’a, o en la vergŸenza.

 

Los sabios van a empezar muy temprano, quitando la necedad que viene con sus hijos.

 

Proverbios 22:15     La necedad est‡ ligada en el coraz—n del

                     muchacho; Mas la vara de la correcci—n la

                     alejar‡ de Žl.

 

El hermano sabio va a creer, aqu’, la palabra de Dios, que los hijos no vienen como inocentes, sino dispuestos a desafiar la autoridad de Dios y de los padres.

 

Proverbios 13:24     El que detiene el castigo, a su hijo

aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.

 

Pero todo esto es mucho trabajo, una tarea constante.  Por  esto hay cada vez mas padres que optan por la negligencia, haciendo excusas para sus rebeldes.  Y aunque no piensan en las consecuencias, se preparan para los a–os de vergŸenza, cuando estar‡n pensando, ÒÀPero que hice yo, para tener hijos que ya andan tan lejos de Dios?Ó

 

Otros porque no han avanzado en la santidad verdadera, dejar‡n sus hijos, en una gran confusi—n, viendo que sus padres dicen una cosa, pero hacen otra.

 

18) Sin profec’a el pueblo se desenfrena; mas el que guarda la ley es bienaventurado.

 

Me gusta la traducci—n aqu’, de la palabra profec’a, en ingleses el verso habla de la falta de Òvisi—nÓ.

 

ÀPero c—mo debemos de entender profec’a aqu’?  No es realmente hablando de los que predican el futuro.

 

1 Corintios 14:3     Pero el que profetiza habla a los hombres

para edificaci—n, exhortaci—n y consolaci—n.

 

 

Profetizar aqu’ es simplemente edificar y exhortar con la palabra de Dios.

 

En algunos lugares en la biblia Espa–ola, aun emplean la palabra visi—n.

 

1 Samuel 3:1   El joven Samuel ministraba a Jehov‡ en

presencia de El’; y la palabra de Jehov‡ escaseaba en aquellos d’as; no hab’a Òvisi—nÓ con frecuencia.

 

Estamos hablando de una falta de la palabra de Dios, claramente presentada.

 

18) Sin profec’a el pueblo se desenfrena; mas el que guarda la ley es bienaventurado.

 

Es claro que en nuestra cultura de los estados unidos la palabra de Dios no es muy popular ahora, pero lo que es realmente triste, es una escasez aun en las iglesias, a veces.

 

Cuando hay muchos testimonios, mucha drama, o espect‡culos, y muchos cuentos sobre experiencias, se dejan poco lugar para la exposici—n de la palabra.  Y la consecuencia es triste.

 

18) Sin profec’a el pueblo se desenfrena; mas el que guarda la ley es bienaventurado.

 

Mira aqu’ lo que es el opuesto.  Cuando la Palabra est‡ bien expuesta, y cuando estamos exhortados a poner la en practica, estamos bienaventurados.

 

Otra vez tenemos que decidir entre dos resultados, o la vergŸenza o la alegr’a.

 

Y en la historia de la iglesia muchos han notado que cuando hay mucha predicaci—n en publico, en las calles, aun los no convertidos pecan menos, porque por el poder de la palabra, sus conciencias est‡n activadas.

 

La ense–anza dura, produce corazones suaves.

Y la ense–anza suave produce corazones duros.

 

19) El siervo no se corrige con palabras;

Porque entiende, mas no hace caso.

 

Los siervos en la antigŸedad se quedaban con la familia. 

A veces viv’an en una forma de la esclavitud, pero esto era en vez de tener las prisiones de larga duraci—n, que realmente no son un concepto b’blico.

 

ƒxodo 22:2-3   Si el ladr—n fuere hallado forzando una casa,

y fuere herido y muriere, el que lo hiri— no ser‡ culpado de su muerte.

 

Pero si fuere de d’a, el autor de la muerte ser‡ reo de homicidio. El ladr—n har‡ completa restituci—n; si no tuviere con quŽ, ser‡ vendido por su hurto.

 

Cuando el ladr—n era vendido por su hurto, no era para siempre, sino que era para trabajar, pagando por su delito, y mas tarde ser’a otra vez libre.

 

En la ley de Dios, no hay prisiones de larga duraci—n.  El ladr—n tenia que trabajar y vivir como persona productiva.

 

Pero a veces uno tenia que estar un poco duro, o sea, firme con ellos.

 

19) El siervo no se corrige con palabras; porque entiende, mas no hace caso.

 

Con la mano firme, el siervo, sirviendo por sus robos u otro delito, pudo salir como una persona corregida, hasta aprendiendo a trabajar, productivamente.

 

Pero su amo no pudo estar muy sueva con Žl, sino firme.

 

Muchos critican esa ley de Dios, pero ÀquŽ pongan en su lugar?, sino prisiones horribles donde es peor que la muerte.

 

20) ÀHas visto hombre ligero en sus palabras? M‡s esperanza hay del necio que de Žl.

 

Otra vez hay que escoger, entre la alegr’a o la vergŸenza. Uno puede responder r‡pidamente, sin pensar, diciendo algo que se va a lamentar, o se puede tomar un momento de pensar, y responder con sabidur’a.

 

Este libro de proverbios ha ense–ado mucho sobre el necio, pero aqu’ habla de uno, por lo cual hay menos esperanza, que por el necio.

 

 

21) El siervo mimado desde la ni–ez por su amo, a la postre ser‡ su heredero.

Esto es otra amonestaci—n para los que ten’an siervos.  Si no han sido guiados con la mano firme, iban a pensar que eran iguales que los hijos, hasta como que se merec’an una porci—n de la herencia.

 

El gran comentarista, Matthew Henry, tenia una buena manera de entender esto, hablando del hijo prodigo.

 

Lucas 15:19    Ya no soy digno de ser llamado tu hijo;

hazme como a uno de tus jornaleros.

 

El hijo prodigo, por su gran arrepentimiento, no se sent’a digno de tomar la posici—n del hijo, sino del siervo.

 

El siervo arrogante, arruinado de nuestro texto, porque su amo no quiso aplicar la disciplina correctamente, este siervo se siente indigno de servir como un siervo, sino desea, como hijo, recibir parte de la herencia.

 

22) El hombre iracundo levanta contiendas, y el furioso muchas veces peca.

 

Otra vez tienes que escoger entre la alegr’a, y la vergŸenza.

 

Si no conoces nada del fruto del Esp’ritu, como la templanza o sea el dominio propio, puedes dar rienda suelta a tu enojo, y despuŽs lamentar tu falta de control, hasta pidiendo perd—n, otra vez.

 

23) La soberbia del hombre le abate; pero al humilde de esp’ritu sustenta la honra.

 

Esto hemos visto mucho en este libro, y tambiŽn en las ense–azas de Cristo, pero es la misma decisi—n.  ÀVas a vivir en la alegr’a, o vas a vivir en la vergŸenza?

 

Lucas 14:7-10  Observando c—mo escog’an los primeros asientos a la mesa, refiri— a los convidados una par‡bola, diciŽndoles: Cuando fueres convidado por alguno a bodas, no te sientes en el primer lugar, no sea que otro m‡s distinguido que tœ estŽ convidado por Žl, y viniendo el que te convid— a ti y a Žl, te diga: Da lugar a Žste; y entonces comiences con vergŸenza a ocupar el œltimo lugar.   

 

 

 

Mas cuando fueres convidado, ve y siŽntate en el œltimo lugar, para que cuando venga el que te convid—, te diga: Amigo, sube m‡s arriba; entonces tendr‡s gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa.

 

24) El c—mplice del ladr—n aborrece su propia alma; pues oye la imprecaci—n y no dice nada.

 

Esto est‡ hablando de lo que pasa en la corte.

 

Presentando el testimonio, era siempre normal, jurar que ibas a decir toda la verdad.  La imprecaci—n, es la maldici—n que recibes por romper tu juramento.

 

Y es un principio b‡sico del pacto.  Los que vivan fieles al pacto, van a caminar en la bendici—n de Dios, los que juran falsamente van a provocar las consecuencias graves, tomando el nombre de Dios en vano.

 

ƒxodo 20:7 No tomar‡s el nombre de Jehov‡ tu Dios en

vano; porque no dar‡ por inocente Jehov‡ al que tomare su nombre en vano.

 

Esto es una promesa.

 

24) El c—mplice del ladr—n aborrece su propia alma; pues oye la imprecaci—n y no dice nada.

 

Este, cuando piden sobre el crimen, dice, Òyo no se nadaÓ, pero lo dice bajo juramento, y por esto Salom—n dice que aborrece su propia alma, porque las consecuencias ser‡n graves.

 

25) El temor del hombre pondr‡ lazo; mas el que conf’a en Jehov‡ ser‡ exaltado.

Muchos Cristianos van a sentir un poco de vergŸenza, llegando al fin de sus d’as, y entrando en la presencia de Dios para siempre.

 

Van a pensar, ÒCuantas oportunidades tuve para hablar de Cristo, en mi familia, en el trabajo, en la calle.  Pero jam‡s dije casi nada?Ó

 

ÀCuantas oportunidades he perdido, simplemente porque estuve dominado por el temor del hombre?  ÀC—mo es posible que he vivido como que mi Dios era muy peque–o, ni digno de estar mencionado, mientras los hombres eran dignos de mi temor?Ó

 

25) El temor del hombre pondr‡ lazo; mas el que conf’a en Jehov‡ ser‡ exaltado.

 

Nuestro tiempo en esta vida est‡ muy limitada, y si vamos a hacer algo para el Se–or, algo que va a durar para siempre, el tiempo es ahora.

 

Cristo sabia que ser’a normal para los hermanos caer en ese temor pecaminoso, y por esto nos dio una ense–anza.

 

Lucas 12:4-5   Mas os digo, amigos m’os: No tem‡is a los que

matan el cuerpo, y despuŽs nada m‡s pueden hacer.

 

Pero os ense–arŽ a quiŽn debŽis temer: Temed a aquel que despuŽs de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; s’, os digo, a Žste temed.

 

En Ir‡n, hay hermanos que compartan su fe, aun cuando es muy peligroso, pero aqu’, donde hay mas seguridad, hay hermanos que pasan a–os, jam‡s compartiendo su Cristo con nadie.

 

26) Muchos buscan el favor del pr’ncipe; mas de Jehov‡ viene el juicio de cada uno.

 

En el libro de Ester, el malvado Am‡n tenia el favor del rey, el esposo de Ester.  Pero no tenia el favor del Rey de los reyes.

 

Y despuŽs de mucha oraci—n y ayuno, este se cay—, su amistad con el pr’ncipe no obstante.

 

Mas importante que la amistad con cualquier dignatario humano, es tu amistad con Cristo, y si no tienes esto, quiero orar contigo, terminando el servicio.

 

27) Abominaci—n es a los justos el hombre inicuo; y abominaci—n es al imp’o el de caminos rectos.

 

Mencionamos en el ultimo estudio como Dios ha puesto la enemistad entre estos dos grupos.

 

Pero esto no quiere decir que hemos abandonado toda esperanza para los perdidos.

 

Cristo nos ense–aba a amar a nuestros enemigos, deseando lo mejor para ellos.

 

Mateo 5:43-45  O’steis que fue dicho: Amar‡s a tu pr—jimo, y

aborrecer‡s a tu enemigo.

 

Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;

 

para que se‡is hijos de vuestro Padre que est‡ en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

 

Si hay malvados en tu vida, en tu trabajo, en tu familia, no te desesperas, hay esperanza aun.

 

2 Pedro 3:9    El Se–or no retarda su promesa, segœn algunos

la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

 

Muchos creyeron que San Pablo, antes Saulo, un perseguidor de la iglesia, muchos pensaron que era un hombre sin esperanza.

 

Pero una vez convertido, como sorpresa para la iglesia primitiva, se convirti— en una gran ayuda a todos.  Y nuestro Dios aun tiene todo el poder necesario para hacer el mismo ahora, con un malvado en tu vida.

 

------------------------- Conclusi—n ------------------------

 

En fin, si tu quieres evitar la vergŸenza y la de tus hijos en esta vida, empleando los medios de la gracia que Dios ha puesto delante de nosotros,

 

Si tu quieres tener la energ’a, y la persistencia de guiar a tus hijos en la disciplina divina, para vivir en la alegr’a mas tarde, puedes pasar en unos momentos, y oraremos para ti.

 

 

Vamos a Orar