5 de mayo de 18

Los Corazones Duros

Proverbios 29:1

 

El Dios verdadero, el Dios de la Biblia est‡ conocido por su amor y por su misericordia.  A veces la gente se quejan porque no actœe mas r‡pidamente en contra de los malvados y los delincuentes, pero nuestro Dios tiene sus prop—sitos.

 

2 Pedro 3:9    El Se–or no retarda su promesa, segœn

algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

 

Y mientras tanto, el Se–or est‡ mandando mensajeros, que proclaman sus preceptos, ojala de manera fiel a la palabra, llamando a los rebeldes a bajar sus armas y ha venir a Cristo en la fe, y en el arrepentimiento.

 

Los que escuchan la palabra pueden estar reprendido por sus pecados, por su inmoralidad sexual, por sus vicios, o por su falta de respeto a sus padres.

 

La palabra de Dios es bien œtil para despertar la conciencia que existe en cada hombre, en cada mujer y en cada joven.

 

2 Timoteo 3:16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y

œtil para ense–ar, para redarguir, para corregir, para instruir en justicia,

 

Pero hay una categor’a de persona, que aunque sea corregida por la palabra, aunque reciba amonestaci—n de su jefe, o de su pareja, o hasta de su conciencia, siempre se va a poner se duro, y rechazar la llamada al arrepentimiento.

 

El Rey Salom—n, el gran sabio, tenia una promesa para los tales.

 

Proverbios 29:1 El hombre que reprendido endurece la

cerviz, De repente ser‡ quebrantado, y

no habr‡ para Žl medicina.

 

Hay ciertas persona que son duras de coraz—n, incapaces de estar reprendidas o instruidas, aun por medio de sus propias conciencias, que ellos tratan de callar con vicios u otros medios.

En otra traducci—n esto est‡ presentado con palabras mas modernas.

 

Proverbios 29:1 El que se pone terco cuando lo

reprenden, pronto ser‡ destruido sin

remedio.

 

La promesa es que esto va a venir como de repente.  Los que conf’an en que tendr‡n su momento de recapacitar, cuando la muerte se acerca pueden estar bien equivocada.

 

El tiempo de reconciliarte con tu Dios es ahora, mientras aun puedes pensar bien y estar enterado de lo que est‡ pasando.  Hoy en d’a, muchos mueren en dolores fuertes, llenos de drogas que quitan la capacidad de pensar con claridad.

 

Proverbios 29:1 El hombre que reprendido endurece la

cerviz, De repente ser‡ quebrantado, y

no habr‡ para Žl medicina.

 

Otros est‡n reprendidos por sus amigos, o sus mŽdicos, si tratan mal a sus cuerpos con mucha bebida fuerte, o con demasiada comida.

 

Es mas, saben por sus conciencias, que andan mal, pero no se hacen caso, sino que se ponen duros, sus corazones, y se regresan a su terquedad de costumbre.

 

Proverbios 29:1 El que se pone terco cuando lo

reprenden, pronto ser‡ destruido sin

remedio.

 

Hay hombres que vivan como el gran fara—n de Egipto en la Biblia.  Dios mandaba una y otra vez una plaga sobre su pueblo, pero en vez de realmente recapacitar se, se puso duro, se endureci— su coraz—n, y se regres— a su terquedad.

 

ƒxodo 8:30-32  Entonces MoisŽs sali— de la presencia de

Fara—n, y or— a Jehov‡.

 

Y Jehov‡ hizo conforme a la palabra de MoisŽs, y quit— todas aquellas moscas de Fara—n, de sus siervos y de su pueblo, sin que quedara una.

 

Mas Fara—n endureci— aun esta vez su coraz—n, y no dej— ir al pueblo.

 

Y finalmente ese gran rey vino al fin de la paciencia de Dios, y su ruina vino r‡pido, primero con su hijo, y despuŽs con su ejercito, hundiendo se en el mar rojo.

 

Proverbios 29:1 El que se pone terco cuando lo

reprenden, pronto ser‡ destruido sin

remedio.

 

Esto no es solamente una posibilidad, no, esto es una promesa.  As’ se hablan tambiŽn en otras partes del libro de proverbios.

 

Proverbios 1:24-31   Por cuanto llamŽ, y no quisisteis o’r,

Extend’ mi mano, y no hubo quien

atendiese, Sino que desechasteis todo

consejo m’o Y mi reprensi—n no

quisisteis,

 

TambiŽn yo me reirŽ en vuestra calamidad, Y me burlarŽ cuando os viniere lo que temŽis;

 

Cuando viniere como una destrucci—n lo que temŽis, Y vuestra calamidad llegare como un torbellino; Cuando sobre vosotros viniere tribulaci—n y angustia.

 

Entonces me llamar‡n, y no responderŽ;

Me buscar‡n de ma–ana, y no me hallar‡n.

 

Por cuanto aborrecieron la sabidur’a,

Y no escogieron el temor de Jehov‡,

 

Ni quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensi—n m’a,

 

Comer‡n del fruto de su camino,

Y ser‡n hastiados de sus propios consejos.

 

No es sabio, ni seguro, rechazar la reprensi—n que Dios te manda, o por su palabra, o por otras personas de tu vida o simplemente por medio de tu propia conciencia.

 

Amigo, Àhas pagado por el aborto de un amante?  ÀY jam‡s has pedido a tu Dios por su perd—n, por este asesino?

 

Proverbios 29:1 El hombre que reprendido endurece la

cerviz, De repente ser‡ quebrantado, y

no habr‡ para Žl medicina.

 

Hay muchos ejemplos del cumplimiento de esa promesa, en la vida real, y en las Santas Escrituras.

 

En el tiempo de NoŽ, por unos cien a–os, NoŽ proclamaba la justicia de Dios, y los duros de coraz—n seguramente estaban simplemente burlando de Žl.

 

Hebreos 11:7   Por la fe NoŽ, cuando fue advertido por Dios

acerca de cosas que aœn no se ve’an, con temor prepar— el arca en que su casa se salvase; y por esa fe conden— al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.

 

2 Pedro 2:5    Y si no perdon— al mundo antiguo, sino que

guard— a NoŽ, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los imp’osÉ

 

Los estudios del tama–o del arca de NoŽ, muestran que hab’a mas lugar para otros, aun con todos los animales, pero nadie mas deseaba entrar, sino que estaban bien c—modos en su terquedad.

 

Y cuando la lluvia vino, vino como de repente.

 

Proverbios 29:1 El que se pone terco cuando lo

reprenden, pronto ser‡ destruido sin

remedio.

 

Cristo mismo ense–aba de la necesidad de responder, con prisa, cuesta lo que cuesta, porque tu fin puede venir de repente.

 

Lucas 13:24-27 Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurar‡n entrar, y no podr‡n.   DespuŽs que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecŽis a llamar a la puerta, diciendo: Se–or, Se–or, ‡brenos, Žl respondiendo os dir‡: No sŽ de d—nde sois.

 

Entonces comenzarŽis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas ense–aste.  Pero os dir‡: Os digo que no sŽ de d—nde sois; apartaos de m’ todos vosotros, hacedores de maldad.

O mi querido amigo, ahora no es el momento de poner su coraz—n duro, cuando Dios te est‡ llamando con su gracia y con su misericordia, ahora no es el momento de despreciar su evangelio.

 

Si usted ha sido habituado de mirar a la pornograf’a, ahora es el momento de pedir el poder de romper con tal vicio sucio.  Como dijo Cristo Jesus.

 

Mateo 5:27-28  O’steis que fue dicho: No cometer‡s

adulterio.  Pero yo os digo que cualquiera

que mira a una mujer para codiciarla, ya

adulter— con ella en su coraz—n.

 

ÀHas tomado el dinero como el objeto, la obsesi—n de tu vida, como un ’dolo, tomando el lugar de Dios en tu coraz—n?  ÀHas seguido en esa rebeli—n, sin escuchar el precepto de Dios que diceÉ?

 

ƒxodo 20:3 No tendr‡s dioses ajenos delante de m’.

 

O como Cristo dijoÉ

Marcos 12:30   Amar‡s al Se–or tu Dios con todo tu

coraz—n, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.

 

Dios mand— a su hijo precioso, para morir por tus pecados, y para darte la libertad, el escape de la tiran’a de Satan‡s.

 

Juan 3:16 Porque de tal manera am— Dios al mundo, que ha

dado a su Hijo unigŽnito, para que todo aquel que en Žl cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

 

Y para recibir ese don, tienes que venir a Žl, en fe e en arrepentimiento.  Pero si siempre respondes con tu indiferencia, y con tu dureza de coraz—n, entonces solamente hay una promesa para ti.

 

Proverbios 29:1 El hombre que reprendido endurece la

cerviz, De repente ser‡ quebrantado, y

no habr‡ para Žl medicina.

 

Amen