22 de abril de 18
La Multitud De Tus
Hechizos
Isa’as 47:1-15
Introducci—n
Ha salido, œltimamente en la noticia, reportes de que La Iglesia
Cat—lica ha tenido que entrenar mas y mas sacerdotes en el rito del exorcismo.
Y en la entrevista dijeron que la causa es que mucha gente ya est‡n
jugando con el ocultismo de las cartas te tarot, y otras formas de brujer’a, y
que esto est‡ abriendo la puerta a los demonios.
Y francamente, esto est‡ correcto. Jugando con la tabla de ouija, las creencias de la nueva era
y sus gu’as espirituales, o expresando una devoci—n por la santa muerte, o la
sanitaria o la macumba en Brasil, son maneras de dar derechos a los esp’ritus
malignos de tomar algo de control sobre tu vida.
Hemos hablado del pasaje en Efesios 4 que dice.
Efesios 4:26-27 Airaos, pero no
pequŽis; no se ponga el
sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.
Cuando dice ni deis lugar al diablo, la palabra ÒlugarÓ en el griego
es topas, y dando topas, lugar o derecho al diablo es sumamente peligroso. Y por esto Dios ha condenado todo esto
contundentemente en su ley.
Lev’tico 19:31 No os volv‡is a
los encantadores ni a los
adivinos; no los consultŽis, contamin‡ndoos con ellos. Yo Jehov‡
vuestro Dios.
Lev’tico 20:6 Y la persona
que atendiere a encantadores o
adivinos, para prostituirse tras de ellos, yo pondrŽ mi rostro contra
la tal persona, y la cortarŽ de entre su pueblo.
Tal vez alguien est‡ pensando, ÒÀPero pastor, que tiene que ver todo
esto con nuestros estudios en Isa’as?Ó
pausa
Tiene mucho que ver, porque hoy vamos a ver de donde han venido todos
estos hechizos, y todo el diluvio de
doctrinas falsas, que ya tienen la gente ignorante, hundiendo se en la
oscuridad.
1) Desciende y siŽntate en el polvo,
virgen hija de Babilonia. SiŽntate en la tierra, sin trono, hija de los
caldeos; porque nunca m‡s te llamar‡n tierna y delicada.
En el contexto, esto es antes de que Babilonia ha crecido en el gran
imperio, como la cabeza de la estatua en el sue–o de Nabucodonosor.
Pero ellos iban a subir muy pronto, como un imperio glorioso. Es mas, ellos iban a venir y destruir
el templo en JerusalŽn, y finalmente tomar la familia royal, la familia de
David a la esclavitud, bajo la direcci—n y el permiso de Dios. Pero su imperio, mas tarde, iba a caer.
1) Desciende y siŽntate en el polvo,
virgen hija de Babilonia. SiŽntate en la tierra, sin trono, hija de los
caldeos; porque nunca m‡s te llamar‡n tierna y delicada.
Cuando se llama la cuidad Òvirgen hijaÓ, es porque nunca antes ha sido
conquistada.
Pero seria duro. Ella,
hablando metaf—ricamente de la cuidad, ella estaba acostumbrada de muchos
lujos, de mucha riqueza, pero de repente seria tirada al polvo, en pobreza
absoluta.
2) Toma el molino y muele harina;
descubre tus guedejas, descalza los pies, descubre las piernas, pasa los r’os.
Aunque Babilonia estaba reinando sobre casi el mundo entero, de
repente estar’an en la mas dura de la esclavitud.
En el mundo antiguo hab’an muchos esclavos, pero los que trabajaban
con el molino manual, eran los mas miserables.
As’ que era como una muchacha bien rica, muy consentida, seria en un
instante convertir’a en la esclava mas baja.
2) Toma el molino y muele harina;
descubre tus guedejas, descalza los pies, descubre las piernas, pasa los r’os.
La guedejas eran su cabellos, que tendr’a que soltar, porque estar’a
sudando tanto en su trabajo. Iba a
descubrir sus piernas cruzando r’os, siendo llevada a su nuevo lugar de
trabajo, vendida o cambiada por otra propiedad. La que viv’a en la prosperidad mas amplia, siempre lleva por
otro, de repente no iba a tener nada.
3) Ser‡ tu vergŸenza descubierta, y tu
deshonra ser‡ vista; harŽ retribuci—n, y no se librar‡ hombre alguno.
Esto es Dios hablando, Dios tomando una venganza, y tenemos que
recordar que esto es su derecho. Y
esto no es una correcci—n o una disciplina, como que con su pueblo, no eso es
lo Dios har‡ con sus enemigos.
3) Ser‡ tu vergŸenza descubierta, y tu
deshonra ser‡ vista; harŽ retribuci—n, y no se librar‡ hombre alguno.
Cuando dice no se librar‡ hombre alguno, es claro, no habr’a esperanza
alguna, ningœn hombre pudiera venir a lado de ella con un precio o unas
palabras de negociaci—n, esto era un decreto absoluto del Dios omnipotente.
Y el verso que sigue es como el pueblo de Dios iba a responder
escuchando todo esto.
4) Nuestro Redentor, Jehov‡ de los
ejŽrcitos es su nombre, el Santo de Israel.
Y hermanos tenemos que recordar que los lideres de Babilonia eran
sumamente crueles. Unos ejemplos.
Jerem’as 52:11 No obstante, el
rey de Babilonia s—lo le
sac— los ojos a Sedequ’as, y le at— con grillos, y lo hizo llevar a
Babilonia; y lo puso en la c‡rcel hasta el d’a en que muri—.
Y antes de sacar sus ojos, mataban a sus hijos en su presencia, para
que se pudiera recordar la muerte de sus hijos como la ultima cosa que vio.
Los que critican a las escrituras a veces mencionan al Salmo 137, pero
tienen que entender lo que pas—.
Salmos 137:8-9 Hija de Babilonia
la desolada,
Bienaventurado el que te diere el pago
De lo que tœ nos hiciste.
Dichoso el que tomare y estrellare tus ni–os
Contra la pe–a.
El salmo canta sobre lo que Babilonia hizo con el pueblo de Dios,
rogando por una retribuci—n.
Y podemos recordar que cuando nadie pudo dar el sue–o a Nabucodonosor
con su interpretaci—n, Žl se empez— a matar los sabios.
Daniel 2:6-12 Y si me
mostrareis el sue–o y su
interpretaci—n, recibirŽis de m’ dones y favores y gran honra.
Decidme, pues, el sue–o y su interpretaci—n.
Respondieron por segunda vez, y dijeron: Diga el rey el sue–o a sus
siervos, y le mostraremos la interpretaci—n.
El rey respondi— y dijo: Yo conozco ciertamente que vosotros ponŽis
dilaciones, porque veis que el asunto se me ha ido.
Si no me mostr‡is el sue–o, una sola sentencia hay para vosotros.
Ciertamente prepar‡is respuesta mentirosa y perversa que decir delante de m’,
entre tanto que pasa el tiempo. Decidme, pues, el sue–o, para que yo sepa que
me podŽis dar su interpretaci—n.
Los caldeos respondieron delante del rey, y dijeron: No hay hombre
sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey; adem‡s de esto, ningœn
rey, pr’ncipe ni se–or pregunt— cosa semejante a ningœn mago ni astr—logo ni
caldeo.
Porque el asunto que el rey demanda es dif’cil, y no hay quien lo
pueda declarar al rey, salvo los dioses cuya morada no es con la carne.
Por esto el rey con ira y con gran enojo mand— que matasen a todos los
sabios de Babilonia.
Esto era la soluci—n de todo en Babilonia, si no se pudiera contestar
el antojo del rey, todos ten’an que morir, y esto iba a incluir a Daniel, y sus
amigos, pero Dios se interpuso.
El punto es, que Babilonia tenia gran poder, y con su poder eran
crueles, sin misericordia alguna, y por esto, ten’an que pagar.
5) SiŽntate, calla, y entra en
tinieblas, hija de los caldeos; porque nunca m‡s te llamar‡n se–ora de reinos.
El pueblo de Dios, llegando all‡ como esclavos, ya ten’an estas
profec’as, y hombres como Daniel, pudieron vivir all‡ con paciencia, sabiendo
que su imperio iba a caer, en un momento.
Otra vez Dios hablandoÉ
6) Me enojŽ contra mi pueblo, profanŽ
mi heredad, y los entreguŽ en tu mano; no les tuviste compasi—n; sobre el
anciano agravaste mucho tu yugo.
Para Dios, la compasi—n, la misericordia es sumamente importante
Hay una pel’cula, de Holywood, era una cl‡sica antigua llamada ÒLos
Diez MandamientosÓ.
Y en una escena, en Egipto, los capataces est‡n abusando un hombre de
edad avanzada, demandando que se trabaje como todo los dem‡s, dando le
latigazos si no pudo producir como los hombres j—venes.
Bueno, no tenemos reporte alguno sobre esto pasando en Egipto, pero la
escena est‡ justificada como presentaci—n de la esclavitud debajo de los
paganos, porque aqu’ dice que pas— en Babilonia.
6) Me enojŽ contra mi pueblo, profanŽ
mi heredad, y los entreguŽ en tu mano; no les tuviste compasi—n; sobre el
anciano agravaste mucho tu yugo.
Lamentaciones 5:12 A
los pr’ncipes colgaron de las manos;
No respetaron el rostro de los viejos.
Los jud’os que hicieron la pel’cula, ÒLos Diez MandamientosÓ, ten’an
algo de una base B’blica para esa escena.
Y en la mente de Dios, es sumamente importante respetar las personas de
edad.
En la ley diceÉ
Lev’tico 19:32 Delante de las
canas te levantar‡s,
honrar‡s el rostro del anciano, y de tu Dios tendr‡s temor. Yo Jehov‡.
Cuando una cultura ha perdido su respeto, su compasi—n por la gente de
edad, es solamente un asunto de tiempo, hasta que se caigan bajo el juicio
feroz de Dios.
7) Dijiste: Para siempre serŽ se–ora;
y no has pensado en esto, ni te acordaste de tu postrimer’a.
Se pensaron que se pudiera salir con la suya, con impunidad, pero en
el universo de Jehov‡, la impunidad no existe.
Muchas veces cuando los hombres tienen poder, sea por gobierno, o por
negocios o por carteles, se enga–an a ellos mismos pensando que su domino va a
durar para siempre.
En este mundo, el œnico dominio que durar‡ para siempre es el domino
del reino de Cristo. Otra vez
Daniel, hablando de Cristo.
Daniel 7:14 Y
le fue dado dominio, gloria y reino, para
que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es
dominio eterno, que nunca pasar‡, y su reino uno que no ser‡ destruido.
8) Oye, pues, ahora esto, mujer
voluptuosa, tœ que est‡s sentada confiadamente, tœ que dices en tu coraz—n: Yo
soy, y fuera de m’ no hay m‡s; no quedarŽ viuda, ni conocerŽ orfandad.
Esta es la arrogancia del poder.
Con tanto poder, Babilonia pensaba que no tenia que rendir cuentas a
nadie.
Que no hab’a nadie transcendente, encima de la creaci—n a lo que ella
tenia que responder. Por esto ella
dijo, Yo soy, y fuera de m’ no hay mas.
8-9) Oye, pues, ahora esto, mujer
voluptuosa, tœ que est‡s sentada confiadamente, tœ que dices en tu coraz—n: Yo
soy, y fuera de m’ no hay m‡s; no quedarŽ viuda, ni conocerŽ orfandad. Estas dos cosas te vendr‡n de repente
en un mismo d’a, orfandad y viudez; en toda su fuerza vendr‡n sobre ti, a pesar
de la multitud de tus hechizos y de tus muchos encantamientos.
Ahora ojala puedes entender mi introducci—n del mensaje.
Hermanos, toda la brujer’a, toda la hechicer’a, todo el ocultismo
viene originalmente de Babilonia.
Ellos eran los maestros de la manipulaci—n, empleando encantos con los demonios. Tenemos que recordar que el ’dolo no es
nada, como el ’dolo de la santa muerte, pero detr‡s del sistema de ’dolos, hay
poderes fuertes de la maldad.
1 Corintios 10:20 Antes
digo que lo que los gentiles
sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que
vosotros os hag‡is part’cipes con los demonios.
Hermano, tienes que saber que Dios tiene un odio profundo por todo el
ocultismo, toda forma de hechicer’a, toda forma de astrolog’a, las cartas de
tarot, la tabla de ouija, todo esto es lo peor de la suciedad espiritual.
Y todo esto, por supuesto tenia su origen en Babilonia.
10) Porque te confiaste en tu maldad,
diciendo: Nadie me ve. Tu sabidur’a y tu misma ciencia te enga–aron, y dijiste
en tu coraz—n: Yo, y nadie m‡s.
Antes, hablando de si mismo, Dios dijo esto, Yo, y nadie m‡s. Pero cuando se empelan la brujer’a, la
hechicer’a, uno est‡ tratando de jugar el papel de Dios.
ÀComo? Los que van a los
siervos de la santa muerte, pidiendo Òuna obraÓ o una protecci—n, pagando dinero, creen que se puede tomar
el control por medio de estos medios.
Pero Dios dice Òm’a es la venganza, yo pagarŽÓ. Y si tu tienes la protecci—n de Dios,
no necesitas la protecci—n de ningœn brujo, ni la protecci—n de sus demonios,
que solamente quieren destruirte.
Y los que pagan por estos servicios, que existan aqu’ mismo en Santa
Ana, aunque estoy orando en su contra.
Los que conf’an en esto conf’an en la maldad, como los de Babilonia
antes de su destrucci—n total.
10) Porque te confiaste en tu maldad,
diciendo: Nadie me ve. Tu sabidur’a y tu misma ciencia te enga–aron, y dijiste
en tu coraz—n: Yo, y nadie m‡s.
Hermano, tenemos que recordar y proclamar, que a Dios nadie puede
enga–ar.
G‡latas 6:7-8 No os
enga–Žis; Dios no puede ser burlado:
pues todo lo que el hombre sembrare, eso tambiŽn segar‡. Porque el que siembra para su carne, de
la carne segar‡ corrupci—n; mas el que siembra para el Esp’ritu, del Esp’ritu
segar‡ vida eterna.
En frente de la tienda hierba Mex, en la calle Broadway de Santa Ana, ayer
ten’an un letrero que dijo, ÒPide por CarlosÓ. pausa
Y yo estoy pidiendo por Carlos, que Dios lo salve, y si no, si Dios
por lo menos quite sus poderes demoniacos, y lo quita de la comunidad all‡,
donde est‡ vendiendo su basura.
Y hay otra en la calle primera, con un gran letrero, que dice ÒSe lean
las cartasÓ.
Hermanos esto tenia mucho que ver con la ca’da de Venezuela, y la gran
miseria que mucho sientan all’.
Hasta unas semanas conoc’ un pastor de all’, que estaba visitando, y
se confirm—, esto fue su ruina, la sanitaria, y otros artes negros.
11) Vendr‡, pues, sobre ti mal, cuyo
nacimiento no sabr‡s; caer‡ sobre ti quebrantamiento, el cual no podr‡s
remediar; y destrucci—n que no sepas vendr‡ de repente sobre ti.
Esto pas— con Babilonia, y pasar‡ con todos que quieren seguir la en
todos sus hechizos, en que se dan el
honor al Diablo, en vez de a Dios.
12) Estate ahora en tus encantamientos
y en la multitud de tus hechizos, en los cuales te fatigaste desde tu
juventud; quiz‡ podr‡s mejorarte, quiz‡ te fortalecer‡s.
Ahora el profeta est‡ saliendo con sus sarcasmos, sus burlas, y tenia
autoridad de hacer esto. Como
aprendimos en el libro de Jerem’as.
Jerem’as 1:10 Mira que te
he puesto en este d’a sobre
naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar
y para derribar, para edificar y para plantar.
Cuando Nabucodonosor tuvo sus sue–o, los hechiceros no pudieron ayudar
le. Y cuando su hijo vio la mano
escribiendo en la pared, tampoco.
Daniel 5:5-8 En
aquella misma hora aparecieron los dedos
de una mano de hombre, que escrib’a delante del candelero sobre lo
encalado de la pared del palacio real, y el rey ve’a la mano que escrib’a.
Entonces el rey palideci—, y sus pensamientos lo turbaron, y se
debilitaron sus lomos, y sus rodillas daban la una contra la otra.
El rey grit— en alta voz que hiciesen venir magos, caldeos y adivinos; y dijo el rey a los sabios de Babilonia:
Cualquiera que lea esta escritura y me muestre su interpretaci—n, ser‡ vestido
de pœrpura, y un collar de oro llevar‡ en su cuello, y ser‡ el tercer se–or en
el reino.
Entonces fueron introducidos todos los sabios del rey, pero no pudieron leer la escritura ni
mostrar al rey su interpretaci—n.
Otra vez, los hechiceros, eran inœtiles, y el rey tenia que llamar al
var—n de Dios, para saber la verdad.
Y la misma noche ese rey fue matado, y su reino se ca’a, y de esto se
habla este capitulo.
13) Te has fatigado en tus muchos
consejos. Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos,
los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo
que vendr‡ sobre ti.
Y hermanas, nunca pienses que la astrolog’a, o los hor—scopos son
inocentes. Son parte de toda ese
ocultismo que tiene su origen, en Babilonia.
Y no lo pierdes, en este verso la astrolog’a tambiŽn est‡
contundentemente condenada. De
hecho el profeta est‡ burlando de ellos.
14) He aqu’ que ser‡n como tamo; fuego
los quemar‡, no salvar‡n sus vidas del poder de la llama; no quedar‡ brasa para
calentarse, ni lumbre a la cual se sienten.
Los astr—logos no pueden ayudar a ti, pero tampoco pueden ayudar a
ellos mismos, sino que van a terminar en el alumbre, si sigan en sus artes
sat‡nicos.
15) As’ te ser‡n aquellos con quienes
te fatigaste, los que traficaron contigo desde tu juventud; cada uno ir‡ por su
camino, no habr‡ quien te salve.
Los que van mucho a los que lean las cartas, o la palmas terminan
agotados, fatigados y sin dinero.
Todo esto es una trampa, ellos no pueden salvar a ti, y ni pueden
salvar a ellos mismos, y es algo que ni se deben de permitir, en una cultura
Cristiana.
ƒxodo 22:18 A
la hechicera no dejar‡s que viva.
La opini—n de Dios sobre todo esto, est‡ bastante baja.
========================= Aplicaci—n ======================
Hemos visto en este capitulo la profec’a
sobre la destrucci—n de Babilonia, algo que actualmente pas— en la historia del
mundo.
Y en el libro de Apocalipsis se hablan mas
de Babilonia, porque Babilonia es tambiŽn simb—lico, de los que hacen ’dolos de
ellos mismos pensando que se pueden manipular, empleando las fuerzas
negras.
Y los arrogantes que creen que no hay nadie
por encima de ellos a los cuales ellos tendr‡n que dar cuenta.
10) Porque te confiaste en tu maldad,
diciendo: Nadie me ve. Tu sabidur’a y tu misma ciencia te enga–aron, y dijiste
en tu coraz—n: Yo, y nadie m‡s.
Se niegan que hay un Dios a quienes tendr‡n
que responder. Y por esto cuando
viene su destrucci—n es terrible.
Hermano, si tu has jugado con estas artes
negros, del ocultismo, o si has sido un aficionado de la astrolog’a, queremos
orar para ti.
O si tienes un hijo, una t’a que esta en
esta suciedad, puedes pasar en un momento, y oraremos pora esa tragedia.
Vamos a orar!