30 de marzo de 2018

El Yugo No F‡cil Y La Carga Bien Pesada Isa’as 53:3-10

Introducci—n

En los evangelios, proclamando la buena nueva, Cristo invitaba a la gente, a todos sin distinci—n, a un alivioÉ

 

Mateo 11:28-30 Venid a m’ todos los que est‡is trabajados y

cargados, y yo os harŽ descansar.

 

Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de m’, que soy manso y humilde de coraz—n; y hallarŽis descanso para vuestras almas;  porque mi yugo es f‡cil, y ligera mi carga.

 

Cristo llamaba los pecadores, a una vida nueva, una vida rica, y aunque tendr’a esa vida sus aflicciones, seria verdaderamente un yugo f‡cil, y un carga ligera.

 

ŔPero c—mo es posible que grandes pecadores pudieran entrar en una relaci—n con Žl, y as’, escapar no solamente del castigo, sino de la corrupci—n de su pecado?

 

Especialmente, sabiendo que nuestro Dios un Dios justo es, y que cada pecado tiene que recibir su justo pago.

 

Salmos 7:11    Dios es juez justo, Y Dios est‡ airado

contra el imp’o todos los d’as.

 

Pero no hay ninguna discrepancia, cuando se considera lo que los hermanos recuerdan, hoy d’a, en gran parte del mundo.

 

3) Despreciado y desechado entre los hombres,

var—n de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de Žl el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.

 

Nosotros podemos vivir, y morir, llevando un yugo f‡cil, una carga ligera, porque otro llevaba para nosotros, el yugo de hierro.

 

Y es muy claro que esa parte de Isa’as est‡ hablando de Cristo, sufriendo la traici—n de Judas, y el abandono de Pedro.

 

Los fariseos ten’an un odio profundo para Žl, porque el se descubri— su hipocres’a a todos.

Y cuando vino la oportunidad, ellos estaban bien preparados para lanzar sus insultos.

 

Mateo 27:41-42 De esta manera tambiŽn los principales

sacerdotes, escarneciŽndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, dec’an:

 

A otros salv—, a s’ mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en Žl.

 

Y sabemos que todo esto tenia que pasar, como estaba profetizada en el salmo 22.

 

Salmos 22:6-8  Mas yo soy gusano, y no hombre;

Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.

 

Todos los que me ven me escarnecen; Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo:

 

Se encomend— a Jehov‡; l’brele Žl;

S‡lvele, puesto que en Žl se complac’a.

 

Sabemos que todo esto tenia que pasar, pero de todos modos los burladores eran responsables por sus palabras.  pausa

 

Los soldados tambiŽn pensaban que era muy divertido burlar de ese desafortunado.

 

Mateo 27:27-29 Entonces los soldados del gobernador

llevaron a Jesśs al pretorio, y reunieron alrededor de Žl a toda la compa–’a; y desnud‡ndole, le echaron encima un manto de escarlata, y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una ca–a en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de Žl, le escarnec’an, diciendo: !!Salve, Rey de los jud’os!

 

Lo vez, hermano, de algo malo, vino la buena nueva para ti.

Cristo puede invitar te a una carga ligera, porque Žl se llevaba tu carga pesada.

 

Lucas 22:63-64 Y los hombres que custodiaban a Jesśs se

burlaban de Žl y le golpeaban; y vend‡ndole

los ojos, le golpeaban el rostro, y le

preguntaban, diciendo: Profetiza, ŔquiŽn es

el que te golpe—?

Regresando a nuestro texto en Isa’asÉ

 

3) Despreciado y desechado entre los hombres,

var—n de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de Žl el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.

 

En una parte dice que aun sus propios hermanos no creyeron en Žl, por lo menos antes de su muerte.

 

Juan 7:3-5 Y le dijeron sus hermanos: Sal de aqu’, y

vete a Judea, para que tambiŽn tus disc’pulos vean las obras que haces.

 

Porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiŽstate al mundo. Porque ni aun sus hermanos cre’an en Žl.

 

Pero vamos a vers’culo cuatro de nuestro texto en Isa’as

 

4) Ciertamente llev— Žl nuestras enfermedades, y sufri— nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

 

Cuando habla aqu’ de nuestras enfermedades, est‡ mayormente hablando de la plaga de nuestros pecados, y la enfermedad espiritual.

 

Aunque Cristo san— a muchos en su vida, y anda sanando hoy en d’a, tarde o temprano los hermanos mueren.

 

Pero en el d’a de la resurrecci—n tendremos cuerpos gloriosos, incapaces de las enfermedades ni de la muerte.

 

5) Mas Žl herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Žl, y por su llaga fuimos nosotros curados.

 

Ahora, siglos antes de la vida de Cristo, podemos ver, c—mo, Cristo puede llamar nos, l—gicamente a una un yugo f‡cil, y a una carga ligada.

 

Aqu’ dice que Žl estaba molido.

 

5) Mas Žl herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Žl, y por su llaga fuimos nosotros curados.

 

Los clavos, la corona de espinas, los golpes y los latigazos, eran bien duros, pero nada de esto era el peor.

 

A travŽs de los siglos, diferentes hermanos han sido quemados por su fe, crucificados, de hecho San Pedro estaba crucificado de boca abajo.

 

Pero ningśn hermano sufri— lo que Cristo sufr’a, cuando tu pecado, mi pecado estaba puesto sobre su ser.

 

Lucas 22:41-44 Y Žl se apart— de ellos a distancia como de

un tiro de piedra; y puesto de rodillas or—,

diciendo: Padre, si quieres, pasa de m’ esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

 

Y se le apareci— un ‡ngel del cielo para fortalecerle.  Y estando en agon’a, oraba m‡s intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que ca’an hasta la tierra.

 

Los insultos, las espinas, los azotes, eran todos insoportables, pero en la copa amarga era algo mas abominable, como el infierno tuyo, y el infierno m’o.

 

Y claro no estoy diciendo que Cristo fue al infierno f’sicamente, pero es mas correcto decir que el infierno vino a Žl.

G‡latas 3:13   Cristo nos redimi— de la maldici—n de la

ley, hecho por nosotros maldici—n (porque est‡ escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero.

 

2 Corintios 5:21     Al que no conoci— pecado, por nosotros

lo hizo pecado, para que nosotros fuŽsemos hechos justicia de Dios en Žl.

 

6) Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apart— por su camino; mas Jehov‡ carg— en Žl el pecado de todos nosotros.

 

Aqu’ es mas claro que nunca.  Cristo puede invitar te a ti, y a mi, a un yugo f‡cil, porque el yugo de nuestro pecado fue puesto sobre Žl.

 

Dios mirando a ti, hermana, hermano no va a ver nada de pecado, no va a ver defecto alguno, Cristo ya llev— todo para ti.

7) Angustiado Žl, y afligido, no abri— su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeci—, y no abri— su boca.

 

Cuando Cristo fue llevado delante de Herodes, no dijo nada.

No quiso defender se, porque iba a ser culpable del pecado tuyo, y del pecado m’o...

 

Lucas 23:6-9   Entonces Pilato, oyendo decir, Galilea,

pregunt— si el hombre era galileo.

 

Y al saber que era de la jurisdicci—n de Herodes, le remiti— a Herodes, que en aquellos d’as tambiŽn estaba en JerusalŽn.

 

Herodes, viendo a Jesśs, se alegr— mucho, porque hac’a tiempo que deseaba verle; porque hab’a o’do muchas cosas acerca de Žl, y esperaba verle hacer alguna se–al.  Y le hac’a muchas preguntas, pero Žl nada le respondi—.

 

Y aun delante de Pilato, Cristo no dijo mucho, no tenia mucho que decir al magistrado romano.

 

Juan 19:7-10   Los jud’os le respondieron: Nosotros tenemos

una ley, y segśn nuestra ley debe morir, porque se hizo a s’ mismo Hijo de Dios.

 

Cuando Pilato oy— decir esto, tuvo m‡s miedo.  Y entr— otra vez en el pretorio, y dijo a Jesśs: ŔDe d—nde eres tś? Mas Jesśs no le dio respuesta.

 

Entonces le dijo Pilato: ŔA m’ no me hablas? ŔNo sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte?

 

Pero Cristo no estaba muy impresionado con su poder. 

 

Lo interesante, es que un gran numero de los detalles de la muerte de Cristo estaban profetizaban, siglos antes.

 

Y esto quiere decir que todo esto tenia que pasar.  La historia del mundo no pudo progresar de otra manera.

 

Y aunque progresaba conforme al plan de Dios, los actores, cada cual, era responsable por sus acciones.

Aun Judas, Iscariote, tenia que existir, y tenia que llevar acabo su papel de traidor, pero estaba responsable, porque los hizo conforme a su propia voluntad.  Y reconozco que hay misterio profundo en todo esto, pero ese misterio, est‡ en toda la fe B’blica.

 

Hablando de Judas, Cristo dijoÉ

 

Mateo 26:24    A la verdad el Hijo del Hombre va, segśn

est‡ escrito de Žl, mas !!ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido.

 

Continuando en Isa’as.

 

8) Por c‡rcel y por juicio fue quitado; y su generaci—n, ŔquiŽn la contar‡? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebeli—n de mi pueblo fue herido.

 

Cristo muri— joven.  Muri— como criminal, a la edad en que muchos apenas est‡n viendo sus familias establecidas.

 

A veces, se puede preguntar, ŇŔQue recibi— Cristo por todo esto?Ó.

 

El Padre recibi— una satisfacci—n de su santa justicia.  Ningśn pecado jam‡s escapar‡ con impunidad.

 

Nuestros pecados estaban completamente pagados, en la muerte de Cristo.

 

Y los que mueren sin Cristo, van a ver, por toda la eternidad lo que estaba en esa copa espantosa de que Cristo hablaba.

 

As’ que Dios puede salvar a su pueblo sin que nadie dice que era injusto.

 

Nosotros recibimos una salvaci—n gloriosa, por la gracia de Dios que no merec’amos.  Y tenemos la promesa de que Dios va a suplir nuestras necesidades siempre.

 

Romanos 8:32-34 El que no escatim— ni a su propio Hijo,

sino que lo entreg— por todos nosotros, Ŕc—mo no nos dar‡ tambiŽn con Žl todas las cosas?

 

ŔQuiŽn acusar‡ a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.

ŔQuiŽn es el que condenar‡? Cristo es el que muri—; m‡s aun, el que tambiŽn resucit—, el que adem‡s est‡ a la diestra de Dios, el que tambiŽn intercede por nosotros.

 

Dios recib’a mucho en la muerte de Cristo, y nosotros tambiŽn.

 

ŔPero que es lo que Cristo recib’a?  pausa

 

Cristo recib’a una gran exaltaci—n, pero tambiŽn recib’a un pueblo, nosotros, que estaremos alabando, adorando y sirviendo a Žl, con todo gozo, y por toda la eternidad.

 

Juan 6:37 Todo lo que el Padre me da, vendr‡ a m’;

y al que a m’ viene, no le echo fuera.

 

9) Y se dispuso con los imp’os su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo enga–o en su boca.

 

Cuando dice que nunca hizo maldad, solamente puede estar hablando de Cristo, siglos antes de su vida.

 

Y cuando mencione los imp’os, est‡ hablando de los otros malhechores crucificados, y de Barrabas, que estaba soltado, como tu, y como yo.

 

Mateo 27:38-42 Entonces crucificaron con Žl a dos ladrones,

uno a la derecha, y otro a la izquierda.  Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza, y diciendo: Tś que derribas el templo, y en tres d’as lo reedificas, s‡lvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz.

 

De esta manera tambiŽn los principales sacerdotes, escarneciŽndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, dec’an:

 

A otros salv—, a s’ mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en Žl.

 

Unos de los malhechores, Barrabas, unos cuantos fariseos, y unos de los soldados estaban redimidos por la muerte de Cristo.  Los dem‡s est‡n con Judas, en el infierno, llevando su propio yugo de hierro.

10) Con todo eso, Jehov‡ quiso quebrantarlo, sujet‡ndole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiaci—n por el pecado, ver‡ linaje, vivir‡ por largos d’as, y la voluntad de Jehov‡ ser‡ en su mano prosperada.

 

La iglesia en el mundo tiene que prosperar, porque el precio ya ha sido pagado, como Cristo dijo antes de morir.

 

Juan 19:30 Cuando Jesśs hubo tomado el vinagre, dijo:

Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entreg— el esp’ritu.

 

Cristo estaba en control total, hasta el ultimo momento, cuando se entreg— su esp’ritu.

 

10) Con todo eso, Jehov‡ quiso quebrantarlo, sujet‡ndole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiaci—n por el pecado, ver‡ linaje, vivir‡ por largos d’as, y la voluntad de Jehov‡ ser‡ en su mano prosperada.

 

Como dije, hab’a algo mas feo en la copa, mencionada en el huerto de Getseman’.

 

Es que en la mente de Dios, Cristo estaba quebrantado, desde el fundamento del mundo.

 

Hablando de los que adoran la bestia, dice en el libro del ApocalipsisÉ

 

Apocalipsis 13:8     Y la adoraron todos los moradores de la

tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.

 

En la mente de Dios, ya era un hecho.  Y por esto, Ad‡n y Eva pudieron estar perdonados, y Abraham, y David y todos los Santos de Testamento Antiguo.

 

Lo que pasaba en el d’a que hoy recordamos, era algo que tenia que pasar, porque en la mente de Dios, ya era hecho.

 

Y lo que Cristo sufri—, no entenderemos nunca, y gracia a Dios por esto.

 

 

 

 

 

*------------------------- Doctrina ----------------------*

 

Cuando te estudias la muerte de Cristo, en las escrituras, ver‡s una y otra vez que todo tenia que pasar como estaba profetizado.  Unos ejemplos.

 

Hechos 2:22-23 Varones israelitas, o’d estas palabras:

Jesśs nazareno, var—n aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y se–ales que Dios hizo entre vosotros por medio de Žl, como vosotros mismos sabŽis;

 

a Žste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucific‡ndole.

 

Era el plan de Dios, pero los que mataban a Cristo, con manos inicuos, eran responsables, y si no llegaron a una fe, con arrepentimiento, sufrir‡n por esto para siempre.

 

Otro ejemplo los hermanos orando a Dios en ..

 

Hechos 4:27-28 Porque verdaderamente se unieron en esta

ciudad contra tu santo Hijo Jesśs, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo hab’an antes determinado que sucediera.

 

Lo que ellos hicieron, era lo que Dios ha determinado.  Nada pas— por accidente.  pausa  Y he puesto mucho Žnfasis, en ese determinado plan de Dios, porque en esto hermano tienes tu la gran esperanza.  Tampoco es accidente, que Dios llamaba a ti, para ser hermano, hermana de la fe.

 

Vamos a cerrar ese mensaje solemne con Efesios uno.

Efesios 1:3-6  Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Se–or

Jesucristo, que nos bendijo con toda bendici—n espiritual en los lugares celestiales en Cristo, segśn nos escogi— en Žl antes de la fundaci—n del mundo, para que fuŽsemos santos y sin mancha delante de Žl,  en amor habiŽndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, segśn el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado.

Aqu’ te puedes ver que tu tambiŽn eres parte del plan de Dios, que tenia que cumplir se. 

 

Y est‡s salvado por el amor que Dios siempre ha tenido para ti, pero tambiŽn para la gloria de su gracia, y para formar parte del pueblo que ser‡ honrando, adorando y sirviendo a Cristo Jesśs, el rey de la gloria por toda la eternidad.

 

Vamos a orar