3 de febrero de 18
El Enga–o Peor
Proverbios 28:13
La belleza de las Santas Escrituras de la Biblia, es que pueden
rescatar nos de muchos enga–os.
Porque casi todos est‡n de acuerdo, de que el ser humano tiene la
capacidad de enga–ar a si mismo.
En una parte de la Biblia, se hablan del enga–o del pecado.
Hebreos 3:13 Antes
exhortaos los unos a los otros cada
d’a, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se
endurezca por el enga–o del pecado.
Pero hablando con personas en todos lados, podemos encontrar hoy por
hoy, manifestaciones del peor forma
de enga–o.
Muchos ahora creen que se pueden vivir en el pecado, practicar sus
vicios, sus inmoralidades sexuales, y
en el ultimo momento, antes de morir se, van a decir a su diosito,
Ňsabes que, lo siento muchoÓ.
Y bajo el enga–o, creen que esto ser‡ un arrepentimiento, reconociendo
un poco de su culpabilidad.
Pero las escrituras anticipan este error fatal, en muchos lugares.
Proverbios 28:13 El
que encubre sus pecados no
prosperar‡; Mas el que los confiesa y
se aparta alcanzar‡
misericordia.
No es suficiente simplemente reconocer que no eres perfecto, sino que
es necesario bajar tu armas de rebeli—n.
Si tu coraz—n est‡ con las corrupciones de la carne, est‡s en gran
peligro. Cristo mismo dijo..
Mateo 5:8 Bienaventurados los de limpio coraz—n,
porque ellos ver‡n a Dios.
Para salir del peligro, un cambio profundo, un arrepentimiento
verdadero es necesario.
Y el arrepentimiento es mas que simplemente reconocer tu culpabilidad.
Proverbios 28:13 El
que encubre sus pecados no
prosperar‡; Mas el que los confiesa y
se aparta alcanzar‡
misericordia.
Uno tiene que tener el deseo verdadero de separar se de sus vicios, de
sus robos, de sus mentiras y de sus ’dolos. De otra manera solamente est‡ enga–ado a si mismo.
Y la Biblia est‡ atacando ese enga–o fatal, en cada momento. Como San Pablo dijo en un lugar.
G‡latas 6:7 No os
enga–Žis; Dios no puede ser burlado:
pues todo lo que el hombre sembrare,
eso tambiŽn segar‡.
Es cierto que estamos salvados por la gracia, y la misericordia de
nuestro Dios, y que no tiene absolutamente nada que ver con nuestros meritos,
sino con el merito de la muerte de Cristo.
Efesios 2:8-9 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se glor’e.
Pero la salvaci—n verdadera siempre va a producir algo de la santidad,
en la vida del creyente.
Hebreos 12:14 Seguid la paz con
todos, y la santidad,
sin la cual nadie ver‡ al Se–or.
Los que aman al Se–or, tendr‡n el deseo, y algo del poder de limpiar
sus vidas de la corrupci—n del pecado.
Pero los que creen que pueden continuar en las corrupciones, como que
nada de esto importaba, y despuŽs de todo decir al Dios tres veces santo, ŇLo
sientoÓ, est‡n muy, pero muy equivocados.
1 Corintios 6:9-10 ŔNo
sabŽis que los injustos no
heredar‡n el reino de Dios? No errŽis; ni los fornicarios, ni los
id—latras, ni los adślteros, ni los afeminados, ni los que se echan con
varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes,
ni los estafadores, heredar‡n el reino de Dios.
El ap—stol tenia que hablar as’ a cada cuando, porque sabia, que aun escuchando
el evangelio, muchos iban a enga–ar se, a ellos mismos.
Proverbios 28:13 El
que encubre sus pecados no
prosperar‡; Mas el que los confiesa y
se aparta alcanzar‡
misericordia.
Terminando el libro de Lucas, las escrituras dicen que el arrepentimiento
es una parte central del evangelio.
Lucas 24:46-47 As’ est‡ escrito,
y as’ fue necesario que el
Cristo padeciese, y resucitase de los
muertos al tercer d’a; y que se
predicase en
su nombre el arrepentimiento y el perd—n de
pecados en todas las naciones,
comenzando
desde JerusalŽn.
El perd—n de los pecados es algo muy bello, maravilloso, pero esto
viene con un arrepentimiento verdadero, y no con un simple reconocimiento de
nuestras faltas.
Cristo mismo, en muchos lugares, reconoc’a esa gran necesidad, de
eliminar el enga–o peor.
Marcos 9:43-48 Si tu mano te fuere ocasi—n de caer,
c—rtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos
ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
Y si tu pie te fuere ocasi—n de caer, c—rtalo; mejor te es entrar a la
vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no
puede ser apagado, donde el gusano
de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
Y si tu ojo te fuere ocasi—n de caer, s‡calo; mejor te es entrar en el
reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno, donde el gusano de ellos no muere, y el
fuego nunca se apaga.
Cristo entend’a, que el problema urgente es el pecado, y un
arrepentimiento verdadero.
Proverbios 28:13 El
que encubre sus pecados no
prosperar‡; Mas el que los confiesa y
se aparta alcanzar‡
misericordia.
Si tu amigo crees que puedes vivir hundiendo te en la carne y que vas
a buscar algo de arrepentimiento, en el ultimo momento, tienes que saber que
otros ya han intentado esto.
Un hombre en la Biblia con el nombre Esaś, viv’a por la carne,
literalmente, y en el ultimo momento deseaba la bendici—n. Pero era muy tarde.
Hebreos 12:15-17 Mirad
bien, no sea que alguno deje de
alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna ra’z de amargura, os
estorbe, y por ella muchos sean contaminados; no sea que haya algśn fornicario,
o profano, como Esaś, que por una sola comida vendi— su primogenitura.
Porque ya sabŽis que aun despuŽs, deseando heredar la bendici—n, fue
desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procur—
con l‡grimas.
Ahora es el momento de poner tu vida en orden, por el poder del
Esp’ritu Santo, y por el poder de la resurrecci—n de Cristo, y no en el ultimo
momento, terminando una vida carnal y corrupta.
Proverbios 28:13 El
que encubre sus pecados no
prosperar‡; Mas el que los confiesa y
se aparta alcanzar‡
misericordia.
Amigo, tu puedes encubrir, tal vez tus corrupciones de tu esposa, o de
tus amigos, pero en el gran d’a del juicios estas infamias estar‡n publicas a
todos.
Pero lo mas importante de este texto, es que dice que tienes que
apartar te, de esa rebeli—n.
Proverbios 28:13 El
que encubre sus pecados no
prosperar‡; Mas el que los confiesa y
se aparta alcanzar‡
misericordia.
La misericordia, viene cuando est‡s dispuesto a rendir te delante del
Rey, no mientras sigues como un traidor en contra de su corona.
La santidad no es opcional, sino que es una necesidad.
Hebreos 12:14 Seguid la paz con
todos, y la santidad,
sin la cual nadie ver‡ al Se–or.
Mateo 5:8 Bienaventurados los de limpio coraz—n,
porque ellos ver‡n a Dios.
Si tu crees amigo, se–ora, que puedes continuar en tus pecados
queridos, tus pecados mas favorecidos, y ofrecer tus disculpas, en el ultimo
momento, est‡s gravemente enga–ado, y es correcto decir que esto es el enga–o peor.
Proverbios 28:13 El
que encubre sus pecados no
prosperar‡; Mas el que los confiesa y
se aparta alcanzar‡
misericordia.
Amigo, Dios te ama. Y por
esto, quiere arrancar te de este enga–o
mortal, y darte una vida mejor, una vida que si vale la pena, una vida
superior.
Juan 10:10 El ladr—n no viene
sino para hurtar y matar
y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia.
Pero esa vida viene cuando decides a cesar con tu rebeli—n, y tu
traici—n en contra del Rey de Reyes y Se–or de Se–ores. Si insistes en vivir como Judas
Iscariote, no habr‡ lugar para ti en la gloria.
Pero si quieres poner tu vida en orden, reconciliando te con el Dios
verdadero, hay hermanos aqu’, dispuestos a ayudarte, y guiar te.
Apocalipsis 22:14-17 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para
tener derecho al ‡rbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. Mas los perros estar‡n fuera, y los
hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los id—latras, y todo aquel que ama
y hace mentira. Yo Jesśs he
enviado mi ‡ngel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy
la ra’z y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la ma–ana. Y el Esp’ritu y la Esposa dicen:
Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome
del agua de la vida gratuitamente. ÁAmen!