19 de enero de 18
El Poder De La Prudencia
Proverbios 22:1-15
Cuando Dios sac— su pueblo de Egipto, librando lo de
la esclavitud, le dio promesas gloriosas.
pausa Pero en el pacto de
Dios, las promesas son condicionales.
Esto estaba muy claro en el principio del capitulo
28 de Deuteronomio.
Deuteronomio 28:1-3 Acontecer‡
que si oyeres atentamente la
voz de Jehov‡ tu Dios,
para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy,
tambiŽn Jehov‡ tu Dios te exaltar‡ sobre todas las naciones de la tierra.
Y vendr‡n sobre ti todas
estas bendiciones, y te alcanzar‡n, si
oyeres la voz de Jehov‡ tu Dios.
Bendito ser‡s tœ en la
ciudad, y bendito tœ en el campo.
Y la lista de bendiciones, sigue, pero no son
bendiciones autom‡ticas, sino que son condicionales. Y cuando los hermanos reciban la gracia de Dios, por medio
de su Esp’ritu, se van a tener un deseo, y tambiŽn una capacidad de crecer en el
poder de la prudencia.
En este capitulo, veremos muchos detalles sutiles,
sobre c—mo vivir en esta prudencia.
1) De
m‡s estima es el buen nombre que las muchas riquezas,
Y la
buena fama m‡s que la plata y el oro.
Cuando se habla de un buen nombre aqu’, est‡
hablando de tu reputaci—n. Y
cuando hablan de la reputaci—n, es una cosa delicada.
Una familia Cristiana puede vivir por muchos a–os,
con el respeto de todos, pero si de repente unos de sus hijos se cae en una
locura, terminando en la c‡rcel, el nombre de la familia puede ser manchada
para siempre.
El
poder de la prudencia nos ayuda a pensar en esto, antes de arriesgar la
reputaci—n de toda la familia, por unos momentos de placer.
O si el padre de una familia, de repente empieza a
jugar con la bebida fuerte, o con las drogas, algo puede pasar destruyendo el
nombre de la familia, y la confianza que muchos ten’an en ella.
El mismo puede pasar con las muchacha que juegan con
la inmoralidad sexual. Muchos a–os
de un buen nombre, dŽcadas, pueden desaparecer, en un instante.
EclesiastŽs 10:1 Las
moscas muertas hacen heder y dar mal
olor al perfume del
perfumista; as’ una peque–a locura, al que es estimado como sabio y honorable.
2) El
rico y el pobre se encuentran; a ambos los hizo Jehov‡.
A veces la gente tienen una gran admiraci—n por los
ricos, pero aqu’ dice que los dos, ricos y pobres son criaturas de Dios. No solamente somos creados por el mismo
Dios, sino que el mismo Dios ha destinado la naturaleza de nuestras econom’as.
Es mas, el rico, como el pobre, morir‡ y estar‡
delante del mismo Dios para contestar por sus pecados.
Los dos son hijos de Ad‡n, e hijos de NoŽ, creaturas
ca’das por el pecado, que solamente pueden estar liberados de sus pecados por
Cristo.
As’ los que tienen mucho dinero tienen bastante en
comœn con los que tienen poco. Y
se pueden ayudar el uno al otro, en el amor de Cristo.
En los primeros siglos de la iglesia, a veces un
esclavo pudo ser un anciano de autoridad en la iglesia de su amo.
Estas cosas pasan, en el reino de Dios.
3) El
avisado ve el mal y se esconde; mas los simples pasan y reciben el da–o.
Esto realmente es un ejemplo del poder de la prudencia.
En la vida de NoŽ, Dios revel— que el juicio estaba llegando, pero
solamente la familia de NoŽ se preparaba.
En la vida de Lot, en Sodoma, ni se pudieron
convencer a sus yernos de que era tiempo de preparar, huyendo de la cuidad.
GŽnesis 19:14 Entonces
sali— Lot y habl— a sus yernos, los
que hab’an de tomar sus
hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque Jehov‡ va a destruir
esta ciudad. Mas pareci— a sus yernos como que se burlaba.
Por la falta de prudencia,
muchos tienen que continuar a su ruina, mientras otros que tienen el discernimiento,
preparan par su propio rescate.
Cuando las plagas estaban cayendo sobre Egipto, en
la temporada de MoisŽs, algunos de los hombres de fara—n, ya sab’an que no se
pudiera con el Dios de MoisŽs.
Pero otros continuaban, confiando en Fara—n, para su
propia ruina.
ƒxodo 9:20-25 De
los siervos de Fara—n, el que tuvo temor de
la palabra de Jehov‡ hizo
huir sus criados y su ganado a casa; mas el que no puso en
su coraz—n la palabra de Jehov‡, dej— sus criados y sus ganados en el campo.
Y Jehov‡ dijo a MoisŽs:
Extiende tu mano hacia el cielo, para que venga granizo en toda la tierra de
Egipto sobre los hombres, y sobre las bestias, y sobre toda la hierba del campo
en el pa’s de Egipto.
Y MoisŽs extendi— su vara
hacia el cielo, y Jehov‡ hizo tronar y granizar, y el fuego se descarg— sobre
la tierra; y Jehov‡ hizo llover granizo sobre la tierra de Egipto.
Hubo, pues, granizo, y
fuego mezclado con el granizo, tan grande, cual nunca hubo en toda la
tierra de Egipto desde que fue habitada.
Y aquel granizo hiri— en
toda la tierra de Egipto todo lo que estaba en el campo, as’ hombres como
bestias; asimismo destroz— el granizo toda la hierba del campo, y desgaj— todos
los ‡rboles del pa’s.
3) El
avisado ve el mal y se esconde; mas los simples pasan y reciben el da–o.
Esto es especialmente cierto en los asuntos del
evangelio. Uno escucha la historia
de Cristo, de su muerte y el juicio al fin del mundo y si es prudente, va responder en
arrepentimiento y en fe.
Mientras otros van a demorar, posponiendo el
bautismo para otro tiempo, mientras se decidan vivir en los deleites y el amor
del pecado, presumiendo que habr‡ mas tiempo para todo esto, despuŽs.
4)
Riquezas, honra y vida son la remuneraci—n de la humildad y del temor de
Jehov‡.
El mundo te dar‡ la impresi—n de que los arrogantes,
los que rechazan las escrituras van a prosperar en esta vida.
Y esto puede pasar por un rato. Pero es muy comœn que se quitan sus
propias vidas en la desesperaci—n, o que se caigan en los vicios.
Pero los humildes, los que teman a Dios pueden
levantar riquezas s—lidas, que se pueden pasar a sus hijos.
No es siempre muy r‡pido. Puede tomar muchos a–os, sirviendo en un trabajo, o en tu
propio negocio.
Pero con la bendici—n de Dios, la honra y hasta las
riquezas son mas duraderas.
5) Espinos
y lazos hay en el camino del perverso; el que guarda su alma se alejar‡ de
ellos.
Otra vez, esto es un ejemplo de la prudencia. Lo hemos visto en otro pasaje semejante.
Proverbios 13:15 El
buen entendimiento da gracia;
Mas el camino de los transgresores
es duro.
Es un verso muy œtil para instruir a los ni–os. Ellos tienen que entender que la
rebeli—n tiene sus consecuencias.
Y ahora estamos entrando en los cap’tulos que
realmente abren el tema de la instrucci—n de los ni–os.
6)
Instruye al ni–o en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartar‡ de Žl.
La persona, los padres prudentes, van a empezar muy temprano en la correcci—n y en la
instrucci—n de sus hijos.
Los flojos van a inventar excusas para posponer la
disciplina y el duro trabajo de la instrucci—n.
Y esto es algo que no se puede esconder, el Žxito, y
el fracaso ser‡n visibles a todo el mundo.
Por ejemploÉ
Proverbios 29:15 La
vara y la correcci—n dan sabidur’a;
Mas el muchacho consentido
avergonzar‡ a su madre.
Si la madre se siente vergŸenza por la conducta de
sus hijos en publico, en el mercado por ejemplo, esto quiere decir que los
padres est‡n fracasando terriblemente.
TŽcnicamente aborrecen a sus hijos, porque rehœsan
aplicar la disciplina.
Proverbios 13:24 El
que detiene el castigo, a su hijo
aborrece; mas el que lo
ama, desde temprano lo corrige.
TambiŽn escuchŽ un testimonio. Esto no es de nuestra iglesia, pero
pudo pasar en nuestra iglesia.
Una familia Cristiana entraba en un restaurante con
muchos hijos, y los meseros ten’an miedo, espanto.
Se pensaron que los hijos iban a pelear, y que los
peque–os iban a tirar la comida a todos lados.
Pero pasando la noche, todos se portaban muy
bien. Y saliendo del restaurante,
vino todos los meseros, y las muchachas que serv’an, para aplaudir la familia,
que estaba logrando lo que muchos crean es imposible.
Pero es posible, hermano. Pero tienes que aprender lo que se ense–a en la palabra de
Dios, y no confiar en la sabidur’a, enga–osa de los hombres.
7) El
rico se ense–orea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que
presta.
Antes, dijo que los ricos y los pobres eran juntos
en mucho, pero aqu’ hay una separaci—n.
El rico que es sabio, prudente, va a tratar bien a sus siervos, y los pobres de su vida, sabiendo
que Dios est‡ observando todo.
Los pobres, si son prudentes, van a tomar mucho cuidado con las deudas, con los
prestamos, con las tarjetas de crŽdito.
La persona ingenua, puede pensar que el banco quiere
ayudar te, con la tarjeta de crŽdito, y admito que pueden ser necesarias,
porque ni se puede rentar un caro si no tienes una tarjeta de crŽdito.
Pero la Biblia est‡ ense–ando aqu’, que con un poco
de descuido, te puedes convertir en un esclavo del banco.
Y hay otro ejemplo peligroso, muy comœn en este
pa’s.
Estos son los estudiantes que toman grandes
prestamos para cumplir la universidad.
Y si no tienen el discernimiento, la prudencia, pueden perder no solamente sus
almas, apartando se de la fe, sino que tambiŽn encima, pueden pasar el resto de sus vidas como
esclavos, intentando pagar estas deudas gigantescas.
Colosenses 2:8 Mirad
que nadie os enga–e por medio de
filosof’as y huecas
sutilezas, segœn las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del
mundo, y no segœn Cristo.
El diablo no ser‡ satisfecho robando el alma de tu
hijo, arrastrando lo al infierno, sino quiere destruir lo tambiŽn en esta vida,
con las deudas impagables.
8) El
que sembrare iniquidad, iniquidad segar‡, y la vara de su insolencia se
quebrar‡.
Posiblemente San Pablo estaba reflexionando sobre
este verso cuando escribi— en G‡latasÉ
G‡latas 6:7-8 No
os enga–Žis; Dios no puede ser burlado:
pues todo lo que el hombre
sembrare, eso tambiŽn segar‡.
Porque el que siembra para
su carne, de la carne segar‡ corrupci—n; mas el que siembra para el Esp’ritu,
del Esp’ritu segar‡ vida eterna.
Es importante considerar esto a cada cuando. Porque el enemigo siempre quiere
enga–ar a los hermanos, con la posibilidad de la impunidad.
Quiere sugerir que te puedes pecar y pecar, y que
Dios siempre te va a perdonar.
Pero esto es la presunci—n, y no es la prudencia, porque el pecado, aun
perdonado, va a llevar sus consecuencias.
David estaba perdonado de su pecado con BetsabŽ y
Urias, pero la espada nunca jam‡s se apart— de su casa. O sea, sus hijos se peleaban mucho
entre si, y hasta en contra de Žl como consecuencia.
El pecado es siempre muy caro, demasiadamente caro.
9) El
ojo misericordioso ser‡ bendito, porque dio de su pan al indigente.
Si Dios te ha dado muchos recursos, es para que seas
œtil con los pobres que Dios ha puesto delante de ti.
Efesios 4:28 El
que hurtaba, no hurte m‡s, sino trabaje,
haciendo con sus manos lo
que es bueno, para que tenga quŽ compartir con el que padece necesidad.
San Pablo ense–aba que parte del prop—sito del
trabajo es ayudar a otros.
10)
Echa fuera al escarnecedor, y saldr‡ la contienda,
y
cesar‡ el pleito y la afrenta.
Los prudentes
no van a permitir el escarnecedor, hacer problemas ni en su trabajo, ni en su
iglesia, ni en su familia.
Con unas amonestaciones, tendr‡ este que irse.
Tito 3:10 Al
hombre que cause divisiones, despuŽs de una y
otra
amonestaci—n desŽchalo.
11)
El que ama la limpieza de coraz—n, por la gracia de sus labios tendr‡ la amistad
del rey.
Aqu’ est‡ hablando de los gobiernos antiguos. Pero se puede aplicar esto a los
trabajos tambiŽn.
Hoy en d’a, es muy dif’cil encontrar gente en que se
puede confiar.
Yo tengo muchos amigos, hermanos que tienen
negocios, y me dicen que esto es unos de los problemas peores.
Es que no se puede confiar en sus empleados, porque
sus empleados no tienen la limpieza del coraz—n.
Y cuando tu, hermano, hermana, joven, te puedes
mostrar en tu trabajo que tienes la prudencia,
la sabidur’a divina con la humildad, ser‡s un tesoro al negocio donde trabajas.
12)
Los ojos de Jehov‡ velan por la ciencia; mas Žl trastorna las cosas de los
prevaricadores.
Esto es un gran consuelo. Dios est‡ observando todo. Dios conoce las doctrinas de todas las falsas religiones.
Y Dios va a trastornar los mentirosos, siempre
preservando su verdad, os sea su ciencia.
Un profeta vino al rey Asa, un rey malvado de
Israel, que desconfiaba en Dios y gast— dinero en las maquinaciones pol’ticas y
dijoÉ
2 Cr—nicas 16:9 Porque
los ojos de Jehov‡ contemplan toda
la tierra, para mostrar su
poder a favor de los que tienen coraz—n perfecto para con Žl. Locamente has
hecho en esto; porque de aqu’ en adelante habr‡ m‡s guerra contra ti.
Los malvados pueden dar la impresi—n de que est‡n
ganando, pero los prudentes saben
que tales victorias son breves.
13)
Dice el perezoso: El le—n est‡ fuera; serŽ muerto en la calle.
Esta es una manera chistosa de instruir mas sobre la
diligencia. El perezoso
simplemente no quiere trabajar.
Y por lo tanto sabe como inventar un sin fin de
excusas y de pretextos para quedar se en la casa, o hasta en la cama.
Mientras, por el
poder de la prudencia, el sabio va a su trabajo con todo gusto, porque
tambiŽn all’ va a glorificar a su Dios.
1 Corintios 10:31 Si,
pues, comŽis o bebŽis, o hacŽis otra
cosa, hacedlo todo para la
gloria de Dios.
14)
Fosa profunda es la boca de la mujer extra–a;
Aquel
contra el cual Jehov‡ estuviere airado caer‡ en ella.
Por el poder
de la prudencia el justo vivir‡ en la luz del Se–or.
Pero cuando Dios est‡ enojado con el malvado, se
puede mandar lo a los brazos de la mujer extra–a.
El malvado puede pensar que ella de repente es su
gran premio, mientras en realidad, ella es su destrucci—n.
15) La
necedad est‡ ligada en el coraz—n del muchacho;
mas
la vara de la correcci—n la alejar‡ de Žl.
El pasaje va a terminar con una verdad triste. Sus hijos no vienen al mundo como
peque–os ‡ngeles, sino que hay necedad en su naturaleza.
15)
La necedad est‡ ligada en el coraz—n del muchacho;
mas
la vara de la correcci—n la alejar‡ de Žl.
Y dice aqu’ que la vara de la correcci—n es para su
bien.
Es mas, todos nosotros podemos tener un poco de esto
aun en nuestra carne, y por esto tenemos que avanzar en el poder de la prudencia.
De otra manera Dios tal vez tendr‡ que emplear su vara, o sea su azote,
con nosotros.
------------------------- Conclusi—n ------------------------
En fin, si tu quieres avanzar en este a–o nuevo en el poder de la prudencia, puedes pasar
en breve, y oraremos contigo.
Vamos
a Orar