7 de enero de 18

Recuperando La Esperanza

Isa’as 40:1-17

Introducci—n

 

Ahora estamos entrando en una nueva secci—n del libro de Isa’as.  Hasta ahora, hemos visto mucha condenaci—n, muchos juicios anunciados sobre el pueblo de Dios por la manera en que han abandonado el pacto, ya por siglos.

 

Pero empezando con este capitulo, el mensaje va a cambiar.

 

En el ultimo estudio, presentamos la profec’a mas fea y espantosa.  Aunque Ezequ’as era victorioso sobre los de Asiria, en el futuro, su pueblo iba a caer completamente, a los de Babilonia.

 

En su orgullo, el rey mostraba a los emisarios de Babilonia, toda su riqueza, todo su oro y plata, y esto era un gran error.  Por esto el profeta Isa’as vino anunciandoÉ

 

Isa’as 39:5-8  Entonces dijo Isa’as a Ezequ’as: Oye palabra

de Jehov‡ de los ejŽrcitos:

 

He aqu’ vienen d’as en que ser‡ llevado a Babilonia todo lo que hay en tu casa, y lo que tus padres han atesorado hasta hoy; ninguna cosa quedar‡, dice Jehov‡.

 

De tus hijos que saldr‡n de ti, y que habr‡s engendrado, tomar‡n, y ser‡n eunucos en el palacio del rey de Babilonia.

 

Y dijo Ezequ’as a Isa’as: La palabra de Jehov‡ que has hablado es buena. Y a–adi—: A lo menos, haya paz y seguridad en mis d’as.

 

Esto no iba a pasar durante la vida de Ezequ’as, pero lo puso una nube sobre todo el futuro del pueblo.  En un sentido se puede decir que con esa profec’a, la esperanza del futuro estaba perdida.

 

Pero esto no puede ser, porque siempre hay esperanza, para el pueblo de Dios.

 

1)  Consolaos, consolaos, pueblo m’o, dice vuestro Dios.

Ahora, por los cap’tulos que sigan vamos a aprender mucho de esa consolaci—n.

Antes que nada, mira a como Dios est‡ hablando, dice Òpueblo m’o...Ó.

 

Dios no hablaba de su pueblo as’ en el principio, cuando Isa’as primeramente recibi— su llamamiento,

 

Isa’as 6:8-9   DespuŽs o’ la voz del Se–or, que dec’a: ÀA

quiŽn enviarŽ, y quiŽn ir‡ por nosotros? Entonces respond’ yo: Heme aqu’, env’ame a m’.

 

Y dijo: Anda, y di a este pueblo: O’d bien, y no entend‡is; ved por cierto, mas no comprend‡is.

 

Antes eran Òeste puebloÓ pero ahora son Òpueblo m’oÓ, y en este d’a de la santa cena, tengo que consolar a ti, hermano, hermana, porque tu eres parte de este Òpueblo m’oÓ, que Dios quiere consolar.

 

2) Hablad al coraz—n de JerusalŽn; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehov‡ por todos sus pecados.

 

Ojala el mensaje de hoy, llegar‡ a tu coraz—n tambiŽn hermano.  Hoy es d’a de consolaci—n.

 

Cuando dice que su tiempo ha sido cumplido, esto quiere decir que Dios ha acabado, y puso limite sobre la disciplina que iban a recibir.

 

Dios no estaba realmente castigando en el sentido de un juez, sino que Dios estaba aplicando la correcci—n a sus hijos, como un padre.

 

Y toda la correcci—n iba a llegar a su fin, no iba a durar para siempre.

 

Pero lo mas importante, es que Dios anunci— que su pecado ha sido perdonado.  Cosa que celebramos hoy d’a con la Santa Cena.

 

ÀPero como ha sido perdonado sus pecados, y porque dice que Dios ha recibido el doble de lo que merec’an?

 

La œnica manera de entender esto, es que Dios estaba anunciando su satisfacci—n por lo que Cristo iba a hacer siglos mas tarde.

Toda la sangre de animales que estaba derramada por siglos en el pueblo de Israel no pudo realmente pagar por los pecados de los hombres.

 

Sino que todo esto era una representaci—n de lo que Cristo iba a hacer en la cruz.

 

Hebreos 10:4-7 Porque la sangre de los toros y de los

machos cabr’os no puede quitar los pecados.

 

Por lo cual, entrando en el mundo dice:

     Sacrificio y ofrenda no quisiste;

     Mas me preparaste cuerpo.

 

Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.

 

Entonces dije: He aqu’ que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro est‡ escrito de m’.

 

3) Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehov‡; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.

 

Si conoces tu nuevo testamento, sabes que se aplicaron esto a Juan Bautista.

 

Mateo 3:1-3    En aquellos d’as vino Juan el Bautista

predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepent’os, porque el reino de los cielos se ha acercado.

 

Pues Žste es aquel de quien habl— el profeta Isa’as, cuando dijo:

    Voz del que clama en el desierto:

    Preparad el camino del Se–or,

    Enderezad sus sendas.

 

En la antigŸedad, cuando vino un rey para visitar sus dominios, a veces los caminos no estaban en buenas condiciones.

 

Por esto mandaron obreros para quitar rocas y troncos, y arreglar el pasaje para que sea mas c—modo para rey, permitiendo le llegar con facilidad.

 

Pero esto tiene un sentido metaf—rico para nosotros.  Juan no vino para trabajar en los caminos con un palo.

 

Juan vino llamando a la gente a un arrepentimiento verdadero.  Porque Cristo no va a venir para vivir en un coraz—n que aun est‡ abiertamente en su rebeli—n.

 

Estamos entrando en unas porciones de gran consolaci—n en este libro de Isa’as.  Pero los que sigan enamorados con sus pecados, no van a recibir consejo por estos anuncios, sinoÉ

Isa’as 48:22   No hay paz para los malos, dijo Jehov‡.

 

Isa’as 57:20-21 Pero los imp’os son como el mar en

tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo.  No hay paz, dijo mi Dios, para los imp’os.

 

Los que han nacido de nuevo, los que han recibido una nueva naturaleza, los que son nuevas creaturas, reciban la consolaci—n en Cristo.  Los dem‡s no.

 

4) Todo valle sea alzado, y b‡jese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo ‡spero se allane.

 

Estas eran los trabajos que Juan hizo.  Pero una vez mas es metaf—rico, y es espiritual.

 

Los hermanos bajo la convicci—n del Esp’ritu pidieron instrucci—n, y Juan respondi— con respuestas muy especificas, y practicas.

 

Lucas 3:10-14  Y la gente le preguntaba, diciendo:

Entonces, ÀquŽ haremos?

 

Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos tœnicas, dŽ al que no tiene; y el que tiene quŽ comer, haga lo mismo.

 

Vinieron tambiŽn unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ÀquŽ haremos?

 

ƒl les dijo: No exij‡is m‡s de lo que os est‡ ordenado.

 

TambiŽn le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ÀquŽ haremos? Y les dijo: No hag‡is extorsi—n a nadie, ni calumniŽis; y contentaos con vuestro salario.

 

B‡sicamente, en otras palabras, los hermanos estaban poniendo sus vidas en orden, poco a poco, implementando la palabra de Dios en sus vidas, porque Cristo, el Rey, estaba llegando para vivir dentro de ellos.

 

5) Y se manifestar‡ la gloria de Jehov‡, y toda carne juntamente la ver‡; porque la boca de Jehov‡ ha hablado.

 

Todo el mundo iba a ver el pueblo de Dios regresando, milagrosamente de su cautiverio.

 

Y todo el mundo vio c—mo el pueblo de Dios escap— de Egipto, bajo el liderazgo de MoisŽs.

 

Y ojala, todo el mundo puede ver como tu hermano, hermana, joven has escapado del pecado, y de la vanidad de este mundo.

 

Y si tu vida realmente est‡ cambiando, la gente van a saber, que esto es una manifestaci—n, de la gloria de Dios.

 

6) Voz que dec’a: Da voces. Y yo respond’: ÀQuŽ tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo.

 

Otra vez si conoces tu Biblia, sabes que San Pedro citaba esa parte en su primer libro.

 

Pedro estaba hablando de c—mo nosotros hemos sido redimidos con algo muy especial.

 

1 Pedro 1:22-25 Habiendo purificado vuestras almas por

la obediencia a la verdad, mediante el Esp’ritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entra–ablemente, de coraz—n puro;  siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.

Porque:

                     Toda carne es como hierba,

Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae;

 

Mas la palabra del Se–or permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.

 

7) La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehov‡ sopl— en ella; ciertamente como hierba es el pueblo.

 

Esto es para quitar nuestra confianza en nosotros mismos.  Si uno est‡ muy fuerte, muy inteligente, muy bella, tienes que saber que todo esto es como una flor, que tarde o temprano va marchitar se.

 

Nuestras fuerzas en este mundo son pasajeras.  Pero cuando estamos construyendo sobre la Roca de la Palabra, entonces estamos construyendo para la eternidad, escapando de la vanidad de este mundo.

 

8) SŽcase la hierba, march’tase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.

 

Llegando a Babilonia, los hermanos iban a ver grandes arquitecturas, puertas famosas, muros gigantescos.

 

Seria f‡cil para ellos caminando por vista, estar muy impresionados con todo esto.

 

Pero caminando por fe, sab’an que todas las obras del hombre, en su rebeli—n, es como la hierba, o la flor que r‡pidamente va a marchitar se.

 

9) Sœbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de JerusalŽn; lev‡ntala, no temas; di a las ciudades de Jud‡: !!Ved aqu’ al Dios vuestro!

 

Esto era la tarea de los profetas, subir a un punto algo y anunciar toda esa verdad con voz alta.

 

Y toca a nosotros tambiŽn hacer esto.  Ya con la tecnolog’a moderna podemos anunciar empleando la radio, el telŽfono, el Internet.  Pero tenemos que estar anunciado.  Como muchos hermanos ayer de esta iglesia estaban en las calles de Santa Ana.

 

San Pablo entend’a esa obligaci—n y dijoÉ

 

1 Corintios 9:16     Pues si anuncio el evangelio, no tengo

por quŽ gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y !!ay de m’ si no anunciare el evangelio!

 

10) He aqu’ que Jehov‡ el Se–or vendr‡ con poder, y su brazo se–orear‡; he aqu’ que su recompensa viene con Žl, y su paga delante de su rostro.

 

El evangelismo no es muy f‡cil en este pa’s ahora, como en otras partes del mundo.

 

Hay gente que quieren recibir el mensaje, pausa pero hay otros, muchos, que prefieren rechazar lo que decimos.

 

Vivimos en una cultura que es cada vez mas antib’blica, y tambiŽn muchos han ido a iglesias solamente para encontrar gente demandando su dinero en medio de contiendas y divisiones, y por esto no quieren nada mas que ver con las iglesias evangŽlicas.

 

TambiŽn hay muchas sectas que han levantado con doctrinas extra–as y destructivas.

 

Y por esto muchos hermanos verdaderos andan desanimados, y abandonan el trabajo.  Exactamente lo que el enemigo quiere.

 

Pero los que conocen sus Biblias, saben que nuestro trabajo no es en vano, y que Dios puede venir en poder, en cualquier momento, cambiando completamente la panorama.

 

10) He aqu’ que Jehov‡ el Se–or vendr‡ con poder, y su brazo se–orear‡; he aqu’ que su recompensa viene con Žl, y su paga delante de su rostro.

 

ÀHermanos, saben ustedes que hay mas Cristianos ahora en China que en toda Europa?

 

Un hermano me dijo que hay mas Cristianos en la çfrica que en todos los estados unidos.

 

Si la iglesia es un poco baja en su influencia aqu’, est‡ explotando en otras partes del mundo.  Y la situaci—n aqu’ puede cambiar en cualquier momento.

 

11) Como pastor apacentar‡ su reba–o; en su brazo llevar‡ los corderos, y en su seno los llevar‡; pastorear‡ suavemente a las reciŽn paridas.

 

Esto por supuesto est‡ hablando de Cristo, de hecho es una prueba de su deidad.  Aqu’ en Isa’as dice que Dios es el buen Pastor, pero en el nuevo testamento dice que Cristo es el buen Pastor.

Juan 10:10-11  El ladr—n no viene sino para hurtar y matar

y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

 

Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

 

Juan 10:27-28  Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecer‡n jam‡s, ni nadie las arrebatar‡ de mi mano.

 

Hoy es un d’a de consolaci—n, y hermano, tienes que recibir consolaci—n por estas promesas, y por la Santa Cena que vas a tomar muy pronto.

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Bueno, ahora, para ayudar nos a estar un poco mas convencidos de todo esto, el resto del mensaje de hoy hablar‡ de la naturaleza de nuestro Dios, para entender que Žl s’ tiene todo el poder necesario para cumplir estas promesas.

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12) ÀQuiŽn midi— las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos junt— el polvo de la tierra, y pes— los montes con balanza y con pesas los collados?

 

Estamos hablando aqu’ de la grandeza de nuestro Dios.  Dios est‡ presentado como el alfarero no solamente de nosotros, sino del universo entero.

 

13) ÀQuiŽn ense–— al Esp’ritu de Jehov‡, o le aconsej— ense–‡ndole?

 

Dios no necesitaba informaci—n, ni consejo de nadie.  A veces hablan metaf—ricamente de Dios bajando para ver lo que estaba en Sodoma, pero esto es solamente para ayudar nos a entender que el juicio estaba llegando.

 

Dios, en actualidad no necesita bajar para observar nada.  Dios ya ha tenido toda la informaci—n desde el principio.

 

14) ÀA quiŽn pidi— consejo para ser avisado? ÀQuiŽn le ense–— el camino del juicio, o le ense–— ciencia, o le mostr— la senda de la prudencia?

 

No hay nadie mas alto, ni mas sabio que Dios.  Nadie puede ense–ar a Dios c—mo mejorar su concepto de la justicia.

15) He aqu’ que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aqu’ que hace desaparecer las islas como polvo.

 

Bueno, esto no dice que las naciones no son importantes, o que la gente no tienen valor.  Pero en comparaci—n con el Dios eterno, su importancia va a desaparecer.

 

Dios tiene grandes planes para la historia del mundo, y todo su plan va a cumplirse.  Unas naciones van a levantar se, otros van a caer, y todo esto es completamente normal.

 

16) Ni el L’bano bastar‡ para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio.

 

Aqu’ dice que el hombre no puede jam‡s ofrecer un sacrificio adecuado para la satisfacci—n de nuestro Dios.

 

L’bano tenia muchos cedros grandes y mucho ganado, pero todo esto seria inadecuado para satisfacer la justicia de nuestro Dios. 

 

La ofensa de nuestros pecados es infinita, y por esto muchos hombres sufrir‡n por tiempo infinito, en el infierno.

 

Pero como celebraremos, en poco, el sacrificio de Cristo s’ es suficiente para pagar todo, para nosotros, y podemos decir como manera de hablar, que Dios ha recibido hasta el doble de lo que era necesario.

 

17) Como nada son todas las naciones delante de Žl; y en su comparaci—n ser‡n estimadas en menos que nada, y que lo que no es.

 

Para recuperar la esperanza, para recibir la consolaci—n, tenemos que ver a nuestro Dios como realmente es. 

 

Muchos hermanos pasan sus vidas en temor, porque su concepto de Dios est‡ demasiadamente limitado.

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En fin, preparando nos ya para venir a la Santa CenaÉ

 

Hermano, tu Dios no est‡ enojado contigo.  Es posible que tendremos de pasar por correcciones a veces, pero esto es algo que va a pasar.  Pero por el sacrificio de Cristo, hay suficiente satisfacci—n para todos los pecados de tu vida.

Vamos a orar!