6 de enero de 18
Profesan Conocer A
Dios
Tito 1:15-16
Empezando un a–o nuevo, es normal reflexionar, a donde voy con mi
vida. Si uno es sabio, va a
entender que su tiempo es limitado, y que la muerte va a venir a todos. Para algunos, est‡ en el futuro lejano,
para otros est‡ mas cerca.
Pera ahora, estamos aun en la temporada de examinar a nosotros mismos
y hacer cambios si sean necesarios.
La Biblia habla de unos viviendo vidas puras, pero otros viviendo como
corrompidos.
Tito 1:15-16 Todas
las cosas son puras para los puros,
mas para los corrompidos e incrŽdulos nada les es puro; pues hasta su
mente y su conciencia est‡n corrompidas.
Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo
abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.
Lo interesante de este verso es que dice que es posible ser una
persona que dice que conoce a Dios, pero al mismo tiempo negar todo esto, en su
manera de vivir.
La vida pura implica ciertas decisiones y cierta disciplina. Cristo mismo dijo en una parteÉ
Mateo 7:13-14 Entrad por la
puerta estrecha; porque ancha
es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdici—n, y muchos
son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino
que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
Esto habla de entrar en algo.
ŔPero en que?
Est‡ hablando de su iglesia, del reino de Dios, pero hay maneras de
entrar que est‡n equivocadas.
Mateo 7:13-14 Entrad por la
puerta estrecha; porque ancha
es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdici—n, y muchos
son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino
que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
Cristo Jesśs dijo en otro lugar que habr‡ muchos que desear‡n entrar,
pero solamente cuando sea muy tarde.
Lucas 13:22-22 Pasaba Jesśs por
ciudades y aldeas,
ense–ando, y encamin‡ndose a JerusalŽn.
Y alguien le dijo: Se–or, Ŕson pocos los que se salvan? Y Žl les dijo:
Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos
procurar‡n entrar, y no podr‡n.
DespuŽs que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta,
y estando fuera empecŽis a llamar a la puerta, diciendo: Se–or, Se–or, ‡brenos,
Žl respondiendo os dir‡: No sŽ de d—nde sois.
Entonces comenzarŽis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y
en nuestras plazas ense–aste.
Pero os dir‡: Os digo que no sŽ de d—nde sois; apartaos de m’ todos
vosotros, hacedores de maldad.
Lo curioso de este pasaje es que estos, profesaban conocer a Dios, lo
llamaba Se–or, Se–or, pero estaban enga–ados.
Tito 1:15-16 Todas
las cosas son puras para los puros,
mas para los corrompidos e incrŽdulos nada les es puro; pues hasta su
mente y su conciencia est‡n corrompidas.
Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo
abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.
Y Cristo Jesśs hablaba de este peligro en otros lugares tambiŽn.
Mateo 7:21-23 No todo el
que me dice: Se–or, Se–or,
entrar‡ en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi
Padre que est‡ en los cielos. Muchos
me dir‡n en aquel d’a: Se–or, Se–or, Ŕno profetizamos en tu nombre, y en tu
nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Y entonces les declararŽ: Nunca os conoc’; apartaos de m’, hacedores
de maldad.
La Biblia est‡ muy clara, sobre este peligro. Es posible para uno profesar que
conoce a Dios, pero al mismo tiempo estar gravemente equivocado.
Hasta San Pablo dijoÉ
2 Corintios 13:5 Examinaos
a vosotros mismos si est‡is
en la fe; probaos a vosotros mismos. ŔO no os conocŽis a vosotros
mismos, que Jesucristo est‡ en vosotros, a menos que estŽis reprobados?
Esto es algo bien serio.
Y como siempre si hay un problema, el problema es el pecado.
Por ejemplo amigo, si tu dices que conoces a Dios, pero est‡s atrapado
en la pornograf’a del Internet o de los videos, esto puede aplicar a ti, porque
Cristo dijoÉ
Mateo 5:27-2 O’steis
que fue dicho: No cometer‡s
adulterio.
Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla,
ya adulter— con ella en su coraz—n.
Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasi—n de caer, s‡calo, y Žchalo
de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu
cuerpo sea echado al infierno.
Si uno est‡ viviendo en un vicio, su profesi—n de la fe puede ser mas
o meno vac’a.
Tito 1:15-16 Todas
las cosas son puras para los puros,
mas para los corrompidos e incrŽdulos nada les es puro; pues hasta su
mente y su conciencia est‡n corrompidas.
Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo
abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.
O amigo, no vives otro a–o en el auto enga–o. Si tienes un vicio por beber mucho, o
por comer demasiado, o por el abuso de las drogas, hay que buscar un
remedio. Hay que encontrar la
libertad de tu esclavitud, porque viviendo as’ tu profesi—n de la fe puede ser
completamente vana.
1 Corintios 6:9-10 ŔNo
sabŽis que los injustos no
heredar‡n el reino de Dios? No errŽis; ni los fornicario, ni los
id—latras, ni los adślteros, ni los afeminados, ni los que se echan con
varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes,
ni los estafadores, heredar‡n el reino de Dios.
Oh mi querido amigo, no te enga–es a ti mismo, la fe verdadera va a
producir en ti una vida diferente, una vida libre de los vicios y de las
inmoralidades.
Una fe verdadera va a producir una nueva persona.
2 Corintios 5:17 De
modo que si alguno est‡ en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aqu’ todas son hechas
nuevas.
Si tu amigo, est‡s empezando otro a–o, en que las cosas viejas aun
est‡n presentes, como los vicios, las inmoralidades sexuales, los enga–os y las
mentiras, la falta de respeto a los padres, tu profesi—n de la fe, tu confesi—n
de que conoces a Dios puede ser puro enga–o.
Tito 1:15-16 Todas
las cosas son puras para los puros,
mas para los corrompidos e incrŽdulos nada les es puro; pues hasta su
mente y su conciencia est‡n corrompidas.
Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo
abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.
Para ayudar nos a no vivir en tal enga–o, hay un verso muy claro en el
libro de Hebreos.
Hebreos 12:14 Seguid la paz
con todos, y la santidad, sin
la cual nadie ver‡ al Se–or.
Es necesario entender quŽ feo es el pecado, en los ojos de Dios. Para entender algo de esto solamente
tenemos que mirar a los nombres feos que dan al pecado en las escrituras.
En los salmos el pecado est‡ presentado como algo sucio.
Salmos 51:2 L‡vame
m‡s y m‡s de mi maldad,
Y l’mpiame de mi pecado.
San Pablo habl— del pecado como un cuerpo muerto.
Romanos 7:24 !!Miserable
de m’!
ŔquiŽn me librar‡ de este cuerpo de
muerte?
En otro lugar dijo que era algo que ol’a muy mal.
Romanos 3:13 Sepulcro
abierto es su garganta.
Isa’as habl— del pecado como llagas abiertas.
Isa’as 1:6 Desde la planta del
pie hasta la cabeza no
hay en Žl cosa sana, sino herida, hinchaz—n y podrida llaga; no est‡n
curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.
Y para captar la magnitud del asco del pecado, San Pedro hablaba de
perros y de cerdos.
2 Pedro 2:22 Pero les
ha acontecido lo del verdadero
proverbio: El perro vuelve a su v—mito, y la puerca lavada a
revolcarse en el cieno.
Todas estas descripciones feas est‡n all’ para ayudarnos a ver que el
pecado es sumamente feo, y es algo que los que profesan conocer a Dios tienen
que abandonar con toda prisa.
Tito 1:15-16 Todas
las cosas son puras para los puros,
mas para los corrompidos e incrŽdulos nada les es puro; pues hasta su
mente y su conciencia est‡n corrompidas.
Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo
abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.
Amigo, se–ora, joven, si tu aun est‡s atrapado en tu pecado, hay
remedio. Cristo Jesśs vino a este
mundo para salvar a los suyos de sus pecados, no en sus pecados sino de
sus pecados.
Mateo 1:21 Y dar‡ a luz un hijo,
y llamar‡s su nombre
JESňS, porque Žl salvar‡ a su pueblo de sus pecados.
Cristo derram— su sangre para salvar a los pecadores de sus pecados, y Cristo est‡ dispuesto
a hacer esto contigo, si puedes venir, en arrepentimiento y en fe. ÁAmen!