5 de enero de 18

Escapando Del Enga–o

Proverbios 21:1-15

 

Unas de las maneras en que el diablo ha tratado de destruir la felicidad de los hijos de Dios, es plantar los enga–os en nuestras mentes.

 

En los siglos de la historia de la iglesia, hemos estado muy dŽbiles, cuando el conocimiento de la palabra era muy baja.

 

Pero cuando los hermanos eran bien informados de las escrituras, con las doctrinas de la fe, siempre hemos estado  fuertes, y mas dif’ciles de enga–ar y de confundir.

 

En el pasaje de hoy, el rey Salom—n, hijo de David, nos dar‡ una rica alimentaci—n para ayudar nos a escapar de las formas mas comśn del enga–o diab—lico.

 

1) Como los repartimientos de las aguas, As’ est‡ el coraz—n del rey en la mano de Jehov‡; A todo lo que quiere lo inclina.

 

Para infundir temor, el temor del hombre que es su gran lazo, el maligno quiere implantar en neutras mentes el peligro de los hombres poderosos, o del gobierno, o de los negocios o hasta de los carteles.

 

Pero aun los mas potentes, los mas crueles de este mundo est‡n bajo el control completo de nuestro Dios.

 

1) Como los repartimientos de las aguas, As’ est‡ el coraz—n del rey en la mano de Jehov‡; A todo lo que quiere lo inclina.

 

Conociendo esto, podemos orar para los hombres, las mujeres del gobierno, presidentes, gobernadores, jueces, que sean inclinados a decidir todo con justicia, especialmente protegiendo a la iglesia de Cristo Jesśs.

 

Isa’as nos ense–ar‡ muy pronto.

 

Isa’as 49:23   Reyes ser‡n tus ayos, y sus reinas tus

nodrizas; con el rostro inclinado a tierra te adorar‡n, y lamer‡n el polvo de tus pies; y conocer‡s que yo soy Jehov‡, que no se avergonzar‡n los que esperan en m’.

Cuando era el tiempo de acabar con el cautiverio en Babilonia, Dios inclin— el coraz—n de los reyes, de los poderosos, causando les a mandar a Esdras y a Nehem’as a JerusalŽn, y hasta dando recursos, para reconstruir.

 

El punto es, que aun los muy poderosos de este mundo est‡n bajo un control secreto de Dios. 

 

No sabemos exactamente c—mo Dios puede inclinar el coraz—n de uno, de tal manera que se decide lo que Dios quiere, sin estar forzado, pero sabemos que esto est‡ pasando, todo el tiempo.

 

No es muy diferente de la manera en que muchos de nosotros Žramos convertidos.  De repente, la vida de pecado que antes era nuestra pasi—n, era repugnante.

 

Y los caminos del Se–or que antes parec’an una vida aburrida, de repente son nuestro deleite.

 

2) Todo camino del hombre es recto en su propia opini—n;

Pero Jehov‡ pesa los corazones.

 

Para escapar de todo enga–o, es muy śtil, entender que nosotros, como otros, estamos susceptibles a los enga–os.

 

En el segundo de Corintios, San Pablo inform— a ciertos hasta en la iglesia que han sido, probablemente enga–ados.

 

2 Corintios 11:3     Pero temo que como la serpiente con su

astucia enga–— a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.

 

Sabiendo que estamos susceptibles, nos ayuda a tomar cuidado, a comparar nuestros conceptos con las escrituras, y aceptar la posibilidad de que nuestros conceptos, a veces tienen que estar corregidos.

 

Normalmente el incrŽdulo, no tiene una manera tan clara de descubrir sus enga–os, y simplemente va a presumir que lo que siempre ha cre’do, tiene que ser la verdad.

 

2) Todo camino del hombre es recto en su propia opini—n;

Pero Jehov‡ pesa los corazones.

 

Es un concepto bastante śtil en el evangelismo. 

 

No es f‡cil convencer a alguien que se necesita un redentor, hasta que sea convencida, la persona, que su concepto de si mismo est‡ equivocado.

 

Y la herramienta mas poderosa para hacer esto, es la Santa Ley de Dios.

 

Salmos 19:7-8  La ley de Jehov‡ es perfecta, que convierte el

alma; El testimonio de Jehov‡ es fiel, que hace sabio al sencillo.

 

Los mandamientos de Jehov‡ son rectos, que alegran el coraz—n; El precepto de Jehov‡ es puro, que alumbra los ojos.

 

3) Hacer justicia y juicio es a Jehov‡ M‡s agradable que sacrificio.

 

Esto es un concepto que ha enga–ado a muchos, en toda la historia de la iglesia.

 

Un caso famoso de esto era Saśl, el primer rey de Israel.

 

Saśl recibi— instrucciones claras de parte de Samuel el profeta.  Pero por el temor al hombre era desobediente.  Y para cubrir su error, decidi— quemar unos sacrificios.

 

El profeta lo rega–aba con el verso famoso que diceÉ

 

1 Samuel 15:22 Y Samuel dijo: ŔSe complace Jehov‡ tanto en

los holocaustos y v’ctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehov‡? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atenci—n que la grosura de los carneros.

 

Es otro enga–o favorito del enemigo.  Se viene diciendo a los hermanos dŽbiles que se pueden continuar con un vicio, con una inmoralidad, simplemente tirando a Dios unos sacrificios de vez en cuando.

 

En este mismo libro de los proverbios vimos la mujer adultera practicando esto.  Para invitar a su victima dijoÉ

 

Proverbios 7:14 Sacrificios de paz hab’a prometido,

Hoy he pagado mis votos.

 

 

Como que si ha dado a Dios sus migajas, ya tenia el derecho de disfrutar sus inmoralidades con impunidad.

 

Viviendo as’, Dios puede simplemente rechazar tus sacrificios rotundamente, como hemos estudiado en el principio de Isa’as.

 

Isa’as 1:10-13 Pr’ncipes de Sodoma, o’d la palabra de Jehov‡;

escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.

 

ŔPara quŽ me sirve, dice Jehov‡, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabr’os.

 

ŔQuiŽn demanda esto de vuestras manos, cuando ven’s a presentaros delante de m’ para hollar mis atrios?

 

No me traig‡is m‡s vana ofrenda; el incienso me es abominaci—n; luna nueva y d’a de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes.

 

Mucha ŇiglesiaÓ y muchos sacrificios, solamente van a intensificar la indignaci—n de nuestro Dios si el arrepentimiento est‡ ausento.  Es un punto grave de considerar ya, sabiendo que el d’a del la Santa Cena ya est‡ muy cerca.

 

4) Altivez de ojos, y orgullo de coraz—n, y pensamiento de imp’os, son pecado.

 

Cuando estamos alcanzando cierto Žxito, es f‡cil sentir un poco de orgullo personal, un poco de soberbia.

 

Pero todo esto es simplemente otra forma de enga–o, que tenemos que aprender a resistir.

 

5) Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; Mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza.

 

Dios est‡ dispuesto a bendicir todo tu buen trabajo.  Sea de tu propio negocio, o sea un trabajo en que otro es el due–o.

 

 

Pero cuando te empieces a pensar que hay una manera de enriquecer te muy r‡pidamente, sin hacer una contribuci—n actual al la sociedad, a lo mejor estas enga–ado.

 

La loter’a, y otras formas de juego son trampas, y no ser‡n bendecidas por Dios.  Los que corran tras estos sue–os vanos, seguramente no han escapado del enga–o.

 

En muchos casos es porque el dinero ya es su ’dolo, o sea su dios.

 

6) Amontonar tesoros con lengua mentirosa es aliento fugaz de aquellos que buscan la muerte.

 

Esto habla de otro que no quiere trabajar.  Ha descubierto, supuestamente otra manera de estafar a la gente, con impunidad.

 

Pero aqu’ Dios est‡ prometiendo, no habr‡ impunidad en esto.

 

7) La rapi–a de los imp’os los destruir‡, por cuanto no quisieron hacer juicio.

 

Esto es otro enga–o aun peor, en que los violentos, los secuestradores y otros, piensan que se pueden justificar sus infamias.

 

Todos estos cayeran bajo el juicio, bajo la maldici—n de Dios. Como Salom—n dijo desde el principioÉ

 

Proverbios 3:33 La maldici—n de Jehov‡ est‡ en la casa

del imp’o, Pero bendecir‡ la morada de los justos.

 

8) El camino del hombre perverso es torcido y extra–o; Mas los hechos del limpio son rectos.

 

El hombre que no ha sido redimido en Cristo, el hombre que no ha nacido de nuevo, f‡cilmente vivir‡ una vida torcida.

 

Por esto es urgente, orar por nuestros seres queridos que aun no est‡n caminando con Cristo.

 

9) Mejor es vivir en un rinc—n del terrado que con mujer rencillosa en casa espaciosa.

 

Esta es otra forma de enga–o comśn.

 

A veces hay mujeres, aun mujeres dentro de las iglesias, que han descubierto que pueden ejercer cierto poder, si andan gritando, insultando y levantando sus voces.

 

Lo que no sabe una mujer as’ es que todos, su esposo, sus hijos, otras hermanas har‡n todo en su poder para alejar se de ella.

 

Salom—n no dice que el hombre puede tomar una amante por esto, tampoco dice que se puede golpear la, no somos musulmanes.

 

Pero aun si tiene una gran casa, una casa de ricos, ser‡ la  prioridad de todos, escapar de la presencia de esa.  pausa

 

Una vez dije a mi medico que era mi deseo, morir antes de jubilar me.

 

Al principio el pens— que yo era un poco loco.  Mas tarde dijo que en la cuidad de Newport, el tiene varias pacientes que tienen mas de ochenta a–os manejando grandes compa–’as.

 

DespuŽs se a–adi—, que se cre’a que estos ricos deseaban continuar trabajando, para alejar se de sus esposas.  pausa

 

Claro esto no es mi caso, yo simplemente creo que es mas saludable continuar trabajando, pero esto es otro tema.

 

10) El alma del imp’o desea el mal; su pr—jimo no halla favor en sus ojos.

 

El muy enga–ado siempre va a buscar problemas.  Es su naturaleza.  Es mejor ni vivir cerca de los tales.

 

11) Cuando el escarnecedor es castigado, el simple se hace sabio; Y cuando se le amonesta al sabio, aprende ciencia.

 

Esto hemos visto ya varias veces.  Pero es algo que se tiene que repetir.  Los gobiernos, los padres tienen la responsabilidad de castigar la maldad.

 

El castigo no es una barbaridad, no es algo cruel, sino que es como medicina.

 

Aun si el rebelde es muy terco, y no quiere rectificar su vida, los que observan el castigo van a recibir un beneficio. 

 

 

En muchas sociedades, ya no reconocen esto.  Y es porque han ca’do en el gran enga–o.

 

11) Cuando el escarnecedor es castigado, el simple se hace sabio; Y cuando se le amonesta al sabio, aprende ciencia.

 

El sabio no tienen que ni sentir ni observar un castigo para entender.

 

El sabio simplemente puede escuchar las amonestaciones en la Palabra de Dios, para corregir su camino.

 

12) Considera el justo la casa del imp’o, c—mo los imp’os son trastornados por el mal.

 

Esto es otra manera de escapar de los enga–os.

 

A veces, nosotros podemos observar la riqueza pasajera de los inicuos, y sentir un poco de envidia de ellos.

 

ŔComo es posible, podemos pensar, que nosotros estamos viviendo en la obediencia y aun tenemos grandes luchas, y estos otros desaf’an todo precepto de Dios, pero andan prosperando mas y mas?

 

Es uno de los enga–os que el diablo ha presentado a muchos.  Hasta David sent’a esa tentaci—n.

 

Salmos 73:2-8  En cuanto a m’, casi se deslizaron mis pies;

Por poco resbalaron mis pasos.

 

Porque tuve envidia de los arrogantes,

Viendo la prosperidad de los imp’os.

 

Porque no tienen congojas por su muerte,

               Pues su vigor est‡ entero.

 

No pasan trabajos como los otros mortales,

               Ni son azotados como los dem‡s hombres.

 

               Por tanto, la soberbia los corona;

               Se cubren de vestido de violencia.

 

               Los ojos se les saltan de gordura;

               Logran con creces los antojos del coraz—n.

 

               Se mofan y hablan con maldad de hacer

               violencia; Hablan con altaner’a.

David estaba observando todo esto y de repente, dudaba de que val’a la pena tanta vida estricta de obediencia y de disciplina.  Pero finalmenteÉ

 

Salmos 73:16-19 Cuando pensŽ para saber esto,

                     Fue duro trabajo para m’,

 

Hasta que entrando en el santuario de Dios, comprend’ el fin de ellos.

 

Ciertamente los has puesto en deslizaderos; en asolamientos los har‡s caer.

 

!!C—mo han sido asolados de repente!

Perecieron, se consumieron de terrores.

 

12) Considera el justo la casa del imp’o, c—mo los imp’os son trastornados por el mal.

 

Vale la pena, meditar un poco en esto.  Hasta que te puedes ver que los malvados que parecen que est‡n prosperando en su maldad, son como bueyes engordados, preparados para el fuego.

 

13) El que cierra su o’do al clamor del pobre, tambiŽn Žl clamar‡, y no ser‡ o’do.

 

Otro enga–o est‡ aqu’ refutado. 

 

Podemos pensar que los pobres no son nuestro problema.  Que su problema es asunto del gobierno, y realmente no tenemos los recursos de ayudar.

 

Pero hermano, si Dios ha puesto un pobre en tu camino, y esa persona est‡ clamando en su desesperaci—n, aqu’ hay una promesa espantosa para todos nosotros.

 

13) El que cierra su o’do al clamor del pobre, tambiŽn Žl clamar‡, y no ser‡ o’do.

 

Santiago dijoÉ

Santiago 2:13  Porque juicio sin misericordia se har‡ con

aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.

 

En los ojos de Dios, la ayuda a los pobres verdaderos, no a los manipuladores, sino a los pobres que no pueden realmente trabajar, la ayuda de ellos es muy importante, en los ojos de Dios.  Cristo mismo dijo.

 

Mateo 25:42    Porque tuve hambre, y no me disteis de comer;

tuve sed, y no me disteis de beber.

 

14) La d‡diva en secreto calma el furor, y el don en el seno, la fuerte ira.

 

Hemos visto ya que no todo cohecho, o regalo es malo.  Si es nuestro deseo pervertir la justicia es malo, pero hay ocasiones hasta en la Biblia, en que el regalo, no muy publico, puede ser sabio.

 

Una vez David estaba muy enojado con un hombre que no quiso ayudar le.  Y la esposa de este hombre era sabia, y para proteger a su familia, llevaba un regalo a David, que vino para destruir.

 

1 Samuel 25:18-20    Entonces Abigail tom— luego doscientos

panes, dos cueros de vino, cinco ovejas guisadas, cinco medidas de grano tostado, cien racimos de uvas pasas, y doscientos panes de higos secos, y lo carg— todo en asnos.

 

Y dijo a sus criados: Id delante de m’, y yo os seguirŽ luego; y nada declar— a su marido Nabal.

 

Y montando un asno, descendi— por una parte secreta del monte; y he aqu’ David y sus hombres ven’an frente a ella, y ella les sali— al encuentro.

 

Cuando ella encontr— a David, se present— su regalo muy humildemente.

 

1 Samuel 25:23-25    Y cuando Abigail vio a David, se baj—

prontamente del asno, y postr‡ndose sobre su rostro delante de David, se inclin— a tierra; y se ech— a sus pies, y dijo: Se–or m’o, sobre m’ sea el pecado; mas te ruego que permitas que tu sierva hable a tus o’dos, y escucha las palabras de tu sierva.

 

 

 

No haga caso ahora mi se–or de ese hombre perverso, de Nabal; porque conforme a su nombre, as’ es. El se llama Nabal, y la insensatez est‡ con Žl; mas yo tu sierva no vi a los j—venes que tś enviaste.

 

David estaba tan impresionado con ella que no solamente perdon— la ofensa, sino que mas tarde, cuando ella era viuda, la tom— por esposa.

 

1 Samuel 25:32-34    Y dijo David a Abigail: Bendito sea

Jehov‡ Dios de Israel, que te envi— para que hoy me encontrases.

 

Y bendito sea tu razonamiento, y bendita tś, que me has estorbado hoy de ir a derramar sangre, y a vengarme por mi propia mano.

 

Porque vive Jehov‡ Dios de Israel que me ha defendido de hacerte mal, que si no te hubieras dado prisa en venir a mi encuentro, de aqu’ a ma–ana no le hubiera quedado con vida a Nabal ni un var—n.

 

En fin, no es malo presentar un regalo, para apagar la ira de uno.  Jacob hizo algo semejante para calmar los resentimientos de su hermano Esaś.

 

Pero jam‡s est‡ justificada mandar un regalo para estorbar la justicia.

 

15) Alegr’a es para el justo el hacer juicio; mas destrucci—n a los que hacen iniquidad.

 

En fin, Salom—n deseaba con esa porci—n de ense–anza, liberar nos de muchos de los enga–os que pueden desviar hasta los hermanos.

 

------------------------- Conclusi—n ------------------------

 

Si es tu deseo, en este a–o nuevo, vivir en la verdad, libre de los lazos comunes que el enemigo ha empelado hasta para estorbar a los hermanos, puedes pasar en unos momentos, y oraremos para ti.

 

Vamos a Orar