2 de febrero de 18

 

Saboreando El Equilibrio

Proverbios 23:1-18

 

Unos de los poderes de la carne, que el diablo siempre quiere estimular en el hombre, es la tendencia de ir a los extremos, en sus trabajos o en sus placeres.

 

Esto est‡ confirmado en este pa’s, en el gran numero de personas que tienen problemas con su peso, aun cuando sus mŽdicos dan advertencias de la alta presi—n de la sangre, o de los problemas cardiacos, o hasta la diabetes.

 

Pero para disfrutar la comida, y la bebida, estas personas no pueden encontrar un equilibro.  El problema no es con la comida en s’, que es una bendici—n de Dios que podemos disfrutar, pero por la falta de moderaci—n, hasta la comida puede convertir se en un problema.

 

1-2) Cuando te sientes a comer con algśn se–or, considera bien lo que est‡ delante de ti, y pon cuchillo a tu garganta,

si tienes gran apetito.

 

Estamos hablando aqu’ de un hombre de dinero, y de poder.  Y estos, cuando invitan a muchos, normalmente desean mostrar su capacidad de presentar comida muy fina, muy costosa.

 

1-2) Cuando te sientes a comer con algśn se–or, considera bien lo que est‡ delante de ti, y pon cuchillo a tu garganta,

si tienes gran apetito.

 

Si la forma de comida es algo que normalmente tu no puedes alcanzar, considerando tus recursos, ten cuidado de no caer en la trampa de considerar este estilo de vida como algo necesario.  Y no pienses que ahora es el momento de comer mucho, siendo tu śnica oportunidad de saborear algo semejante.

 

3) No codicies sus manjares delicados, porque es pan enga–oso.

Esto es el punto.  La comida, la casa, todo el estilo de vida de los ricos es enga–oso.  Y los que corran al extremo de desear lo que los ricos tienen, pueden caer en una gran trampa.  Esto puede convertirse en un vicio o hasta en un ’dolo, tratando de vivir como los que tienen mas.

1 Timoteo 6:9-10     Porque los que quieren enriquecerse caen

en tentaci—n y lazo, y en muchas codicias necias y da–osas, que hunden a los hombres en destrucci—n y perdici—n;  porque ra’z de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

 

Pero aun con esa amonestaci—n hay un peligro. 

 

A travŽs de los siglos muchos hermanos han pensando que el dinero es malo.  Pero esto no es lo que dice.  El dinero es simplemente una herramienta, muy śtil.  Pero llevando el deseo para el dinero al extremo, es un peligro.

 

1 Timoteo 6:17 A los ricos de este siglo manda que no

sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.

 

La riqueza en s’ no es el problema, ni es la comida.  La comida buena es un don de Dios.  Y, como hemos visto, Salom—n nos ha exhortado mucho al duro trabajo y a la diligencia.

 

Y los hermanos de la fe, que vivan como diligentes, van a tener recursos.  Esto es inevitable, pero el punto del mensaje de hoy es, que tenemos que evitar los extremos.

 

4) No te afanes por hacerte rico; sŽ prudente, y desiste.

 

Tener dinero no es el problema. Pero tenemos que vivir saboreando el equilibrio.

 

Hay padres, padres Cristianos, y madres tambiŽn, que han alcanzado grandes logros, econ—micamente, pero al costo del abandono de sus hijos, en la temporada mas formativa.

 

Y despuŽs, pueden intentar disfrutar sus fortunas, pero sabiendo que sus hijos han sido sacrificados en el proceso, como los antiguos que sacrificaron sus hijos a otros ’dolos.

 

5) ŔHas de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas?

Porque se har‡n alas como alas de ‡guila, y volar‡n al cielo.

Tus hijos van a existir para siempre, o con Dios, o en el infierno, pero tus riquezas pueden desaparecer se para siempre en cualquier momento.

En este pa’s, hoy y ayer, la bolsa de valores bajo mucho.  Y hay hermanos que tienen memorias de los tiempos de incertidumbre en los mercados.

 

Muchos han perdidos casas, y conocen el estrŽs de pasar por esto.  Nadia sabe exactamente cuando, o como la econom’a puede derrumbar se, pero es sabio estar siempre preparado, con una reserva.

 

6-7) No comas pan con el avaro, ni codicies sus manjares;  porque cual es su pensamiento en su coraz—n, tal es Žl.

Come y bebe, te dir‡; mas su coraz—n no est‡ contigo.

 

Hay personas que desean dar la impresi—n de que son muy generosas.  Esto hasta puede pasar en las iglesias como hemos visto en el libro de Hechos con Anan’as y Safira, que trataban de mostrar a todos que eran generosos.  Pero su coraz—n no estaba en el asunto, su muerte si.

 

Y tu puedes encontrar personas, que te invitan, a comer, a visitar a la casa y quedar se unos d’as con ellos.

 

Pero si son avaros, realmente no desean tu compa–’a, sino que piensan en el coraz—n ŇŔCuando se van a irse, por fin?Ó.

 

Y si te invitan a comer van a estar considerando el costo de todo lo que has consumido.  As’ que es mejor simplemente no aceptar la invitaci—n de los cuales.

 

6-8) No comas pan con el avaro, ni codicies sus manjares;  porque cual es su pensamiento en su coraz—n, tal es Žl.

Come y bebe, te dir‡; mas su coraz—n no est‡ contigo.   Vomitar‡s la parte que comiste, Y perder‡s tus suaves palabras.

 

Tu puede caer en el enga–o y expresar mucha gratitud por la invitaci—n, pero ser‡ una gran farsa, porque esa persona realmente no quiere compartir nada contigo, solamente busca afinar su reputaci—n.

 

9) No hables a o’dos del necio, porque menospreciar‡ la prudencia de tus razones.

 

Esta es otra imprudencia que hasta Cristo mencionaba.  La persona que tiene mucho entusiasmo para la fe, puede creer que tiene que estar hablando de las escrituras, de la fe Cristiana, con todos, aun si la gente burlan del Santo Se–or.

Pero Cristo ense–aba en contra de esto.

 

Mateo 10:11-15 Mas en cualquier ciudad o aldea donde

entrŽis, informaos quiŽn en ella sea digno, y posad all’ hasta que salg‡is.

 

Y al entrar en la casa, saludadla.

 

Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendr‡ sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volver‡ a vosotros.

 

Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies.

 

De cierto os digo que en el d’a del juicio, ser‡ m‡s tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad.

 

Esto es la manera de saborear el equilibrio.  Te puedes hablar de Cristo Jesśs, de su salvaci—n maravillosa, de la vida eterna.  Pero si la gente rechazan lo que dices, no tienes que continuar con ellos.

 

En otro lugar Cristo dijo.

 

Mateo 7:6 No deis lo santo a los perros, ni echŽis

vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.

 

Tenemos nuestras ordenes, de que si la gente respondan como perros, o como cerdos, delante del mensaje santo, no tenemos que seguir con ellos, sino dejar los en su oscuridad, y buscar a otros.

 

10-11) No traspases el lindero antiguo, ni entres en la heredad de los huŽrfanos; porque el defensor de ellos es el Fuerte, el cual juzgar‡ la causa de ellos contra ti.

 

Esto es otra amonestaci—n en contra del extremismo.  Uno que solamente vive para la codicia, viendo a un huŽrfano, con una herencia, pero sin padres para proteger lo, puede estar tentado de encontrar una manera de enga–ar al huŽrfano para quitar le sus tierras. 

 

Pero dice aqu’, que aunque no tiene padres como sus defensores, tiene un Padres Celestial que va a cuidar de Žl.  pausa

 

Yo recuerdo algo del orfanato de Chiapas, MŽxico.  Por un tiempo ten’an un carpintero ayudando.  Era un hombre talentoso, con muchas herramientas.  Hasta ten’a un edificio en que se guardaba sus cosas, su madera y su pintura.

 

Era como parte de la familia all’, por un rato.

 

Pero de repente todo cambi—.  El hombre tuvo que visitar otro sitio, con unas de las muchachas del orfanato, y una noche se atrev’a a hacer sus avanzas sexuales con ellas.

 

Inmediatamente estaba despedido.  Porque con los ni–os del orfanato hay cero tolerancias en estos asuntos.  Ya han estado abusados mucho en su vida antes.  Y llegaron al orfanato, a un orfanato Cristiano para estar rescatados.

 

Y como dice en nuestro texto, no habr‡ una segunda oportunidad, para tales criminales.

 

10-11) No traspases el lindero antiguo, ni entres en la heredad de los huŽrfanos; porque el defensor de ellos es el Fuerte, el cual juzgar‡ la causa de ellos contra ti.

 

Y est‡ f’rmamele establecido, en la Santa Ley de Dios, que no se puede aprovechar ni de la viudas, ni de los de la tercer edad, ni de los huŽrfanos, ni de los extranjeros.

 

12) Aplica tu coraz—n a la ense–anza, y tus o’dos a las palabras de sabidur’a.

 

En medio de los detalles, aqu’ hay otra exhortaci—n, de prestar atenci—n, de meditar en estos asuntos, y poner los en practica.

 

El objetivo es hacer todo esto parte de tu vida.

 

13) No rehśses corregir al muchacho; porque si lo castigas con vara, no morir‡.

Esto es otra amonestaci—n en contra de dos extremos.  Hay familias en que los ni–os est‡n maltratados.  Yo tengo vecinos que siempre est‡n gritando en voz alta y fea, andan gritando a sus hijos peque–os.  Ni sabemos lo que hacen en la casa.  Pero la disciplina Cristiana es una expresi—n del amor.

Efesios 6:4    Y vosotros, padres, no provoquŽis a ira a

vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestaci—n del Se–or.

 

Hay que hacer todo con oraci—n y con amor.  Pero el otro extremo es detener la disciplina, poniendo la vida, hasta el alma de tu hijo en peligro.

 

13) No rehśses corregir al muchacho; porque si lo castigas con vara, no morir‡.

 

Cuando dice Ňno morir‡Ó, no est‡ hablando tanto de morir por el castigo, sino de morir creciendo en un ambiente sin disciplina.

 

Los que van a las pandillas, a los c‡rceles, a la vida de la delincuencia, en la mayor’a de los casos, no tienen padres Cristianos, guiando les.  

 

Pero con la disciplina, tienen mas probabilidad de escapar de la muerte, y del infierno.

 

Proverbios 13:24     El que detiene el castigo, a su hijo

                     aborrece; Mas el que lo ama, desde

                     temprano lo corrige.

 

Detener el castigo es como detener la comida u otra cosas necesaria.  Los que aman a sus hijos, van a encontrar el balance B’blico, para tener el Žxito que viene a los que saben saborear equilibrio.

 

13-14) No rehśses corregir al muchacho; porque si lo castigas con vara, no morir‡.  Lo castigar‡s con vara, y librar‡s su alma del Seol.

 

Aqu’, a–adiendo el vers’culo 14, te puedes ver que la disciplina puede salvar la vida de tu hijo, o hasta su alma.

 

15) Hijo m’o, si tu coraz—n fuere sabio, tambiŽn a m’ se me alegrar‡ el coraz—n;  mis entra–as tambiŽn se alegrar‡n

cuando tus labios hablaren cosas rectas.

 

Salom—n no estaba ense–ando para presentar algo interesante.  Sino que esto era para preparar su hijo que era de la familia real.

 

Y en un sentido, todos nosotros somos parte de la familia real, siendo de la familia de Dios.

Efesios 2:19   As’ que ya no sois extranjeros ni advenedizos,

sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.

 

Y con ese gran privilegio, nosotros tambiŽn tenemos grandes obligaciones.  Por esto es un gozo para los Padres, para las maestras, para el pastor, ver los hermanos, poniendo todo esto en practica.

 

3 Juan 4 No tengo yo mayor gozo que este,

          el o’r que mis hijos andan en la verdad.

 

No dice que tenia gozo porque los hermanos escuchaban la verdad, ni porque estudiaban la verdad, sino que Juan tenia gran gozo, escuchando que los hermanos andaban en la verdad.

 

Y esa verdad va a darte la capacidad de conocer el equilibro, para ejercer la diligencia, progresando en la econom’a, pero no para ir al extremo, amando al dinero.

 

Para disfrutar la buena comida, pero no para da–ar tu cuerpo con los excesos.

 

Para guiar a tus hijos, aplicando la vara cuando sea necesario, pero no viviendo en una rabia, gritando y abusando a tus seres queridos.

 

17-18) No tenga tu coraz—n envidia de los pecadores,

antes persevera en el temor de Jehov‡ todo el tiempo;

porque ciertamente hay fin, y tu esperanza no ser‡ cortada.

 

En fin, vale la pena, aprender y aplicar toda esa sabidur’a divina.  Antes que nada, vas a glorifica a tu Dios, que es lo principal.  Pero tambiŽn vas a disfrutar tu vida, encontrando un estilo de vida que es superior, a lo de los ignorantes y los rebeldes.

 

17-18) No tenga tu coraz—n envidia de los pecadores,

Antes persevera en el temor de Jehov‡ todo el tiempo;

Porque ciertamente hay fin, y tu esperanza no ser‡ cortada.

 

En unos de los Salmos, hasta David estaba cayendo en esa trampa, de sentir la envidia de los pecadores.  Y es una trampa que el diablo desea emplear para desviar a los hermanos fieles, provocando les a correr tras los extremos.

 

 

 

Salmos 73:2-9 En cuanto a m’, casi se deslizaron mis pies;

               Por poco resbalaron mis pasos.

 

Porque tuve envidia de los arrogantes,

Viendo la prosperidad de los imp’os.

 

Porque no tienen congojas por su muerte,

Pues su vigor est‡ entero.

 

No pasan trabajos como los otros mortales,

Ni son azotados como los dem‡s hombres.

 

Por tanto, la soberbia los corona;

Se cubren de vestido de violencia.

 

Los ojos se les saltan de gordura;

Logran con creces los antojos del coraz—n.

 

Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; Hablan con altaner’a.

 

Ponen su boca contra el cielo,

Y su lengua pasea la tierra.

 

La Biblia reconoce que, a veces la vida del pecador parece algo atractivo, por vista.  A veces ellos no tienen nuestras aflicciones, porque no est‡n bajo un padre amoroso que entiende nuestra necesidad de la vara, de la aflicci—n a veces.

 

Pero mas tarde, el Salmista vio todo muy claramente.

 

Salmos 73:16-19 Cuando pensŽ para saber esto,

Fue duro trabajo para m’,

 

Hasta que entrando en el santuario de Dios,

               Comprend’ el fin de ellos.

 

Ciertamente los has puesto en deslizaderos;

En asolamientos los har‡s caer.

 

!!C—mo han sido asolados de repente!

Perecieron, se consumieron de terrores.

 

Entrando en el santuario de Dios, seguramente escuchando la palabra de Dios, ese Salmista, a lo mejor David, entend’a, que estos hombres pudieron caer en cualquier momento. 

 

Y en su condici—n de pecador no transformado, iban a decender al infierno como el rico de que Cristo ense–aba en Lucas 16.

 

Lucas 16:24-25 Entonces Žl, dando voces, dijo: Padre Abraham,

ten misericordia de m’, y env’a a L‡zaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.

 

Pero Abraham le dijo: Hijo, acuŽrdate que recibiste tus bienes en tu vida, y L‡zaro tambiŽn males; pero ahora Žste es consolado aqu’, y tś atormentado.

 

Lo que dijo Abraham, era algo sumamente espantoso.  Dijo que entend’a c—mo ese rico estaba sufriendo despuŽs de una vida de majares, y de deleites, pero no era algo accidental ni cruel, sino que era correcto, completamente propio, considerando c—mo se empleaba su vida.

 

Jam‡s es necesario tener envidia de los mundanos, si conoces las ense–anzas de David del testamente antiguo, o las ense–anzas de Cristo, el hijo de David, en el testamento nuevo.

 

------------------------- Conclusi—n ------------------------

 

Y hablando de Cristo Jesśs, y hablando de la comida, estaremos invitados este domingo a su mesa.  Y es siempre sabio venir a la mesa de la Santa Cena con un poco de preparaci—n.

 

Si tu has estados viviendo en los extremos, perdiendo el equilibrio, cayendo en las trampas puestas delante de ti, puedes pasar en unos momentos para reconciliarte con tu Dios, antes de llegar al gran momento, delante de su mesa.

 

1 Juan 1:9     Si confesamos nuestros pecados, Žl es fiel y

justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

 

Y un proverbio final..

 

Proverbios 28:13    El que encubre sus pecados no prosperar‡;

Mas el que los confiesa y se aparta alcanzar‡ misericordia.

 

Vamos a Orar