9 de diciembre de 17

Ningœn Lugar En El Mes—n

Lucas 2:4-7

 

Cristo Jesœs, vino a este mundo pare brillar la luz de la verdad en un mundo oscuro y enga–ado.  Vino para ense–ar nos quŽ es realmente el amor, y quŽ es una relaci—n con Dios en esp’ritu y en verdad.

 

Pero cuando se lleg— a esa tierra, no hab’a lugar para Žl.

 

Lucas 2:4-7    Y JosŽ subi— de Galilea, de la ciudad de

Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama BelŽn, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con Mar’a su mujer, desposada con Žl, la cual estaba encinta.

 

Y aconteci— que estando ellos all’, se cumplieron los d’as de su alumbramiento.

 

Y dio a luz a su hijo primogŽnito, y lo envolvi— en pa–ales, y lo acost— en un pesebre, porque no hab’a lugar para ellos en el mes—n.

 

Esto es hist—rico.  Esto actualmente pas—.  Pero tambiŽn significa mucho metaf—ricamente.  Aunque la celebraci—n de la Navidad es muy popular, alrededor del mundo, para muchos, aun no hay lugar para Cristo.

 

Es que Cristo vino como un rey, y un rey siempre tiene su gobierno, sus leyes, sus territorios.  Y Cristo hablaba de si mismo en una par‡bola en que la gente no tenia lugar para Žl en el mes—n de sus corazones.

 

Lucas 19:11-14 Oyendo ellos estas cosas, prosigui— Jesœs y

dijo una par‡bola, por cuanto estaba cerca de JerusalŽn, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestar’a inmediatamente.  Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un pa’s lejano, para recibir un reino y volver.

 

Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo.

 

Pero sus conciudadanos le aborrec’an, y enviaron tras Žl una embajada, diciendo: No queremos que Žste reine sobre nosotros.

Y esto es una historia que se repite cada a–o, en cada navidad.  Mucha gente hablan o hasta cantan de un Rey de Reyes, de un Se–or de Se–ores, pero dentro de sus corazones llenos de idolatr’as, y de inmoralidades sigan diciendoÉ

 

No queremos que Žste reine sobre nosotros.

 

Es como que est‡n diciendo, ÒQue se vaya al pesebre, pero que en el mes—n de mi coraz—n, no hay lugarÓ.  ÀAmigo, es esta tu manera de celebrar la navidad?

 

Para otros, no se pueden imaginar que otro sea el rey de su vida, porque ellos mismo quieren siempre llevar la corona.

 

Por esto el rey Herodes estaba matando a muchos ni–os j—venes, para intentar eliminar la llegada del nuevo rey.

 

Mateo 2:16 Herodes entonces, cuando se vio burlado por

los magos, se enoj— mucho, y mand— matar a todos los ni–os menores de dos a–os que hab’a en BelŽn y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que hab’a inquirido de los magos.

 

Ese hombre mat— ni–os, para preservar su corona, como muchas mujeres y hombres matan a sus hijos por las absorciones, porque no hay lugar para aquella vida inocente en sus vidas.

 

Siempre hay personas que no pueden entender la navidad verdadera, porque no quieren recibir a Cristo como su rey.  Es que ellos mismos insistan en llevar la corona, empujando el nuevo rey al pesebre, porque simplemente no hay lugar para el Rey de Reyes y Se–or de Se–ores, en el mes—n de sus corazones.

 

Y francamente amigos, esa rebeli—n y ese ego’smo no es nada nuevo.  Cuando MoisŽs vino a Fara—n con ordenes legitimas de Dios, ese rey de Egipto era muy indignado.

 

ƒxodo 5:1-2    DespuŽs MoisŽs y Aar—n entraron a la

presencia de Fara—n y le dijeron: Jehov‡ el Dios de Israel dice as’: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto.

 

Y Fara—n respondi—: ÀQuiŽn es Jehov‡, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehov‡, ni tampoco dejarŽ ir a Israel.

 

Oh amigo querido, Àes esa tu manera de responder al rey de gloria, en tus celebraciones navide–as, pensando como Fara—nÉ?

 

ÀQuiŽn es Jehov‡, para que yo oiga su voz?  ÀYo no conozco nada de este Dios?

 

Mientras la Biblia declara rotundamente que tu s’ conoces a este Dios.

 

Romanos 1:18-20 Porque la ira de Dios se revela desde

el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifest—.

 

Porque las cosas invisibles de Žl, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creaci—n del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

 

Durante esa navidad, habr‡ muchas celebraciones, mucha comida, mucho ponche, mucha bebida, mientras le gente mandan al Rey de Reyes y Se–or de Se–ores, al pesebre otra vez, porque no hay lugar para el en el mes—n de su coraz—n.

 

Esa actitud estaba presente en el libro de Job, siglos antes de la llegada de Cristo.  Cuando algunos escucharon algo del Dios verdadero, Àcomo respondieron?

 

Job 21:14-15   Dicen, pues, a Dios: Ap‡rtate de nosotros,

Porque no queremos el conocimiento de tus caminos.  ÀQuiŽn es el Todopoderoso, para que le sirvamos?  ÀY de quŽ nos aprovechar‡ que oremos a Žl?

 

Era el mismo que pas— en la historia de la navidad, No queremos que Žste reine sobre nosotros.  Jam‡s voy a quitar la corona de mi cabeza.  Y as’ lo mandan al pesebre porque no hay lugar para Žl en el mes—n de sus corazones.

 

Amigo aunque esa actitud es muy comœn, es tambiŽn muy peligrosa.  Porque Cristo s’ era coronado, aunque su corona empez— de espinas, una vez resucitado, tomando su lugar a la diestra de Dios, es ahora muy peligroso resistir su dominio.

 

En la par‡bola actual en que la gente dijeron No queremos que Žste reine sobre nosotros, Cristo actualmente dijo, hablando de si mismo, en la par‡bola de las minasÉ

 

Lucas 19:27    Y tambiŽn a aquellos mis enemigos que no

quer’an que yo reinase sobre ellos, traedlos ac‡, y decapitadlos delante de m’.

 

Amigo, mandando Cristo al pesebre, porque no hay lugar para Žl en el mes—n de tu coraz—n, no estar‡s da–ado a Cristo, sino a ti mismo.

 

Si aceptas a Cristo como rey o no, de todos modos es Rey, y vas a rendir cuentas a Žl, como Žl mismo prometi—.

 

Mateo 12:36-37 Mas yo os digo que de toda palabra ociosa

que hablen los hombres, de ella dar‡n cuenta en el d’a del juicio.  Porque por tus palabras ser‡s justificado, y por tus palabras ser‡s condenado.

 

Y en otro lugar..

 

Juan 5:28-29   No os maravillŽis de esto; porque vendr‡

hora cuando todos los que est‡n en los sepulcros oir‡n su voz;  y los que hicieron lo bueno, saldr‡n a resurrecci—n de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrecci—n de condenaci—n.

 

ÀO mi amigo querido, se–ora, joven, no te des cuenta, de que el mejor regalo navide–o que puedes recibir es el Se–or Cristo Jesœs como tu Salvador y como tu Rey?

 

En Cristo tu vida ser‡ totalmente transformada.

 

2 Corintios 5:17     De modo que si alguno est‡ en Cristo,

nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aqu’ todas son hechas nuevas.

 

Y si esto no ha sido tu experiencia, asegœrate de que vienes a Cristo en esp’ritu y en verdad, porque el diablo siempre est‡ tratando de mezclar la verdad con la idolatr’a.

 

Por esto vas a ver la idolatr’a condenada una y otra vez en las santas escrituras, aun en el principio de los diez mandamientos.

 

ƒxodo 20:1-7   Y habl— Dios todas estas palabras, diciendo:

Yo soy Jehov‡ tu Dios, que te saquŽ de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

 

No tendr‡s dioses ajenos delante de m’.

 

No te har‡s imagen, ni ninguna semejanza de lo que estŽ arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.

 

No te inclinar‡s a ellas, ni las honrar‡s; porque yo soy Jehov‡ tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generaci—n de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

 

No tomar‡s el nombre de Jehov‡ tu Dios en vano; porque no dar‡ por inocente Jehov‡ al que tomare su nombre en vano.

 

Adorando a Dios por medio de la idolatr’a, es simplemente otra manera de tomar su nombre en vano.  Y ese pecado no solamente pude derramar consecuencias sobre ti, sino sobre tus hijos, tu nietos y hasta tus bisiestos.

 

Amigo, el mejor regalo de la navidad est‡ esperando te, reciba a Cristo en esp’ritu y en verdad.

 

Recibe a Cristo como tu Se–or y tu rey, porque solamente en Žl hay esperanza.

 

Unas de las razones por el pesebre es porque Cristo vino como un humilde, no vino con trompetas ni con desfiles.

 

Y en humildad Žl est‡ llamando te ahora.

 

Mateo 11:28-30 Venid a m’ todos los que est‡is trabajados y

cargados, y yo os harŽ descansar.  Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de m’, que soy manso y humilde de coraz—n; y hallarŽis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es f‡cil, y ligera mi carga.

 

Si quieres la mejor de navidades, si quieres empezar un a–o mejor, hay hermanos aqu’ que pueden guiarte y orar para ti.

Amen!