2 de diciembre de 17

Dios Con Nosotros

Mateo 1:20-23

 

A veces este mundo parece un lugar oscuro, lleno de guerras, de asesinos y de vicios.  Los que dudan de las verdades Cristianas, a veces pidan, Ŕc—mo pudo un Dios bueno hacer un mundo tan brutal, tal cruel, y tan lleno de malvados?

 

Es, en un sentido una buena pregunta, pero la respuesta aparece en las primeras paginas de la Biblia.

 

GŽnesis 1:31   Y vio Dios todo lo que hab’a hecho, y he

aqu’ que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la ma–ana el d’a sexto.

 

Cuando Dios hizo el mundo, todo era bello, seguro, bueno en gran manera.  Dios no hizo un mundo lleno de destrucci—n o de asesinos.  Dios no hizo un mundo lleno de enfermedades o de pobreza.

 

La maldad que podemos ver en el mundo moderno vino como consecuencia del pecado del hombre.

 

Ad‡n y Eva estaban viviendo en un para’so, pero no eran contentos siendo criaturas, y deseaban ser como dioses, conforme a la informaci—n falsa del diablo.

 

Una vez pecando, trajeron graves consecuencias sobre todo.

 

GŽnesis 3:16-19 A la mujer dijo: MultiplicarŽ en gran

manera los dolores en tus pre–eces; con dolor dar‡s a luz los hijos; y tu deseo ser‡ para tu marido, y Žl se ense–orear‡ de ti.

 

Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del ‡rbol de que te mandŽ diciendo: No comer‡s de Žl; maldita ser‡ la tierra por tu causa; con dolor comer‡s de ella todos los d’as de tu vida.

Espinos y cardos te producir‡, y comer‡s plantas del campo.  Con el sudor de tu rostro comer‡s el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volver‡s.

Las consecuencias del pecado eran terribles, hasta la tierra fue maldecida.  Amigo, se–ora, la raz—n de que a veces tienes dificultad pagando todos tus mensuales es porque estamos viviendo en un mundo maldecido.

 

Esto es la consecuencia terrible de vivir y caminar sobre tierra maldecida, hay pleitos, enfermedades, la muerte.

 

Dios respondi— a la trasgresi—n con consecuencias porque Dios es justo. pausa  Pero la justicia no es su śnico atributo.

 

La Biblia ense–a, y ha sido la experiencia de millones de hermanos, que Dios es amor.  Y esto es precisamente lo que celebremos en la navidad.

 

1 Juan 4:9-10  En esto se mostr— el amor de Dios para con

nosotros, en que Dios envi— a su Hijo unigŽnito al mundo, para que vivamos por Žl.  En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Žl nos am— a nosotros, y envi— a su Hijo en propiciaci—n por nuestros pecados.

 

Dios no nos dej— en la oscuridad y en la miseria, sino que nos mand— un salvador, un redentor.

 

Juan 3:16 Porque de tal manera am— Dios al mundo, que ha

dado a su Hijo unigŽnito, para que todo aquel que en Žl cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

 

Dios no nos dej— en la condici—n de Ad‡n y Eva, castigados sin remedio, sino que Dios prometi— mandar a uno que pudo rescatar nos de nuestros pecados.

 

Y en la primera navidad, se pudo ver el principio, del cumplimento de la promesa.

 

Un hombre con el nombre JosŽ, estaba planeando casar se con su novia amada, pero de repente ella estaba embarazada.  Y JosŽ pensaba que si ella estaba embarazada por otro, era mejor no casar se con ella. 

 

Pero la verdad era otra, como fue revelada del cielo.

 

Mateo 1:20-23  Y pensando Žl en esto, he aqu’ un ‡ngel del

Se–or le apareci— en sue–os y le dijo: JosŽ, hijo de David, no temas recibir a Mar’a tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Esp’ritu Santo es.

 

Y dar‡ a luz un hijo, y llamar‡s su nombre JESňS, porque Žl salvar‡ a su pueblo de sus pecados.

 

Todo esto aconteci— para que se cumpliese lo dicho por el Se–or por medio del profeta, cuando dijo:

 

He aqu’, una virgen concebir‡ y dar‡ a luz un hijo, Y llamar‡s su nombre Emanuel,  que traducido es: Dios con nosotros.

 

Cristo vino al mundo, tambiŽn con el nombre Emanuel, Dios con nosotros.  Cristo era Dios en carne, y vino para revelar y comprobar que Dios no estaba en contra de nosotros, sino que Dios est‡ con nosotros.

 

Dios, en amor no iba a permitir el mundo pudrir se en su maldici—n, sino que hasta el mundo iba a ser redimido.

 

Juan 3:17 Porque no envi— Dios a su Hijo al mundo para

condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Žl.

 

Esto es el gozo verdadero de la navidad.  Cristo vino para ser redentor del mundo, un mundo que estaba oscuro y podrido.  Y como dijo a JosŽ, Cristo vino para actualmente salvar a pecadores.

 

Mateo 1:21 Y dar‡ a luz un hijo, y llamar‡s su nombre

JESňS, porque Žl salvar‡ a su pueblo de sus pecados.

 

Esto realmente es la buena nueva, Dios con nosotros no quiere decir que Cristo vino para hacer posible la salvaci—n, sino que Cristo actualmente vino para salvar.

 

Y no vino para salvar a cada persona, sino que vino para salvar, exitosamente, su pueblo.

 

Mateo 1:21 Y dar‡ a luz un hijo, y llamar‡s su nombre

JESňS, porque Žl salvar‡ a su pueblo de sus pecados.

 

Oh, mi querido, no caigas en la trampa de mucha falsa ense–anza que dice que Cristo vino para hacer posible la salvaci—n.  Esto no es lo que quiere decir Dios con nosotros, sino que Cristo vino para salvar.  Y lo hace con todo Žxito.

 

Todo esto era muy f‡cil de ver en la historia del chaparrito Zaqueo.

 

Lucas 19:1-10  Habiendo entrado Jesśs en Jeric—, iba

pasando por la ciudad.  Y sucedi— que un var—n llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quiŽn era Jesśs; pero no pod’a a causa de la multitud, pues era peque–o de estatura.

 

Y corriendo delante, subi— a un ‡rbol sic—moro para verle; porque hab’a de pasar por all’.  Cuando Jesśs lleg— a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.

 

Entonces Žl descendi— aprisa, y le recibi— gozoso.  Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que hab’a entrado a posar con un hombre pecador.

 

Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Se–or: He aqu’, Se–or, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.

 

Jesśs le dijo: Hoy ha venido la salvaci—n a esta casa; por cuanto Žl tambiŽn es hijo de Abraham.

Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se hab’a perdido.

 

Es muy importante observar el comentario aqu’ de Cristo.  No dijo que el Hijo del Hombre vino para hacer posible la salvaci—n, sino que vino para salvar.  Vino para salvar a su pueblo, y vino para hacer lo, con todo Žxito. Esto es el gozo de la navidad, Emanuel, Dios con nosotros. Otro ejemplo.

 

San Pablo no estaba buscando una manera de servir en la iglesia Cristiana, sino que la querr’a destruir.  Pero cuando vino el amor de Dios a su vida, estaba convertido, de manera muy dr‡stica.

 

Cristo no vino para hacer posible la salvaci—n de San Pablo, sino para llevar lo acabo con todo Žxito, como Pablo revel— en su testimonio. 

Hechos 22:6-9  Pero aconteci— que yendo yo, al llegar cerca

de Damasco, como a mediod’a, de repente me

rode— mucha luz del cielo;  y ca’ al suelo,

y o’ una voz que me dec’a: Saulo, Saulo,

Ŕpor quŽ me persigues?

 

Yo entonces respond’: ŔQuiŽn eres, Se–or? Y me dijo: Yo soy Jesśs de Nazaret, a quien tś persigues.

 

Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo.

 

Y mas tarde Pablo escribi— sobre lo que pas— y lo expres— muy bien.

 

1 Timoteo 1:15 Palabra fiel y digna de ser recibida por

todos: que Cristo Jesśs vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

 

Cristo no vino para hacer posible la salvaci—n, sino que Dios con nosotros quiere decir que Cristo vino para salvar.

 

Y no me malentiendan, esto no es para negar la responsabilidad del hombre, de creer, y de arrepentir se de sus pecados, esto est‡ completamente necesario.

 

Pero ningśn hombre perdido, rebelde, ni va a pensar en  estos asuntos, hasta que el Esp’ritu Santo ha venido, iluminando su mente con la palabra.

 

Hasta que viene el gran don navide–o de la iluminaci—n, todo esto estar‡ para ti, siempre una locura.

 

1 Corintios 2:14     Pero el hombre natural no percibe las

cosas que son del Esp’ritu de Dios, porque para Žl son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

 

La gran gloria de la Navidad es la realidad de que el Esp’ritu Santo de Dios aun est‡ dando ese gran don, ese gran regalo a muchos, y una vez recibiendo ese don, ser‡s una persona nueva y renovada.

 

2 Corintios 5:17     De modo que si alguno est‡ en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aqu’ todas son hechas nuevas.   ÁRec’balo Ya!    Amen!