12 de noviembre de 17

El Fruto De Los Juicios

Isa’as 35:1-10

Introducci—n

 

La semana pasada, en el Capitulo 34, vimos a nuestro Dios juzgando, aplastando a sus adversarios.  Edom, o sea los que decendieron de Esaś, era un gran ejemplo, de un pueblo reducido a las ruinas, convertido en desierto.

 

Si recuerdas, el lugar iba a estar lleno de animales que normalmente no est‡n cerca de los seres humanos.

 

Isa’as 34:14   Las fieras del desierto se encontrar‡n con

las hienas, y la cabra salvaje gritar‡ a su compa–ero; la lechuza tambiŽn tendr‡ all’ morada, y hallar‡ para s’ reposo.

 

Y aunque Dios juzgar‡, cuando sea necesario, no es su prop—sito, siempre dejar todo en ruinas.

 

Isa’as 45:18   Porque as’ dijo Jehov‡, que cre— los cielos;

Žl es Dios, el que form— la tierra, el que la hizo y la compuso; no la cre— en vano, para que fuese habitada la cre—: Yo soy Jehov‡, y no hay otro.

 

Cuando sea necesario, Dios juzgar‡.  Y como hemos visto estudiando a los profetas, Dios juzgar‡ hasta su propio pueblo cando sea necesario.

 

San Pedro vio que esto iba a pasar hasta con la iglesia primitiva, cuando las corrupciones estaban entrando.

 

1 Pedro 4:17-18 Porque es tiempo de que el juicio

comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, Ŕcu‡l ser‡ el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?

 

Y:

Si el justo con dificultad se salva, ŔEn d—nde aparecer‡ el imp’o y el pecador?

 

Los juicios de Dios pueden estar espantosos, especialmente cuando Dios aun est‡ juzgando su propia iglesia.  Pero en el mensaje de hoy, podemos contestar otra pregunta.

 

Hoy podemos preguntar ŇŔAdonde va Dios, con estos juicios?Ó.  O sea, cuales ser‡n los frutos de los juicios.

 

1)  Se alegrar‡n el desierto y la soledad; el yermo se gozar‡ y florecer‡ como la rosa.

 

Cuando los juicios hacen su obra, los desiertos se conviertan en jardines.

 

Y si tienes tiempo en el Se–or, puedes confirmar que has visto esto en las vidas de muchas hermanos.

 

Parajes que antes peleaban mucho, ya est‡n viviendo en paz, aprendiendo los detalles de las doctrinas B’blicas, sus vidas cambian.

 

Personas que antes estaban atrapados en los vicios, de repente est‡n sirviendo al Se–or, y haciendo grandes contribuciones al reno y a la sociedad.

 

Hijos que antes eran rebeldes, de repente tienen gran amor y respeto por sus padres.

 

Y cuando hermanos que han sufrido a–os, dŽcadas por los resultados del pecado, vean c—mo Dios est‡ sanando a sus familias, se vienen cantando y alabando a Dios fervientemente.

 

Esto es lo que Dios est‡ produciendo con sus juicios.  Dios est‡ trayendo la redenci—n a personas, a familias y hasta a comunidades.

 

2) Florecer‡ profusamente, y tambiŽn se alegrar‡ y cantar‡ con jśbilo; la gloria del L’bano le ser‡ dada, la hermosura del Carmelo y de Sar—n. Ellos ver‡n la gloria de Jehov‡, la hermosura del Dios nuestro.

 

Los frutos de los juicios pueden producir gran alegr’a.

 

Hermanos, hay muchos lugares del mundo en que la gente casi jam‡s cantan con gozo y con alegr’a.

 

Otros en que si se cantan, ser‡n canciones del mundo, bajo la influencia y el enga–o del enemigo.

 

Pero en la casa de Dios, cantamos con un gozo profundo, basado en la verdad, y no es ningśn enga–o.

 

2) Florecer‡ profusamente, y tambiŽn se alegrar‡ y cantar‡ con jśbilo; la gloria del L’bano le ser‡ dada, la hermosura del Carmelo y de Sar—n. Ellos ver‡n la gloria de Jehov‡, la hermosura del Dios nuestro.

 

Cuando dice Ňflorecer‡ profusamenteÓ, esto quiere decir que los juicios de Dios no vienen con un poquito de mejoramiento de la sociedad sino que viene para producir maravillas.

 

Tanto que la gloria natural de L’bano, de Carmelo, de Sar—n, ser‡n insignificantes en comparaci—n.

 

L’bano, por ejemplo fue glorioso con sus grandes Cedros, Sar—n con su belleza.

 

Pero lo que pasa en la casa de Dios es miles de veces mas gloriosa y bella, porque aqu’ podemos observar la hermosura del Dios nuestro.

 

3) Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles.

 

Esto es otro gran prop—sito de la iglesia.  Existan siempre hermanos que pasan por luchas largas.  Hay hermanos que tienen ciertos temores, hijos desviando se.

 

Hay hermanos que han orado ya por a–os, por la ayuda de Dios, que aun no ha llegado.

 

Y toca a todos nosotros fortalecer sus manos, afirmar sus rodillas, para que no se caigan en el desanimo.

 

Esto es el trabajo de la predicaci—n, pero tambiŽn de la alabanza.  La oraci—n tambiŽn es gran parte de esto, y hasta los testimonios.

 

3) Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles.

 

Esto es parte de los ministerios muy visibles en frente, pero no es solamente obra de nosotros.

 

Sino que cuando una hermana entra, con sus angustias, y est‡ abrasada, besada por otra hermana, con que se puede hablar y deshogar se, esto puede ser aun mas fuerte que lo que viene del pulpito.

 

 

Pero la palabra siempre est‡ exhortando esto.  En el libro de Hebreos, despuŽs de hablar de la disciplina, este mismo pasaje est‡ citado.

 

Hebreos 12:11-13     Es verdad que ninguna disciplina al

presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero despuŽs da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.

 

Por lo cual, levantad las manos ca’das y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.

 

No todo aqu’ es literal.  Dios aun pude sanar los defectos f’sicos, pero los problemas espirituales siempre son mas importantes.

 

Hermana, cuando tu abrazas a otra hermana, viendo que est‡ pasando por un mal rato, y te escuchas algo de sus angustias, animando la con las promesas del Se–or, compartiendo tus propias experiencias, est‡s llevando acabo unos de los ministerios mas importantes de toda la iglesia.

 

Yo se que muchas hermanas hacen todo esto sin pensar, que es algo natural para una hermana de fe, pero a cada cuando, debemos que reconocer y celebrar lo.

 

4) Decid a los de coraz—n apocado: Esforzaos, no tem‡is; he aqu’ que vuestro Dios viene con retribuci—n, con pago; Dios mismo vendr‡, y os salvar‡.

 

Muchos hermanos pasan por tiempos de temor.  Con la edad vienen diferentes problemas de la Salud.  Cuando esto pasa con los del mundo, claro no hay nada de esperanza, pero entre nosotros si.

 

Podemos repetir el mandamiento mas comśn en toda la Biblia, Ňno tem‡isÓ.  Porque Dios estar‡ a nuestro lado, pasa lo que pasa.

 

4) Decid a los de coraz—n apocado: Esforzaos, no tem‡is; he aqu’ que vuestro Dios viene con retribuci—n, con pago; Dios mismo vendr‡, y os salvar‡.

 

En este verso, se ve muy claramente la relaci—n entre la salvaci—n, y el juicio.  Y siempre es as’.

Noe y su familia estaban salvados, mientras el mundo antiguo fue borrado bajo el juicio.

 

Lot, y sus hijas, fueron rescatados de Sodoma, mientras los Sodomitas estaban quemados.

 

Un grupo est‡ salvado, mientras otro grupo est‡ aplastado.

 

Y por supuesto en el ejemplo mas sublime, tu estabas salvado, mientras Cristo mismo estaba juzgado.

 

Los juicios de Dios est‡n espantosos, pero los frutos del juicio siempre est‡n gloriosos.

 

5) Entonces los ojos de los ciegos ser‡n abiertos, y los o’dos de los sordos se abrir‡n.

 

Esto pas— f’sicamente con los milagros de Cristo, pero metaf—ricamente, est‡ pasando todo el tiempo en los ministerios de la iglesia.

 

Mateo 12:22    Entonces fue tra’do a Žl un endemoniado,

ciego y mudo; y le san—, de tal manera que el ciego y mudo ve’a y hablaba.

 

Pero cuando Dios llam— a San Pablo, dijo claramente que su ministerio iba a producir esto, en la esfera espiritual.

 

Hechos 26:15-18 Yo entonces dije: ŔQuiŽn eres, Se–or? Y

el Se–or dijo: Yo soy Jesśs, a quien tś persigues.

 

Pero lev‡ntate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me aparecerŽ a ti, libr‡ndote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te env’o,

 

para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satan‡s a Dios; para que reciban, por la fe que es en m’, perd—n de pecados y herencia entre los santificados.

 

 

 

Muchas veces hay personas en las iglesias que vienen, se escuchan, pero realmente no est‡n captando lo que dice la palabra.  Pero de repente, tocados por el Esp’ritu de Dios, todo tiene sentido.  De repente se sientan el peso de sus pecados, y poco a poco descubran el gozo de vivir sirviendo al Se–or, y vivir en la santidad.

 

A veces se llaman esto el Ňnacer de nuevoÓ o recibir un nuevo coraz—n.

 

Ezequiel lo expresaba muy gloriosamente.

 

Ezequiel 36:26-27    Os darŽ coraz—n nuevo, y pondrŽ

esp’ritu nuevo dentro de vosotros; y quitarŽ de vuestra carne el coraz—n de piedra, y os darŽ un coraz—n de carne.

 

Y pondrŽ dentro de vosotros mi Esp’ritu, y harŽ que andŽis en mis estatutos, y guardŽis mis preceptos, y los pong‡is por obra.

 

6) Entonces el cojo saltar‡ como un ciervo, y cantar‡ la lengua del mudo; porque aguas ser‡n cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad.

 

Aqu’ hablando de aguas, puede ser metaf—rico, hablando del Esp’ritu fluyendo en poder.

 

Juan 7:37-39   En el śltimo y gran d’a de la fiesta, Jesśs

se puso en pie y alz— la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a m’ y beba.

 

El que cree en m’, como dice la Escritura, de su interior correr‡n r’os de agua viva.

 

Esto dijo del Esp’ritu que hab’an de recibir los que creyesen en Žl; pues aśn no hab’a venido el Esp’ritu Santo, porque Jesśs no hab’a sido aśn glorificado.

 

Muchos hermanos pasan a–os con la lengua del mudo.  No van a dar testimonio, ni van a hablar con nadie de afuera sobre lo que Cristo ha hecho en sus vidas.

 

Pero cuando el Esp’ritu fluye como r’o, su lengua ser‡ suelta, y de repente ser‡ muy natural hablar con quien sea sobre estos asuntos.

 

6) Entonces el cojo saltar‡ como un ciervo, y cantar‡ la lengua del mudo; porque aguas ser‡n cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad.

 

Otros hermanos vienen, cuando Dios est‡ obrando poderosamente en sus vidas, y casi quieren saltar y bailar cuando escuchan las alabanzas.

 

Es como que andaban como cojos, espiritualmente, por un gran problema en su vida, un problema familiar, por ejemplo.  Pero cuando Dios empieza a obrar, se llenan de gozo.

 

Hechos 3:2-9   Y era tra’do un hombre cojo de nacimiento, a

quien pon’an cada d’a a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo.

 

Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna.

 

Pedro, con Juan, fijando en Žl los ojos, le dijo: M’ranos.

 

Entonces Žl les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo.  Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, lev‡ntate y anda.

 

Y tom‡ndole por la mano derecha le levant—; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entr— con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios.

 

Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios.

 

Es evidente que Isa’as, en este capitulo, hablaba de la llegada de Cristo, pero aun ahora, Dios est‡ sanando, f’sicamente, pero aun mas importante Dios est‡ sanando los esp’ritus de muchos, causando los a saltar y a alabar.

 

7) El lugar seco se convertir‡ en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, ser‡ lugar de ca–as y juncos.

 

En el capitulo anterior vimos tierras buenas convertidas en desierto, porque sus due–os eran los adversarios de Dios.

 

ŔHermano, hermana, te sientes en este momento que tu vida es un lugar seco, espiritualmente?  Si es as’ queremos orar contigo, cerrando el servicio, porque Dios aun est‡ obrando, Dios aun est‡ dispuesto a derramar su esp’ritu sobre ti.

 

8) Y habr‡ all’ calzada y camino, y ser‡ llamado Camino de Santidad; no pasar‡ inmundo por Žl, sino que Žl mismo estar‡ con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviar‡.

 

En muchas partes de la Biblia, la vida Cristiana est‡ presentada como un camino.  Y todo esto empez— aqu’.

 

Hasta Cristo mismo est‡ llamado el Camino.

 

Juan 14:6 Jesśs le dijo: Yo soy el camino, y la verdad,

la vida; nadie viene al Padre, sino por m’.

 

Pero se ve en este verso, la necesidad de la santidad.  Nuestro Dios es Santo, y para morar en su presencia tenemos que vivir en la Santidad.  ÁNo es opcional!

 

Parte de la raz—n de que la iglesia en los estados unidos ahora est‡ tan baja en su influencia, es que ha perdido ese sentido de la necesidad de la santidad.

 

Claro, estamos muy sucios, muy pecaminosos llegando al Se–or en fe, pero pasando el tiempo, y aprendiendo los preceptos de Dios, la santidad es evidencia de que nuestra conversi—n est‡ autentica.

 

Hebreos 12:14  Seguid la paz con todos, y la santidad,

sin la cual nadie ver‡ al Se–or.

 

En este pa’s, hemos sufrido un cat‡strofe teol—gico.  Con el deseo de ver a las iglesias llenando se, muchos han predicado que te puedes recibir a Cristo como tu Salvador, y tal vez mas tarde, hacer lo tambiŽn tu Se–or, rompiendo con tus pecados, algśn d’a.

 

Pero el mensaje jam‡s est‡ presentado as’ en las escrituras.  El arrepentimiento siempre est‡ presentado como el principio de tu entrada en el camino.

 

 

Marcos 1:14-15 DespuŽs que Juan fue encarcelado,

Jesśs vino a Galilea predicando el evangelio

del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha

cumplido, y el reino de Dios se ha acercado;

arrepent’os, y creed en el evangelio.

 

El arrepentimiento es necesario, llegando al rey, tienes que abandonar tus armas de rebeli—n.  Y claro, Cristo te dar‡ el poder de hacer esto.

 

Pero si quieres experimentar las maravillas de que este capitulo est‡ hablando, no te puedes continuar en tu rebeli—n abierta.

 

Proverbios 28:13     El que encubre sus pecados no

prosperar‡; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzar‡ misericordia.

 

8) Y habr‡ all’ calzada y camino, y ser‡ llamado Camino de Santidad; no pasar‡ inmundo por Žl, sino que Žl mismo estar‡ con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviar‡.

 

Hay muchos hermanos que desean la protecci—n de Dios, el gozo del Se–or, pero al mismo tiempo mantener ‡reas de su vida en que Cristo no puede entrar.

 

Esto es sumamente peligroso, y solamente va a abrir ‡reas en que el diablo puede meter se, con sus enga–os.

 

9) No habr‡ all’ le—n, ni fiera subir‡ por Žl, ni all’ se hallar‡, para que caminen los redimidos.

 

Si estamos los redimidos, estamos redimidos del pecado.  Y Cristo no vino solamente para rescatar te del castigo del pecado, sino que Cristo vino para redimir te del poder del pecado en tu vida, o sea de la contaminaci—n del pecado.

 

Ya con la navidad llegando, hay un verso muy poderos que explique bien la llagada de Cristo a este mundo.

 

Mateo 1:18-21  El nacimiento de Jesucristo fue as’: Estando

desposada Mar’a su madre con JosŽ, antes que se juntasen, se hall— que hab’a concebido del Esp’ritu Santo.

 

JosŽ su marido, como era justo, y no quer’a infamarla, quiso dejarla secretamente.

 

Y pensando Žl en esto, he aqu’ un ‡ngel del Se–or le apareci— en sue–os y le dijo: JosŽ, hijo de David, no temas recibir a Mar’a tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Esp’ritu Santo es.

 

Y dar‡ a luz un hijo, y llamar‡s su nombre JESňS, porque Žl salvar‡ a su pueblo de sus pecados.

 

El defecto teol—gico de este pa’s, es que se creen que Cristo vino para salvar a su pueblo Ňen sus pecadosÓ, como que se pudiera tener a Cristo, y tus pecados al mismo tiempo.

 

Por esto, la influencia de las iglesias es cada vez menos.

 

Hermano, hermana, joven, el pecado es sumamente destructivo en tu vida, es la ruina del alma, y si quieres romper con un pecado querido, secreto, quiero orar contigo, en uno momentos.

 

10) Y los redimidos de Jehov‡ volver‡n, y vendr‡n a Sion con alegr’a; y gozo perpetuo ser‡ sobre sus cabezas; y tendr‡n gozo y alegr’a, y huir‡n la tristeza y el gemido.

 

Esto ha sido un capitulo glorioso.  Isa’as estaba hablando del pueblo de Dios regresando de Babilonia despuŽs de sus sesenta a–os de juicio.

 

Los juicios de Dios son terribles, pero los frutos de estos juicios, producen la vida, en abundancia.

 

Juan 10:10 El ladr—n no viene sino para hurtar y matar

y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

 

========================== Conclusi—n =====================

Si tu quieres realmente caminar en esta vida de abundancia, queremos orar contigo.  Estamos caminado por un camino maravilloso, pero no es el camino muy espacioso del enga–o sat‡nico.

 

Si tu quieres pedir el poder de caminar seguro, en la limpieza del esp’ritu, con el poder de renunciar el pecado destructivo, puedes pasar en unos momentos, y oraremos contigo.

Vamos a orar!