5 de noviembre de 17

Dios Tiene Adversarios

Isa’as 34:1-17

Introducci—n

 

El mensaje de hoy abrir‡ aspectos del car‡cter de Dios, que para algunos pueden estar un poco inc—modos.  Y hay razones por esto.

 

Nosotros vivimos en un pa’s, y en una cultura en que hay presi—n de aceptar, mas y mas el pecado y la perversi—n.

 

La cultura est‡ presionando a todos, y especialmente a los j—venes a aguantar y a aceptar toda forma de inmoralidad como normal, hasta como bueno.

 

Mas y mas se presentan la profanidad, la pornograf’a, las perversiones sexuales, el feminismo, y toda forma de fornicaci—n, como normal y completamente aceptable.

 

Viviendo en medio de Sodoma y Gomorra, es f‡cil para nosotros, como el justo Lot, poco a poco perder toda sensibilidad, y hasta acomodar los adversarios de Dios.

 

GŽnesis 19:5-8 Y llamaron a Lot, y le dijeron: ŔD—nde est‡n

los varones que vinieron a ti esta noche? S‡calos, para que los conozcamos.

 

Entonces Lot sali— a ellos a la puerta, y cerr— la puerta tras s’, y dijo: Os ruego, hermanos m’os, que no hag‡is tal maldad.

 

He aqu’ ahora yo tengo dos hijas que no han conocido var—n; os las sacarŽ fuera, y haced de ellas como bien os pareciere; solamente que a estos varones no hag‡is nada, pues que vinieron a la sombra de mi tejado.

 

Lot, estaba tan transformado por la cultura de Sodoma, que estaba dispuesto a tira a sus hijas a estos lobos.  Y claro, hay hermanos hoy en d’a que tiran a sus hijas a los adversarios de Dios en las escuelas del gobierno, pausa,  pero esto es otro tema.

 

El punto es, que Dios tiene otra manera de relacionar se con sus adversarios.  Es que Dios no tiene que poco a poco aguantar mas y mas perversi—n, mas y mas feminismo, o mas y mas fornicaci—n.  No, Dios tiene otro remedio.

Pero viendo ese remedio, que Dios tiene para sus adversarios, algunos pueden sentir se un poco inc—modos.  Van a pensar, ŇPero yo pensŽ que Dios es amorÓ.

 

Y es cierto, Dios es amor, pero en amor Dios, a cada cuando, va a limpiar sus adversarios de la faz de la tierra, para proteger sus hijos.

 

Y esto es precisamente lo que veremos en el tema de hoy.

Dios tiene adversarios.

 

1) Acercaos, naciones, juntaos para o’r; y vosotros, pueblos, escuchad. Oiga la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y todo lo que produce.

 

Dios, por medio del profeta estaba llamando a todos, para hacer su declaraci—n.  Porque aunque algunos Cristianos sientan vergźenza de estos aspectos del car‡cter de Dios, Dios no tiene la menor vergźenza. 

 

Todos los juicios de Dios son justos, y aunque muchos hermanos modernos, en la tradici—n de Lot, van a aguantar mas y mas, hasta que su raz—n sea trastornada, tirando sus hijas a los lobos y hasta llamando a los adversarios de Dios Ňhermanos m’osÓ, Dios jam‡s va a aguantar aquellos perversos.

 

Dios tiene otra manera de relacionar se con sus adversarios.  Esto vimos desde el primer capitulo del libro de Isa’as.

Isa’as 1:24    Por tanto, dice el Se–or, Jehov‡ de los

ejŽrcitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomarŽ satisfacci—n de mis enemigos, me vengarŽ de mis adversarios;

 

2) Porque Jehov‡ est‡ airado contra todas las naciones, e indignado contra todo el ejŽrcito de ellas; las destruir‡ y las entregar‡ al matadero.

 

Hay que no olvidar el contexto aqu’.  Estamos hablando del tiempo de Isa’as, no del fin del mundo.  El pueblo de Dios estaba entregado a la idolatr’a, y el resto del mundo estaba en el puro paganismo.

 

As’ que Dios estaba completamente en su derecho estar enojado con todos.  Es semejante a nuestros tiempos.  Aunque hay muchos hermanos en el mundo, los gobiernos generalmente rechazan los preceptos, y la ley del Se–or, y vivan mas y mas como sus adversarios.

3) Y los muertos de ellas ser‡n arrojados, y de sus cad‡veres se levantar‡ hedor; y los montes se disolver‡n por la sangre de ellos.

 

No estaba hablando de una matanza peque–a, sino de una matanza enorme, gigantesca.

 

Habr’a un olor terrible, porque con tantos muertos y casi nadie sobreviviendo, seria imposible enterar a los cuerpos.

 

La sangre iba a correr como r’os, llevando la tierra abajo, hasta de los montes.

 

Ahora bien, esto no tiene que ser literal, sino que es una manera de hablar que es apocal’ptica, para agarrar la atenci—n de los que normalmente ignoran lo que Dios dice.

 

4) Y todo el ejŽrcito de los cielos se disolver‡, y se enrollar‡n los cielos como un libro; y caer‡ todo su ejŽrcito, como se cae la hoja de la parra, y como se cae la de la higuera.

 

Esto habla de grandes cambios, pero tampoco tiene que ser literal.

 

Antes que nada, habla de algo gradual.  No se enrollaba un libro en un instante, sino que esto es algo que tom— tiempo.

 

La hojas del ‡rbol, tampoco caigan todas en un instante, sino que poco a poco se bajan.

 

Esto quiere decir que sobre tiempo, todo lo que vieron como su sociedad iba a cambiar dr‡sticamente en frente de sus ojos.

 

Tenemos un ejemplo de esto en el nuevo testamento.

 

Hechos 2:16-20 Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:

Y en los postreros d’as, dice Dios,

DerramarŽ de mi Esp’ritu sobre toda carne,

Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizar‡n; Vuestros j—venes ver‡n visiones, Y vuestros ancianos so–ar‡n sue–os; Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos d’as DerramarŽ de mi Esp’ritu, y profetizar‡n.

 

 

 

Y darŽ prodigios arriba en el cielo,

Y se–ales abajo en la tierra,

Sangre y fuego y vapor de humo;

El sol se convertir‡ en tinieblas,

Y la luna en sangre,

Antes que venga el d’a del Se–or,

Grande y manifiesto.

 

Bueno, cumpliendo esa profec’a, la luna no se convert’a en sangre, pero s’ vino grandes juicios en que finalmente Israel estaba completamente destruido.

 

5) Porque en los cielos se embriagar‡ mi espada; he aqu’ que descender‡ sobre Edom en juicio, y sobre el pueblo de mi anatema.

 

Este verso contiene mucho.

 

Primeramente, la espada estaba preparada en el cielo.  Toda la matanza era planeada en la mente de Dios.  Dios no estaba enojado como un loco, sino que con calma decidi— como tratar con sus adversarios.

 

Deuteronomio 32:41   Si afilare mi reluciente espada,

Y echare mano del juicio,

Yo tomarŽ venganza de mis enemigos,

Y darŽ la retribuci—n a los que me aborrecen.

 

Pero hay mas en este verso.

 

5) Porque en los cielos se embriagar‡ mi espada; he aqu’ que descender‡ sobre Edom en juicio, y sobre el pueblo de mi anatema.

 

ŔQuien o que es Edom?

Edom es Esaś, o sea el hermano de Jacob.

 

GŽnesis 36:8   Y Esaś habit— en el monte de Seir;

Esaś es Edom.

 

Esaś, empez— rechazando a su Dios, vendiendo su herencia para complacer la carne por el momento.

 

Pero sus descendientes en los siglos que pasaban, estaban siempre molestando y atacando al pueblo de Dios.  As’ que Edom es un ejemplo representativo de los adversarios de Dios.

Era absolutamente insoportable tener un vecino atacando al pueblo antiguo de Dios, porque de ese pueblo antiguo, iba a venir el Cristo, como descendiente de Abraham.

 

Finalmente hay otro punto aqu’.

 

5) Porque en los cielos se embriagar‡ mi espada; he aqu’ que descender‡ sobre Edom en juicio, y sobre el pueblo de mi anatema.

 

El pueblo de mi anatema, quiere decir el pueblo de mi maldici—n.  Y esto es otro punto incomodo para algunos.

 

Es el concepto de la imprecaci—n.

 

En el libro de GŽnesis, Dios anuncio que habr’a dos grupos en el mundo, uno era la simiente de la mujer, y el otro era la simiente de la serpiente.  Esto estaba anunciado en el cap’tulos tres de GŽnesis.

 

Pero en el capitulo cuatro, fue evidente que Abel era de la simiente de la mujer pero Ca’n era de la simiente de la serpiente.

 

Y cuando Ca’n mat— a su hermano, Dios respondi— a Ca’n como Dios siempre responder‡ sus adversarios.

 

GŽnesis 4:9-11 Y Jehov‡ dijo a Ca’n: ŔD—nde est‡ Abel tu

hermano? Y Žl respondi—: No sŽ. ŔSoy yo acaso guarda de mi hermano?

 

Y Žl le dijo: ŔQuŽ has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a m’ desde la tierra.

 

Ahora, pues, maldito seas tś de la tierra, que abri— su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano.

 

Para mi estas son unas de las palabras mas espantosas de toda la Biblia.  Dios respond’a a su adversario con una imprecaci—n, o sea una maldici—n.

 

Pero Cristo hablaba en tŽrminos semejantes.

 

Mateo 25:41    Entonces dir‡ tambiŽn a los de la izquierda:

Apartaos de m’, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ‡ngeles.

 

As’ que la doctrina de la imprecaci—n puede ser un poco extra–o para nosotros, viviendo como Lot en Sodoma y perdiendo casi todas nuestras sensibilidades, pero no es nada extra–a, en la Biblia.

 

Dios est‡ completamente en su derecho, respondiendo a sus adversarios as’.

 

6) Llena est‡ de sangre la espada de Jehov‡, engrasada est‡ de grosura, de sangre de corderos y de machos cabr’os, de grosura de ri–ones de carneros; porque Jehov‡ tiene sacrificios en Bosra, y grande matanza en tierra de Edom.

 

Ahora habla de la destrucci—n como un sacrificio.  Toda esa practica de sacrificios de animales era algo costoso y desagradable.

 

Produc’a olores malos y humo en los ojos de muchos.  Pero el animal representaba un inocente muriendo para apaciguar la justicia de Dios.

 

Todo esto anunciaba en sombras y tipos, la muerte de Cristo que iba a venir mas tarde.

 

Por la cruz de Cristo podemos ver el amor de Dios, pero al mismo tiempo podemos ver la justicia inflexible de Dios que tenia que estar satisfecha para ti y para mi.

 

6) Llena est‡ de sangre la espada de Jehov‡, engrasada est‡ de grosura, de sangre de corderos y de machos cabr’os, de grosura de ri–ones de carneros; porque Jehov‡ tiene sacrificios en Bosra, y grande matanza en tierra de Edom.

 

Los que no tienen nada que ver con el sacrificio de Cristo, tienen que sufrir todo esto en carne propia.  Ellos y sus animales iban a estar sacrificados para rendir cuentas a la justicia de Dios.  Edom, o sea Esaś siendo el gran ejemplo.

 

Como Dios dijo claramenteÉ

Romanos 9:13   Como est‡ escrito: A Jacob amŽ,

mas a Esaś aborrec’.

 

7) Y con ellos caer‡n bśfalos, y toros con becerros; y su tierra se embriagar‡ de sangre, y su polvo se engrasar‡ de grosura.

 

Metaf—ricamente esto est‡ diciendo que, los grandes, los fuertes iban a caer f‡cilmente cuando Dios empezaba a responder a sus adversarios.

8) Porque es d’a de venganza de Jehov‡, a–o de retribuciones en el pleito de Sion.

 

Dios estaba protegiendo a su pueblo, Sion, tomando una gran venganza.

 

La venganza es el tema de muchas pel’culas y de muchas novelas.  Es la manera en que los negocios del cine pueden agarrar y mantener nuestra atenci—n.

 

Es que cada ser humano tiene cierto sentido de quŽ es justo, y de que las cosas no se quedan as’.

 

8) Porque es d’a de venganza de Jehov‡, a–o de retribuciones en el pleito de Sion.

 

Bueno, la venganza privada, la venganza personal est‡ prohibida al hombre, pero no est‡ prohibida a Dios.  La venganza, la imprecaci—n es la manera correcta en que Dios se relacione con sus adversarios.

 

Romanos 12:19  No os venguŽis vosotros mismos, amados m’os,

sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito est‡: M’a es la venganza, yo pagarŽ, dice el Se–or.

 

9) Y sus arroyos se convertir‡n en brea, y su polvo en azufre, y su tierra en brea ardiente.

 

Estos son los im‡genes de Sodoma y de Gomorra, el lugar en donde Lot viv’a, perdiendo su sensatez por la maldad y llamando a los adversarios, Ňhermanos m’osÓ.

 

Cuando los padres tempranos de la iglesia consideraban lo que pas— a unas cuidadse entregadas a la homosexualidad, dijeron a los magistrados de Europa que toda practica de la homosexualidad debe de ser tratada como un crimen, para proteger la gente de otro cat‡strofe, provocando la ira de Dios.

 

Y en el cuatro siglo, establecieron leyes as’ en contra de toda practica de la homosexualidad como crimen.

 

DespuŽs por mil quinientos a–os, en los pa’ses Cristianos, en todo el occidente, esto era ilegal.  Hasta nuestra generaci—n ha sido as’, ilegal, en todo estado.  Pero ahora como Lot, nosotros hemos perdido casi toda sensibilidad, y estamos otra vez viviendo en las ciudades de la destrucci—n.

 

10) No se apagar‡ de noche ni de d’a, perpetuamente subir‡ su humo; de generaci—n en generaci—n ser‡ asolada, nunca jam‡s pasar‡ nadie por ella.

 

La destrucci—n seria perpetua.  Y hasta el d’a de hoy te puedes viajar a donde estaba Edom y es desierto.   Hay una ruinas, de Petra, a donde van las turistas y los arque—logos.  Pero jam‡s ha sido reconstruido.  Te puedes poner a ŇPetraÓ en el Google y mirar a las im‡genes.

 

10) No se apagar‡ de noche ni de d’a, perpetuamente subir‡ su humo; de generaci—n en generaci—n ser‡ asolada, nunca jam‡s pasar‡ nadie por ella.

 

Como hemos visto en las ultimas semanas tambiŽn, el libro de Isa’as est‡ empezando a revelar, poco a poco la doctrina del infierno, que Cristo en amor, va a revelar mas ampliamente, exhortando nos a evitar lo.

 

11) Se adue–ar‡n de ella el pel’cano y el erizo, la lechuza y el cuervo morar‡n en ella; y se extender‡ sobre ella cordel de destrucci—n, y niveles de asolamiento.

 

El resto del capitulo hablar‡ en la poes’a profŽtica a los nuevos residentes de Edom, puros animales salvajes.

 

Pero cuando habla del cordel de destrucci—n, quiere decir que Dios juzgar’a con medida, no enojado como loco, sino como un juez que ha considerado lo que es justo, para los adversarios de la sociedad.

 

12) Llamar‡n a sus pr’ncipes, pr’ncipes sin reino; y todos sus grandes ser‡n nada.

 

Si acaso se pudiera sobrevivir uno de sus nobles, no habr’a nada de gobernar, la matanza seria tan extensa para los adversarios de Dios.

 

13) En sus alc‡zares crecer‡n espinos, y ortigas y cardos en sus fortalezas; y ser‡n morada de chacales, y patio para los pollos de los avestruces.

 

Convirtiendo un para’so en un desierto es t’pico de la imprecaci—n.

 

GŽnesis 3:17-18 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste

a la voz de tu mujer, y comiste del ‡rbol de que te mandŽ diciendo:

No comer‡s de Žl; maldita ser‡ la tierra por tu causa; con dolor comer‡s de ella todos los d’as de tu vida.

Espinos y cardos te producir‡, y comer‡s plantas del campo.

 

Dios no estaba ni cruel, ni excesivo maldiciendo a la tierra, porque nuestros primeros padres, estaban portando se como sus adversarios.

 

14) Las fieras del desierto se encontrar‡n con las hienas, y la cabra salvaje gritar‡ a su compa–ero; la lechuza tambiŽn tendr‡ all’ morada, y hallar‡ para s’ reposo.

 

Est‡ mencionando muchos animales dolorosos, que normalmente vivan lejos de los hombres, en los lugares muy remotos, para dar una imagen mental de la destrucci—n total, de un lugar.

 

15) All’ anidar‡ el bśho, pondr‡ sus huevos, y sacar‡ sus pollos, y los juntar‡ debajo de sus alas; tambiŽn se juntar‡n all’ buitres, cada uno con su compa–era.

 

Los buitres ten’an que llegar para consumir algo de los cuerpos.  Los bśhos ten’an que reproducir bien, por que ellos iban a ser los residentes de las ciudades que antes eran ocupadas por los adversarios de Dios.

 

16) Inquirid en el libro de Jehov‡, y leed si falt— alguno de ellos; ninguno falt— con su compa–era; porque su boca mand—, y los reuni— su mismo Esp’ritu.

 

Nada de esto debe de ser sorprendente, a los que entendieron las escrituras, Dios siempre ha prometido responder as’ a sus adversarios.

 

17) Y Žl les ech— suertes, y su mano les reparti— con cordel; para siempre la tendr‡n por heredad; de generaci—n en generaci—n morar‡n all’.

Otra vez hablando de cordel y de suertes, est‡ hablando de c—mo Dios dio todo esto a los animales salvajes, con calma, con medida, bien considerada.

 

Es como cuando destru’a, la tierra de Sodoma y Gomorra. No estaba en una rabia de prisa, sino que la consideraba mucho, hasta considerando las oraciones de intercesi—n de Abraham por su sobrino Lot, que como muchos de nosotros ha perdido su sensibilidad, viviendo tanto tiempo entre los adversarios de Dios, y llamando les Ňhermanos m’osÓ.

========================== Conclusi—n =====================

 

El tema de hoy es un poco pesado.  Pero es la palabra de Dios, y es śtil para realmente entender el evangelio, y para apreciar la Santa Cena.

 

Si Dios era amor y nada mas que amor, no seria necesario para Cristo morir tan horriblemente en la cruz.  Dios pudiera simplemente decir, olv’dalo, est‡n perdonados.

 

Pero un sacrificio de horror, de dolor y de sangre es precisamente lo que la justicia de Dios exige, para sus adversarios.

 

Y si nosotros hemos vivido como adversarios antes, o hasta ahora, a cada cuanto, perdiendo toda sensibilidad en esta cultura tan corrupta, tenemos que tener otro sufriendo en nuestro lugar.

 

Dios es amor, y por esto mand— a su hijo para morir en el lugar de muchos.  Porque Dios no puede simplemente cancelar la imprecaci—n por el pecado.

 

G‡latas 3:13   Cristo nos redimi— de la maldici—n de la

ley, hecho por nosotros maldici—n (porque est‡ escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero.

 

Los que no conocen a Cristo, los que rechazan su evangelio, aun est‡n viviendo bajo esa imprecaci—n.

 

Y por lo tanto un mensaje como este puede motivar nos mas al evangelismo, y a la oraci—n de intercesi—n.

 

Porque hay muchos que vivan y trabajan alrededor de nosotros que aun est‡n bajo la maldici—n. 

 

Y el diablo quiere mantener te distra’do de todo esto, ni orando ni trabajando para alcanzar a los perdidos.

 

Con un mensaje como este, te puedes sentir, ojala, un poco de compasi—n para ellos.

 

Finalmente, llegando a la santa cena, que es solamente para los creyentes, que reconocen a Cristo como su Salvador y su Se–or, un tema como este puede ayudar te a venir a la santa cena con gratitud y con agradecimiento, que Dios no te ha dejado, all‡, afuera, entre sus adversarios.

Vamos a orar!