15 de octubre de 17
Esperando Tiempos
Mejores
Isa’as 32:1-20
Introducci—n
El profeta Isa’as, en estos cap’tulos estaba
alternando entre dos temas. Tenia
que anunciar juicios graves, por las corrupciones que exist’an, en todo nivel
de la sociedad, aun siendo el pueblo de Dios, pero al mismo tiempo, estaba
anunciando que el juicio no era el fin de ellos.
Y aunque los juicios ser’an terribles,
hab’an siempre un remanente fiel, que tenia que recibir animo, de que Dios aun
estaba con ellos.
El mensaje del profeta es relevante a
nuestros tiempos. Nosotros tambiŽn
vivimos con gran corrupci—n en todos lados del gobierno, de las instituciones
de la educaci—n, la prensa, y hasta en una gran mayor’a de las iglesias en este
pa’s.
Pero como los fieles en el tiempo de Isa’as
estaban llamados a preservar su esperanza de tiempos mejores, nosotros
tambiŽn.
El tema de hoy, es una continuaci—n de lo
que estudiamos la semana pasada.
Isa’as 31:6-7 Volved a aquel contra quien se rebelaron
profundamente los hijos de Israel. Porque en aquel d’a arrojar‡ el
hombre sus ’dolos de plata y sus ’dolos de oro, que para vosotros han hecho
vuestras manos pecadoras.
El Esp’ritu de Dios seria derramado
grandemente, y los hombres abandonar’an a sus ’dolos.
El capitulo de hoy, continua hablando de estos
efectos.
1) He aqu’ que para justicia reinar‡ un rey, y pr’ncipes presidir‡n en
juicio.
El pueblo viv’a en tiempos de poca justicia,
sino de pura corrupci—n. Se
llamaban el bueno, malo, y el malo bueno.
Muy semejante a nuestros tiempos.
Unos de los AyŐes del profeta hablaba de
esto.
Isa’as 5:20-21 !!Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a
lo bueno malo; que hacen de la luz
tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce
por amargo!
!!Ay de los sabios en sus propios ojos, y de
los que son prudentes delante de s’ mismos!
Como en nuestros tiempos en que se defienden
toda forma de perversi—n sexual, o cambios de sexo, o en que aceptan como
hombres buenos los ni est‡n fieles a sus esposas, sino que se divorcian a cada
rato. El mundo de Isa’as viv’a en
grandes confusiones y corrupci—n.
Hablamos en viernes como los gobiernos de
hoy miran a la inflaci—n de los precios de todo como algo bueno, mientras est‡
aplastando a los pobres y a las viudas.
Isa’as 3:15 ŔQuŽ
pens‡is vosotros que maj‡is mi pueblo y
molŽis las caras de los pobres? dice el
Se–or, Jehov‡ de los ejŽrcitos.
Es que Dios tenia que mandar juicios, para rectificar
la situaci—n.
1) He aqu’ que para justicia reinar‡ un rey, y pr’ncipes presidir‡n en
juicio.
ŔPero quien es ese Rey? Finalmente, el śnico rey puramente
justo ser‡ Cristo, que iba a venir a Jud‡ mas tarde.
Pero esa profec’a, a lo mejor hablaba
tambiŽn de otro rey que iba a venir en el futuro mas cercano.
Un rey, Jos’as, iba a levantar muy pronto en
Jud‡ para realmente caminar con el Se–or.
2 Reyes 22:1-2 Cuando Jos’as comenz— a reinar era de ocho
a–os, y rein— en JerusalŽn treinta y un
a–os. El nombre de su madre fue Jedida hija de Ada’a, de Boscat.
E hizo lo recto ante los ojos de Jehov‡, y
anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse a derecha ni a
izquierda.
Bajo ese rey, se encontraron el libro de la
ley de Dios que ha sido perdido. Jos’as era grandemente impactado, leyendo la
ley, en vista de c—mo el pueblo estaba viviendo.
No voy a entran en todas la reformas de este
rey ahora, pero brevemente, despuŽs de su muerte la palabra presentaba su vida
as’.
2 Reyes 23:24-25 Asimismo barri— Jos’as a los
encantadores, adivinos y terafines, y todas
las abominaciones que se ve’an en la tierra de Jud‡ y en JerusalŽn, para
cumplir las palabras de la ley que estaban escritas en el libro que el
sacerdote Hilc’as hab’a hallado en la casa de Jehov‡.
No hubo otro rey antes de Žl, que se
convirtiese a Jehov‡ de todo su coraz—n, de toda su alma y de todas sus
fuerzas, conforme a toda la ley de MoisŽs; ni despuŽs de Žl naci— otro igual.
Ese hombre realmente era uno de los
grandes. No era, claro, al nivel
de Cristo, pero era igual o tal vez mejor que David. Y era como tipo o sombra del Cristo que iba a venir mas
tarde.
1) He aqu’ que para justicia reinar‡ un rey, y pr’ncipes presidir‡n en
juicio.
Un rey bueno no puede gobernar solo, sino
que tiene que tener sus pr’ncipes que ayudan en las reformas.
2) Y ser‡ aquel var—n como escondedero contra el viento, y como
refugio contra el turbi—n; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como
sombra de gran pe–asco en tierra calurosa.
Jos’as presentaba una protecci—n del viento
de las corrupciones terribles que hemos visto hasta ahora en el libro de
Isa’as, pero mas tarde, Cristo vino para ser una protecci—n, para nosotros, de
la ira de Dios por nuestros pecados.
Y es un poco curioso, hablando de la
protecci—n del viento, viendo como śltimamente, los vientos han destruido
pueblos enteros en el caribe, y ahora los fuegos, propagados por los vientos han
calcinado mas de cinco mil edificios en el norte de California. No hay una relaci—n directa de la
profec’a de Isa’as, pero es simplemente curioso.
3) No se ofuscar‡n entonces los ojos de los que ven, y los o’dos de
los oyentes oir‡n atentos.
Dios castig— a su pueblo, muy temprano en
este libro, con ojos cerrados.
Isa’as 6:9-10 Y dijo: Anda, y di a este pueblo: O’d bien,
y no entend‡is; ved por cierto, mas no
comprend‡is.
Engruesa el coraz—n de este pueblo, y agrava
sus o’dos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus
o’dos, ni su coraz—n entienda, ni se convierta, y haya para Žl sanidad.
Esto fue un castigo horrible, que recibieron
por su rechazo de la palabra de Dios, pero cuando Dios derramaba su esp’ritu
mas tarde, hasta esto iba a acabar.
El pueblo entonces pudo esperar tiempos mejores.
4) Y el coraz—n de los necios entender‡ para saber, y la lengua de los
tartamudos hablar‡ r‡pida y claramente.
Hay que tomar esto en el sentido espiritual.
Y esto tambiŽn aplica a nuestros
tiempos.
Por ejemplo, si tu pides a un joven de la
universidad moderna de este pa’s, como se puede saber si algo es realmente
bueno o malo, justo o injusto, sin duda alguna,
recibir‡s una respuesta como este...
ŇBueno, pues, yo creo, o sea me dijeron mis
profesores que quiz‡s, depende de que, um, en ciertos circunstancias, bueno,
entonces Ŕcual fue tu pregunta?Ó
Con una pregunta simple sobre c—mo se sabe
si algo es justo o bueno, y se conviertan en tartamudos. Porque vivimos en tiempos de corrupci—n
y de confusi—n.
5) El ruin nunca m‡s ser‡ llamado generoso, ni el tramposo ser‡
llamado esplŽndido.
Esto simplemente dice que los hombres que
enga–an en sus negocios o en sus matrimonios, no ser‡n llamados mas los hŽroes,
sino que ser‡n llamado criminales, como realmente son. Es una reforma que nosotros tambiŽn
necesitamos.
6) Porque el ruin hablar‡ ruindades, y su coraz—n fabricar‡ iniquidad,
para cometer impiedad y para hablar escarnio contra Jehov‡, dejando vac’a el
alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento.
B‡sicamente la hipocres’a iba a estar
expuesta, para realmente producir reformas sociales y religiosas.
Por ejemplo, cuando Cristo lleg—, la gente
realmente honraban a los fariseos, como los lideres que caminaban con Dios.
Pero Cristo tenia que romper esa mascara de
sus cara para mostrar a todos lo que realmente estaba pasando.
Mateo 23:14-15 !!Ay de vosotros, escribas y fariseos,
hip—critas! porque devor‡is las casas de las
viudas, y como pretexto hacŽis largas oraciones; por esto recibirŽis mayor
condenaci—n.
!!Ay de vosotros, escribas y fariseos,
hip—critas! porque recorrŽis mar y tierra para hacer un prosŽlito, y una vez
hecho, le hacŽis dos veces m‡s hijo del infierno que vosotros.
Pedimos avivamiento, pedimos un
derramamiento del Esp’ritu Santo, pero cuado esto viene, puede ser bastante
duro para los hip—critas.
TambiŽn en el tiempo de Cristo, Juan
Bautista predicando dijoÉ
Mateo 3:7-10 !!Generaci—n
de v’boras! ŔQuiŽn os ense–— a
huir de la
ira venidera?
Haced, pues, frutos dignos de
arrepentimiento, y no pensŽis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham
tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham
aun de estas piedras.
Y ya tambiŽn el hacha est‡ puesta a la ra’z
de los ‡rboles; por tanto, todo ‡rbol que no da buen fruto es cortado y echado
en el fuego.
El derramamiento del Esp’ritu de Dios es lo
que pedimos en nuestras oraciones, pero cuando viene, puede ser brutal.
7-8) Las armas del tramposo son malas; trama intrigas inicuas para
enredar a los simples con palabras mentirosas, y para hablar en juicio contra
el pobre. Pero el generoso pensar‡
generosidades, y por generosidades ser‡ exaltado.
El punto es, que bajo un gobierno bueno,
justo, no van confundir mas, entre el bueno y lo malo. La palabra de Dios ser‡ la autoridad,
el est‡ndar, y por lo tanto, el ambiente de confusi—n y de enga–o va a
desaparecer.
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Bueno, esto ha sido la primera parte del
capitulo, c—mo los fieles pudieron esperar tiempos mejores. Y esto aplica a nosotros tambiŽn.
En cualquier momento Dios puede empezar a
derramar su Esp’ritu, grandemente, y todo empezar‡ a cambiar, a mejorar.
Pero ahora, el profeta va a regresar un poco
al juicio, hablando mayormente a las mujeres.
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9) Mujeres indolentes, levantaos, o’d mi voz; hijas confiadas,
escuchad mi raz—n.
ŔPorque dice que estas mujeres, en el pueblo
de Dios, eran indolentes?
Es que se convirtieron en vanidosas. Muchas eran ricas, pero ni pensaban en
la ayuda que pudieron brindar a los pobres, sino que se viv’an para sus lujos,
para la moda, para la pura vanidad. (capitulo 3)
10) De aqu’ a algo m‡s de un a–o tendrŽis espanto, oh confiadas;
porque la vendimia faltar‡, y la cosecha no vendr‡.
Estas ten’an que preparar, por que sus lujos
iban a acabar se en un a–o.
Su riqueza vino por la vendimia. ŔPero que es esto? La vendimia era una cosecha de las
uvas. Uvas con que se producir‡n
el vino.
Otra vez hay una curiosidad, y no me
malentiendan, no estoy diciendo que es un cumplimiento de la profec’a de
Isa’as, pero Ŕque est‡ pasando en estos momentos en el norte de California?
Salio hace d’as en los peri—dicos que seis
mas vi–eras han sido destruidas por los fuegos de Napa, ya con un total de
diecisŽis. Esto representa el
desarrollo de generaciones, y por su puesto la eliminaci—n de miles de
trabajos.
Y han salido por video, muchas entrevistas
de mujeres que vivan all‡, y una dijo que su mundo ha sido destruido, otra dijo
que ha perdido todo, y sent’a como que para ella era como el fin del mundo.
Normalmente las mujeres tienen un sentido de
los tiempos de peligro, y tratan de ayudar a sus familias a preparar.
Pero en nuestros tiempos, en un pa’s fundado
sobre las verdades de las escrituras, una mujer rica pierda todos sus lujos, y
es para ella, una sorpresa devastadora.
11) Temblad, oh indolentes; turbaos, oh confiadas; despojaos,
desnudaos, ce–id los lomos con cilicio.
B‡sicamente estaba llamando a ellas al
arrepentimiento, al regreso a una vida santa. El problema es que normalmente la gente no quieren escuchar
tal mensaje.
El mensaje no era muy popular en el tiempo
de Isa’as, y el mensaje no es popular ahora. Pero de todo modos, los mensajeros fieles, tienen que hacer
la proclamaci—n.
12) Golpe‡ndose el pecho lamentar‡n por los campos deleitosos, por la
vid fŽrtil.
Otra curiosidad, podemos ver en esto. Entre las mujeres muy, pero muy ricas
en Napa, que perdieron todo de sus vidas, el hogar, sus fotos, sus animales,
calcinados en segundos.
Y cada d’a, est‡n encontrando mas seres
humanos, quemados en los escombros.
ÁY los fuegos sigan quemando! pausa Un pa’s que ha vivido como Sodoma y
Gomorra, ahora est‡ muriendo como Sodoma y Gomorra.
O se pudriera mencionar las mujer que
andaban corriendo bajo la lluvia de plomo en Las Vega, el primer d’a, o sea
noche, de este mes. Su caso era
semejante. O las mujeres que
perdieron todo en Puerto Rico, u otra isla. O por los terremotos de MŽxico.
13) Sobre la tierra de mi pueblo subir‡n espinos y cardos, y aun sobre
todas las casas en que hay alegr’a en la ciudad de alegr’a.
Cuando la Biblia habla de espinos y cardos,
est‡ hablando de la maldici—n de Dios.
Nuestras ciudades alegres, mas y mas est‡n
llorando r’os de lagrimas, hasta que Dios viene, derramando su Esp’ritu otra
vez.
14) Porque los palacios quedar‡n desiertos, la multitud de la ciudad
cesar‡; las torres y fortalezas se volver‡n cuevas para siempre, donde
descansen asnos monteses, y ganados hagan majada;
Jud‡ estaba viviendo en tiempos de gran
destrucci—n, y el mismo puede pasar con nosotros, si el arrepentimiento
cultural, no viene pronto.
15) hasta que sobre nosotros sea derramado el Esp’ritu de lo alto, y
el desierto se convierta en campo fŽrtil, y el campo fŽrtil sea estimado por
bosque.
Esto es nuestra esperanza para los
tiempos mejores. Y el profeta
hablaba a las hermanas, porque normalmente las hermanas tienen una sensatez de
que algo est‡ mal.
Y normalmente las hermanas empiezan a ver la
necesidad de venir y orar fervientemente, en las reuniones de oraci—n.
Vivimos en tiempos de cada vez mas juicio
espantoso, y seria normal esperar que las reuniones se llenar’an.
Pero normalmente estas reuniones est‡n media
vicias.
Y no hablo solamente de nuestra iglesia,
sino que la indolencia es general, hasta peor, en las iglesias donde se hablan
Ingles.
Cuando necesitamos la oraci—n sincera, mas
que nunca jam‡s, los hermanos, las hermanas est‡n ocupadas en otras cosas.
Yo estoy en una reuni—n de oraci—n con otras
iglesias, cada lunes, pero la participaci—n es siempre muy baja. Ma–ana vamos a cambiar el local y
supuestamente mas personas van a venir.
Pero solamente con esto veremos el
derramamiento del esp’ritu santo para esperar los tiempos mejores.
16) Y habitar‡ el juicio en el desierto, y en el campo fŽrtil morar‡
la justicia.
En muchas de las grandes ciudades de este
pa’s, es como un desierto, espiritualmente hablando. Pero todo esto puede cambiar, en poco tiempo, con el
derramamiento del Esp’ritu Santo.
17) Y el efecto de la justicia ser‡ paz; y la labor de la justicia, reposo
y seguridad para siempre.
Bajo la corrupci—n hay delincuencia y
violencia. Pero bajo un gobierno
de justos, hay paz y hay seguridad.
Esto es posible, aunque muchos han abandonado toda esperanza,
pero San Pablo nos exhortaba a orar precisamente por esto.
1 Timoteo 2:1-3 Exhorto ante todo, a que se hagan
rogativas, oraciones, peticiones y acciones
de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que est‡n en
eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
Porque esto es bueno y agradable delante de
Dios nuestro Salvador.
Pero claro, por el momento, las reuniones de
oraci—n, est‡n mayormente media vac’as, pero esto tambiŽn puede cambiar.
18) Y mi pueblo habitar‡ en morada de paz, en habitaciones seguras, y
en recreos de reposo.
Esto es lo que Dios quiere para su pueblo, y
es algo que nosotros debemos de desear tambiŽn, jam‡s perdiendo nuestra esperanza
de tiempos mejores.
19) Y cuando caiga granizo, caer‡ en los montes; y la ciudad ser‡ del
todo abatida.
Esto es un poco oscuro, pero parece que
habla de los juicios espec’ficos como durante las plagas de Egipto, cuando el
pueblo de Dios estaba protegido, mientras sus vecinos estaban arruinados.
20) Dichosos vosotros los que sembr‡is junto a todas las aguas, y
dej‡is libres al buey y al asno.
Esto tambiŽn es un poco extra–o.
Pero cuando las cosechas eran sumamente
abundantes, con una abundancia de aguas, se dejaron los bueyes y los asnos,
pasar por la cosecha y comer todo el ma’z que deseaban.
La cosecha era tan grande, que era imposible
procesar toda la riqueza.
As’ ser‡n, y as’ tenemos que esperar,
los tiempos mejores.
========================== Conclusi—n =====================
Y si, tu, hermano, quieres realmente
participar en todo esto, separando te de la vanidad, la corrupci—n de este
mundo con sus juicios que vienen con cada vez mas rapidez, puedes pasar en unos
momentos, y oraremos contigo.
Cada Cristiano, cada hijo de Dios debe de
vivir, esperando los tiempos mejores.
Vamos a orar!