14 de octubre de 17
Toda Boca Se Cierre
Romanos 3:19-20
Existe un est‡ndar por medio de lo cual uno puede realmente saber lo
que es bueno, y lo que es malo, lo que es justo, y lo que es injusto.
Un hombre no puede confiar simplemente en su propia opini—n, o en las
preferencias culturales, porque ya sabemos que el hombre, y aun los hombres en
grupos, est‡n sujetados al auto enga–o, y a equivocaci—n grave.
Pero Dios, en su gracia, ha revelado un est‡ndar, una manera de saber,
con claridad lo que es bueno, y lo que es malo, sin caer in grandes
equivocaciones.
Salmos 19:7-9 La ley de
Jehov‡ es perfecta, que convierte
el alma; El testimonio de Jehov‡ es fiel, que hace sabio al sencillo. Los
mandamientos de Jehov‡ son rectos, que alegran el coraz—n; El precepto de
Jehov‡ es puro, que alumbra los ojos.
El temor de Jehov‡ es
limpio, que permanece para siempre;
Los juicios de Jehov‡ son verdad, todos justos.
Dios, en su amor, ha revelado sus preceptos, y ha preservado esa
revelaci—n, en las Santas Escrituras, ya por muchos siglos.
Y esa ley, tiene muchas aplicaciones a la vida humana, una que quiero
considerar, est‡ en Romanos tres en la Biblia.
Romanos 3:19-20 Pero sabemos que
todo lo que la ley
dice, lo dice a los que est‡n bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo
quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningœn ser humano
ser‡ justificado delante de Žl; porque por medio de la ley es el conocimiento
del pecado.
Segœn San Pablo, la ley tiene el poder de revelar el pecado en tu
vida, pecado que es destructivo, y que realmente debe de estar eliminado.
La ley dice, por ejemplo, que es necesario decir la verdad y no
mentir, y que todos los mentirosos tendr‡n su parte en el lago de fuego, que es
otra expresi—n para el infierno eterno, de sufrimientos.
Apocalipsis 21:8 Pero
los cobardes e incrŽdulos, los
abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los id—latras y todos los mentirosos tendr‡n su parte
en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Cuando te veas en la palabra, en la santa ley, que la mentira est‡
prohibida, y que lleve grandes consecuencias, esto tiene la capacidad de cerrar
o tapar las bocas de los que normalmente intentar justificar sus pecados
Romanos 3:19-20 Pero sabemos que
todo lo que la ley
dice, lo dice a los que est‡n bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo
quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningœn ser humano
ser‡ justificado delante de Žl; porque por medio de la ley es el conocimiento
del pecado.
Actualmente es una gran misericordia, de parte de Dios, ayudar a la
gente sentir la magnitud de su pecado, y entender algo de las consecuencias que
estas transgresiones producen.
Entre los diez mandamientos, el sŽptimo dice Òno cometer‡s adulterioÓ,
y es posible que muchos no han ca’do en esa horrible crimen.
Pero Cristo Jesœs vino explicando que hay aun mas implicada en esa
santa ley.
Mateo 5:27-29 O’steis que
fue dicho: No cometer‡s
adulterio. Pero yo os
digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulter— con ella
en su coraz—n.
Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasi—n de caer, s‡calo, y Žchalo
de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu
cuerpo sea echado al infierno.
Viviendo en una Žpoca en que muchos practican toda forma de
inmoralidad sexual, o hasta la perversi—n, y piensan que se pueden justificar
sus delitos con palabras distorsionadas, es bueno tener una manera de tapar, o
de cerrar cada boca.
Romanos 3:19-20 Pero sabemos que
todo lo que la ley
dice, lo dice a los que est‡n bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo
quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningœn ser humano
ser‡ justificado delante de Žl; porque por medio de la ley es el conocimiento
del pecado.
En los diez mandamientos hay uno que dice no matar‡s, y normalmente
aun en una sociedad moderna, se reconocen que el asesino es un aofensa grave,
al menos que la persona asesinada aun esta en el vientre de su madre, entonces
los modernos permitan el asesino, pero esto es otro tema.
Pero la ley en contra del asesino implica mas. Si tu, mi amigo, est‡ comiendo mucho,
bebiendo mucho, subiendo mucho el peso de tu cuerpo, por la glotoner’a, est‡s
matando a alguien, a ti mismo, que tambiŽn es una forma de asesino.
O si est‡s tomando drogas peligrosas, o manejando el caro en un estado
de embriagues, poniendo las vidas de muchos en peligro, eres un asesino. Hasta con los chismes te puedes matar
el car‡cter de uno, injustamente.
O como dijo San Juan, hasta odiar a tu hermano, puede poner te en esa
categor’a.
1 Juan 3:15 Todo
aquel que aborrece a su hermano es
homicida; y sabŽis que ningœn homicida tiene vida eterna permanente en
Žl.
Como es normal para los seres humanos justificar, y minimizar sus
pecados con enga–os sat‡nicos, es muy œtil, tener una manera de poner fin a
esto, y tapar la boca de todos.
Romanos 3:19-20 Pero sabemos que
todo lo que la ley
dice, lo dice a los que est‡n bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo
quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningœn ser humano
ser‡ justificado delante de Žl; porque por medio de la ley es el conocimiento
del pecado.
Y se pudiera multiplicar los ejemplos mas y mas, por ejemplo
considerando los primeros dos mandamientos que condenan la idolatr’a.
ƒxodo 20:3-6 No
tendr‡s dioses ajenos delante de m’.
No te har‡s imagen, ni ninguna semejanza de lo que estŽ arriba en el cielo,
ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
No te inclinar‡s a ellas, ni las honrar‡s; porque yo soy Jehov‡ tu
Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta
la tercera y cuarta generaci—n de los que me aborrecen, y hago misericordia a
millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
Tan grave es esa ley, que su violaci—n puede afectar, negativamente a tus
hijos, tus nietos y hasta tus bisnietos.
Esto claramente proh’be las im‡genes, las estatuas en la devoci—n
espiritual, pero proh’be mucho mas.
Los que vivan por el dinero, pueden convertir el dinero en su ’dolo
principal.
Colosenses 3:5 Haced morir, pues,
lo terrenal en vosotros:
fornicaci—n, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia,
que es idolatr’a.
La Biblia dice muy claramente, que la avaricia, o sea el amor al
dinero es una forma de idolatr’a.
Efesios 5:5-6 Porque sabŽis
esto, que ningœn fornicario,
o inmundo, o avaro, que es id—latra, tiene herencia en el reino
de Cristo y de Dios.
Nadie os enga–e con palabras vanas, porque por estas cosas viene la
ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.
As’ que, aunque los hombres modernos pueden intentar justificar su
idolatr’a por mudos argumentos
dudosos, en la santa ley de Dios tenemos una manera de f‡cilmente
cerrar cada boca.
Romanos 3:19-20 Pero sabemos que
todo lo que la ley
dice, lo dice a los que est‡n bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo
quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningœn ser humano
ser‡ justificado delante de Žl; porque por medio de la ley es el conocimiento
del pecado.
Amigo, no tiene sentido, continuar tratando de justificar tu pecado, porque el pecado es muy
destructivo, y puede arruinar a tu vida ahora, y mas tarde arrastrar te a una
eternidad de sufrimientos en el infierno.
TambiŽn en el libro de Romanos san Pablo dijoÉ
Romanos 2:5-11 Pero por tu dureza
y por tu coraz—n no
arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el d’a de la ira y de la revelaci—n
del justo juicio de Dios, el cual pagar‡ a cada uno conforme a sus obras:
vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y
honra e inmortalidad,
pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad,
sino que obedecen a la injusticia;
tribulaci—n y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el
jud’o primeramente y tambiŽn el griego, pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al
jud’o primeramente y tambiŽn al griego; porque no hay acepci—n de personas para
con Dios.
Mi querido amigo, el pecado es la ruina del hombre, pero en amor Dios
ha mandado a su hijo para morir en el lugar de hombres cubiertos, hombres
hundiendo se en el pecado.
Cristo vino no solamente para quitar el castigo del pecado, sino el
poder, la contaminaci—n del pecado en tu vida.
Y si esto es tu deseo, escapar de las garras del pecado, del vicio, de
la perversi—n o la inmoralidad, hay personas aqu’, que quieren orar
contigo. Una vez sintiendo la
convicci—n del pecado, es el momento de reaccionar, en arrepentimiento y en fe,
y Dios te dar‡ el poder de hacer esto, si solamente puedes creer. Amen