8 de octubre de 17
Abandonando Las Promesas
Isa’as 31:1-9
Introducci—n
En la relaci—n entre el pueblo antiguo de
Dios, y su gran Redentor hab’a un pacto.
Cuando los jud’os salieron de Egipto, eran como la esposa de Dios.
Mas tarde en este libro Dios dir‡É
Isa’as 54:5 Porque
tu marido es tu Hacedor; Jehov‡ de
los ejŽrcitos es su nombre; y tu Redentor,
el Santo de Israel; Dios de toda la tierra ser‡ llamado.
Jerem’as 2:32 ÀSe olvida la virgen de su atav’o, o la
desposada de sus galas? Pero mi pueblo se ha
olvidado de m’ por innumerables d’as.
Hab’a un gran amor entre Dios y su pueblo,
antes, y como en cada matrimonio verdadero, ese amor estaba formalizado con un
pacto.
En un pacto, hay promesas. Dios hizo promesas a su pueblo,
y el pueblo hizo sus promesas a su gran Redentor.
ƒxodo 24:3 Y
MoisŽs vino y cont— al pueblo todas las
palabras de Jehov‡, y todas las leyes; y
todo el pueblo respondi— a una voz, y dijo: Haremos todas las palabras que
Jehov‡ ha dicho.
Y Dios hizo una gran promesa a ellos.
ƒxodo 3:16-17 Ve, y reœne a los ancianos de Israel, y
diles: Jehov‡, el Dios de vuestros padres,
el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareci— diciendo: En verdad os he
visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto;
y he dicho: Yo os sacarŽ de la aflicci—n de
Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo
y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel.
Y con esto Dios prometi— mucho mas, prometi—
la protecci—n de ellos en contra de todos sus enemigos.
Pero llegando a ese capitulo 31 de Isa’as,
el pueblo de Dios, lo que se quedaba de la familia de David, estaba abandonando
todas las promesas.
En tiempo de gran crisis, ellos abandonaron
sus propias promesas a Dios, y lo que era peor, abandonaron su fe
en las promesas que Dios hizo con ellos.
1) !!Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y conf’an en
caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes,
porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehov‡!
Aunque estaban en una crisis, Dios aun
estaba con ellos. Pero lejos de
confiar en lo que Dios pudo hacer para ellos, lejos de recordar c—mo Dios
siempre ha sido fiel en el pasado, se pusieron su confianza en un pa’s
pagano. Se pusieron su fe en un
pa’s de idolatras.
1) !!Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y conf’an en
caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes,
porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehov‡!
Abandonando las promesas, caminaban
por vista y no por fe. Los
caballos eran algo que se pudiera ver con los ojos, mientras una promesa no es
visible.
Se puede ver una representaci—n de la
promesa en papel, en las escrituras, pero la promesa en si, no es visible.
Cuando dice no miran al ÒSanto de IsraelÓ
quiere decir que no miraron a el como una soluci—n, ni consideraron a Žl como
uno que guardar’a sus promesas.
Y todo esto era un gran insulto, al Dios que
aun amaba a su pueblo.
2) Pero Žl tambiŽn es sabio, y traer‡ el mal, y no retirar‡ sus palabras.
Se levantar‡, pues, contra la casa de los malignos, y contra el auxilio de los
que hacen iniquidad.
Hablando en iron’as, el profeta dice que
Dios tambiŽn es sabio. Confiaban
en los egipcios como sabios pero Dios tambiŽn era sabio.
Los egipcios ten’an la sabidur’a de
construir grandes pir‡mides, pero toda su sabidur’a vino originalmente de Dios.
Es mas, Dios hizo las rocas que formaron sus
pir‡mides.
Dios hizo los caballos que en Egipto formaban
sus ejŽrcitos.
Es que en sus iron’as el profeta deseaba
ayudar el pueblo a ver quŽ absurdo era, confiar en estos idolatras, abandonando
su fe en las promesas de Dios.
2) Pero Žl tambiŽn es sabio, y traer‡ el mal, y no retirar‡ sus
palabras. Se levantar‡, pues, contra la casa de los malignos, y contra el auxilio
de los que hacen iniquidad.
Dios hizo ya una promesa de acabar con
Asiria, el gran poder del momento, y Dios iba a cumplir esa promesa, porque
Dios jam‡s abandone sus promesas.
Pero todos los que avanzaban ese plan de
buscar esa ayuda falsa iban a caer, y Egipto tambiŽn, porque esto era para Dios
un insulto insoportable.
Jerem’as era muy fuerte en como se expresaba
ese problema.
Jerem’as 17:5 As’ ha dicho Jehov‡: Maldito el var—n que
conf’a en el hombre, y pone carne por su
brazo, y su coraz—n se aparta de Jehov‡.
Y David, siglos antes, estaba bien enterado
de esa forma de insulto, y siempre trataba de evitar la.
Salmos 20:7 Estos
conf’an en carros, y aquŽllos en
caballos; Mas
nosotros del nombre de Jehov‡
nuestro Dios
tendremos memoria.
3) Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no
esp’ritu; de manera que al extender Jehov‡ su mano, caer‡ el ayudador y caer‡
el ayudado, y todos ellos desfallecer‡n a una.
Ese plan tenia que fracasar. Pero Isa’as tiene aun mas iron’as. Los
egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no esp’ritu. Estaba diciendo algo muy obvio, pero es
algo que tenemos que o’r, porque nosotros tambiŽn podemos olvidar, y hasta abandonar
las promesas de Dios en medio de una gran crisis.
He visto casos en que hermanos, que eran
nuevos en la fe, han ido a los hechiceros, o a los brujos buscando ayuda, pausa que es casi el mismo que pas— en
este capitulo, por que los hechiceros son idolatras, y los que tienen poder,
tienen poderes oscuros, que vienen de abajo.
Y si esto ha sido tu caso, hermano, y jam‡s
has arrepentido de esto, queremos orar para ti, al fin del servicio. Porque esto es un insulto grave, para
un hijo de Dios ir a ellos.
Miqueas 5:12 Asimismo
destruirŽ de tu mano las
hechicer’as, y no se hallar‡n en ti
agoreros.
Lev’tico 20:6 Y la persona que atendiere a encantadores o
adivinos, para prostituirse tras de ellos,
yo pondrŽ mi rostro contra la tal persona, y la cortarŽ de entre su pueblo.
4) Porque Jehov‡ me dijo a m’ de esta manera: Como el le—n y el
cachorro de le—n ruge sobre la presa, y si se reœne cuadrilla de pastores
contra Žl, no lo espantar‡n sus voces, ni se acobardar‡ por el tropel de ellos;
as’ Jehov‡ de los ejŽrcitos descender‡ a pelear sobre el monte de Sion, y sobre
su collado.
Ahora el profeta estaba poniendo todo en
tŽrminos muy simples. Mientras
ellos estaban abandonando las promesas Isa’as estaba confirmando las
promesas, estableciendo las promesas en sus mentes.
Si aluna vez has tenido un gato como mascota,
sabes que cuando est‡ comiendo carne, especialmente un gato joven, si te
acercas, se va a rugir de manera espantosa. Con un le—n es mil veces mas espantoso.
4) Porque Jehov‡ me dijo a m’ de esta manera: Como el le—n y el
cachorro de le—n ruge sobre la presa, y si se reœne cuadrilla de pastores
contra Žl, no lo espantar‡n sus voces, ni se acobardar‡ por el tropel de ellos;
as’ Jehov‡ de los ejŽrcitos descender‡ a pelear sobre el monte de Sion, y sobre
su collado.
No era necesario ir a Egipto, perdiendo
tiempo y dinero, porque Dios iba a decender como le—n, o sea el le—n de la
tribu de Jud‡ iba a venir protegiendo a Jud‡ e iba a ser algo espantoso, como
veremos mas tarde en este libro cuando Dios va a destruir a 185,000 soldados de
Asiria en una noche.
5) Como las aves que vuelan, as’ amparar‡ Jehov‡ de los ejŽrcitos a
JerusalŽn, amparando, librando, preservando y salvando.
Las aves a veces son chistosas en su manera
de defender a sus nidos. Se atacan
a cuervos mas grandes que ellos, se bajan atacando a gatos o a perros o hasta
seres humanos.
TambiŽn una madre puede fingir que est‡
herida, como que casi no puede volar, llevando la persona, o el animal lejos de
sus hijos.
Y as’ Dios iba a usar todo su poder, y toda
su sabidur’a en la protecci—n de su pueblo, si solamente el pueblo seria
dispuesto confiar en sus promesas.
Deuteronomio 32:10-12 Le hall— en tierra de desierto,
Y en yermo de horrible soledad;
Lo trajo alrededor, lo instruy—,
Lo guard— como a la ni–a de su ojo.
Como el ‡guila que excita su nidada, Revolotea
sobre sus pollos, Extiende sus alas, los toma, Los lleva sobre sus plumas,
Jehov‡ solo le gui—,
Y con Žl no hubo dios extra–o.
Se ve en esto que Dios tenia gran amor por
su pueblo, como en ese momento, Dios tiene gran amor para ti.
6) Volved a aquel contra quien se rebelaron profundamente los hijos de
Israel.
Como ellos aun eran el pueblo de Dios, la
invitaci—n del arrepentimiento estaba abierta.
Pero el arrepentimiento implicaba un
abandono del pecado grosero.
Proverbios 28:13 El que encubre sus pecados no
prosperar‡; Mas
el que los confiesa y
se aparta
alcanzar‡ misericordia.
7) Porque en aquel d’a arrojar‡ el hombre sus ’dolos de plata y sus
’dolos de oro, que para vosotros han hecho vuestras manos pecadoras.
Este verso habla de los resultados del
arrepentimiento.
Si uno queda con todo su pecado realmente no
ha arrepentido, solamente est‡ enga–ando a si mismo, escuchando la voz de la
serpeinte.
Por esto, en el nuevo testamento, se hablan
mucho de los frutos del arrepentimiento.
Cuando unos hip—critas ven’an a Juan
Bautista el lo explicaba as’.
Mateo 3:8-10 Haced,
pues, frutos dignos de
arrepentimiento, y no pensŽis decir dentro
de vosotros
mismos: A Abraham tenemos por
padre;
porque yo os digo que Dios puede
levantar
hijos a Abraham aun de estas
piedras.
Y ya tambiŽn el hacha est‡ puesta a la ra’z
de los ‡rboles; por tanto, todo ‡rbol que no da buen fruto es cortado y echado
en el fuego.
O San Pablo delante de sus acusadores dijo.
Hechos 26:19-20 Por lo cual, oh rey Agripa, no fui
rebelde a la visi—n celestial, sino que
anunciŽ primeramente a los que est‡n en Damasco, y JerusalŽn, y por toda la
tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a
Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.
Cuando haya arrepentimiento verdadero algo
nuevo est‡ pasando, uno no va a seguir como antes.
2 Corintios 5:17 De modo que si alguno est‡ en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aqu’ todas son hechas nuevas.
8) Entonces caer‡ Asiria por espada no de var—n, y la consumir‡ espada
no de hombre; y huir‡ de la presencia de la espada, y sus j—venes ser‡n
tributarios.
Una vez reconciliado con Dios, los enemigos
ya no son problema, sino que las promesas otra vez se cumplan.
Romanos 8:31-32 ÀQuŽ, pues, diremos a esto? Si Dios es
por nosotros, ÀquiŽn contra nosotros?
El que no escatim— ni a su propio Hijo, sino
que lo entreg— por todos nosotros, Àc—mo no nos dar‡ tambiŽn con Žl todas las
cosas?
9) Y de miedo pasar‡ su fortaleza, y sus pr’ncipes, con pavor, dejar‡n
sus banderas, dice Jehov‡, cuyo fuego est‡ en Sion, y su horno en JerusalŽn.
Asiria era la gran amenaza, para Israel y
para todos sus vecinos, pero cuando el tiempo era correcto, su ejercito entero,
185,000 soldados cayeron en una noche.
Una vez escapando de la locura de la duda,
el pueblo de Dios puede otra vez descansar en su confianza en todo lo que Dios
ha prometido.
========================== Doctrina =====================
Nuestra relaci—n con Dios es por medio de un
pacto. Y cada pacto est‡ compuesta
de promesas. En un tiempo
de gran crisis, de emergencia, es f‡cil empezar a dudar, y hasta a abandonar
nuestra fe en las promesas de Dios.
Pero tenemos que luchar en contra de esto
porque Dios siempre es fiel.
Hay muchas historias en las Escrituras que
nos pueden ayudar en esto.
Marcos 4:35-40 Aquel d’a, cuando lleg— la noche, les dijo:
Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron
como estaba, en la barca; y hab’a tambiŽn con Žl otras barcas.
Pero se levant— una gran tempestad de
viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba.
Y Žl estaba en la popa, durmiendo sobre un
cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, Àno tienes cuidado que
perecemos?
Y levant‡ndose, reprendi— al viento, y dijo
al mar: Calla, enmudece. Y ces— el viento, y se hizo grande bonanza.
Y les dijo: ÀPor quŽ est‡is as’
amedrentados? ÀC—mo no tenŽis fe?
En medio de la crisis, con peligros en todos
lados, era f‡cil de dudar. Era
f‡cil acusar a Cristo de descuidar de la seguridad de ellos. Pero todo esto era una ense–anza para
ellos, para ense–ar les a jam‡s, abandonar las promesas, o su fe en
ellas.
========================= Aplicaci—n =====================
Para estar fuertes en la fe, confiando
siempre en las promesas es necesario avanzar en tu conocimiento de la palabra,
aun cuando no es nada f‡cil. Es
trabajo, pero es un trabajo que producir‡ mas fe en ti y en tu familia.
Romanos 10:17 As’ que la fe es por el o’r, y el o’r,
por la
palabra de Dios.
Viviendo cerca de la palabra de Dios, tu fe
va a crecer. Regresando al mundo,
garantizado, tu mente va a funcionar como los del mundo, y tu fe ser‡ cada vez
mas dŽbil
Un poco de separaci—n es necesario. Si tienes que pasar mucho tiempo con los
mundanos por tu trabajo, o por tus estudios, aun mas vas a necesitar la
Palabra, para no abandonar las promesas, y tu fe en ellas.
Tu contacto con Dios tambiŽn en oraci—n es
vital. O aqu’ en la iglesia o en
tu casa, esto tambiŽn puede ayudar te a continuar fuerte en la fe, capaz de
agarrar las promesas y confiar en ellas.
Pero si tienes una vida en que simplemente
eres muy ocupado, tan ocupado que ni puedes orar a tu redentor, ni estudiar su
palabra, ni un poco, no te sorprendes si como en este capitulo, te empiezas a abandonar
las promesas.
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Otro gran punto de este capitulo era la
llamada al arrepentimiento.
6) Volved a aquel contra quien se rebelaron profundamente los hijos de
Israel.
Cuando uno realmente est‡ regresando a Dios,
habr‡ cambios en su vida.
En el libro de Lucas, bajo las predicaciones
de Juan Bautista, la gente quer’an saber, como ten’an que cambiar, para
realmente caminar en la fe Cristiana.
Lucas 3:8-14 Haced,
pues, frutos dignos de
arrepentimiento, y no comencŽis a decir
dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios
puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.
Y ya tambiŽn el hacha est‡ puesta a la ra’z
de los ‡rboles; por tanto, todo ‡rbol que no da buen fruto se corta y se echa
en el fuego.
Y la gente le preguntaba, diciendo:
Entonces, ÀquŽ haremos?
Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos
tœnicas, dŽ al que no tiene; y el que tiene quŽ comer, haga lo mismo.
Vinieron tambiŽn unos publicanos para ser
bautizados, y le dijeron: Maestro, ÀquŽ haremos?
ƒl les dijo: No exij‡is m‡s de lo que os
est‡ ordenado.
TambiŽn le preguntaron unos soldados,
diciendo: Y nosotros, ÀquŽ haremos? Y les dijo: No hag‡is extorsi—n a nadie, ni
calumniŽis; y contentaos con vuestro salario.
Juan no dijo que ten’an que abandonar a sus
trabajos, sino que en cada trabajo, u ocupaci—n hab’a una manera de aplicar los
mandamientos de Cristo, para vivir una vida nueva.
Y as’ seremos regresando a las promesas,
porque Dios ha hecho promesas con nosotros, y nosotros como Cristianos hacemos
promesas acerca de nuestras responsabilidades con Žl.
Cuando Cristo ense–aba sobre la gran
comisi—n, que nos dejo como tarea, dijo que gran parte de ese trabajo es ense–ar
a los hermanos a guardar sus mandamientos.
Mateo 28:18-20 Y Jesœs se acerc— y les habl— diciendo: Toda
potestad me es dada en el cielo y en la
tierra.
Por tanto, id, y haced disc’pulos a todas
las naciones, bautiz‡ndolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Esp’ritu
Santo; ense–‡ndoles que guarden
todas las cosas que os he mandado; y he aqu’ yo estoy con vosotros todos
los d’as, hasta el fin del mundo. AmŽn.
Y guardando los mandamientos de Dios no va a
hacer tu vida muy aburrida o imposible, sino que guardando los mandamientos de
Cristo va a ayudar te a evitar una gran variedad de problemas y conflictos y
har‡ tu vida mas placentera, mas productiva.
Y si esto es tu deseo en esta ma–ana, vivir
cerca de las promesas de Dios, confiando en ellas, y jam‡s abandonando
tu fe en ellas, puedes pasar al frente en unos momentos, y oraremos para
ti.
Vamos a orar!