1 de octubre de 17

La Misericordia Amplia

Isa’as 30:18-33

Introducci—n

 

Desde el momento en que Isa’as recibi— su llamada de Dios de ser el profeta a su pueblo, era evidente que seria muy dif’cil, el pueblo siendo tan cerrado en su apostas’a.

 

Isa’as 6:8-10  DespuŽs o’ la voz del Se–or, que dec’a: ŔA

quiŽn enviarŽ, y quiŽn ir‡ por nosotros? Entonces respond’ yo: Heme aqu’, env’ame a m’.

 

Y dijo: Anda, y di a este pueblo: O’d bien, y no entend‡is; ved por cierto, mas no comprend‡is.

 

Engruesa el coraz—n de este pueblo, y agrava sus o’dos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus o’dos, ni su coraz—n entienda, ni se convierta, y haya para Žl sanidad.

 

Y caramente, eran as’ en la primera mitad de este capitulo.

En vez de pedir la ayuda de su Dios, se buscaban ayuda con Egipto, ayuda que seria completamente inśtil.

 

Cuando el profeta hablaba de lo que Dios esperaba de ellos, era rotundamente rechazado.

 

Isa’as 30:9-11 Porque este pueblo es rebelde, hijos

mentirosos, hijos que no quisieron o’r la ley de Jehov‡;

 

que dicen a los videntes: No ve‡is; y a los profetas: No nos profeticŽis lo recto, decidnos cosas halagźe–as, profetizad mentiras; dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel.

 

Eran bien rebeldes, pero eran el pueblo de Dios.  Rechazaban la santa ley, pero eran los hijos de Abraham, y Dios tenia un pacto con ellos.

 

Una disciplina, una correcci—n fuerte estaba en su futuro, pero despuŽs de esto, una misericordia amplia.

Y esa misericordia inesperada, ser‡ muy evidente en el mensaje de hoy.

 

18) Por tanto, Jehov‡ esperar‡ para tener piedad de vosotros, y por tanto, ser‡ exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehov‡ es Dios justo; bienaventurados todos los que conf’an en Žl.

 

Dios iba a extender su misericordia, pero primero, iba a esperar.  No era el momento.  Y puede ser el mismo con nosotros.  Normalmente la gran misericordia no viene cuando estamos viviendo en la rebeli—n, sino que viene despuŽs de un quebrantamiento.  Esto dando mas gloria a Dios.

 

Tal vez uno puede preguntar, ŇPero esto est‡ hablando de Jud‡, de Israel, en la historia antigua, Ŕque puede tener que ver conmigo?Ó  pausa

 

Esto tiene mucho que ver contigo, si has sido bautizado en Cristo.

G‡latas 3:27-29 Porque todos los que habŽis sido

bautizados en Cristo, de Cristo est‡is revestidos.

 

Ya no hay jud’o ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay var—n ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesśs.

 

Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos segśn la promesa.

 

As’ que, si la biblia dice que eres linaje de Abraham, todo esto tiene mucho que ver contigo.

 

18) Por tanto, Jehov‡ esperar‡ para tener piedad de vosotros, y por tanto, ser‡ exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehov‡ es Dios justo; bienaventurados todos los que conf’an en Žl.

 

Dios es justo, siempre fiel a sus promesas.  Dios puede aplicar su disciplina, cuando sea necesaria, pero despuŽs viene la misericordia, a veces cuando ni est‡ esperada.

 

Y cuando viene, ser‡ bastante amplia, mas de lo que uno pudiera imaginar.  Porque as’ es nuestro Dios.

 

 

19) Ciertamente el pueblo morar‡ en Sion, en JerusalŽn; nunca m‡s llorar‡s; el que tiene misericordia se apiadar‡ de ti; al o’r la voz de tu clamor te responder‡.

 

No iban a llorar como cuando se perdieron a su templo, y sus tierras.  No iban a pasar por algo semejante, por lo menos no los fieles.

 

Pero esta vez, todo el pueblo, aun los que segu’an al Se–or, todos ten’an que pasar por el fuego del cautiverio, de la esclavitud, en Babilonia.  Y antes de esto, las intimidaciones del pueblo de Asiria.

 

20) Bien que os dar‡ el Se–or pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca m‡s te ser‡n quitados, sino que tus ojos ver‡n a tus maestros.

 

Otro castigo terrible por la rebeli—n, es que Dios puede quitar los que predican la palabra fielmente.  Como est‡ pasando ahora aqu’ en este pa’s, y en grandes partes de Europa.

 

Hay maestros, en las iglesias, maestros que ni creen en las doctrinas b‡sicas de la Biblia, como el hecho de que Cristo naci— de una viren, o que se resucit— de los muertos, o de que es Dios en carne, o que existe un infierno, o que el mundo fue creado por Dios, como dice en el libro de GŽnesis.

 

Pero bajo la misericordia amplia de Dios, otra vez habr’an predicadores, que creer’an la palabra, y la ense–ar’an fielmente.

 

20) Bien que os dar‡ el Se–or pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca m‡s te ser‡n quitados, sino que tus ojos ver‡n a tus maestros.

 

El pan de congoja, y el agua de angustia, son las aflicciones mandadas por Dios, para agarrar nuestra atenci—n y afinar nuestra confianza en Žl.

 

21) Entonces tus o’dos oir‡n a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por Žl; y no echŽis a la mano derecha, ni tampoco torz‡is a la mano izquierda.

 

Esta es la gran misericordia, que su pueblo finalmente pudiera o’r y entender otra vez.  Dios iba a levantar esa maldici—n terrible del capitulo seis, ŇO’d bien, y no entend‡is; ved por cierto, mas no comprend‡isÓ.

Regresando de Babilonia, y especialmente cuando vino Cristo, muchos iban a escuchar bien otra vez, y entender, y aceptar lo que Dios estaba proclamando en su palabra.

 

21) Entonces tus o’dos oir‡n a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por Žl; y no echŽis a la mano derecha, ni tampoco torz‡is a la mano izquierda.

 

Habr’a un entendimiento de lo que Cristo llam— el camino angosto, y un deseo de caminar en Žl.

 

22) Entonces profanar‡s la cubierta de tus esculturas de plata, y la vestidura de tus im‡genes fundidas de oro; las apartar‡s como trapo asqueroso; !!Sal fuera! les dir‡s.

 

Antes del cautiverio a Babilonia, la idolatr’a era el pecado grave del pueblo de Dios.  Pero despuŽs, ellos iban a odiar ese pecado, rechazando lo rotundamente.

 

Y en tu vida hermano, hermana, cuando la misericordia amplia de Dios llega, tu tambiŽn dir‡s, Ňsal fueraÓ, vete Satan‡s, cuando viene las tentaciones del los viejos pecados. 

 

La santidad estar‡ establecida en tu vida, cuando un odio por el pecado sea presente.

 

Pero si tu aun tienes un gran amor por un pecado preferido, querido, que aun es tu gran deseo, pausa, mejor que pienses dos veces antes de participar en la Santa Cena hoy d’a, si no est‡s, por lo menos dispuesto a pedir ayuda para el rechazo de tal pecado.

 

23) Entonces dar‡ el Se–or lluvia a tu sementera, cuando siembres la tierra, y dar‡ pan del fruto de la tierra, y ser‡ abundante y pingue; tus ganados en aquel tiempo ser‡n apacentados en espaciosas dehesas.

 

Tan amplia seria la misericordia, que hasta los animales iban a sentir la diferencia.  Y esa misericordia, esa gracia es lo que Dios quiere derramar sobre su pueblo.

 

Los tiempos de escasez vienen porque a veces nosotros hemos provocado las disciplinas que Dios tiene que mandar para llamar nuestra atenci—n.

 

24) Tus bueyes y tus asnos que labran la tierra comer‡n grano limpio, aventado con pala y criba.

 

DespuŽs de las aflicciones necesarias, en otras palabras, el tiempo de abundancia tiene que regresar al pueblo de Dios.

 

25) Y sobre todo monte alto, y sobre todo collado elevado, habr‡ r’os y corrientes de aguas el d’a de la gran matanza, cuando caer‡n las torres.

 

Ahora estamos entrando en expresiones metaf—ricas.  Normalmente cuando el agua est‡ abundante, est‡ abundante en los valles, y no en los montes altos.

 

Pero el profeta empleaba esas expresiones para hablar de una misericordia muy, muy amplia, de una tierra grandemente bendecida por el amor de Dios.

 

Y cuando habla de las torres cayendo, esto est‡ profetizando la ca’da de Babilonia, produciendo su libertad otra vez.

 

26) Y la luz de la luna ser‡ como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete d’as, el d’a que vendare Jehov‡ la herida de su pueblo, y curare la llaga que Žl caus—.

 

Cuando estamos lejos de Dios, las escrituras dicen que andamos en la oscuridad.

 

Efesios 5:8    Porque en otro tiempo erais tinieblas,

mas ahora sois luz en el Se–or; andad como hijos de luz.

 

O cuando rechazamos la llamada de Dios, dice que amamos las tinieblas.

 

Juan 3:19 Y esta es la condenaci—n: que la luz vino al

mundo, y los hombres amaron m‡s las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.

 

Pero cuando el pueblo de Dios anda en su presencia, se puede decir que es como la luz del sol pero siete veces mas fuerte.

 

26) Y la luz de la luna ser‡ como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete d’as, el d’a que vendare Jehov‡ la herida de su pueblo, y curare la llaga que Žl caus—.

Otra vez son expresiones metaf—ricas, normales en los profetas

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Esa ultima parte del capitulo, es diferente, pero aun es una continuaci—n de la misericordia, amplia de Dios.

 

Hablar‡ de la destrucci—n de enemigos.  Espec’ficamente de Asiria, que estaba produciendo tanta angustia entre todos,

 

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27) He aqu’ que el nombre de Jehov‡ viene de lejos; su rostro encendido, y con llamas de fuego devorador; sus labios llenos de ira, y su lengua como fuego que consume.

 

Cuando el pueblo tenia enemigos formidables, y no vieron ninguna ayuda de Dios, parec’a como que Dios era muy lejos.

 

Por esto dice que el nombre de Jehov‡ vino de lejos. ŔPorque habla del nombre?  Es que los pueblos idolatras ten’an Dioses visibles, por sus estatuas u otros imagines.

 

El Dios verdadero es esp’ritu, y hablamos mas de su nombre que de aspectos de su apariencia f’sica.

 

27) He aqu’ que el nombre de Jehov‡ viene de lejos; su rostro encendido, y con llamas de fuego devorador; sus labios llenos de ira, y su lengua como fuego que consume.

 

Habla de la ira saliendo de sus labios, de su boca. Porque para destruir, Dios simplemente tiene que dar la Palabra.

 

28) Su aliento, cual torrente que inunda; llegar‡ hasta el cuello, para zarandear a las naciones con criba de destrucci—n; y el freno estar‡ en las quijadas de los pueblos, haciŽndoles errar.

 

Como se agarra las estribas de un caballo, Dios iba a agarrar las estribas de naciones, como que seria controlando caballos salvajes.

 

La criba es una herramienta de la agricultura para separar diferentes granos.  Es como el concepto que Juan Bautista empleaba para el juicio de su tiempo.

 

Mateo 3:11-12  Yo a la verdad os bautizo en agua para

arrepentimiento; pero el que viene tras m’, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es m‡s poderoso que yo; Žl os bautizar‡ en Esp’ritu Santo y fuego.

 

Su aventador est‡ en su mano, y limpiar‡ su era; y recoger‡ su trigo en el granero, y quemar‡ la paja en fuego que nunca se apagar‡.

 

Y aqu’, tambiŽn, en este contexto, estamos hablando de un juicio de fuego.

 

29) Vosotros tendrŽis c‡ntico como de noche en que se celebra pascua, y alegr’a de coraz—n, como el que va con flauta para venir al monte de Jehov‡, al Fuerte de Israel.

 

El tiempo de la pascua era una celebraci—n de la victoria sobre Egipto, y el principio de la libertad de la esclavitud. 

 

Y esto es precisamente lo que nosotros celebraremos en unos momentos en la Santa Cena.

 

En la Pascua, un cordero tenia que morir, pero para la salvaci—n eterna, el hijo de Dios tenia que tomar el lugar de este cordero.

 

Otra vez en las palabras de Juan Bautista.

Juan 1:29 El siguiente d’a vio Juan a Jesśs que ven’a a Žl,

y dijo: He aqu’ el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

 

30-31) Y Jehov‡ har‡ o’r su potente voz, y har‡ ver el descenso de su brazo, con furor de rostro y llama de fuego consumidor, con torbellino, tempestad y piedra de granizo.

Porque Asiria que hiri— con vara, con la voz de Jehov‡ ser‡ quebrantada.

 

Cuando viene la misericordia amplia de Dios, los enemigos del pueblo est‡n completamente destruidos.

 

Y como hab’a celebraci—n saliendo de Egipto, no es un gozo para nosotros la destrucci—n de seres humanos, creados en el imagen de Dios, sino que es una celebraci—n de Jehov‡, confirmando su fidelidad a su pacto.

 

32) Y cada golpe de la vara justiciera que asiente Jehov‡ sobre Žl, ser‡ con panderos y con arpas; y en batalla tumultuosa pelear‡ contra ellos.

Es un poco extra–o, pero la destrucci—n del enemigo es casi como una sinfon’a de mśsica.  Y que no iba a quedar nada de estos Asirios, veremos como esto pas—, mas tarde en el libro.

33) Porque Tofet ya de tiempo est‡ dispuesto y preparado para el rey, profundo y ancho, cuya pira es de fuego, y mucha le–a; el soplo de Jehov‡, como torrente de azufre, lo enciende.

 

Hasta el rey de Asiria iba a encontrar su ruina all’, no habr’a escapatoria para los privilegiados.

 

Era un lugar preparado, que era bien profundo y ancho, que quiere decir que tenia lugar para muchos cuerpos de los vencidos.

 

Y se ve en este lugar de Tofet, o en otros pasajes se dice  el valle de Hinom, se ve en esto, un desarrollo de la doctrina del infierno.

 

Esto era un lugar actual, en donde se ofrecieron a sus hijos en sacrificio a los ’dolos.  En el nuevo testamento se llama Gehena, en el griego, y es la palabra que Cristo empleaba para ense–ar sobre infierno.

 

De hecho hay varios textos en Isa’as en que se puede ver la doctrina del infierno empezando.

 

Isa’as 66:23-24 Y de mes en mes, y de d’a de reposo en

d’a de reposo, vendr‡n todos a adorar delante de m’, dijo Jehov‡.

 

Y saldr‡n, y ver‡n los cad‡veres de los hombres que se rebelaron contra m’; porque su gusano nunca morir‡, ni su fuego se apagar‡, y ser‡n abominables a todo hombre.

 

En un dompe, o sea un basurero natural, los gusanos se mueran despuŽs de un tiempo.  Los fuegos se apagar’an, cuando todo estaba quemada.  Pero en este lugar, algo diferentes estaba pasando.

 

========================= Aplicaci—n =====================

 

Cristo empleaba esas expresiones mucho, porque Cristo realmente entend’a el infierno, y vino para salvar la humanidad de ese horror.

 

Marcos 9:42-48 Cualquiera que haga tropezar a uno de estos

peque–itos que creen en m’, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar.

Si tu mano te fuere ocasi—n de caer, c—rtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado,  donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.

 

Y si tu pie te fuere ocasi—n de caer, c—rtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado,

donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.

 

Y si tu ojo te fuere ocasi—n de caer, s‡calo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.

 

Con este pasaje, te puedes ver que repugnante es el pecado para nuestro Dios.  Y c—mo Cristo exhortaba a sus seguidores a eliminar los pecados de sus vidas.

 

Y cuando dice que ser‡n Ňechados al infiernoÓ hay una implicaci—n de que ser‡ algo violento, como dice San PedroÉ

 

2 Pedro 2:4    Porque si Dios no perdon— a los ‡ngeles que

pecaron, sino que arroj‡ndolos al infierno los entreg— a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio.

 

Viendo que esa doctrina es bastante espantosa, considerando un castigo eterno, muchos han tratado de decir que no puede ser eterno, que tarde o temprano Dios tiene que acabar con todo esto.  Pero tal conclusi—n no es B’blica, sino humana.

 

Como dice en el libro de ApocalipsisÉ

 

Apocalipsis 20:10    Y el diablo que los enga–aba fue

lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y ser‡n atormentados d’a y noche por los siglos de los siglos.

 

Existan muchas expresiones semejantes en la Biblia, en que hay seres concientes, que est‡n atormentados, continuamente, y para siempre.

 

Uno mas en Lucas,

 

Lucas 12:4-5   Mas os digo, amigos m’os: No tem‡is a los

que matan el cuerpo, y despuŽs nada m‡s pueden hacer.

 

Pero os ense–arŽ a quiŽn debŽis temer: Temed a aquel que despuŽs de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; s’, os digo, a Žste temed.

 

Aqu’ est‡ la implicaci—n de que despuŽs de perder la vida, hay mas, para los no redimidos hay un infierno, en que la justicia de Dios cobrar‡ por el pecado, hasta la ultima cuadrante.

 

En la eternidad, pausa la impunidad no existe.

 

Y llegando ahora a la Santa Cena, podemos, ojala sentir algo de agradecimiento por el Se–or, porque de esto, nos ha salvado, de una eternidad de sufrimientos concientes, que otros van a experimentar, eternamente, y para siempre.

 

1 Pedro 3:18   Porque tambiŽn Cristo padeci— una sola vez

por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en esp’ritu.

 

Si tu tienes que ponerte en paz, con tu salvador, antes de tomar la santa cena, o si simplemente deseas que Cristo sea tu Se–or, pidiendo por primera vez, puedes pasar al frente en unos momentos, y oraremos para ti.

 

Vamos a orar!