18 de agosto de 17

 

El Bien Instruido

Proverbios 12:1-15

 

Cuando Dios mand— las plagas en contra de Egipto, preparando la gran redenci—n de su pueblo, era muy evidente que Dios hacia una gran diferencia entre su pueblo y los que eran fuera de su pacto.

 

Anunciando la quinta plaga, sobre el ganado, esto es lo que dijo nuestro Dios.

 

ƒxodo 9:1-4    Entonces Jehov‡ dijo a MoisŽs: Entra a la

presencia de Fara—n, y dile: Jehov‡, el Dios de los hebreos, dice as’: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.

 

Porque si no lo quieres dejar ir, y lo detienes aœn, he aqu’ la mano de Jehov‡ estar‡ sobre tus ganados que est‡n en el campo, caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas, con plaga grav’sima.

 

Y Jehov‡ har‡ separaci—n entre los ganados de Israel y los de Egipto, de modo que nada muera de todo lo de los hijos de Israel.

 

En la noche de la pascua, cuando el pueblo Santo puso la sangre sobre sus puertas, Dios anunci—É

 

ƒxodo 11:6-7   Y habr‡ gran clamor por toda la tierra de

Egipto, cual nunca hubo, ni jam‡s habr‡.   Pero contra todos los hijos de Israel, desde el hombre hasta la bestia, ni un perro mover‡ su lengua, para que sep‡is que Jehov‡ hace diferencia entre los egipcios y los israelitas.

 

Y como Dios hizo muy claro la diferencia entre los suyos, y los que estaban en su contra en ƒxodo, de la misma manera, en el Libro de proverbios, Dios est‡ dividiendo a todos en dos grupos.

 

1)  El que ama la instrucci—n ama la sabidur’a;

Mas el que aborrece la reprensi—n es ignorante.

Es muy saludable tener un apetito para la palabra de Dios.  Es evidencia de un buen car‡cter, ver uno que siente bien recibiendo la instrucci—n sana.

 

Pasando los a–os tal hermano, tal hermana se convertir‡ en una persona bien instruida en los preceptos de Dios y ser‡ de gran valor al reino de Cristo.

 

Pero tambiŽn existe en nuestros tiempos personas que realmente no pueden recibir la reprensi—n.  Si la palabra habla en contra de un mal habito que tienen, de repente se pierdan su interŽs.  Es que no quieren cambiar, aun si vivan en grandes errores.

 

1)  El que ama la instrucci—n ama la sabidur’a;

Mas el que aborrece la reprensi—n es ignorante.

 

Y aqu’ en el contexto no est‡ hablando de las opiniones variables de los hombres, sino del precepto de Dios, que jam‡s va a cambiar.

 

2) El bueno alcanzar‡ favor de Jehov‡;

Mas Žl condenar‡ al hombre de malos pensamientos.

 

Aqu’ se puede ver claramente la gran divisi—n que Dios hace en la gente.  Y como la condenaci—n no viene solamente por lo que uno hace, sino por lo que uno piense.

 

Los pecados siempre empiezan en la mente, se toman su tiempo all’ formando se.

 

Y el bueno estar‡ enterado de que el enemigo puede plantar semillas de los malos pensamientos en su mente, si est‡ armado, se va a juzgar a sus propios pensamientos antes que se conviertan en un desastre.

 

Anan’as y Safira meditaban mucho en su mentira antes de defraudar al Esp’ritu Santo, y cuando sus pensamientos estaban bien desarrollados, era muy tarde.

 

Hechos 5:3-4   Y dijo Pedro: Anan’as, Àpor quŽ llen— Satan‡s

tu coraz—n para que mintieses al Esp’ritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?

ReteniŽndola, Àno se te quedaba a ti? y vendida, Àno estaba en tu poder? ÀPor quŽ pusiste esto en tu coraz—n? No has mentido a los hombres, sino a Dios.

 

El diablo estaba involucrado, plantando las tentaciones, pero esto no quiere decir que se puede echar la culpa y toda la responsabilidad a Žl.

 

El diablo no puede forzarnos a nada.  Es mas, toca a nosotros, si estamos en la lucha, toca a nosotros tomar cautivo todos pensamiento sucio.

 

2 Corintios 10:4-5   Porque las armas de nuestra milicia no

son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucci—n de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.

 

El hombre bien instruido, estar‡ alerto, y sabr‡ c—mo hacer esto.

 

3) El hombre no se afirmar‡ por medio de la impiedad;

Mas la ra’z de los justos no ser‡ removida.

 

Otra vez estamos considerando dos grupos opuestos.

 

El mundo, nuestra carne y el diablo dar‡n la impresi—n de que los malvados, los delincuentes, los carteles, realmente pueden establecer se en sus riquezas.

 

Y es posible que los talentosos entre ellos pueden subir a posiciones de poder por un rato.  Pero Dios dice aqu’ que esto no va a durar.

 

Pasando los a–os, todos van cayendo o por la traici—n, o por su competencia, o por los magistrados del estado.

 

El punto es que jam‡s debemos de sentir ninguna envidia de ellos.  Sus vidas est‡n inestables y hay maldici—n sobre sus casas.

 

Como aprendimos en el capitulo tres.

 

Proverbios 3:33 La maldici—n de Jehov‡ est‡ en la casa

                     del imp’o, Pero bendecir‡ la morada de

                     los justos.

 

Y podemos ver mas y mas que como las plagas cayeron sobre el pueblo de Egipto, en el tiempo de MoisŽs, algo semejante est‡ pasando en toda la historia del mundo.

4) La mujer virtuosa es corona de su marido;

Mas la mala, como carcoma en sus huesos.

 

Ahora las mujeres est‡n dividas en dos grupos.  Y toca a las hermanas tambiŽn estar bien instruidas, porque la virtuosa aprender‡ su virtud por el precepto de Dios.

 

4) La mujer virtuosa es corona de su marido;

Mas la mala, como carcoma en sus huesos.

 

Y los j—venes pueden ver aqu’ algo de c—mo deben de buscar su pareja.  La buena apariencia y el dinero no son todo.

 

Si se casan con alguien que no tiene car‡cter divino, si no es una persona que tiene el temor de Dios, la experiencia de la familia puede ser de pura frustraci—n, por muchos a–os.

 

4) La mujer virtuosa es corona de su marido;

Mas la mala, como carcoma en sus huesos.

 

Tan serio es equivocar se en esto, segœn Salom—n, que es como tener un c‡ncer.  Esto es lo que significa ÒcarcomaÓ.

 

5) Los pensamientos de los justos son rectitud;

Mas los consejos de los imp’os, enga–o.

 

Otra vez, lo que pasa en tu mente, es sumamente importante.  Por esto el bien instruido va a tomar cuidado en lo que permite en su casa como entretenimiento.

 

No va a permitir a sus hijos, a sus j—venes mirar a cualquier cosa en la televisi—n, o en el Internet o en el cine.

 

San Pablo nos dio principios sobre c—mo evaluar lo que entra en nuestros corazones.

 

Filipenses 4:8 Por lo dem‡s, hermanos, todo lo que es

verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

 

5) Los pensamientos de los justos son rectitud;

Mas los consejos de los imp’os, enga–o.

 

El diablo est‡ buscando veinte cuatro horas al d’a, anda buscando maneras de plantar sus enga–os en tu mente, o en las mentes de tus hijos.

El bien instruido sabr‡ que aun en las escuelas del gobierno, o en las universidades estatales, el diablo tiene su gente, sembrando la mentira.

 

6) Las palabras de los imp’os son asechanzas para derramar sangre; Mas la boca de los rectos los librar‡.

 

La ley de Dios dice,

 

Mateo 22:39    Amar‡s a tu pr—jimo como a ti mismo.

 

Pero al imp’o, no importa si otros sufren, si el mismo puede ganar su dinero ilicito.

 

Se ve esto entre los que vendan las drogas por las calles, pero ahora aun entre muchas compa–’as farmacŽuticas, que est‡n ganando dinero, al costo de la sangre derramada.

 

Y claro, todo lo que toca los carteles o los yihadistas isl‡micas va a producir el derramamiento de sangre como el mundo vio ayer en Espa–a, donde se mataron a los turistas inocentes.

 

Y los que manejan las cl’nicas de abortos, vivan en la misma categor’a, y los que defiendan esa infamia, tambiŽn est‡n en este grupo.

 

En nuestros tiempos se vea el derramamiento de sangre en todos lados porque la palabra de Dios est‡ ahora despreciada.

 

7) Dios trastornar‡ a los imp’os, y no ser‡n m‡s;

Pero la casa de los justos permanecer‡ firme.

 

Este verso nos da luz en medio de la oscuridad.  Dios no est‡ durmiendo, sino que poco a poco anda juzgando a los malvados.

 

Cuando muchos se despiertan a la realidad, al valor de la palabra de Dios, en toda su gloria, se puede acabar con gran parte de la delincuencia.

 

Jam‡s podemos acabar con toda la criminalidad, en esta vida, pero la cultura que gobierna por principios B’blicos puede alcanzar una paz y una prosperidad que ser‡ la envidia de todos.

 

8) Segœn su sabidur’a es alabado el hombre;

Mas el perverso de coraz—n ser‡ menospreciado.

 

Aun los que no eran del pueblo de Dios sab’an que JosŽ en Egipto, que Daniel en Babilonia y Mardoqueo en Persia eran hombres de estar admirados.

 

La sabidur’a divina est‡ bien reconocida aun en esta vida.  Y especialmente lo que se aprende en los proverbios, es practico en la vida diaria.

 

Hasta en las calificaciones para un anciano, el hermano tiene que tener un buen testimonio con los de afuera.

 

1 Timoteo 3:7  TambiŽn es necesario que tenga buen testimonio

de los de afuera, para que no caiga en descrŽdito y en lazo del diablo.

 

Por esto, temprano en este pa’s, solamente se consideraban un hombre como capaz de servir en el gobierno, si ya ha servido como anciano en la iglesia.

 

9) M‡s vale el despreciado que tiene servidores,

Que el que se jacta, y carece de pan.

 

Esto est‡ hablando del orgullo.  Est‡ hablando de un hombre, o una mujer, que por su caro, por su ropa, por su joyer’a, uno le consideraba muy rico.

 

Pero en realidad la persona est‡ viviendo en grandes deudas, y solamente da la impresi—n de una persona capaz de gastar en lujos.  Es que se jacta, pero no tiene pan.

 

9) M‡s vale el despreciado que tiene servidores,

Que el que se jacta, y carece de pan.

 

En tejas han tenido un dicho por muchos a–os diciendo que un hombre as’ es Òpuro sombreroÓ.

 

Es que se llevaba el sombrero grande y costoso de un vaquero rico, hasta con las botas de cuero costoso, dando la impresi—n de que tenia un gran rancho, con ganado y empleados, cuando en realidad los que conoc’an a este hombre sab’an que solamente era due–o de deudas.

 

Por esto dec’an, este es Òpuro sombreroÓ.

 

9) M‡s vale el despreciado que tiene servidores,

Que el que se jacta, y carece de pan.

 

 

El bien instruido normalmente es muy humilde, se parece una persona de pocos recursos, mientras actualmente tiene grandes ahorros y hasta siervos para ayudar le.

 

10) El justo cuida de la vida de su bestia;

Mas el coraz—n de los imp’os es cruel.

 

La Biblia siempre est‡ en contra del maltrato de las criaturas de Dios.  Y si tu veas la crueldad en tus hijos, con un gato, u otra mascota, es algo que se tienes que corregir inmediatamente.

 

Dios tom— mucho cuidado en el gran diluvio, mucha instrucci—n para NoŽ para preservar a sus criaturas.

 

Si tu hijo est‡ permitido a ejercer la crueldad con animales, ser‡ muy f‡cil extender ese habito a los seres humanos.

 

Mira como Poncio Pilato trat— a Cristo, conociendo que era inocente.

Lucas 23:13-16 Entonces Pilato, convocando a los principales

sacerdotes, a los gobernantes, y al pueblo,

les dijo: Me habŽis presentado a Žste como un hombre que perturba al pueblo; pero habiŽndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado en este hombre delito alguno de aquellos de que le acus‡is.

 

Y ni aun Herodes, porque os remit’ a Žl; y he aqu’, nada digno de muerte ha hecho este hombre. Le soltarŽ, pues, despuŽs de castigarle.

 

Se confes— que era inocente, pero de todos modos ordenaba un castigo Romano. 

 

No puedes permitir que esa crueldad sat‡nica se desarrolla en tus hijos.

 

11) El que labra su tierra se saciar‡ de pan;

Mas el que sigue a los vagabundos es falto de entendimiento.

 

El bien instruido, sabr‡ mucho de la diligencia.  Ser‡ diligente en los asuntos materiales, y tambiŽn en los espirituales.

 

Es un bien instruido, precisamente porque es diligente con la palabra de Dios.

San Pedro conoc’a esto aun antes de conocer a Cristo, trabajando como pescador, levantando temprano y trabajando duro.

 

Pero escribiendo sobre lo espiritual, dijo mas tarde en su vidaÉ

 

2 Pedro 1:3-8  Como todas las cosas que pertenecen a la vida

y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llam— por su gloria y excelencia,

 

por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grand’simas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupci—n que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;

 

vosotros tambiŽn, poniendo toda diligencia por esto mismo, a–adid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento;

 

al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.

 

Porque si estas cosas est‡n en vosotros, y abundan, no os dejar‡n estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Se–or Jesucristo.

 

Si queremos vivir como los bien instruidos, si queremos vivir en familias de los bien instruidos, habr‡ trabajo que hacer.  Ser‡ necesario la diligencia de nuestra parte.

 

12) Codicia el imp’o la red de los malvados;

Mas la ra’z de los justos dar‡ fruto.

 

Los delincuentes tienen sus admiradores, los que fijan en sus riquezas sin pensar en su inestabilidad.

 

Mejor estar contento con lo que Dios nos ha dado, y ganar el pan de manera honesta, viviendo en paz, bajo la bendici—n de Dios.

 

13) El imp’o es enredado en la prevaricaci—n de sus labios;

Mas el justo saldr‡ de la tribulaci—n.

Los justos, bajo la buena instrucci—n, entender‡n el valor de hablar la verdad.

 

Para los malvados de nuestro tiempo es perfectamente normal mentir y inventar historias.

 

Pero los que conocen a Cristo, conocen el valor de la verdad.

 

14) El hombre ser‡ saciado de bien del fruto de su boca;

Y le ser‡ pagado segœn la obra de sus manos.

 

Para el bien instruido, ser‡ cada vez mas normal vivir en paz, con la provisi—n de su Dios.

 

Ser‡ productivo, pero no ser‡ un esclavo de la codicia.

 

15) El camino del necio es derecho en su opini—n;

Mas el que obedece al consejo es sabio.

 

El necio no siente la necesidad de aprender nada.  Ya se cree que es bastante instruido ya.  Y por esto siempre conf’a en su propia opini—n.

 

Pero el bien instruido, no solamente va a tomar tiempo para aprender el precepto de Dios, sino que pedir‡ la gracia, por la sangre de Cristo, pedir‡ la capacidad de poner lo en practica.

 

------------------------ Conclusi—n ------------------------

 

Si esto es tu deseo, en el amor de Cristo, aprender vivir como el bien instruido, con su mente abierta a la sabidur’a divina, con el poder de cambiar cuando sea necesario, entonces queremos orar para ti.

 

Caminando en la justicia, aun en esta vida de lagrimas, podemos pasar mucho tiempo como contentos, y bendecidos, sirviendo a nuestro Se–or.

 

Vamos a Orar