6 de
agosto de 17
Limpiando Con
Fuego
Isa’as 24:1-23
Introducci—n
Hoy entramos en otra porci—n del libro de Isa’as, en que no est‡
anunciando juicios sobre una naci—n en particular, como antes, sino que habla
sobre el juicio en general.
Se habla de lo que Dios quiere lograr, generalmente, con sus juicios y
por quŽ estos juicios tan terribles son necesarios.
Lo que dijo aplicar’a al tiempo en que estaba viviendo, pero tambiŽn a
otras Žpocas.
1) He aqu’ que Jehov‡ vac’a la tierra
y la desnuda, y trastorna su faz, y hace esparcir a sus moradores.
Esto es algo que aun est‡ pasando en nuestros tiempos. Cuando se vea a miles de personas,
huyendo de un lugar para vivir en otro, dejando todo atr‡s, es normalmente por
un juicio de Dios.
Lo que podemos aprender de los profetas es que las guerras, las
sequ’as, el hambre en diferentes lugares, los desastres naturales, no pasan por
accidente, sino que todo esto que pasa es normalmente un juicio de Dios.
2) Y suceder‡ as’ como al pueblo,
tambiŽn al sacerdote; como al siervo, as’ a su amo; como a la criada, a su ama;
como al que compra, al que vende; como al que presta, al que toma prestado;
como al que da a logro, as’ al que lo recibe.
Esto es para asegurar a todos de que cuando vienen estos juicios,
nadie est‡ exento. No ser‡ posible
escapar por ser un rico, o un poderoso. (Refugiados, abogados, ingenieros, arquitectos etc.)
En el juicio de Sodoma y Gomorra, todos murieron de la misma
manera.
TambiŽn en el gran diluvio de NoŽ, el agua llevaba a todos, no era
posible encontrar un escape especial para los que pudieran pagar una gran
cantidad de dinero.
Fuera de la Barca de NoŽ, no hab’a esperanza.
3) La tierra ser‡ enteramente vaciada,
y completamente saqueada; porque Jehov‡ ha pronunciado esta palabra.
Aun en nuestros tiempos hemos visto cosas semejantes, con los
maremotos de Jap—n, o de Indonesia, en que todo estaba arrastrado de la tierra,
por grandes olas de agua.
Era sumamente espantoso, pero nada de esto pasa por accidente, sino
que hay un prop—sito detr‡s de todos estos eventos.
4) Se destruy—, cay— la tierra;
enferm—, cay— el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra.
Esa manera de hablar entre los profetas est‡ llamada Òapocal’pticaÓ. Ha veces hablan en s’mbolos, pero en
todo caso est‡ hablando de verdades.
Los altos pueblos son los poderosos, los ricos, los que tienen grandes
posesiones e influencias. Estos
tambiŽn sufren bajo los juicios generales de Dios.
5) Y la tierra se contamin— bajo sus
moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el
pacto sempiterno.
Aqu’ nos dice la raz—n de estos juicios. No son arbitrarios.
Sino que vienen provocados por una forma de contaminaci—n.
Pero no es una contaminaci—n ambiental, sino que es una contaminaci—n moral.
Es el resultado de simplemente ignorar la Santa Ley de Dios. Es por vivir como los preceptos de Dios
realmente no importan.
Es por no honrar el derecho, como est‡ elaborado en las santas
escrituras. Falsearon el derecho = abortos.
Es quebrantar el pacto sempiterno. Si no est‡s acostumbrado a pensar en tŽrminos de un pacto,
te puedes comparar el pacto de Dios con el pacto matrimonial. Dios hace esto mucho en su palabra.
Casando se, un hombre y una mujer hacen ciertas promesas, Promesas de
fidelidad bajo lo bueno y bajo el malo.
El pacto tiene promesas, pero el pacto tambiŽn tiene sus obligaciones.
Viviendo fiel al pacto te puedes experimentar mucho gozo, y una vida
c—moda. Rompiendo el pacto te
puedes esperar muchas experiencias desagradables.
Pero en nuestro texto, se habla de un pacto sempiterno.
Sempiterno simplemente quiere decir un pacto eterno.
5) Y la tierra se contamin— bajo sus
moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el
pacto sempiterno.
ÀBueno, pero que fue el pacto sempiterno? Dios usaba esa expresi—n varias veces en las escrituras,
pero la primera vez era el pacto que hizo con NoŽ.
GŽnesis 9:16 Estar‡
el arco en las nubes, y lo verŽ, y me
acordarŽ del pacto perpetuo
entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra.
Era un pacto perpetuo, en que Dios hizo promesas, y al hombre le
encanta escuchar las promesas.
Pero el pacto tiene dos lados, promesa y obligaci—n. Y aun en el pacto de NoŽ Dios nos ha
dado obligaciones.
GŽnesis 9:6-7 El que
derramare sangre de hombre, por el
hombre su sangre ser‡ derramada; porque a imagen de Dios es hecho el
hombre.
Mas vosotros fructificad y multiplicaos; procread abundantemente
en la tierra, y multiplicaos en ella.
Aqu’ podemos ver f‡cilmente como el hombre tirar‡ las obligaciones de
Dios a basura con toda prisa.
Dios, deseando preservar la vida de toda forma de violencia que
exist’a antes del diluvio, anunci— la pena de muerte para el asesino, porque la
vida es muy sagrada.
ÀPero que dice el hombre?, ÒLa pena de muerte para un asesino, o no,
de ninguna manera, Dios no puede exigir esto, unos a–os en la prisi—n es lo que
nosotros mandaremos, y no queremos o’r mas del asunto.Ó
ÒY esto sobre fructificando y multiplicando, ya no es practico,
nosotros no tenemos el dinero para otro hijo, es mas mi esposa tiene que
trabajar, tiene su carrera, quien tiene tiempo ya para vivir como madre, y como
ayuda id—nea,
bueno esto ahora es imposible, irrazonable, olv’dalo.
Y se ve que por nuestra manea de repudiar el pacto de Dios, sean lo
que sean las condiciones, los juicios tienen que caer sobre el mundo.
En algunas partes los diez mandamientos est‡n presentados como el
pacto.
Deuteronomio 4:13 Y
Žl os anunci— su pacto, el cual os
mand— poner por obra; los diez mandamientos, y los escribi— en dos
tablas de piedra.
ÀPero que hace el hombre moderno con los diez mandamientos?
Algunos est‡n guardados y otros est‡n olvidados.
ÀQue tal este?É
ƒxodo 20:8-11 AcuŽrdate del d’a de reposo para santificarlo. Seis d’as trabajar‡s, y har‡s toda tu
obra; mas el sŽptimo d’a es reposo para Jehov‡ tu Dios; no hagas en Žl obra
alguna, tœ, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia,
ni tu extranjero que est‡ dentro de tus puertas.
Porque en seis d’as hizo Jehov‡ los cielos y la tierra, el mar, y
todas las cosas que en ellos hay, y repos— en el sŽptimo d’a; por tanto, Jehov‡
bendijo el d’a de reposo y lo santific—.
En los siglos pasados, casi todo estaba cerrado en los domingos. Claro hay obras de necesidad como los
bomberitos y la polic’a, y otros servicios de emergencia.
Pero esta es una ley que los hombres modernos, dentro y fuera de las
iglesias, quiere cambiar. Pero no
tienen la autoridad de cambiar esa ley.
5) Y la tierra se contamin— bajo sus
moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el
pacto sempiterno.
Es muy normal, ahora, para el hombre rechazar lo que Dios ha mandado,
y por esto, no es ninguna sorpresa ver los juicios de Dios en todos lados.
6) Por esta causa la maldici—n
consumi— la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron
consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres.
Hemos visto ya, en un capitulo anterior que Dios puede juzgar haciendo
el hombre muy raro.
Isa’as 13:12 HarŽ m‡s
precioso que el oro fino al var—n,
y m‡s que el oro de Ofir al hombre.
Esto est‡ empezando a ocurrir ya. Las familias ya est‡n produciendo cada vez menos hijos. Si el pacto sempiterno de NoŽ, dice
fructificad y multiplicaos los hombres dicen ÒVamos a hacer el opuestoÓ.
En Rusia, no hay suficiente ni–os y se pagan a las familias a tener
mas.
En Jap—n, estuve leyendo ayer, hay demasiadas personas v’rgenes, en
serio, es un problema actual.
Cuarenta por ciento de los hombres j—venes de 18 to 34 jam‡s han tenido
relaciones con una mujer. No se
salgan, no se casan, vivan en sus trabajos y sus computadores.
Y algo semejante est‡ empezando aqu’. La cantidad de j—venes embarazadas est‡ bajando. Y claro no queremos ver a las j—venes
teniendo relaciones fuera del matrimonio, pero algo extra–o est‡ pasando.
Hay muchas j—venes que ni desean salir, ni luchan para conseguir a su
licencia o su caro, sino que est‡n contentas vivir en el mundo de sus telŽfonos
y las medias sociales. No estoy
inventando esto, algo extra–o est‡ pasando.
Y en casi todos los pa’ses del mundo, aparte de la çfrica, los
gobierno preocupan por la falta de hijos.
En china, cierran escuelas por falta de alumnos, y es el mismo en
Alemania. Existan pa’ses en donde
esto ya es un problema.
Normalmente la gente creen que China es un pa’s con demasiada gente,
pero no es cierto, est‡n sintiendo ya el impacto de la falta de ni–os. Bueno, esto otro gran tema, peor hay
que continuar.
7) Se perdi— el vino, enferm— la vid,
gimieron todos los que eran alegres de coraz—n.
Cuando los juicios empiezan a venir, la alegr’a es mas dif’cil
encontrar. Es como en Siria, donde
hay ciudades enteras en escombros, no es tan f‡cil celebrar.
8) Ces— el regocijo de los panderos,
se acab— el estruendo de los que se alegran, ces— la alegr’a del arpa.
Cuando vienen los juicios las celebraciones se terminan poco a
poco.
Donde yo vivo, casi cada mes alguien est‡ rentando un Jomper para en
frente de su casa, y se ponen la mœsica hasta la media noche. No me quejo, ya estoy acostumbrado.
Pero esto pasa cuando todo anda bien. Pero cuando vienen los juicios severos de Dios, la gente no
tienen animo para aquellas celebraciones.
9) No beber‡n vino con cantar; la
sidra les ser‡ amarga a los que la bebieren.
Cuando est‡s viviendo bajo el juicio de Dios, el vino es solamente
para ayudar te a llorar, y a olvidar.
Proverbios 31:6 Dad la sidra al
desfallecido,
Y el vino a los de amargado ‡nimo.
10) Quebrantada est‡ la ciudad por la
vanidad; toda casa se ha cerrado, para que no entre nadie.
Esto es lo que se ve en los grandes fuegos que ahora est‡n sufriendo
en Europa, y no por accidente ni por casualidad. A veces Dios tiene que limpiar
con fuego.
O durante los diluvios grandes, la gente pasan tiempo como refugiados
en escuelas o en las iglesias, porque es muy peligroso regresar a sus casas.
11) Hay clamores por falta de vino en
las calles; todo gozo se oscureci—, se desterr— la alegr’a de la tierra.
El hombre puede rechazar la santa ley de Dios, se puede quebrantar y
quebrantar su pacto, tiene esa capacidad, deseando las promesas mientras ignoran
las obligaciones.
Pero tarde o temprano, las consecuencias van a venir.
12) La ciudad qued— desolada, y con
ruina fue derribada la puerta.
La puerta de la cuidad en la antigŸedad era el lugar muy ocupado, con
asuntos del gobierno. Un buen gobierno
puede ser una bendici—n, pero bajo el juicio, te quedas con nada.
13) Porque as’ ser‡ en medio de la
tierra, en medio de los pueblos, como olivo sacudido, como rebuscos despuŽs de
la vendimia.
Ahora estamos entrando en un poco de esperanza. El prop—sito de Dios en sus juicios no
es acabar con todo.
Dios anda limpiando, a veces limpiando
con fuego. Pero siempre hay un
remanente que quiere vivir fiel al pacto, preservando y extendiendo la vida
como un regalo precioso.
14) Estos alzar‡n su voz, cantar‡n
gozosos por la grandeza de Jehov‡; desde el mar dar‡n voces.
Dice desde el mar, porque a veces andan escapando los fieles, de un
lugar a otro y llevando la palabra y las alabanzas con ellos. Porque saben que siempre vivan en el
amor de su Dios.
15) Glorificad por esto a Jehov‡ en
los valles; en las orillas del mar sea nombrado Jehov‡ Dios de Israel.
En su propio tiempo, Isa’as pudo ver por visi—n, por revelaci—n, que
los fieles iban a escapar de los juicios, para continuar el pueblo santo, que eventualmente
iba a traer el Cristo al mundo.
Y en neutros tiempos, aun con los juicios empezando, sabemos que
Cristo prometi— edificar su iglesia, y que las puertas del hades no
prevalecer‡n en contra de ella.
16) De lo postrero de la tierra o’mos
c‡nticos: Gloria al justo. Y yo dije: !!Mi desdicha, mi desdicha, ay de m’!
Prevaricadores han prevaricado; y han prevaricado con prevaricaci—n de
desleales.
Esto es un poco curioso.
Por visi—n Isa’as vio la gloria de Dios, aun en sus juicios, y como Dios
iba a proteger a los fieles.
Pero regresando a la realidad del momento en que se viv’a, exclamaba
su desdicha por las corrupciones presentes.
Esto seria como nosotros glorificando a Dios, y al mismo tiempo
lamentando sobre las corrupciones de las falsas doctrinas, las perversiones
sexuales que se celebran hoy d’a, y los muchos j—venes que se apartan de la fe.
No hay nada inconsistente en esto de glorificar a Dios y lamentar
sobre el presente, al mismo tiempo.
17) Terror, foso y red sobre ti, oh
morador de la tierra.
Ahora regresamos a la naturaleza del juicio. Cuando Dios viene, limpiando
con fuego, es espantoso.
18) Y acontecer‡ que el que huyere de
la voz del terror caer‡ en el foso; y el que saliere de en medio del foso ser‡
preso en la red; porque de lo alto se abrir‡n ventanas, y temblar‡n los
cimientos de la tierra.
En el tiempo de NoŽ, dice que las ventanas del cielo abrieron para
bajar el agua. Y aqu’ es algo
semejante.
Como vimos en los SalmosÉ
Salmos 11:6 Sobre
los malos har‡ llover calamidades;
Fuego, azufre y viento abrasador ser‡ la porci—n del c‡liz de ellos.
As’ que no hay nada injusto, ni extra–o en este trabajo de Dios,
cuando viene, limpiando con fuego.
19) Ser‡ quebrantada del todo la
tierra, enteramente desmenuzada ser‡ la tierra, en gran manera ser‡ la tierra
conmovida.
Todo esto para muchos parece una fabula. Es que Dios est‡ muy paciente, y podemos ver generaciones
pasar sin un gran juicio. Pero
llenando la medida de nuestra maldad, hablo como parte de este pa’s, llenado la
medida, el juicio vendr‡.
Dios dijo a Abraham que cuatro generaciones ten’an que pasar antes de
tomar posesi—n de la tierra prometida.
GŽnesis 15:16 Y en la
cuarta generaci—n volver‡n ac‡;
porque aœn no ha llegado a su
colmo la maldad del amorreo hasta aqu’.
Antes de ver los juicios grandes, la maldad tiene que llegar a su
colmo.
Cristo hablaba de la misma manera sobre JerusalŽn. El pueblo viv’a normalmente en todas
sus corrupciones, hasta en el tiempo de Cristo, y se llenaron la medida.
Mateo 23:32-33 !!Vosotros tambiŽn
llenad la medida de
vuestros padres! !!Serpientes,
generaci—n de
v’boras! ÀC—mo escaparŽis de la
condenaci—n
del infierno?
20) Temblar‡ la tierra como un ebrio,
y ser‡ removida como una choza; y se agravar‡ sobre ella su pecado, y caer‡, y
nunca m‡s se levantar‡.
Se siente as’ durante una gran guerra, como un guerra mundial. Seguramente en Europa se sent’a esto
durante la gran guerra.
En centro America tambiŽn, durante las guerras, se sent’a como que el
mundo estaba acabando.
21) Acontecer‡ en aquel d’a, que Jehov‡
castigar‡ al ejŽrcito de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra
sobre la tierra.
Los grandes lideres, los corruptos que siempre salieron con la suya,
ser‡n tratados como los peores criminales.
22) Y ser‡n amontonados como se
amontona a los encarcelados en mazmorra, y en prisi—n quedar‡n encerrados, y
ser‡n castigados despuŽs de muchos d’as.
A veces en la noticia se muestran una cŽlula llena de pandilleros de la
Mara Salvatrucha, con todos mostrando sus se–as y sus tatuajes.
Pero Dios dice aqu’, que bajo su juicio, va a encarcelar a los ricos,
los poderosos que han causado los grandes da–os.
Estos son poderosos, pero no est‡n demasiadamente poderosos para
nuestro Dios.
23) La luna se avergonzar‡, y el sol
se confundir‡, cuando Jehov‡ de los ejŽrcitos reine en el monte de Sion y en
JerusalŽn, y delante de sus ancianos sea glorioso.
Como en muchos casos en Isa’as, Dios est‡ hablando de Cristo. Que iba a venir y establecer su reino
en el mundo.
Anuncia que la llegada de Cristo seria sumamente gloriosa. Porque Cristo no iba a abandonar el
juicio, sino consumir a nuestro juicio en su carne, sobre la cruz.
======================== Conclusi—n =====================
Y todo esto tiene mucho que ver con la Santa
Cene que estamos preparando para tomar.
El juicio de Dios es inevitable. Cada pecado tiene que recibir su justa
retribuci—n.
Pero en nuestro caso, el juicio que hemos
merecido, ha ca’do sobre Cristo, y por esto estamos siempre alabando.
1 Pedro 3:18 Porque
tambiŽn Cristo padeci— una sola vez
por los pecados, el justo por los injustos,
para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado
en esp’ritu.
Cristo es sumamente glorioso, porque no solamente
vino para quitar nuestra culpabilidad, sino que se puso un nuevo coraz—n dentro
de nosotros, dando nos el deseo de vivir en la santidad.
Hablando del nuevo pacto, dice en Hebreos.
Hebreos 8:10-11 Por lo cual, este es el pacto que harŽ
con la casa de Israel DespuŽs de aquellos
d’as, dice el Se–or: PondrŽ mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su coraz—n
las escribirŽ; Y serŽ a ellos por Dios, Y ellos me ser‡n a m’ por pueblo; Y
ninguno ense–ar‡ a su pr—jimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al
Se–or; Porque todos me conocer‡n, Desde el menor hasta el mayor de ellos.
Si tu est‡s, por fe, en este nuevo pacto con
Cristo, est‡s invitado a participar con nosotros en su santa cena.
Delante de Cristo, hasta el sol y la luna se
sientan su vergŸenza, porque de Cristo sale mucho mas luz, que la de ellos, por
esto dice en el libro de Apocalipsis.
Apocalipsis 22:5 No habr‡ all’ m‡s noche; y no tienen
necesidad de luz de l‡mpara, ni de luz del
sol, porque Dios el Se–or los iluminar‡; y reinar‡n por los siglos de los
siglos.
Vamos a orar!