29 de julio de 17
ŔQuiŽn Acusar‡ A Los
Escogidos De Dios?
Romanos 8:32-34
Hace muchos siglos, San Pablo, el gran ap—stol,
exhortaba a la iglesia de Roma diciendoÉ
Romanos 8:32-34 El que no escatim— ni a su propio Hijo,
sino que lo entreg— por todos nosotros,
Ŕc—mo no nos dar‡ tambiŽn con Žl todas las cosas? ŔQuiŽn acusar‡ a los escogidos de Dios? Dios es el
que justifica. ŔQuiŽn es el que
condenar‡? Cristo es el que muri—; m‡s aun, el que tambiŽn resucit—, el que
adem‡s est‡ a la diestra de Dios, el que tambiŽn intercede por nosotros.
Esto era lo mejor de las buenas nuevas, para
los que conocen a Cristo. Estaba
diciendo, en otras palabras que los que tienen a Cristo, en realidad tienen ya todo.
Romanos 8:32 El
que no escatim— ni a su propio Hijo,
sino que lo entreg— por todos nosotros,
Ŕc—mo no nos dar‡ tambiŽn con Žl todas las cosas?
Esto quiere decir que si Dios te ha dado la
fe en Cristo, el deseo de arrepentir te y vivir una vida santa, aunque no
perfecta, quiere decir que Dios seguramente te dar‡ todo lo que tus necesitas,
o sea todas las cosas.
Pero algo mejor sigue cuando dice ŔQuiŽn
acusar‡ a los escogidos de Dios?
Pero hay que explicar esto un poco pare
entender lo. En la Biblia el
diablo, el gran enemigo siempre anda acusando a los hermanos, por esto se llama
el acusador.
Apocalipsis 12:10 Entonces o’ una gran voz en el cielo,
que dec’a: Ahora ha venido la salvaci—n, el
poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido
lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba
delante de nuestro Dios d’a y noche.
Pero una vez en Cristo, las acusaciones de
este son inśtiles. Porque para
nosotros, Cristo ha pagado todo.
ŔQuiŽn acusar‡ a los escogidos de Dios?
ŔPero de quien est‡ hablando con esto, de
los ŇescogidosÓ de Dios? Los
escogidos son personas sobre las cuales Dios ha derramado su gracia, dando les
la fe, como un don no merecido.
Los escogidos, son los que finalmente han
dado sus vidas a Cristo, y han empezado una vida de discipulado, intentando
seguir los preceptos de Dios, no para ganar algo por merito propio, sino de
gratitud por haber recibido tanto amor.
ŔQuiŽn acusar‡ a los escogidos de Dios?
Cuando Pablo dijo que no habr‡ ni
acusaciones, no quiere decir que hemos estado siempre inocentes, al contrario.
Cada hombre en el mundo tiene pecado en su
vida, pero quiere decir que nuestros pecados han sido completamente cargados y
pagados, sobre Cristo en la cruz de calvario.
Quiere decir que Cristo, en el amor mas
profundo que existe, ha derramado su sangre, para salvar un gran numero de
personas.
Mateo 20:28 Como
el Hijo del Hombre no vino para ser
servido, sino para servir, y para dar su
vida en rescate por muchos.
Y Cristo no vino para hacer la salvaci—n
posible, sino que Cristo vino para actualmente salvar. Esto fue evidente cuando un ‡ngel
apareci— a JosŽ, anunciando el nombre de Jesśs.
Mateo 1:21 Y
dar‡ a luz un hijo, y llamar‡s su nombre
JESňS, porque Žl salvar‡ a su pueblo
de sus pecados.
No dice que vino para hacer posible la
salvaci—n, sino para salvar. No
dice que vino para salvar a cada persona que jam‡s ha existido, sino que vino
para salvar a los que son su pueblo.
Amigo, tu puedes escuchar predicadores
diciendo que Cristo vino para hacer posible la salvaci—n, y seguramente lo
dicen esto con buenas intenciones, pero tŽcnicamente no es correcto, esto est‡
comprobado con las mismas palabras de Cristo.
DespuŽs de ver la salvaci—n de Zaqueo uno que
antes era un gran pecador, cobrador de impuestos, que andaba con los que no
conocieron a Dios, Cristo dijoÉ
Lucas 19:9-10 Hoy ha venido la salvaci—n a esta casa; por
cuanto Žl tambiŽn es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a
buscar y a salvar lo que se hab’a perdido.
Buscar y salvar no es el mismo de hacer
posible la salvaci—n. Y por esto
la salvaci—n de Cristo es muy potente.
Hasta San Pablo confirmaba el mismo concepto
en..
1 Timoteo 1:15 Palabra fiel y digna de ser recibida por
todos: que Cristo Jesśs vino al mundo
para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
Salvar a los pecadores, es muy diferente de
hacer posible la salvaci—n. Y es
posible que hay alguien aqu’ en esta tarde que Cristo va a salvar. Y amigo, si Cristo te salva,
garantizado, no habr‡ acusaciones que el diablo puede traer en tu contra.
Romanos 8:32-34 El que no escatim— ni a su propio Hijo,
sino que lo entreg— por todos nosotros,
Ŕc—mo no nos dar‡ tambiŽn con Žl todas las cosas? ŔQuiŽn acusar‡ a los escogidos de Dios? Dios es el
que justifica. ŔQuiŽn es el que
condenar‡? Cristo es el que muri—; m‡s aun, el que tambiŽn resucit—, el que
adem‡s est‡ a la diestra de Dios, el que tambiŽn intercede por nosotros.
Se ve tambiŽn en este texto la raz—n de que
los creyentes no pueden estar condenados. ŔQuiŽn es el que condenar‡?
Cristo ya ha muerto en nuestro lugar,
tomando nuestra posici—n como criminal culpable, aunque era completamente
inocente. Es necesario que los
creyentes sean salvados, la justicia ya est‡ demandando esto.
Es mas, Cristo est‡ a la diestra de Dios,
rogando en intercesi—n para todos los suyos, y las oraciones de Cristo son
absolutamente irresistibles para el Padre.
Romanos 8:32-34 El que no escatim— ni a su propio Hijo,
sino que lo entreg— por todos nosotros,
Ŕc—mo no nos dar‡ tambiŽn con Žl todas las cosas? ŔQuiŽn acusar‡ a los escogidos de Dios? Dios es el
que justifica. ŔQuiŽn es el que
condenar‡? Cristo es el que muri—; m‡s aun, el que tambiŽn resucit—, el que
adem‡s est‡ a la diestra de Dios, el que tambiŽn intercede por nosotros.
Cuando algunos escuchan de esa forma de
doctrina, de que estamos completamente absueltos por la gracia de Dios, le
parece un poco peligroso, como que si la gente sepan esto, van a pecar y pecar,
sabiendo que no habr‡ consecuencias.
Pero no es cierto, los escogidos de Dios ya
no tienen la atracci—n vieja al pecado.
Para ellos el pecado ya es algo sucio, repugnante, que tenemos que evitar
a todo costo.
La persona que vive para el pecado
simplemente no tiene evidencias de que es uno de los escogidos, porque los
creyentes, los seguidores de Cristo ya estamos transformados.
2 Corintios 5:17 De modo que si alguno est‡ en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aqu’ todas son hechas nuevas.
Esto realmente es la buena nueva del
evangelio. Pero cuando viene las
buenas nuevas, tambiŽn hay malas, para los que rechazan esa gran salvaci—n.
Juan 3:16-19 Porque
de tal manera am— Dios al mundo, que
ha dado a su Hijo unigŽnito, para que todo
aquel que en Žl cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque no envi— Dios a su Hijo al mundo para
condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Žl.
El que en Žl cree, no es condenado; pero el
que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha cre’do en el nombre del
unigŽnito Hijo de Dios.
Y esta es la condenaci—n: que la luz
vino al mundo, y los hombres amaron m‡s las tinieblas que la luz, porque sus
obras eran malas.
Los que rechazan el evangelio, pensando que
es algo no necesario, algo entupido, estos est‡n en gran peligro.
Dios ha gastado mucho en la preparaci—n de
este gran regalo, Cristo gast— sus dolores, su sangre, su vida.
Y si tu amigo, decides que esto no es para
ti, entonces no ser‡s contado entre los escogidos.
Juan 3:36 El
que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el
que rehśsa creer en el Hijo no ver‡ la vida,
sino que la ira de Dios est‡ sobre Žl.
Es mi obligaci—n decir te, que si mueres en
esta condici—n, s’ habr‡ acusaciones, y muchas, s’ habr‡ tormentos, y si habr‡
una gran condenaci—n, que durar‡ para siempre.
O amigo, no sigues como una persona perdida,
lejos de la gracia de Dios cuando Cristo mismo est‡ llamando te con su
evangelio.
Es nuestro deseo que te escuches esto, y que
llegues a la fe, y no que recuerdes algśn d’a, de este mensaje, desde el
infiero.
Hebreos 3:15 Si
oyereis hoy su voz,
No
endurezc‡is vuestros corazones.
Ahora es el momento de recibir el gran don
de la salvaci—n. Demorando es siempre
peligroso.
Ven a Cristo hoy, hay hermanos aqu’ que
pueden ayudar te, ven a Cristo hoy, y ver‡s que no habr‡ acusaciones en tu
contra.
Romanos 8:32-34 El que no escatim— ni a su propio Hijo,
sino que lo entreg— por todos nosotros,
Ŕc—mo no nos dar‡ tambiŽn con Žl todas las cosas? ŔQuiŽn acusar‡ a los escogidos de Dios? Dios es el
que justifica. ŔQuiŽn es el que
condenar‡? Cristo es el que muri—; m‡s aun, el que tambiŽn resucit—, el que
adem‡s est‡ a la diestra de Dios, el que tambiŽn intercede por nosotros.
ÁAmen!