23 de julio de 17

 

Los Corazones Incomprensibles

Isa’as 22:1-25

Introducci—n

 

Dios siempre ha revelado a su pueblo, todo lo que se necesita, para prosperar, y para vivir vidas esplendidas, vidas superior a los que no conocen a Dios.

 

Pero lo que podemos aprender de los profetas, es que en muchos casos, la gente simplemente no quisieron escuchar.

 

El profeta vino con una revelaci—n importante, que vino directamente del coraz—n de Dios, pero la mente de los del pueblo estaba en otra parte.  Ni se escucharon lo que dijo el profeta, para su propia bien.

 

En esa parte de Isa’as hemos visto el anuncio de juicios sobre muchos de los vecinos de Jud‡, de Babilonia, de lo Moabitas, de los egipcios, hasta los de Etiopia.

 

Pero en el mensaje de hoy, el anuncio es de un juicio sobre Jud‡ misma, o sea el pueblo de Dios tambiŽn aparec’a en la lista de los juicios.

 

1) Profec’a sobre el valle de la visi—n. ŔQuŽ tienes ahora, que con todos los tuyos has subido sobre los terrados?

 

Cuando habla del valle de la visi—n, est‡ hablando de Jud‡, porque Jud‡ siempre recibi— las visiones de los profetas.  Dios jam‡s dej— que caiga en los juicios, sin una amonestaci—n antes.

 

Se habla de una valle, porque no eran ya altos, para ver lo que venia, sino eran bajos, como en las sobras de los montes alrededor.

 

1) Profec’a sobre el valle de la visi—n. ŔQuŽ tienes ahora, que con todos los tuyos has subido sobre los terrados?

 

Cuando dice ŔQuŽ tienes ahora?, era como preguntar ŇAhora que te pasa?Ó

 

Cuando se subieron a los terrados, o los techos era como para celebrar, o preparar comida y festejar, pero por lo que el profeta pudo ver llegando, no era el momento de festejos.

Era como en los tiempos de NoŽ, en que el juicio estaba muy cerca, pero el pueblo viv’a como que nada iba a pasar.  Cristo hablaba mucho sobre esto.

 

Mateo 24:38    Porque como en los d’as antes del diluvio

estaban comiendo y bebiendo, cas‡ndose y dando en casamiento, hasta el d’a en que NoŽ entr— en el arca.

 

Lucas 17:27    Com’an, beb’an, se casaban y se daban en

casamiento, hasta el d’a en que entr— NoŽ en el arca, y vino el diluvio y los destruy— a todos.

 

Ahora bien, no tiene nada de malo comer y beber, o de celebrar en las bodas, pero en los tiempos de NoŽ, estaban en la v’spera de un gran juicio global, y celebrar as’ en aquellos momentos era incomprensible.

 

Y era el mismo en los tiempos de Isa’as.  Los juicios mas grandes en la historia de Israel iban a caer, y ellos ten’an sus mentes en otras cosas.

 

Cristo dijo en otra parteÉ

 

Lucas 6:25 !!Ay de vosotros, los que ahora est‡is

saciados! porque tendrŽis hambre. !!Ay de vosotros, los que ahora re’s! porque lamentarŽis y llorarŽis.

 

Porque despuŽs de la vida de Cristo, JerusalŽn iba a caer otra vez, y los que estaban lejos de Dios, y para los que no escuchaban, los que no prestaban atenci—n a la revelaci—n, estaban completamente sorprendidos y hasta un p‡nico.

 

2-3) Tś, llena de alborotos, ciudad turbulenta, ciudad alegre; tus muertos no son muertos a espada, ni muertos en guerra.  Todos tus pr’ncipes juntos huyeron del arco, fueron atados; todos los que en ti se hallaron, fueron atados juntamente, aunque hab’an huido lejos.

 

Aqu’, Isa’as estaba viendo, y anunciando el futuro.  En el momento del ataque, en vez de resistir con valor, los poderosos, iban a huir, y en su huida serian destruidos.

 

Y esto es lo que actualmente pas—, mas tarde, los lideres, en el momento de la batalla, eran cobardes, porque viv’an y pensaban como los que eran lejos de Dios.

 

4) Por esto dije: Dejadme, llorarŽ amargamente; no os afanŽis por consolarme de la destrucci—n de la hija de mi pueblo.

 

Es muy probable que cuando Isa’as vino con su revelaci—n, los dem‡s dijeron, ŇÁOiga! ŔPor que est‡s tan pesimistaÓ tome algo de comida, mira esto es un buen vino, estamos tratando de celebrar, no es el momento de esa forma de alarmaÓ.

 

5) Porque d’a es de alboroto, de angustia y de confusi—n, de parte del Se–or, Jehov‡ de los ejŽrcitos, en el valle de la visi—n, para derribar el muro, y clamar al monte.

 

Isa’as vio algo terrible, una maldici—n que vino de parte de Dios e iba a ser terrible.  Como anunciado antes en el libro de Deuteronomio.

 

Deuteronomio 28:25   Jehov‡ te entregar‡ derrotado delante

de tus enemigos; por un camino saldr‡s contra ellos, y por siete caminos huir‡s delante de ellos; y ser‡s vejado por todos los reinos de la tierra.

 

Deuteronomio 28:28   Jehov‡ te herir‡ con locura, ceguera y

turbaci—n de esp’ritu.

 

Es que esto ya estaba pasando, porque el juicio estaba llegando, pero el pueblo tenia su mente en otras cosas.

 

6-7) Y Elam tom— aljaba, con carros y con jinetes, y Kir sac— el escudo.  Tus hermosos valles fueron llenos de carros, y los de a caballo acamparon a la puerta.

 

Isa’as anunciaba exactamente c—mo todo esto iba a pasar.  Pero el pueblo, en su ceguera, pensaba que todo esto era irrelevante, pensando ŇŔPero que tiene que ver todo esto conmigo?Ó

 

8) Y desnud— la cubierta de Jud‡; y miraste en aquel d’a hacia la casa de armas del bosque.

 

Ahora, el profeta ve’a que ellos iban a hacer ciertas preparaciones cuando el peligro estaba muy cerca.

 

Iban a hacer ciertas reparaciones, de brechas que resultaron por su descuido, e iban a sacar ciertas armas de un lugar que Salom—n prepar—, muchos a–os antes.

 

9) Visteis las brechas de la ciudad de David, que se multiplicaron; y recogisteis las aguas del estanque de abajo.

 

Se habla como que era ya en el pasado, pero esto es normal para los profetas, porque en la mente de Dios, el futuro ya era historia.

 

Cuando una ciudad antigua estaba preparando para un ataque era normal guardar el agua y proteger lo valioso de los enemigos.

 

2 Cr—nicas 32:4 Entonces se reuni— mucho pueblo, y

cegaron todas las fuentes, y el arroyo que corr’a a travŽs del territorio, diciendo: ŔPor quŽ han de hallar los reyes de Asiria muchas aguas cuando vengan?

 

Isa’as no estaba condenando estas preparaciones, no ten’an nada de malo en si.  Solamente estaban olvidando lo mas importante.

 

10) Y contasteis las casas de JerusalŽn, y derribasteis casas para fortificar el muro.

 

A veces cuando construyeron casas muy cerca del muro, durante la paz, estas ten’an que estar derribadas por la seguridad.  Y su madera pudiera estar usada para otras reparaciones.  Todo esto era muy prudente, y no tenia nada de malo.

 

11) Hicisteis foso entre los dos muros para las aguas del estanque viejo; y no tuvisteis respeto al que lo hizo, ni mirasteis de lejos al que lo labr—.

 

Esto fue el problema.  No era problema tratar de cuidar y proteger el agua, era prudente hacer todas estas cosas.  Pero los que eran muy lejos de Dios, hundiendo se en sus idolatr’as, confiaban solamente en esto, y ni pidieron la ayuda de su creador y redentor.

 

Estaban confiando en estos medios solamente, y no en su Dios.  Y vimos otro ejemplo de esto.

 

2 Cr—nicas 16:12     En el a–o treinta y nueve de su

reinado, Asa enferm— gravemente de los pies, y en su enfermedad no busc— a Jehov‡, sino a los mŽdicos.

Ahora bien, no estamos diciendo que no debemos de ir al medico, seria criminal para una iglesia decir algo semejante, los mŽdicos son un don de la gracia de Dios.

 

Pero el rey Asa no buscaba a Dios, y se confiaba solamente en los medios terrenales, porque era una persona que andaba muy lejos de Dios, aunque estaba en el pueblo de Dios.

 

12-13) Por tanto, el Se–or, Jehov‡ de los ejŽrcitos, llam— en este d’a a llanto y a endechas, a raparse el cabello y a vestir cilicio; y he aqu’ gozo y alegr’a, matando vacas y degollando ovejas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo: Comamos y bebamos, porque ma–ana moriremos.

 

La situaci—n era grave, y el coraz—n de estos era incomprensible.  En el momento de estar en llanto, y oraci—n, el pueblo estaba festejando, como que todo estaba bien.  Aun en N’nive no se portaban as’, y eran paganos.

 

Y meditando en esto, yo lleguŽ a la conclusi—n de que nosotros, como iglesia no estamos en exactamente esta condici—n.

 

Y hay razones por esa conclusi—n.  En los śltimos a–os, hemos tenido vigi’llas, y ayunos, hemos tenido grupos que ayunaron con otros hermanos, y hermanas en otra partea al mismo tiempo.

 

Estamos viviendo s’, en una cultura que dice Comamos y bebamos, porque ma–ana moriremos, pero creo que puedo concluir, sin el auto enga–o, que hemos resistido esto un poco.  Ojala podemos continuar as’.

 

San Pablo cit— este pasaje en su primera carta a los corintios.

1 Corintios 15:32-33 Si como hombre batallŽ en Efeso

contra fieras, ŔquŽ me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque ma–ana moriremos.

No errŽis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.

 

Los que vivan pensando Ňcomamos y bebamos, porque ma–ana moriremosÓ vivan como que no habr‡ resurrecci—n, ni d’a del juicio.  Vivan como que Dios jam‡s va a juzgar ni su iglesia, ni los que se quedan afuera.

Y esto solamente hace peor el juicio, porque cuando viene, viene como sorpresa.  Cristo siempre trataba de preparar a la gente, aun en medio de sus sufrimientos.

 

Lucas 23:27-30 Y le segu’a gran multitud del pueblo, y de

mujeres que lloraban y hac’an lamentaci—n por Žl.  Pero Jesśs, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de JerusalŽn, no llorŽis por m’, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos.

 

Porque he aqu’ vendr‡n d’as en que dir‡n: Bienaventuradas las estŽriles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron.

 

Entonces comenzar‡n a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos.

 

Los que vivan preparados, o van a evitar el desastre, o si pasan por el juicio, no ser‡ tan severo.  Para los dem‡s, ser‡ puro p‡nico.

 

14) Esto fue revelado a mis o’dos de parte de Jehov‡ de los ejŽrcitos: Que este pecado no os ser‡ perdonado hasta que mur‡is, dice el Se–or, Jehov‡ de los ejŽrcitos.

 

Cuando Dios ha mandado tantas advertencias, y el pueblo simplemente anda ignorando todo, y clamando Comamos y bebamos, porque ma–ana moriremos, se cometan pecados que simplemente no tienen perd—n.

 

*======================================================

Bueno esto era la primera parte del capitulo, ahora entraremos en otro asunto, un hombre de alta posici—n en el pueblo, su ejemplo es importante porque representaba los pensamientos de muchos. 

 

De hecho este pensaba como fariseo, siglos antes de los fariseos.

*======================================================

 

15) Jehov‡ de los ejŽrcitos dice as’: Ve, entra a este tesorero, a Sebna el mayordomo, y dile:

 

El hombre era poderoso, tenia posici—n y tenia dinero.

 

 

15-16) Jehov‡ de los ejŽrcitos dice as’: Ve, entra a este tesorero, a Sebna el mayordomo, y dile:  ŔQuŽ tienes tś aqu’, o a quiŽn tienes aqu’, que labraste aqu’ sepulcro para ti, como el que en lugar alto labra su sepultura, o el que esculpe para s’ morada en una pe–a?

 

Sebna era un traidor, ya tenia sus comunicaciones con los Asirios, pensando que cuando Jud‡ se ca’a, Žl mismo pudo continuar bajo ellos, y prosperar aun mas bajo otro rŽgimen.  Ni era jud’o, era un extranjero que por ser un pol’tico astuto ya se ganaba una posici—n de poder.

 

Se enga–aba a muchos, pero Dios no estaba enga–ado.

 

Y esto tambiŽn va a dar mas credibilidad a Isa’as, porque Isa’as no tenia temor del hombre.  A lo mejor muchos ten’an miedo de Sebna, pero para Isa’as, este era un don nadie.

 

17) He aqu’ que Jehov‡ te transportar‡ en duro cautiverio, y de cierto te cubrir‡ el rostro.

 

Sebna anticipaba una vida gloriosa, y despuŽs estar enterado en una tumba esplendida, donde seria admirado por siglos.

 

Pero aqu’ tambiŽn se ve el coraz—n incomprensible.  Estaban viviendo en tiempos de gran juicio, Dios iba a acabar con la cuidad permitiendo que todos estŽn capturados por Babilonia, y aqu’ este extranjero estaba tratando de exaltar a si mismo.

 

Pero su manera de pensar era un ejemplo de muchos, muchos corruptos que en vez de servir al pueblo, como ordenaba su oficio, solamente se pensaban en su propia exaltaci—n.

 

18) Te echar‡ a rodar con ’mpetu, como a bola por tierra extensa; all‡ morir‡s, y all‡ estar‡n los carros de tu gloria, oh vergźenza de la casa de tu se–or.

 

Este recibi— una promesa publica, que Dios iba a tirar lo como una bola, como pelota, lejos, para su vergźenza.  Y esto servia como amonestaci—n para otros que estaban contemplando el auto exaltaci—n tambiŽn.

 

19-21) Y te arrojarŽ de tu lugar, y de tu puesto te empujarŽ.  En aquel d’a llamarŽ a mi siervo Eliaquim hijo de Hilc’as, y lo vestirŽ de tus vestiduras, y lo ce–irŽ de tu talabarte, y entregarŽ en sus manos tu potestad; y ser‡ padre al morador de JerusalŽn, y a la casa de Jud‡.

 

Dios ya tenia otro para tomar su lugar.  Interesante, que aunque el pueblo estaba bajo juicios, Dios aun estaba muy involucrado en su gobierno, levantando a uno y bajando a otro.  Esto es evidencia de la gracia constante de nuestro Dios.

 

El nuevo, Eliaquim iba a reinar como un padre, en el sentido de que estar’a pensando en el pueblo y no solamente en Žl mismo.

 

22) Y pondrŽ la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrir‡, y nadie cerrar‡; cerrar‡, y nadie abrir‡.

 

Muchos creen que su potestad en esta posici—n representaba el reinado justo de Cristo, porque se hablaban con las mismas palabras en el libo de Apocalipsis.

 

Apocalipsis 3:7-8    Escribe al ‡ngel de la iglesia en

Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:

 

Yo conozco tus obras; he aqu’, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.

 

Los malvados pueden tratar de implementar sus tiran’as, pero cuando el pueblo est‡ viviendo en la luz del evangelio, esto no puede continuar mucho.

 

23) Y lo hincarŽ como clavo en lugar firme; y ser‡ por asiento de honra a la casa de su padre.

 

Un clavo era s’mbolo de firmeza.  Y si Dios ha puesto un hombre en una posici—n, ser‡ firme.

 

24) Colgar‡n de Žl toda la honra de la casa de su padre, los hijos y los nietos, todos los vasos menores, desde las tazas hasta toda clase de jarros.

 

ŔQue quiere decir todo esto?  Un buen administrador, un buen gobernador, va a cuidar de todos.  No va a dedicar se solamente a los ricos, sino a los pobres tambiŽn.

 

O como Salom—n, va a dar justicia hasta a las prostitutas, como las dos de ellas que vinieron a Žl con una contiende sobre un hijo.  Y el rey juzgaba el caso, aunque ellas eran rameras.

 

25) En aquel d’a, dice Jehov‡ de los ejŽrcitos, el clavo hincado en lugar firme ser‡ quitado; ser‡ quebrado y caer‡, y la carga que sobre Žl se puso se echar‡ a perder; porque Jehov‡ habl—.

 

Esto est‡ hablando otra vez del otro, de Sebna, que tenia que caer.  Cuando las escrituras hablan de Ňaquel d’aÓ normalmente est‡ hablando de un d’a de juicio.

 

Este hombre corrupto, y todos los que confiaban en Žl, iban a estar derrotados.

 

Y su ruina seria un gran ejemplo, o una amonestaci—n para otros que estaban coqueteando con la auto exaltaci—n.

 

En el pueblo de Dios, solamente Dios puede estar exaltado.

 

======================== Conclusi—n =====================

 

Este capitulo nos ha ense–ado que es necesario vivir con una sensatez de los tiempos en que estamos viviendo.

 

Cuando el pueblo de Dios est‡ bajo juicio, no es el momento de vivir siempre festejando, o pensando ŇComamos y bebamos, porque ma–ana moriremosÓ.

 

Debemos mas bien vivir como los hijos de Isacar.

 

1 Cr—nicas 12:32     De los hijos de Isacar, doscientos

principales, entendidos en los tiempos, y que sab’an lo que Israel deb’a hacer, cuyo dicho segu’an todos sus hermanos.

 

Y si tu hermano, tienes que cambiar tu manera de pensar, para realmente tomar en serio lo que Dios est‡ diciendo a su iglesia, puedes pasar en unos momentos, y oraremos para ti.

 

Vamos a orar!