16 de julio de 17

El Don De La Justicia

Romanos 5:17

Introducci—n

 

ÁEsta ha sido una semana maravillosa!  Pero el tema de este a–o ha sido un poco extra–o.  Hemos aprendido de armadura para una batalla.

 

Y la batalla es una realidad, aunque nuestras armas no son ni carnales ni visibles.  Pero los enemigos existan, y las fortalezas son actuales.

 

2 Corintios 10:3-5   Pues aunque andamos en la carne, no

militamos segœn la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucci—n de fortalezas,  derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.

 

Se ve en este pasaje que en muchos casos luchamos con pensamientos, pensamientos en contra del conocimiento de  Dios.  ÀPero como es esto?

 

Es que nuestro enemigo estaba derrotado cuando Cristo ofreci— a si mismo, dando su vida en rescate de muchos.

 

Marcos 10:45   Porque el Hijo del Hombre no vino para ser

servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

 

Ese sacrificio en la cruz, realmente dio el golpe mortal a nuestro enemigo, pero aunque est‡ bien derrotado, aun tiene una arma. 

 

El diablo solamente tiene una manera de venir robando, matando y destruyendo, pausa, y esto es su capacidad de mentir, y de enga–ar.

 

As’ que el mensaje de hoy no es muy largo, solamente tiene tres puntos.

 

1) La batalla por la verdad.

2) ÀEn Cristo o En Ad‡n?

3) Una nueva identidad.

1) La batalla por la verdad.

 

Aun cuando la armadura est‡ presentada, el primer elemento es el cintur—n de la verdad.

 

Efes 6:14 Estad, pues, firmes,

ce–idos vuestros lomos con la verdad

 

No es accidente que la verdad es primero, antes que todo.  Esto es porque el enemigo viene atacando con enga–os y con mentiras siendo el padre de mentiras.

 

Y as’ empez— con Eva en el principio, mintiendo sobre la naturaleza de Dios, insinuando que Dios estaba guardando algo bueno de ella, y que para realmente probar lo emocionante, era necesario experimentar con lo prohibido.

 

La iglesia misma existe para proteger y preservar la verdad.  Cuando San Pablo escribi— a Timoteo, un joven, se present— la iglesia as’.

 

1 Timoteo 3:15 Para que si tardo, sepas c—mo debes

conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.

 

Trabajamos aprendiendo la verdad, defendiendo la verdad, y propagando la verdad.

 

Hasta Cristo, cuando oraba por sus disc’pulos, oraba por su preservaci—n en la verdad.

 

Juan 17:14-17  Yo les he dado tu palabra; y el mundo los

aborreci—, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

 

No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.  No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.  Santif’calos en tu verdad; tu palabra es verdad.

 

Y esa verdad est‡ atacada por todos lados, casi el mundo entero est‡ en su contra.  Nosotros tenemos que tener un poco de cuidado, o mucho, en todo lo que aprendemos.

 

Colosenses 2:8 Mirad que nadie os enga–e por medio de

filosof’as y huecas sutilezas, segœn las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no segœn Cristo.

La verdad es para nosotros, un tesoro, porque en la Biblia, la verdad es una persona.  Cristo dijoÉ

 

Juan 14:6 Yo soy el camino, y la verdad,

y la vida; nadie viene al Padre, sino por m’.

 

Cristo, nuestro Se–or, pudo hablar as’, porque aunque sufri— tentaciones, jam‡s ca’a en pecado alguno, y aunque se muri—, de manera horrible, se resucit— despuŽs de tres d’as, comprobando que todas sus doctrinas eran, la verdad.

 

Bueno, esto es el primer punto, que para nosotros la verdad es sumamente importante, un tesoro.  Y es un tesoro que siempre est‡ bajo ataque.  Por esto, luchamos.

 

2) ÀEn Cristo o En Ad‡n?

 

En la verdad de las escrituras, se ense–a la doctrina de la representaci—n.  Esto quiere decir que es posible que tu seas representado delante de Dios por otro.

 

Como por ejemplo en una corte, tu abogado puede ser tu representante.  Pero en el gran libro de Romanos, San Pablo hablaba mucho sobre Ad‡n, y sobre Cristo como nuestros representantes.

 

Y esto es una de las grandes verdades que nuestro enemigo siempre trata de atacar o de confundir.

 

Romanos 5:12   Por tanto, como el pecado entr— en el mundo

por un hombre, y por el pecado la muerte, as’ la muerte pas— a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

 

ÀDe que est‡ hablando con esto?  La raz—n de que tu eres una persona susceptible al pecado, y a la muerte, es porque tu representante compr— esto para ti.

 

Es que cuando Ad‡n pec—, su pecado afect— a todos sus descendientes, incluyendo a nosotros.  Y por esto entramos en este mundo, con la naturaleza de Ad‡n, siguiendo su ejemplo en el pecado, y finalmente en la muerte.

 

Cada madre puede comprobar esto f‡cilmente con su propia experiencia.  Aunque los bebes vienen como angelitos, inocentes, en poco tiempo se empiezan a gritar, a mentir y a pelear con otros.  Es que han recibido, por herencias, el car‡cter de Ad‡n.

 

Y si esto era toda la historia, seria una historia terrible.  Pero no es toda la historia, porque en el mismo contexto, habla San Pablo de la manera en que muchos ya no tienen a Ad‡n como su representante, sino que ya tienen a Cristo.

 

Romanos 5:17   Pues si por la transgresi—n de uno solo

rein— la muerte, mucho m‡s reinar‡n en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.

 

Recibiendo el don de la justicia, tu puedes cambiar tu representaci—n.  En vez de estar representado por Ad‡n, el ca’do, tu puedes estar representado por Cristo, el triunfante. 

 

Se llama el don de la justicia, porque Dios te va a recibir como que la justicia de Cristo fuera tuya.  Esto se llama la buena nueva, o las buena noticias, y es algo que nuestro enemigo siempre quiere atacar.

 

En fin, la biblia entiende todos en el mundo como personas que o est‡n en Ad‡n, o son personas que est‡n en Cristo.

 

Y solamente tengo un punto mas.  Los hombres, las mujeres, los j—venes y los hijos que reciban ese don de la justicia, de repente, van a tener una nueva identidad.

 

3) Una nueva identidad.

 

Leyendo el nuevo testamento, vas a encontrar muchos pasajes que hablan de los que est‡n Òen CristoÓ, y estas personas en Cristo son la personas que tienen esa nueva identidad.

 

Por ejemplo, uno de nuestros favoritos est‡ en..

 

2 Corintios 5:17     De modo que si alguno est‡ en Cristo,

nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aqu’ todas son hechas nuevas.

 

En Cristo, tenemos la nueva identidad.  Ya somos diferentes, y esto tiene muchas implicaciones.  Estamos transformados. 

 

ÀPero que quiere decir Òlas cosas viejasÓ pasaron? 

 

 

 

Es que muchos de nosotros viv’amos antes en toda forma de pecado, hasta de vicios, y muchas formas de inmoralidad.

 

Pero ahora, lo que antes era nuestro gozo, es ahora para nosotros, algo repugnante, y lo que antes era repugnante, como el servicio a nuestro Dios ahora es un gran gozo.  Es que esto es parte de nuestra nueva identidad.

 

Y no solamente tenemos una nueva identidad ahora, sino que hasta tenemos una nueva ciudadan’a.

 

Filipenses 3:20 Mas nuestra ciudadan’a est‡ en los

cielos, de donde tambiŽn esperamos al Salvador, al Se–or Jesucristo.

 

Y todo esto de cambiar tu representaci—n, o cambiar tu identidad tiene grandes implicaciones para tu vida.

 

Es que Cristo ense–aba en muchas partes que en el futuro, habr‡ un gran d’a del juicio.  Esto es su expresi—n, en su verdad.

 

Mateo 12:36    Mas yo os digo que de toda palabra ociosa

que hablen los hombres, de ella dar‡n cuenta en el d’a del juicio.

 

Dios es justo, y el pecado siempre tiene que encontrar su recompensa, por esto dijo nuestro Dios, Òm’a es la venganza yo pagarŽÓ.  El hecho de que nuestro Dios es un Dios de amor, no va a cancelar el hecho de que tambiŽn es un Dios de justicia.   Cristo dijo en otra parteÉ

 

Juan 5:28-29   No os maravillŽis de esto; porque vendr‡

hora cuando todos los que est‡n en los sepulcros oir‡n su voz; y los que hicieron lo bueno, saldr‡n a resurrecci—n de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrecci—n de condenaci—n.

 

Existe una resurrecci—n de condenaci—n, esta es la verdad de Cristo.  Pero es algo que deseamos evitar, porque ser‡ terrible para los que aun est‡n en Ad‡n, como su representante, los que no han encontrado su nueva identidad.

 

San Pablo tambiŽn predicaba mucho sobre el d’a del juicio, y como ser‡.  Cuando fue a Grecia, dijoÉ

 

Hechos 17:30-31 Pero Dios, habiendo pasado por alto los

tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un d’a en el cual juzgar‡ al mundo con justicia, por aquel var—n a quien design—, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.

 

Esto ser‡ un d’a espantoso para los que aun son hijos de Ad‡n, o peor los que son hijos del diablo.  Pero con tu nueva identidad, ese d’a no ser‡ una amenaza alguna.

 

Romanos 8:1    Ahora, pues, ninguna condenaci—n hay para

los que est‡n en Cristo Jesœs, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Esp’ritu.

 

Con nuestra nueva identidad, todo es diferente.  Ya la ira de Dios no es algo va a consumir a nosotros, porque toda esa ira ha ca’do sobre nuestro representante, Cristo Jesœs, y por esto tenemos tanto amor por Žl, siempre dispuestos a servir le y hasta adorar le.

 

Pero hay aun mas dimensiones de esa nueva identidad.  Ahora nosotros tenemos grandes prop—sitos en este mundo, y de una manera un otra vamos a dejar nuestra huelle.

 

Cristo dice a sus seguidoresÉ

 

Mateo 5:13-16  Vosotros sois la sal de la tierra; pero si

la sal se desvaneciere, Àcon quŽ ser‡ salada? No sirve m‡s para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.

 

Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.

 

Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que est‡n en casa.

 

As’ alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que est‡ en los cielos.

 

 

Y hermano no dice que debemos de ser la luz y la sal del mundo, sino que ya somos, es parte de nuestra nueva identidad.  Por esto es natural para nosotros dejar un impacto en nuestra cultura, en nuestra sociedad.

 

Cuando tu identidad est‡ en Cristo, no vas a vivir como una persona derrotada, sino como una persona victoriosa como San Pablo explic— en el libro de Romanos.

 

Romanos 8:37-39 Antes, en todas estas cosas somos m‡s

que vencedores por medio de aquel que nos am—.

 

Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ‡ngeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podr‡ separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesœs Se–or nuestro.

 

Y otra vez, se vea esa expresi—n, en Cristo, que habla de nuestra nueva identidad.  Y cuando las escrituras hablan no solamente de vencedores, sino mas que vencedores, no es un sue–o, no es una fantas’a, sino que es gran parte de nuestra identidad en Cristo.

 

Y hay mas, much’simo mas, mas que se puede cubrir en un solo mensaje.  Y por esto sigamos estudiando la palabra, semana tras semana, avanzando, creciendo en esa nueva identidad.

 

ÀHas aprendido c—mo vivir una vida de gratitud, en vez de siempre quejando de algo que no va conforme a tus deseos?

 

Esto tambiŽn es parte de la nueva identidad en Cristo.

 

1 Tesalonicenses 5:18     Dad gracias en todo, porque esta

es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesœs.

 

ÀQuieres sentir cerca de Dios, en su presencia, y no tan lejos?  Pues esto tambiŽn est‡ parte de la nueva identidad, en Cristo.

 

Efesios 2:13   Pero ahora en Cristo Jesœs, vosotros que en

otro tiempo estabais lejos, habŽis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.

Y se pudiera multiplicar ejemplos toda la tarde.  Pero hermanos, cuando est‡s estudiando tu Biblia en casa, cuando encuentres esa expresi—n Òen CristoÓ o Òen Cristo JesœsÓ, nota lo y sepa que est‡ hablando de algo magnifico, porque est‡ hablando de tu nueva identidad.

 

------------------------ Conclusi—n -----------------------

 

Los que vivan en Cristo, saben que las promesas de las escrituras son ciertas, y confiables, y para ellos.

 

Pero tal vez hay alguien aqu’ que no est‡ en Cristo, o que simplemente no est‡ seguro.

 

Si esto es tu caso, queremos orar para ti en unos momentos. Pero tienes que entender que esa nueva identidad no es algo que tu puedes ganar trabajando, o merecer por tus meritos personales, es un regalo, como hemos visto es el don de la justicia.

 

Estamos redimidos por la justicia de otro, de Cristo, y no de nuestra propia justicia.

 

Por esto, en el bautismo llevamos una tunica blanca, representando la realidad de que estamos cubiertos en la justicia de otra, la justicia de Cristo, que es en realidad una justicia ajena de nuestros meritos.

 

Efesios 2:8-10 Porque por gracia sois salvos por medio de

la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se glor’e.

 

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesœs para buenas obras, las cuales Dios prepar— de antemano para que anduviŽsemos en ellas.

 

Las buenas obras vienen despuŽs de recibir la nueva identidad, no antes.  Pero aqu’ otra vez, se ve esa expresi—n gloriosa, Óen CristoÓ.

 

Y si tu hermano, amigo, deseas saber por cierto que est‡s en Cristo el triunfante, y no en Ad‡n el ca’do, puedes pasar en unos momentos, y queremos orar para ti.

 

 

Vamos a orar