11 de junio de 17
Celebrando La
Armadura
Efesios 6:10-20
Introducci—n
Muchos hermanos viviendo en los estados unidos, est‡n viviendo en lo
que se pudiera llamar, un mundo de fantas’a.
En una cultura en que la fe Cristiana ha sido dominante, en el pasado,
hemos disfrutado tantas bendiciones, tanta seguridad, tanta prosperidad, que
hay hermanos que no est‡n enterados, de que como Cristianos, estamos viviendo
en guerra. Y es una guerra feroz,
en contra de ti, y en contra de tu familia.
Algunos no se despiertan a esa realidad hasta que sus vidas personales
o hasta que sus familias enteras, han sido duramente atacadas.
Pero la situaci—n no es tan espantoso, cuando se realiza de que Dios
nos ha dado todo lo que necesitamos para ganar, para triunfar en esa
guerra.
Y esto es algo que podemos celebrar. Es cierto que estamos en guerra. Es cierto que estamos los blancos de un
enemigo feroz, que es mas poderoso, y mas astuto de nosotros.
Pero nuestro Dios, en amor, nos ha dado todo lo necesario, para resistir,
y hasta triunfar, sobre este enemigo terrible.
10) Por lo dem‡s, hermanos m’os,
fortaleceos en el Se–or, y en el poder de su fuerza.
Empezando un verso con ŇPor lo dem‡sÓ, quiere decir que esto sigue
mucha ense–anza importante, sobre quienes somos en Cristo, y como hemos estado
adoptados en la familia de Dios por la pura gracia de un Padre amoroso.
Y ahora, vamos a aprender c—mo caminar, no en nuestro propio poder,
que es inadecuado, para esa guerra, sino que vamos a aprender a caminar,
confiadamente, en el poder del Se–or.
10) Por lo dem‡s, hermanos m’os,
fortaleceos en el Se–or, y en el poder de su fuerza.
Caminando es esa fuerza, la defensa, hasta la victoria no es tan
dif’cil. De hecho ese yugo es
f‡cil, y esa carga es ligera.
Pero tenemos que tomar cuidado, de no entrar en esa batalla con nuestra
propia astucia, ni con nuestro propia poder.
En esto, el incrŽdulo no tiene defensa alguna, sino que se puede estar
tomado en derrota total, en cualquier momento en que esto sea el deseo del
enemigo.
2 Timoteo 2:24-26 Porque
el siervo del Se–or no debe ser
contencioso, sino amable para con todos, apto para ense–ar, sufrido; que
con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quiz‡ Dios les conceda que
se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que est‡n cautivos a
voluntad de Žl.
Aqu’ dice claramente, que el incrŽdulo ha sido tomado en el lazo del
diablo, y el diablo lo tiene tan enga–ado, que est‡ bajo su voluntad nefaria,
para ser usado en la guerra en contra de Dios.
11) Vest’os de toda la armadura de
Dios, para que pod‡is estar firmes contra las asechanzas del diablo.
Ahora bien, n—talo, para vivir victoriosamente, es importante conocer,
y vestirse de toda la armadura.
No vale nada llegando diciendo, ŇÁAh! yo quiero el escudo de la feÓ, o
ŇLa coraza de justicia, esta es lo que yo quieroÓ
No hermanos, cada hermano, va a necesitar toda la armadura.
Es necesario entender cada parte, pero no es suficiente entender la,
sino que hay que poner la.
11) Vest’os de toda la armadura
de Dios, para que pod‡is estar firmes contra las asechanzas del diablo.
Aqu’ hay otra gran trampa.
Muchos desean aprender de la armadura, Ápero jam‡s deciden de vestir se
de ella!
Muchos pueden aprender bien, y hablar bien de la guerra espiritual,
que jam‡s han peleado en la guerra espiritual. Y cuando viene su ataque grande,
no se pueden resistir.
El buen soldado no va a ganar porque tiene armadura excelente en su
posesi—n, sino que el buen soldado va a ganar porque tiene su armadora puesta,
sobre cada parte vulnerable de su cuerpo.
11) Vest’os de toda la armadura
de Dios, para que pod‡is estar firmes contra las asechanzas del diablo.
Estamos hablando de una guerra con el diablo. Y tenemos que entender que el diablo es
real, es una persona, un ‡ngel que ha ca’do, que odia a Dios, y est‡ llena de
odio para ti, y para mi, como hijos de Dios.
El diablo no es simplemente un concepto metaf—rico de la maldad, sino
tiene una personalidad.
Esto tambiŽn es la naturaleza de todos sus demonios. Mira como Cristo lo present—É
Mateo 12:43-45 Cuando el esp’ritu
inmundo sale del hombre,
anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla.
Entonces dice: VolverŽ a mi casa de donde sal’; y cuando llega, la
halla desocupada, barrida y adornada.
Entonces va, y toma consigo otros siete esp’ritus peores que Žl, y
entrados, moran all’; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que
el primero. As’ tambiŽn acontecer‡ a esta mala generaci—n.
Los demonios se pueden razonar, pueden hablar entre si, algunos son
mas malvados que otros. Por esto
Cristo dijo que ciertos solamente salgan con oraci—n o hasta con ayuno.
Y cuando Cristo habl— de demonios, hablaba de esp’ritus inmundos, o
sea sucios en el extremo, asquerosos.
Es por esto que deseaban entrar en los cerdos. A los demonios les encantan la suciedad.
En este pa’s ha veces hablando de alguien dicen ŇÁAh ese tipo tiene
sus demonios!Ó, como que los demonios simplemente eran defectos, o debilidades.
Pero no es as’ en la Biblia.
El diablo, los demonios son seres antiguos, llenos de astucia, y llenos
de poder.
Pero, hay que recordarÉ
1 Juan 4:4 Hijitos, vosotros sois
de Dios, y los habŽis
vencido; porque mayor es el que est‡ en vosotros, que el que est‡ en
el mundo.
Es que el diablo y sus demonios han sido despojados, o sea desarmados
por la cruz, y cuando tu, hermano, hermana, joven, estas vestido con toda la
armadura, ellos no pueden meter se contigo.
1 Juan 5:18 Sabemos
que todo aquel que ha nacido de
Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le
guarda, y el maligno no le toca.
12) Porque no tenemos lucha contra
sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de
maldad en las regiones celestes.
Pablo entend’a que los demonios tienen sus jerarqu’as, sus
organizaciones, sus territorios.
Cristo dijo que el diablo era el pr’ncipe de este mundo, y tiene sus
t‡cticas para intentar gobernar, avanzando la maldad y la mentira.
A veces nosotros estamos enga–ados, cuando un hijo est‡ en pleito con
sus padres, o un esposo est‡ en contienda con su esposa, tratando el ser cre’do
como su enemigo.
Pero eso es un enga–o.
Hermano tu esposa jam‡s es tu enemiga, sino que tu enemigo verdadero
siempre esta detr‡s del conflicto, calentando sus manos al fuego de tu
contienda, y por supuesto riendo de ti, como has f‡cilmente ca’do otra vez en
su trampa.
Pero con toda la armadura, bien puesta, esto puede terminar para
siempre.
13) Por tanto, tomad toda la armadura
de Dios, para que pod‡is resistir en el d’a malo, y habiendo acabado todo,
estar firmes.
Aqu’ Pablo est‡ repitiendo, otra vez hablando de toda la armadura. Sabiendo que habr‡ hermanos que
desear‡n agarrar unas partes favoritas, como la espada, pero dejando otras
partes importantes, como los calzados.
Pero para ganar, tienes que tomar toda, tomar la, y no solamente
aprender algo de ella. Hay que
tomar la, y estar vestido de ella.
13) Por tanto, tomad toda la armadura
de Dios, para que pod‡is resistir en el d’a malo, y habiendo acabado todo,
estar firmes.
Lo bueno, lo que podemos celebrar
en esta ma–ana es el hecho de que podemos resistir. Esta es la promesa.
Podemos aprender como resistir el diablo, y como est‡ prometido, el
huir‡ de nosotros. Tiene que huir,
no tiene otra opci—n, las promesas est‡n fieles.
Santiago 4:7 Someteos,
pues, a Dios; resistid al diablo,
y huir‡ de vosotros.
La raz—n de que muchos j—venes Cristianos han ca’do en nuestro pa’s es
por que simplemente no han aprendido jam‡s como resistir.
1 Pedro 5:8-9 Sed sobrios,
y velad; porque vuestro
adversario el diablo, como le—n rugiente, anda alrededor buscando a
quien devorar;
al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos
padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.
14) Estad, pues, firmes, ce–idos
vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
Estos son los primeros dos elementos. Y el primero es la verdad. La verdad es una parte clave de nuestra armadura.
ŔPero por quŽ? Es que,
hermanos, el diablo estaba derrotado con la cruz de Cristo Jesśs. Antes se tenia mas dominio y
autoridad. Pero ahora no.
Mateo 28:18 Y
Jesśs se acerc— y les habl— diciendo:
Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
Se puede preguntar, Ŕsi el diablo ha sido desarmado, conquistado, como
es que aun tiene tanta influencia?
Es que su śnica arma ya, es la mentira, el enga–o, y la
ignorancia. Es mentiroso, y padre
de mentira.
Se empez— empleando la mentira, con Eva, y cuando nosotros caigamos en
los errores, b‡sicamente estamos copiando otra vez el error de Eva. San Pablo lo dijo as’É
2 Corintios 11:3 Pero
temo que como la serpiente con su
astucia enga–— a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera
extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.
La mentira es su śnica arma, y cuando tu tienes tus lomos
ce–idos con la verdad, estas protegido. Pero para caminar en la verdad, tendr‡s que conocer la
palabra, y rechazar las mentiras de este mundo.
Estudiando la palabra ver‡s que la verdad siempre es primaria.
ŔHablando de c—mo se debe de seleccionar sus entretenimientos que dijo
San Pablo?
Filipenses 4:8 Por lo dem‡s,
hermanos, todo lo que es
verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo
lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en
esto pensad.
Si en tu casa, estas mirando programas d’a y noche que est‡n llenas de
las mentiras del diablo, entonces tu y tus hijos est‡n poco a poco sacrificando
la armadura de Dios y tirando la en la basura.
Si est‡s escuchando la mśsica mundana que puede excitar quiz‡s tus
sentimientos, pero est‡ llenando te con errores, es como agarrar el escudo de
la fe y tirar lo de ti como un gran frisbee.
La verdad es antes de todo.
Y gran parte del prop—sito de la iglesia es preservar la verdad.
1 Timoteo 3:15 Para que si tardo,
sepas c—mo debes
conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna
y baluarte de la verdad.
Y hermanos, cuando se escucha por primera vez lo que pas— con Anan’as
y Safira en el libro de Hechos, muchos hermanos lo toman como un poco severo,
de parte de Dios.
Hechos 5:1-5 Pero
cierto hombre llamado Anan’as, con
Safira su mujer, vendi— una heredad, y sustrajo del precio, sabiŽndolo
tambiŽn su mujer; y trayendo s—lo una parte, la puso a los pies de los
ap—stoles.
Y dijo Pedro: Anan’as, Ŕpor quŽ llen— Satan‡s tu coraz—n para
que mintieses al Esp’ritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?
ReteniŽndola, Ŕno se te quedaba a ti? y vendida, Ŕno estaba en tu poder?
ŔPor quŽ pusiste esto en tu coraz—n? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
Al o’r Anan’as estas palabras, cay— y expir—. Y vino un gran temor
sobre todos los que lo oyeron.
Lo mismo pas— con su esposa, Ŕpero por quŽ? Es que Dios estaba ense–ando algo sobre la prioridad de la
verdad. La verdad es la primera
parte de la armadura.
La arma principal del diablo es su enga–o, su mentira, y por esto
nosotros siempre tenemos que luchar, usando la verdad.
En la gran oraci—n de Cristo para sus disc’pulos, mira como se habl—
de la verdad.
Juan 17:15-17 No ruego que
los quites del mundo, sino que
los guardes del mal. No
son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Santif’calos en tu verdad; tu palabra es verdad.
Hermanos, en este mundo moderno, las mentiras pueden llegar a tus
o’dos como miles de veces al d’a, y es sumamente importante que tienes la
capacidad de separar el enga–o, del cierto.
14) Estad, pues, firmes, ce–idos
vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
La coraza de justicia va a proteger tu pecho, tu coraz—n, todas tus
entra–as vulnerables. ŔPero como
es esto?
Justificado por la fe, ya est‡s cubierto con la justicia de Cristo. El diablo como acusador de los hermanas puede
venir acusando te, y a veces ser‡s culpable, pero puedes responder que todo ha
sido pagado por la sangre de Cristo, y as’ resistir completamente el ataque.
Romanos 8:1 Ahora,
pues, ninguna condenaci—n hay para
los que est‡n en Cristo Jesśs, los que no andan conforme a la carne,
sino conforme al Esp’ritu.
Puedes responder, ŇSi, es cierto, me ca’, pero he levantando y estoy
protegido con la coraza de la justicia, que Cristo compr— para mi, derramando
su sangre el calvario.
Y si quieres tirar un poco mas en la cara de tu enemigos, puedes citar
a Romanos 8.
Romanos 8:31-34 ŔQuŽ, pues,
diremos a esto? Si Dios es
por nosotros, ŔquiŽn contra nosotros? El que no escatim— ni a su propio Hijo, sino que lo entreg—
por todos nosotros, Ŕc—mo no nos dar‡ tambiŽn con Žl todas las cosas?
ŔQuiŽn acusar‡ a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ŔQuiŽn
es el que condenar‡? Cristo es el que muri—; m‡s aun, el que tambiŽn resucit—,
el que adem‡s est‡ a la diestra de Dios, el que tambiŽn intercede por nosotros.
Respondiendo as’ puedes decir con confianza, ŇVete de mi Satan‡s, tus
ataques est‡n rebotando por mi coraza de justiciaÓ. ÁA otra cosa mariposa!
14) Estad, pues, firmes, ce–idos
vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
TambiŽn se puede aplicar esto a nuestras vidas que deben de ser cada
vez mas santas. Cuando uno aprenda
mas y mas sobre c—mo resistir, tu obediencia va a a–adir a esa parte de la
armadura.
Romanos 16:19-20 Porque
vuestra obediencia ha venido a
ser notoria a todos, as’ que me gozo de vosotros; pero quiero que
se‡is sabios para el bien, e ingenuos para el mal.
Y el Dios de paz aplastar‡ en breve a Satan‡s bajo vuestros pies. La
gracia de nuestro Se–or Jesucristo sea con vosotros.
Me encanta el verso 20, pero viene en un contexto de personas que
vivan lejos del conocimiento de la maldad.
Personas que est‡n ingenuos para el mal. Personas que ni tienen que mirar toda la maldad que est‡
presentada, constantemente en el cine, o en la televisi—n.
15) y calzados los pies con el apresto
del evangelio de la paz.
El diablo a veces quiere dar te la impresi—n de que Dios est‡ muy
lejos de ti. Pero por el
evangelio, nosotros estamos en paz con Dios.
Cayendo en el lodo del pecado a veces, nos levantamos
arrepentidos, r‡pidamente limpi‡ndonos, para estar otra vez muy cerca
de nuestro Padre.
1 Juan 1:9 Si confesamos nuestros
pecados, Žl es fiel y
justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Los calzados de un soldado romano eran para plantar lo firmemente para
estar firme en la batalla. Sin los
calzados, uno se pudiera caer, tropezar, o cortar a sus pies por cosas afiladas
y estar por un tiempo fuera de la acci—n.
Pero con el evangelio de la paz nos ponemos en paz r‡pidamente con
nuestro Dios, o con nuestra pareja, o con otros hermanos.
Y as’, no demos, lugar alguno, al diablo.
Efesios 4:25-27 Por lo cual,
desechando la mentira,
hablad verdad cada uno con su pr—jimo; porque somos miembros los unos
de los otros. Airaos, pero no
pequŽis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.
16) Sobre todo, tomad el escudo de la
fe, con que pod‡is apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Para levantar el escudo de la fe, tendr‡s que creer todo lo que la
Biblia dice. Y la biblia dice que
Satan‡s puede plantar pensamientos en tu mente. Ya hemos visto como el diablo puso pensamientos en las
mentes de Anan’as y Safira, y ellos, como ingenuos pensaban que los pensamiento
vinieron de ellos mismos.
Y el mismo pas— con David en el testamento antiguo.
1 Cr—nicas 21:1-3 Pero
Satan‡s se levant— contra Israel,
e incit— a David a que hiciese censo de Israel. Y dijo David a Joab y a los pr’ncipes
del pueblo: Id, haced censo de Israel desde Beerseba hasta Dan, e informadme
sobre el nśmero de ellos para que yo lo sepa.
Y dijo Joab: A–ada Jehov‡ a su pueblo cien veces m‡s, rey se–or m’o;
Ŕno son todos Žstos siervos de mi se–or? ŔPara quŽ procura mi se–or esto, que ser‡
para pecado a Israel?
Ese pensamiento vino de Satan‡s, pero David pensaba que era su
idea. Joab sabia que era un
enga–o, pero ni modo, tenia que obedecer y perdieron mucha gente por esto.
ŔCual es el punto?
Hermanos, tu puedes descubrir pensamientos extra–os en tu mente, que no son tuyos, ni vienen de Dios,
sino que vienen directamente del maligno.
Hay muchos hermanos que escuchan sugerencias, o hasta voces.
Eres
un fracaso.
Dios
no te ama.
La
vida Cristiana es una broma.
Tu
estabas mas feliz en el mundo.
Tu matrimonio es un fracaso,
Ásep‡rate!.
Mejor vivir separados en paz, que odiando el uno a otro, Ŕno?
Esto jam‡s va a cambiar.
Eres un perdedor permanente.
Eres feo, eres gordo.
ŔPorque no acabes de un vez con todo esto?
ŔTu?
ŔUn Cristiano? ŔNo me hagas re’r?
Existan hermanos que andan atormentados con estos pensamiento
constantemente.
Otros, la mayor’a de nosotros podemos pasar por algo semejante cuando
estamos muy cansados, o cuando no hemos comido nada. El diablo vino a Cristo cuando estaba ayunando.
ŔPero c—mo podemos levantar el escudo de la fe, para bloquear todas
estas flechas? ŔComo podemos
apagar estos dardos de fuego?
Y n—talo hermano, que con la armadura que estamos celebrando se puede
apagar todos.
16) Sobre todo, tomad el escudo de la
fe, con que pod‡is apagar todos los dardos de fuego del maligno.
ŔPero como? La respuesta
muy clara est‡ enÉ
2 Corintios 10:3-5 Pues
aunque andamos en la carne, no
militamos segśn la carne; porque las armas de nuestra milicia no son
carnales, sino poderosas en Dios para la destrucci—n de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que
se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo.
Aprendemos, con el escudo, a tomar cautivo todo pensamiento. Preguntamos, ŇŔDe donde vino esto? Esto
no vino de mi, esto no vino de Dios.
Es un ataque, que tengo que tomar cautivo y tirar en la basura, y
proclamar otra vez, Ň!Vete de mi Satan‡s!Ó ÁA otra cosa mariposa!
Hermanos esto es muy serio.
Muchas hermanas, j—venes han tenido pensamientos de suicidio, pero no
saben que esto vino de abajo.
O el diablo puede plantar algo feo en tu mente, algo sucio, como una tentaci—n,
o una blasfemia, y despuŽs condenar te por pensar algo semejante.
Pero tienes que reconocer que es posible que esto ni vino de ti, no es
pecado estar tentado, hasta Cristo estaba tentando en todo, pero sino pecado.
17) Y tomad el yelmo de la salvaci—n,
y la espada del Esp’ritu, que es la palabra de Dios;
Con el yelmo de la salvaci—n, confiamos en que ya somos hijos de Dios,
y que esto jam‡s va a cambiar.
Filipenses 1:6 Estando persuadido
de esto, que el que
comenz— en vosotros la buena obra, la perfeccionar‡ hasta el d’a de
Jesucristo.
Nosotros no Žramos los autores de nuestra fe, tampoco seremos los
consumadores.
Hebreos 12:2 Puestos
los ojos en Jesśs, el autor y
consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Žl sufri—
la cruz, menospreciando el oprobio, y se sent— a la diestra del trono de Dios.
Cuando el diablo viene atacando, tratando de aplastar tu cabeza con su
espada, el yelmo de la salvaci—n te ayudar‡ a poner tus ojos en Jesśs, y no en
tu propia vida, o sea en tu propia obediencia.
Tenemos que siempre recordar Dios nos ha salvado, y que su obra es
perfecta.
Juan 10:27-30 Mis ovejas
oyen mi voz, y yo las conozco, y
me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecer‡n jam‡s, ni nadie
las arrebatar‡ de mi mano.
Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede
arrebatar de la mano de mi Padre. Yo
y el Padre uno somos.
17) Y tomad el yelmo de la salvaci—n,
y la espada del Esp’ritu, que es la palabra de Dios;
Tu espada, para lanzar tus propios ataques, y levantar toda forma de
defensa es la palabra de Dios.
Pero para hacer esto, tienes que conocer algo de la palabra. Los que realmente tomen esto en serio,
han memorizados versos y hasta promesas.
Cristo nos dio un gran ejemplo de todo esto.
Mateo 4:1-11 Entonces
Jesśs fue llevado por el Esp’ritu
al desierto, para ser tentado por el diablo. Y despuŽs de haber ayunado cuarenta d’as
y cuarenta noches, tuvo hambre.
Y vino a Žl el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas
piedras se conviertan en pan. El
respondi— y dijo: Escrito est‡: No s—lo de pan vivir‡ el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios.
Entonces el diablo le llev— a la santa ciudad, y le puso sobre el
pin‡culo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, Žchate abajo; porque
escrito est‡:
A sus ‡ngeles mandar‡ acerca de ti, y,
En sus manos te sostendr‡n,
Para que no tropieces con tu pie en piedra.
Jesśs le dijo: Escrito est‡ tambiŽn: No tentar‡s al Se–or tu Dios. Otra vez le llev— el diablo a un monte
muy alto, y le mostr— todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le
dijo: Todo esto te darŽ, si postrado me adorares.
Entonces Jesśs le dijo: Vete,
Satan‡s, porque escrito est‡: Al Se–or tu Dios adorar‡s, y a Žl s—lo
servir‡s.
El diablo entonces le dej—; y he aqu’ vinieron ‡ngeles
y le serv’an.
Los que tomen la armadura en serio, van a tener un programa de
memorizaci—n de las escrituras.
18) orando en todo tiempo con
toda oraci—n y sśplica en el Esp’ritu, y velando en ello con toda perseverancia
y sśplica por todos los santos;
El hecho de que has aprendido algo de la armadura no es
suficiente. Hay que tomar la,
poner la, y vivir en la oraci—n.
ŔCuando? En todo tiempo.
ÁHermanos estamos en guerra!
Y en esa guerra no hay tregua.
ŔY n—talo, para quien estamos orando? Para todos los santos.
18) orando en todo tiempo con toda
oraci—n y sśplica en el Esp’ritu, y velando en ello con toda perseverancia y
sśplica por todos los santos;
Otro enga–o grande del enemigo es convencer a los hermanos que
simplemente son pecadores, salvados por la gracia de Dios.
Pero la Biblia nos presenta de otra manera. Nosotros somos los santos. Es ciertos que podemos caer en le pecado, hasta en pecados
feos cuando olvidamos de la armadura.
Pero somos los santos, que andan en el poder de la resurrecci—n.
Romanos 8:11 Y si el
Esp’ritu de aquel que levant— de los
muertos a Jesśs mora en vosotros, el que levant— de los muertos a
Cristo Jesśs vivificar‡ tambiŽn vuestros cuerpos mortales por su Esp’ritu que
mora en vosotros.
Los santos ya tienen el esp’ritu de todo poder viviendo dentro nuestro
ser. Y por esto, estamos
invencibles.
1 Juan 4:4 Hijitos, vosotros sois
de Dios, y los habŽis
vencido; porque mayor es el que est‡ en vosotros, que el que est‡ en
el mundo.
Pero esto puede introducir otro peligro. Siendo seres invencibles, es posible llenar nos con el
orgullo o con la soberbia. Por
esto Pablo va a terminar este pasaje pidiendo la oraci—n, para si mismo.
19-20) y por m’, a fin de que al abrir
mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del
evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de Žl,
como debo hablar.
Jam‡s podemos pensar que ya hemos llegado, que ya somos graduados de
los estudios de Cristo. Aun
con a–os de aprendizaje, podemos caer, si no estemos confiando en el poder de
Dios, y manteniendo nuestra compa–erismo con el Esp’ritu, en oraci—n constante.
------------------------ Conclusi—n -----------------------
Hermano, Dios te ha salvado, no solamente para ayudar te escapar de
las llamas del infierno, sino para tener un compa–erismo contigo, para vivir
contigo en una relaci—n dulce y amorosa. Y si esto es lo que tu quiere, puedes pasar en unos momentos,
queremos orar, para ti.
Vamos a orar