30 de abril de 17

La Limpieza Costosa

Isa’as 12:1-6

Introducci—n

 

Regresando a Isa’as, es necesario recordar el contexto de lo que estamos viendo aqu’ en el capitulo doce. Isa’as profetizaba en tiempos muy oscuros, mientras casi el pueblo entero estaba lejos de Dios.

 

Por sus varios ’dolos, que empez— realmente con las esposas de Salom—n, se han provocado el furor de Dios.

 

Isa’as 1:10    Pr’ncipes de Sodoma, o’d la palabra de

Jehov‡; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.

 

Llamando les Sodoma y Gomorra, era una manera de ojala despertar los a su suciedad extrema, hablando espiritualmente.  Esto fue el problema.  Espiritualmente estaban muy, muy sucios, pero no estaban enterados de esto, como muchos en nuestros tiempos.

 

Y el profeta Isa’as, dando la fuerte amonestaci—n, empleaba el imagen de una mano extendi—.

 

Isa’as 9:17    Por tanto, el Se–or no tomar‡ contentamiento

en sus j—venes, ni de sus huŽrfanos y viudas tendr‡ misericordia; porque todos son falsos y malignos, y toda boca habla desprop—sitos. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todav’a su mano est‡ extendida.

 

Pero como el profeta hablaba a la familia de David, que iba a traer el Cristo al mundo, no todo pudo ser juicio y condenaci—n.  Siempre hab’a un remanente, y siempre hab’a algo de esperanza.

 

Y esto hemos visto tambiŽn en estos cap’tulos tempranos.

 

Isa’as 1:18    Venid luego, dice Jehov‡, y estemos a

cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve ser‡n emblanquecidos; si fueren rojos como el carmes’, vendr‡n a ser como blanca lana.

 

 

La blanca lana era simb—lica de una limpieza de la suciedad de sus esp’ritus.

 

ŔPero c—mo iban a recibir esa limpieza costosa, c—mo iba a pasar todo esto?

 

Y la respuesta era uno que llevaba el nombre Emanuel, o sea Dios con nosotros.  O como hemos visto en el capitulo nueveÉ

 

Isa’as 9:6-7   Porque un ni–o nos es nacido, hijo nos es

dado, y el principado sobre su hombro; y se llamar‡ su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Pr’ncipe de Paz.

 

Lo dilatado de su imperio y la paz no tendr‡n l’mite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiŽndolo y confirm‡ndolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehov‡ de los ejŽrcitos har‡ esto.

 

Estos son pasajes de mucha esperanza y de optimismo, en medio de un tiempo de juicio, de oscuridad, y de suciedad espiritual.

 

Bien, llegando al fin del capitulo 11 hemos visto un camino.

 

Isa’as 11:16   Y habr‡ camino para el remanente de su

pueblo, el que qued— de Asiria, de la manera que lo hubo para Israel el d’a que subi— de la tierra de Egipto.

 

Esto es el contexto para el mensaje de hoy.  Como que ten’an un camino para pasar por el mar rojo, iban a tener otra vez un camino para salir de toda cautividad y regresar a JerusalŽn. 

 

Esto era una gran promesa para mantener su fe viva, durante los tiempos muy duros y oscuros.

 

El capitulo de hoy es bien breve, y libre de amenazas de juicio.

 

1)  En aquel d’a dir‡s: CantarŽ a ti, oh Jehov‡; pues aunque te enojaste contra m’, tu indignaci—n se apart—, y me has consolado.

 

ŔDe que d’a est‡ halando?  El d’a de la venida de Cristo, Emanuel, Dios con nosotros.  Y es el d’a tambiŽn en que nosotros estamos viendo. 

 

Pero en este verso el pueblo reconoc’a que Dios estaba justamente enojado con ellos.

 

1)  En aquel d’a dir‡s: CantarŽ a ti, oh Jehov‡; pues aunque te enojaste contra m’, tu indignaci—n se apart—, y me has consolado.

 

ŔHermano, hermana, j—ven, alguna vez has sentido que Dios estaba justamente enojado contigo?  ŔAlguna vez has sentido el peso y la suciedad de tu pecado?

 

ŔAlguna vez has sentido que Dios tenia una indignaci—n justa y merecida en contra tuya?

 

Si no es as’, a lo mejor jam‡s has sentido tu necesidad de un salvador y un redentor de tu vida.

 

Una vez una mujer, prostituta vino a Cristo, limpiando sus pies con su pelo, llorando y gastando sobre Žl un perfume costoso. 

 

Era una mujer espiritualmente sucia, de una de ellas dice que Cristo echo siete demonios.

 

Esa mujer amaba mucho, porque era perdonada mucho.

 

Pero aun los que no han ca’do en un lodo tan grosero, han acumulado pecados, infinitamente costosos.

 

1)  En aquel d’a dir‡s: CantarŽ a ti, oh Jehov‡; pues aunque te enojaste contra m’, tu indignaci—n se apart—, y me has consolado.

 

Si dice que la indignaci—n de Dios fue apartado, seguramente hab’a una limpieza, una limpieza costosa para producir todo esto.

 

2) He aqu’ Dios es salvaci—n m’a; me asegurarŽ y no temerŽ; porque mi fortaleza y mi canci—n es JAH Jehov‡, quien ha sido salvaci—n para m’.

Cuando vino esa gran salvaci—n que estaba profetizaba, tendr’a la capacidad de eliminar el temor.  Siempre es bueno tener un temor de Dios en tŽrminos de la reverencia, pero el pavor de grandes castigos y juicios puede ser quitado.

Cuando uno sabe que ya est‡ bien con Dios, no tiene que vivir mas en el temor del hombre por ejemplo.

 

Proverbios 29:25     El temor del hombre pondr‡ lazo;

Mas el que conf’a en Jehov‡ ser‡ exaltado.

 

Caminando cerca de Dios, uno sabe que el hombre no puede hacer nada a ti,  que no ha pasado por la filtraci—n de la providencia y el permiso de Dios.

 

Si Dios est‡ controlando todo lo que pasa, Dios est‡ controlando a los hombres malvados, y dando les restricciones y limites en cuanto a lo que ellos pueden hacer en contra de nosotros.

 

2) He aqu’ Dios es salvaci—n m’a; me asegurarŽ y no temerŽ; porque mi fortaleza y mi canci—n es JAH Jehov‡, quien ha sido salvaci—n para m’.

 

Es el destino del malvado vivir en los temores.

 

Proverbios 28:1  Huye el imp’o sin que nadie lo persiga;                      Mas el justo est‡ confiado como un le—n.

 

El justo, el redimido en Cristo est‡ confiado, sin temor, porque ya sabe que ha sido limpiado, por la sangre de Cristo.

 

Y es interesante la manera en que Isa’as nos ense–a aqu’ de nuestra salvaci—n.  No habla de la salvaci—n como un estado de limpieza que Dios nos ha dado, sino que Dios mismo es nuestra salvaci—n.

 

ÁDios es nuestra salvaci—n!

 

Tenemos algo semejante en la naturaleza de la verdad.

La verdad no es simplemente informaci—n que hemos recibido de Cristo, sino que Cristo mismo es la verdad.  La verdad para nosotros es una persona.

 

Juan 14:6 Jesśs le dijo: Yo soy el camino, y la verdad,

y la vida; nadie viene al Padre, sino por m’.

 

Ese verso es una refutaci—n de todas las religiones falsas del mundo.  Porque ningśn religi—n falsa tiene la limpieza costosa producida por la muerte y la resurrecci—n de Cristo.

 

3) SacarŽis con gozo aguas de las fuentes de la salvaci—n.

 

Aqu’ Isa’as habla metaf—ricamente, o sea simb—licamente de aguas.  Y esto es muy normal en la Biblia.  El agua era lo mas necesario para vivir tan cerca de los desiertos.

 

En los tiempos de Abraham, e Isaac, se ve que la gente  peleaban sobre los pozos de agua, porque para ellos el agua era todo.

 

Cristo tambiŽn empleaba esas expresiones, a veces hablando del agua como una limpieza, y a veces comparando lo con el Esp’ritu Santo.

 

Juan 4:5-10    Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada

Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo JosŽ.

 

Y estaba all’ el pozo de Jacob. Entonces Jesśs, cansado del camino, se sent— as’ junto al pozo. Era como la hora sexta.

 

Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesśs le dijo: Dame de beber.

 

Pues sus disc’pulos hab’an ido a la ciudad a comprar de comer.

 

La mujer samaritana le dijo: ŔC—mo tś, siendo jud’o, me pides a m’ de beber, que soy mujer samaritana? Porque jud’os y samaritanos no se tratan entre s’.

 

Respondi— Jesśs y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quiŽn es el que te dice: Dame de beber; tś le pedir’as, y Žl te dar’a agua viva.

 

Cristo empleaba el concepto del agua, como algo espiritual, Se hablaba de agua viva.

 

Y esa mujer era espiritualmente sucia.  Ha vivido con muchos hombres, y el hombre con que ahora viv’a no era su esposo.  Estaba viviendo en la fornicaci—n.

 

Pero Cristo estaba presentando a ella una limpieza, y hablando con ella se present— el evangelio, las buenas nuevas.  Ella, despuŽs creyendo, empez— a convertir el pueblo entero.

As’ que hay muchas maneras de emplear el agua en las ense–anzas B’blicas.

 

3) SacarŽis con gozo aguas de las fuentes de la salvaci—n.

En otro gran profeta, Ezequiel, se emplean el agua como s’mbolo poderoso de la salvaci—n.

 

Ezequiel 36:25-27    EsparcirŽ sobre vosotros agua limpia, y

serŽis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ’dolos os limpiarŽ.

 

Os darŽ coraz—n nuevo, y pondrŽ esp’ritu nuevo dentro de vosotros; y quitarŽ de vuestra carne el coraz—n de piedra, y os darŽ un coraz—n de carne.

 

Y pondrŽ dentro de vosotros mi Esp’ritu, y harŽ que andŽis en mis estatutos, y guardŽis mis preceptos, y los pong‡is por obra.

 

Esto es una ense–anza muy elocuente de la salvaci—n de nuestras almas.

 

El agua aqu’ es claramente un s’mbolo de la limpieza.

 

Ezequiel 36:25       EsparcirŽ sobre vosotros agua limpia, y

serŽis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ’dolos os limpiarŽ.

 

En el testamento antiguo, el problema era casi siempre la idolatr’a.  Y hemos aprendido que detr‡s de cada ’dolo, existe un demonio o varios.

 

1 Corintios 10:20    Antes digo que lo que los gentiles

sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hag‡is part’cipes con los demonios.

 

Un demonio es un esp’ritu sucio, pausa, sumamente sucio.  Y los que juegan con el pecado, con el vicio, con los fuertes resentimientos y la falta del perd—n, se pueden abrirse a ellos.

 

En muchas partes se presentan a ellos como esp’ritus inmundos.

Mateo 12:43    Cuando el esp’ritu inmundo sale del hombre,

anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla.

 

Marcos 1:23-24 Pero hab’a en la sinagoga de ellos un hombre

con esp’ritu inmundo, que dio voces,  diciendo: !!Ah! ŔquŽ tienes con nosotros, Jesśs nazareno? ŔHas venido para destruirnos? SŽ quiŽn eres, el Santo de Dios.

 

Busque en el diccionario de Espa–ol la definici—n de esa palabra ŇinmundoÓ y esto es lo que dice.

 

Muy sucio, asqueroso, repugnante:

 

Y cuando te juegues con el pecado, hermano, hermana, joven, con algo asqueroso est‡s jugando.

 

Y por estos, los que ya no son ciegos, desean la limpieza, las aguas gozosas de esa gran salvaci—n.  Mientras los que aun est‡n ciegos, sigan con sus juegos peligrosos.

 

2 Corintios 4:3-4    Pero si nuestro evangelio est‡ aśn

encubierto, entre los que se pierden

est‡ encubierto; en los cuales el dios

de este siglo ceg— el entendimiento de

los incrŽdulos, para que no les

resplandezca la luz del evangelio de la

gloria de Cristo, el cual es la imagen

de Dios.

 

4) Y dirŽis en aquel d’a: Cantad a Jehov‡, aclamad su nombre, haced cŽlebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido.

 

Los que han sido despertados de las locuras de este mundo, escapando de la gran suciedad del enemigo, van a vivir cantando.  Van a celebrar a Cristo hasta invitando a otros a participar en el gozo.

 

Van a hablar y celebrar lo que Dios ha hecho para nosotros.

 

Ahora se ve que este capitulo peque–o es muy semejante a los Salmos que acabamos de estudiar por cuatro a–os en los viernes.

 

Pero esa cancion aqu’ viene en medio de un tiempo de gran condenaci—n y de juicio. 

Ense–ando nos que siempre hay esperanza.

 

5) Cantad salmos a Jehov‡, porque ha hecho cosas magn’ficas; sea sabido esto por toda la tierra.

 

Se ve aqu’, profec’as del evangelio y hasta de las misiones.  Tan grande era la limpieza en Cristo, que en amor la gente deseaban compartir la con otros.

 

Cuando Isa’as estaba profetizando esto, siete cientos a–os antes de Cristo, no sab’an nada de esta salvaci—n en MŽxico, ni en Centro America, ni en SudamŽrica.

 

All‡ la gente viv’an en la suicidad espiritual, con su brujer’a y sus hechicer’as y su superstici—n.

 

Y era el mismo en Europa, pura suciedad espiritual.

 

Era posible para Europa despertar primeramente a la vedad simplemente porque estaban mas cerca de los misioneros que sal’an de Israel.

 

Pero desde el principio de la fe Cristiana, en amor ha habido personas, familias dispuestas a viajar a lugares lejos, a lugres peligroso para llevar la verdad a pueblos perdidos, donde aun viv’an en la suciedad espiritual.

 

Y siempre hab’a iglesias para ayudar les, econ—micamente y con oraci—n.  Hasta que ahora, con dos mil a–os, estamos en todas la naciones del mundo, continuando la lucha en contra del error y en contra de la suciedad espiritual.

 

6) Regoc’jate y canta, oh moradora de Sion; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.

 

Es un gran gozo para nosotros, saber que estamos viviendo en la presencia de Se–or, siempre mejorando nuestro concepto de la verdad, afinando nuestro entendimiento con las revelaciones de las escrituras.

 

========================== Doctrina =====================

 

1) El agua en las escrituras, muchas veces es s’mbolo de

   la limpieza espiritual.

 

2) Nuestra gran limpieza no era barata, sino que era

   sumamente costosa.

 

 

1) El agua en las escrituras, muchas veces es s’mbolo de

   la limpieza espiritual.

 

Ya hemos visto como el agua era presentada en el gran pasaje de Ezequiel, pero hay muchos mas.

 

En efesios dice que el hombre puede lavar a su esposa, su familia con la palabra como Cristo est‡ limpiando su iglesia.

 

Efesios 5:25-27 Maridos, amad a vuestras mujeres, as’

como Cristo am— a la iglesia, y se entreg— a s’ mismo por ella, para santificarla, habiŽndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,

a fin de present‡rsela a s’ mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.

 

ŔHermano, ya has empezado a abrir las escrituras en casa, finalmente tomando tu lugar como cabeza de la familia?

ŔO aun sigues en la gran cantidad de familias en que la mujer aun es el l’der espiritual?

 

Cuando Cristo limpiaba los pies de sus disc’pulos, no era simplemente una ense–anza sobre la humildad, era esto, claro, pero era mas.  Era una ense–anza sobre la limpieza, la limpieza costosa.

 

Juan 13:2-11   Y cuando cenaban, como el diablo ya hab’a

puesto en el coraz—n de Judas Iscariote, hijo de Sim—n, que le entregase, sabiendo Jesśs que el Padre le hab’a dado todas las cosas en las manos, y que hab’a salido de Dios, y a Dios iba, se levant— de la cena, y se quit— su manto, y tomando una toalla, se la ci–—.

 

Luego puso agua en un lebrillo, y comenz— a lavar los pies de los disc’pulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ce–ido.

 

Entonces vino a Sim—n Pedro; y Pedro le dijo: Se–or, Ŕtś me lavas los pies?  Respondi— Jesśs y le dijo: Lo que yo hago, tś no lo comprendes ahora; mas lo entender‡s despuŽs.

Pedro le dijo: No me lavar‡s los pies jam‡s. Jesśs le respondi—: Si no te lavare, no tendr‡s parte conmigo.

 

Le dijo Sim—n Pedro: Se–or, no s—lo mis pies, sino tambiŽn las manos y la cabeza.

 

Jesśs le dijo: El que est‡ lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues est‡ todo limpio; y vosotros limpios est‡is, aunque no todos.

 

Porque sab’a quiŽn le iba a entregar; por eso dijo: No est‡is limpios todos.

 

Judas no era limpio, sino endemoniado, era sucio, asqueroso, repugnante.

 

Bueno, un ejemplo mas del agua como s’mbolo de la limpieza.  Era la conversi—n de San Pablo, un hombre que antes atacaba a las iglesias, pero mas tarde era redimido en Cristo.

 

Hechos 22:12-16 Entonces uno llamado Anan’as, var—n

piadoso segśn la ley, que ten’a buen testimonio de todos los jud’os que all’ moraban, vino a m’, y acerc‡ndose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella misma hora recobrŽ la vista y lo mirŽ.

 

Y Žl dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su boca.

 

Porque ser‡s testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y o’do.

 

Ahora, pues, Ŕpor quŽ te detienes? Lev‡ntate y baut’zate, y lava tus pecados, invocando su nombre.

 

El bautismo en agua, es tambiŽn un gran s’mbolo de la limpieza.  Es como que en el bautismo estamos lavando nuestros pecados asquerosos de la memoria de nuestro Dios.

 

Y si hay adultos o j—venes que aun no han sido bautizados, a ti tambiŽn te pregunto, Ŕpor quŽ te detienes?

 

ŔAcaso no puedes ver la belleza de estar limpiado de todo lo que es asqueroso, sucio, y repugnante?  pausa

 

Un punto final y podemos cerrar.

 

* Nuestra gran limpieza no era barata, sino que era

  sumamente costosa.

 

Aunque esa gran limpieza es gratis para nosotros, y no hay manera de merecer la por nuestras acciones, no era ni gratis ni barata para Cristo.

 

Esa limpieza era sumamente costosa, pagada con la sangre y el sufrimiento y la humillaci—n de Cristo.

 

Y si Cristo ha hecho todo esto para ti, entonces ya tienes una gran prueba de amor que Dios tiene para ti.

 

Juan 3:16-17   Porque de tal manera am— Dios al mundo, que

ha dado a su Hijo unigŽnito, para que todo aquel que en Žl cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

 

Porque no envi— Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Žl.

 

========================= Conclusi—n ====================

 

Si tu has estado caminando en la suciedad de este mundo, sea por la inmoralidad, o el vicio, o la pornograf’a, o la imposibilidad de perdonar, quiero orar para ti, para que no te dejes abierto una entrada para el diablo.

 

Si quieres reconciliarte con tu Dios, despuŽs de unos errores, sabiendo que la santa cena ya viene, quiero orar por ti.

 

O si quieres por fin, anunciar a todos que es tu deseo estar bautizado, identificando pśblicamente con Cristo, y su limpieza costosa, puedes pasar, y gozosamente oraremos contigo.

 

Vamos a orar!