26 de febrero de 17

 

El Poder De La Visi—n

Isa’as 6:1-13

 

Introducci—n

 

Isa’as es uno de los profetas, mas grandes de toda la Biblia, su libro est‡ lleno de doctrinas sobre Cristo.

 

En el nuevo testamento, est‡ constantemente citado.  Hasta el texto de hoy, est‡ citado mucho en el nuevo testamento.

 

Pero, aunque sus profec’as eran fruct’feras en un sentido, no iban a ser fruct’feras en la manera en que normalmente pensamos.

 

Fue precisamente Isa’as quien nos dijo que la palabra de Dios no volver’a vac’a sino que siempre seria eficaz.

 

Isa’as 55:11   As’ ser‡ mi palabra que sale de mi boca; no

volver‡ a m’ vac’a, sino que har‡ lo que yo quiero, y ser‡ prosperada en aquello para que la enviŽ.

 

En el mensaje de hoy, veremos exactamente quŽ era lo que Dios deseaba producir con las palabras de Isa’as, y porque tenia que recibir una visi—n tan poderosa, de la soberan’a de Dios.

 

1)  En el a–o que muri— el rey Uz’as vi yo al Se–or sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.

 

Uz’as era un buen Rey, de los cuales no hab’an muchos.  Pero aun este rey tenia sus faltas.  Fue Us’as quien entr— al templo para quemar incienso, cosa que era prohibida para el magistrado.  Y Dios lo castig— con la lepra.

 

Pero con su muerte, y viendo que el pueblo estaba cada vez mas corrupto, seria f‡cil para Isa’as caer en el desanimo.

 

2) Por encima de Žl hab’a serafines; cada uno ten’a seis alas; con dos cubr’an sus rostros, con dos cubr’an sus pies, y con dos volaban.

 

 

De repente, Isa’as estaba en la presencia del tono de Dios, y vio toda la gloria de Dios c—mo realmente es.  Vio los ‡ngeles, como volaban sobre el trono.  Seres que aunque eran sin pecado, no pudieron ni mirar directamente a la gloria.

 

3) Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehov‡ de los ejŽrcitos; toda la tierra est‡ llena de su gloria.

 

Los ‡ngeles ten’an una canci—n, una alabanza.  Tan cerca de Dios, solamente se pudiera cantar de su Santidad.

 

Hubo una escena semejante en el libro de Apocalipsis.

 

Apocalipsis 4:8 Y los cuatro seres vivientes ten’an

cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban d’a y noche de decir: Santo, santo, santo es el Se–or Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir.

 

Muy cerca de Dios, uno siempre est‡ impresionado con su santidad.  ŔPero que quiere decir realmente, Ňla santidad de DiosÓ?

 

Antes que nada, Dios es puro, jam‡s ha tenido defecto moral ni por un momento.

 

1 Juan 1:5 Este es el mensaje que hemos o’do de Žl,

y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en Žl.

 

Es mas, en la perfecci—n de la santidad de Dios, hay un odio puro por el pecado, por la maldad, por toda forma de perversi—n.

 

Dios tiene muchos atributos, pero este atributo, de su santidad es supremo.  Por esto est‡ repetido tres veces.  Los hebreos repitieron las palabra para enfatizar algo.  A veces Cristo empez— hablando diciendo, Ňde cierto de cierto os digoÓ.  La repetici—n de las palabras era para enfatizar algo.

 

Jam‡s en la Biblia van repetir tres veces el amor de Dios, o la ira de Dios, o aun la justicia de Dios, pero s’ se repita una y otra vez que Dios es Santo.

 

Y esto es precisamente lo que Isa’as tenia que ver.

 

4) Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llen— de humo.

 

Isa’as, como otros profetas, tenia que estar convencido del poder, de la soberan’a y sobre todo de la santidad de Dios.

Porque Isa’as iba a tener un trabajo dif’cil.

 

Tenia que estar impactado con esa visi—n poderosa.

 

5) Entonces dije: !!Ay de m’! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehov‡ de los ejŽrcitos.

 

En los cap’tulos anteriores, el profeta anunciaba los ayes sobre otros.

 

Isa’as 5:20    !!Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a

lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!

 

Pero ahora, en la presencia de Dios, dijo Á!Ay di m’!

 

Y se sent’a como que iba a morir.  Como la madre de Sans—n sent’a el mismo simplemente viendo un ‡ngel.  O Daniel se ca’a en el la tierra hablando con un ‡ngel, recibiendo sus profec’as.

 

En la presencia de la Santidad de Dios, uno puede sentir toda su corrupci—n.

 

5) Entonces dije: !!Ay de m’! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehov‡ de los ejŽrcitos.

 

Aunque ya ha trabajado bien como profeta, en la pura presencia de Dios se sent’a sucio.  Y mayormente de su boca, que tenia que emplear en su trabajo.

 

Muchas veces ni estamos enterados de la suciedad que est‡ saliendo de nuestros labios.  Por los chismes, o por decir Dios m’o, Dios m’o, Oh my God, todo el d’a.

 

Mateo 12:37    Porque por tus palabras ser‡s justificado,

y por tus palabras ser‡s condenado.

6-7) Y vol— hacia m’ uno de los serafines, teniendo en su mano un carb—n encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con Žl sobre mi boca, dijo: He aqu’ que esto toc— tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.

 

Ahora Isa’as no era simplemente uno que estaba observando todo lo que pasaba en la presencia de Dios, sino que estaba participando, en un sentido en las cosas muy importantes delante del trono.

 

ŔPero como podemos entender ese carb—n?  Era algo visual, como para nosotros la Santa Cena es algo visual.

 

El fuego del carb—n era como la ira de Dios, que iba a caer sobre Cristo. 

 

En la justicia de Dios, cada pecado, cada impureza tiene que recibir su ira.  Para muchos la ira ca’a sobre Cristo.

 

Para otros, ellos mismos van a sufrir la ira eterna en el infierno.  Porque esto es la retribuci—n justa de un Dios tan Santo y Exaltado.

 

Isa’as, sabiendo que de alguna forma sus pecados ya han recibido su justa retribuci—n, estaba mas capacitado de ministrar con poder, sean lo que sean las circunstancias.

 

8) DespuŽs o’ la voz del Se–or, que dec’a: ŔA quiŽn enviarŽ, y quiŽn ir‡ por nosotros? Entonces respond’ yo: Heme aqu’, env’ame a m’.

 

Ahora podemos empezar a ver el prop—sito de esa gran visi—n.  Era una preparaci—n para el profeta, d‡ndole la fuerza de resistir toda forma de abuso y rechazo en la batalla espiritual que iba a enfrentar.

 

Pero ya se sent’a listo para la batalla, por el poder de la visi—n. Y por esto contestaba, Heme aqu’, env’ame a m’.

 

9) Y dijo: Anda, y di a este pueblo: O’d bien, y no entend‡is; ved por cierto, mas no comprend‡is.

 

Ahora podemos ver lo que Dios iba a hacer con las palabras, con el menaje de Isa’as.  Iba a sellar el pueblo en su dureza.

Cualquier predicador o profeta, sirviendo al Se–or desea ver los corazones de los hombres transformados.  Desea ver la reconciliaci—n de sus oyentes con Dios.

Pero esto no era la misi—n de Isa’as.  Isa’as predicaba para sellar el pueblo en su condenaci—n y en su dureza.

 

10) Engruesa el coraz—n de este pueblo, y agrava sus o’dos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus o’dos, ni su coraz—n entienda, ni se convierta, y haya para Žl sanidad.

 

Aqu’ se ve que la conversi—n de una persona es su sanidad espiritualmente hablando.  Pero esto no es lo que Dios deseaba producir con las palabras de Isa’as, sino el opuesto.

 

Tal vez esto parece extra–o para algunos que apenes est‡n empezando en sus estudios de las escrituras, pero estos versos est‡n repetidos muchas veces en el nuevo testamento.

 

11) Y yo dije: ŔHasta cu‡ndo, Se–or? Y respondi— Žl: Hasta que las ciudades estŽn asoladas y sin morador, y no haya hombre en las casas, y la tierra estŽ hecha un desierto;

 

Teniendo compasi—n por el pueblo, Isa’as preguntaba, ŔSe–or, ser‡ esto el prop—sito de mi vida, de mi ministerio, trayendo juicio y condenaci—n sobre el pueblo?

 

Ahora bien, no estaba diciendo que no iba a tomar la tarea.

DespuŽs de una visi—n tan poderosa, el profeta iba a obedecer sea lo que sea el resultado.  Pero por lo menos ped’a un poco de clarificaci—n.

 

12) hasta que Jehov‡ haya echado lejos a los hombres, y multiplicado los lugares abandonados en medio de la tierra.

 

B‡sicamente por toda su vida, sus palabras serian palabras de juicio, endureciendo el coraz—n de casi todos, como Dios endureci— el coraz—n de fara—n, por medio de MoisŽs.

 

Romanos 9:17-18 Porque la Escritura dice a Fara—n: Para

esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.

 

De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.

 

 

 

13) Y si quedare aśn en ella la dŽcima parte, Žsta volver‡ a ser destruida; pero como el roble y la encina, que al ser cortados aśn queda el tronco, as’ ser‡ el tronco, la simiente santa.

 

Este ultimo verso simplemente est‡ confirmando que no todos iban a estar destruidos.  La promesa a David de uno de sus hijos siempre reinando estaba segura.

 

El pueblo, aunque muy reducido por el juicio, el pueblo, en forma de remanente, iba a continuar.

 

========================== Doctrina ====================

 

Hay mensajes importantes en este capitulo.  La palabra de Dios siempre va a producir su efecto, pero el efecto de la palabra no es siempre salvar, sino que a veces es para hacer la persona mas dura, para que sea condenada.

 

Y la doctrina no es nada extra–a sino que es muy comśn en las escrituras.

 

2 Corintios 2:15-16  Porque para Dios somos grato olor de

Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a Žstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquŽllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ŔquiŽn es suficiente?

 

La palabra no est‡ solamente salvando, sino condenando.  No est‡ solamente ablandando los corazones de algunos sino que est‡ al mismo tiempo endureciendo los corazones de otros.

 

Otro ejemplo.

 

Muchos saben que Cristo ense–aba en par‡bolas.  Y f‡cilmente llegan a la conclusi—n de que se ense–aba en las par‡bolas para hacer sus doctrinas mas f‡ciles para todos.  

 

Actualmente Cristo dijo que su prop—sito era exactamente el opuesto.

 

Mateo 13:10-15 Entonces, acerc‡ndose los disc’pulos, le

dijeron: ŔPor quŽ les hablas por par‡bolas? 

 

El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. 

 

Porque a cualquiera que tiene, se le dar‡, y tendr‡ m‡s; pero al que no tiene, aun lo que tiene le ser‡ quitado.  Por eso les hablo por par‡bolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.

 

De manera que se cumple en ellos la profec’a de Isa’as, que dijo:

    De o’do oirŽis, y no entenderŽis;

    Y viendo verŽis, y no percibirŽis.

 

Porque el coraz—n de este pueblo se ha engrosado, Y con los o’dos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los o’dos, Y con el coraz—n entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane.

 

Cuando la palabra de Dios est‡ presentada, es algo espantoso, porque aunque ciertas personas est‡n recibiendo alimentaci—n, y reconciliaci—n con su Dios, otras personas, por la misma palabra, se quedan cada vez mas duras.

 

Ese texto de Isa’as aparece en todos lados.

 

Juan 12:37-41  Pero a pesar de que hab’a hecho tantas

se–ales delante de ellos, no cre’an en Žl;

 

para que se cumpliese la palabra del profeta Isa’as, que dijo:

Se–or, ŔquiŽn ha cre’do a nuestro anuncio?

ŔY a quiŽn se ha revelado el brazo del

 Se–or?

 

Por esto no pod’an creer, porque tambiŽn

dijo Isa’as:

 

Ceg— los ojos de ellos, y endureci— su

coraz—n; Para que no vean con los ojos,

y entiendan con el coraz—n, Y se conviertan,

y yo los sane.

Isa’as dijo esto cuando vio su gloria,

y habl— acerca de Žl.

 

Cuando Dios mande a su palabra, su prop—sito no es siempre sanar con cada persona.  Sino que es muy, muy claro en este pasaje, que hay ocasiones en que Dios est‡ sellando las personas rebeldes en su dureza para que sean condenadas, confiando en sus mentiras.

2 Tesalonicenses 2:11-12  Por esto Dios les env’a un poder

enga–oso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

 

Dios es santo, Dios es glorioso y soberano, y tiene todo el derecho de salvar y perdonar a algunos, mientras est‡ endureciendo a otros, preparando les para su destrucci—n.

 

========================= Aplicaci—n ====================

 

ŔBueno, que podemos concluir de todo esto?

 

Hermanos, hay que tener mucho cuidado en c—mo recibimos la palabra de Dios.

 

Lucas 8:18 Mirad, pues, c—mo o’s; porque a todo el que

tiene, se le dar‡; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le quitar‡.

 

Hay que entender que cuando la palabra de Dios est‡ proclamada, unas personas est‡n recibiendo una gran bendici—n, pero otros est‡n avanzando en su dureza.

 

La palabra jam‡s va a volver vac’a.

 

Isa’as 55:11   As’ ser‡ mi palabra que sale de mi boca; no

volver‡ a m’ vac’a, sino que har‡ lo que yo quiero, y ser‡ prosperada en aquello para que la enviŽ.

 

Dice que la palabra siempre har‡ lo que Dios quiere, esto es lo bello del verso.  Pero el espantoso es que, lo que Dios desea no es siempre la salvaci—n de la gente sino la dureza, y finalmente la condenaci—n de otros.

 

No es como que lo que Dios realmente quiere hacer es salvar a cada persona, pero est‡ fracasando porque la gente no quieren estar salvados.

 

No, Dios est‡ en control, y est‡ salvando a algunos, y endureciendo a otros.  Y est‡ completamente en su derecho.

 

Y si tu aun no has sujetado a Cristo, como tu Se–or y tu Salvador, tienes que saber que puede ser peligroso tu demora.  ŔHasta cuando vas a esperar antes de ejercer tu voluntad para recibir a Cristo y estar bautizado?

Mas tarde Isa’as va a decir.

 

Isa’as 55:6-7  Buscad a Jehov‡ mientras puede ser hallado,

llamadle en tanto que est‡ cercano.  Deje el imp’o su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuŽlvase a Jehov‡, el cual tendr‡ de Žl misericordia, y al Dios nuestro, el cual ser‡ amplio en perdonar.

 

Cuando dice Ňmientras puede ser halladoÓ, quiere decir que tu no vas a tener una infinidad de oportunidades de responder.

 

2 Corintios 6:2 Porque dice:

 En tiempo aceptable te he o’do,

 Y en d’a de salvaci—n te he socorrido.

 

 He aqu’ ahora el tiempo aceptable;

 he aqu’ ahora el d’a de salvaci—n.

Hebreos 3:15  

Si oyereis hoy su voz,

     No endurezc‡is vuestros corazones, como en

     la provocaci—n.

 

El evangelio siempre producir‡ su olor.  A veces es un olor de vida, pero a veces es un olor de la muerte.

 

2 Corintios 2:15-16  Porque para Dios somos grato olor de

Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a Žstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquŽllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ŔquiŽn es suficiente?

 

ŔComo vas a responder tu?  Si no has sido bautizado aun, pronto tendr‡s tu oportunidad, en el d’a de la pascua.

 

San Pablo fue animado a estar bautizado cuando se cre’a.

 

Hechos 22:16   Ahora, pues, Ŕpor quŽ te detienes?

Lev‡ntate y baut’zate, y lava tus pecados, invocando su nombre.

 

Y yo puedo poner la misma pregunta a ti, Ahora, pues, Ŕpor quŽ te detienes?

 

ŔVas a esperar y esperar pensando que siempre tendr‡s mas oportunidades?  No sigues a Esaś en su presunci—n.

 

Hebreos 12:14-17     Seguid la paz con todos, y la santidad,

sin la cual nadie ver‡ al Se–or.

 

Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna ra’z de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; no sea que haya algśn fornicario, o profano, como Esaś, que por una sola comida vendi— su primogenitura.

 

Porque ya sabŽis que aun despuŽs, deseando heredar la bendici—n, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procur— con l‡grimas.

 

Dios puede llamar te y llamar te, y tu puede demorar e ignorar su llamada, pero no olvides lo que dijo Salom—n, en el primer capitulo de los Proverbios.

 

Proverbios 1:24-28   Por cuanto llamŽ, y no quisisteis o’r,

Extend’ mi mano, y no hubo quien atendiese, Sino que desechasteis todo consejo m’o Y mi reprensi—n no quisisteis, TambiŽn yo me reirŽ en vuestra calamidad, Y me burlarŽ cuando os viniere lo que temŽis; Cuando viniere como una destrucci—n lo que temŽis, Y vuestra calamidad llegare como un torbellino; Cuando sobre vosotros viniere tribulaci—n y angustia. Entonces me llamar‡n, y no responderŽ; Me buscar‡n de ma–ana, y no me hallar‡n.

 

========================= Conclusi—n ====================

 

Si Dios te est‡ llamando, ahora es tu momento de responder.

 

Sabemos que un alma vale mas que el mundo entero. No dejes que por tu descuido, o por tu presunci—n, tu oportunidad de seguir a Cristo sea para siempre perdida, dejando te, sellado en tu dureza.

 

Vamos a orar!