22 de abril de 17
Tu Derecho A La
Victoria
1 Juan 5:4
Introducci—n
La semana pasada, celebramos nuestra victoria sobre la muerte, sobre
el pecado, ilustrada en la resurrecci—n de Cristo Jesœs, y su gran amor para
nosotros.
Hoy, continuando en ese esp’ritu de celebraci—n, es mi deseo,
continuar un poquito con ese tema de la
victoria.
Mi texto es bien breve, y viene de la primera carta de San Juan.
1 Juan 5:4 Porque todo lo que es
nacido de Dios vence
al mundo; y esta es la victoria
que ha vencido al mundo, nuestra fe.
Si estamos hermanos, hermanas, j—venes de la fe, entonces, somos
vencedores. El mundo puede estar
en nuestra contra, podemos tener una gran variedad de enemigos, especialmente
enemigos espirituales, pero todo lo que es nacido de Dios, vence al mundo, esto
es lo que nuestro texto est‡ anunciando.
Y si tu conoces algo del nuevo testamento, ya sabes, que te puedes encontrar
ese tema en todos lados.
Por ejemplo, empezando el libro del Apocalipsis, con las siete cartas
a las siete iglesias, todas las iglesias estaban llamadas a ser vencedores.
Apocalipsis 2:7 Al que venciere,
le darŽ a comer del
‡rbol de la vida, el cual est‡ en
medio
del para’so de Dios.
Apocalipsis 2:11 El
que venciere, no sufrir‡ da–o de la
segunda
muerte.
Apocalipsis 2:17 Al
que venciere, darŽ a comer del man‡
escondido, y le darŽ una piedrecita
blanca, y en la piedrecita escrito un
nombre nuevo, el cual ninguno conoce
sino aquel que lo recibe.
Todas estas son palabra de Cristo, a sus iglesias, llam‡ndolas a
vencer, a triunfar, a vivir en la
victoria.
Apocalipsis 2:26 Al
que venciere y guardare mis obras
hasta el fin, yo le darŽ autoridad sobre las naciones.
Apocalipsis 3:5 El que venciere
ser‡ vestido de
vestiduras blancas; y no borrarŽ su
nombre del libro de la vida, y
confesarŽ su nombre delante de mi
Padre, y delante de sus ‡ngeles.
Si Cristo dijo el mismo, a cada iglesia, sea lo que sea su situaci—n
espiritual, llamando las a ser vencedores, esto quiere decir por lo menos que
la victoria es posible. No ese necesario vivir como los
derrotados, en este mundo.
Apocalipsis 3:12 Al
que venciere, yo lo harŽ columna en
el templo de mi Dios, y nunca m‡s saldr‡ de all’; y escribirŽ sobre Žl
el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva JerusalŽn,
la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.
Apocalipsis 3:21 Al
que venciere, le darŽ que se siente
conmigo en mi trono, as’ como yo he vencido, y me he sentado con mi
Padre en su trono.
Mira hermano querido, lo que el esp’ritu de Cristo Jesœs est‡ diciendo
aqu’. Cristo dice que como Žl est‡
reinando, sentando en su trono, tu puedes estar all’ a su lado. Es algo tremendo.
ÀPero es realmente posible para nosotros, vivir como vencedores? pausa
ÀPero que fue la doctrina de San Pablo?
Pablo ense–aba no solamente que es posible vivir como vencedores, sino
que ya somos, mas que vencedores.
Romanos 8:31-37 ÀQuŽ, pues, diremos
a esto? Si Dios es
por nosotros, ÀquiŽn contra nosotros?
El que no escatim— ni a su propio Hijo, sino que lo entreg— por todos
nosotros, Àc—mo no nos dar‡ tambiŽn con Žl todas las cosas?
ÀQuiŽn acusar‡ a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
ÀTienes el diablo acusando te de tus fallas, de tus errores, de tus
debilidades en la fe? ÀPorque no
eches este verso en la cara de tu enemigo infernal?
ÀQuiŽn acusar‡ a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
ÀQuiŽn es el que condenar‡? Cristo es el que muri—; m‡s aun, el que
tambiŽn resucit—, el que adem‡s est‡ a la diestra de Dios, el que tambiŽn
intercede por nosotros.
ÀQuiŽn nos separar‡ del amor de Cristo? ÀTribulaci—n, o angustia, o
persecuci—n, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
Como est‡ escrito: Por causa de ti
somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero.
Antes, en todas estas cosas somos m‡s que vencedores por medio
de aquel que nos am—.
Aqu’ habla un poco de la batalla, dice que somos contados como ovejas
de matadero. La batalla es una
realidad, pero mas importante es que dice que no tal vez en el futuro distante,
sino que ya, en este momento, como hijo de Dios no solamente somos personas
vencedoras, sino que somos mas que vencedores, por medio de aquel que nos am—.
Y hermano, hermana, joven, si puedes entender ese aspecto del amor que
Dios tiene para ti, ojala puedes llegar a la conclusi—n, de que es tu derecho, caminar en la victoria.
Bueno, esto es la introducci—n del mensaje de hoy, y ahora tengo unas tres
puntos para desarrollar ese gran tema.
1) Tu Posici—n En Cristo
2) La Armadura Tuya
3) Tu Santificaci—n
1) Tu Posici—n En Cristo – En el libro de
Efesios, Pablo escribi— mucho sobre quienes somos, realmente, en Cristo. Habla de como Žramos antes muertes en
nuestros pecados, y Dios ha extendido su misericordia, su gracia a nosotros, no
solamente con el perd—n, sino con mucho mas.
Primeramente habla de la posici—n de Cristo, por la fuerza de Dios que
oper— en Žl..hablando de esa fuerza dice.
Efesios 1:20-23 la cual oper— en
Cristo, resucit‡ndole
de los muertos y sent‡ndole a su diestra en los lugares celestiales,
sobre todo principado y autoridad y poder y se–or’o, y sobre todo
nombre que se nombra, no s—lo en este siglo, sino tambiŽn en el venidero; y
someti— todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las
cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo
llena en todo.
Cuando dice que Cristo ya est‡ sobre todo principado y autoridad, est‡
hablando de demonios, de toda forma de enemigo espiritual, habla de nombres,
porque los que practicaban la magia en ƒfeso, usaban muchos nombres en sus
artes negras.
Dice que todos estos poderes estaban debajo de los pies de Cristo. Òy
someti— todas las cosas bajo sus piesÓ.
Ahora, escœcheme, mira lo que dice de ti, y de mi, en el mismo
contexto.
Efesios 2:5-6 Aun estando
nosotros muertos en pecados, nos
dio vida juntamente con Cristo (por
gracia
sois salvos), y juntamente con Žl nos
resucit—, y asimismo nos hizo
sentar en los
lugares celestiales con Cristo Jesœs.
ÀSi Cristo est‡ sentado ya al lado de su padre, con los poderes negros
debajo de sus pies, Àesto quiere decir que los poderes negros est‡n bajo
nuestros pies? ÀPodemos concluir
esto? pausa
No solamente podemos concluir esto, tenemos que concluir esto, como
san Pablo nos dijo terminando el libro de romanos.
Romanos 16:20 Y el Dios de
paz aplastar‡ en breve a
Satan‡s bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Se–or Jesucristo sea
con vosotros.
No dijo precisamente que Satan‡s iba a ser aplastado bajo los pies de
Cristo, sino bajo ÒvuestrosÓ pies.
Romanos 16:20 Y el Dios de
paz aplastar‡ en breve a
Satan‡s bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Se–or Jesucristo sea
con vosotros.
Esto es nuestra posici—n en Cristo. Muchos hermanos jam‡s caminan en la victoria, porque o no entiendan su posici—n en Cristo, o porque
cuando lean cosa semejantes en la palabra de Dios, simplemente rehœsan a
creerlas. Esto tiene un
nombre. Es la incredulidad.
ÀQue es lo que dijo Cristo a sus disc’pulos?
Lucas 10:19-20 He aqu’ os doy
potestad de hollar serpientes
y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os da–ar‡.
Pero no os regocijŽis de que los esp’ritus se os sujetan, sino regocijaos
de que vuestros nombres est‡n escritos en los cielos.
Hermano, hermana, Cristo, en su amor, te ha dado todo lo que necesitas
para caminar en la victoria. Para honrar a nuestro gran Rey y Redentor,
vamos a aprender esto, de una vez, y tomar territorio, mas y mas para Žl.
2) La Armadura Tuya
Pablo gast— mucha tinta en el principio del libro de Efesios
explicando tu posici—n en Cristo para mas tarde, llegando al fin del libro,
explicar como puedes tu batallar las fuerzas del maligno, empleando toda la
armadora que nos ha dado.
Bueno, no voy a tomar mucho tiempo hablando de cada aspecto de la
amadora hoy, esto en si pudo resultar en varios mensajes completos, pero tienes
que entender que en este mundo est‡s en una batalla. Est‡s bajo ataque, y Cristo en su amor, te ha dado todo lo
que necesitas para caminar victoriosamente por medio del ataque.
Aunque el diablo es un ser derrotado, y sin autoridad alguna, aun anda
aqu’, tratando de atacar a los Cristianos que no prestan atenci—n a lo que est‡
pasando.
1 Pedro 5:8-9 Sed sobrios,
y velad; porque vuestro
adversario el diablo, como le—n rugiente, anda alrededor buscando a
quien devorar;
al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos
padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.
A veces hay hermanos que jam‡s han aprendiendo a resistir, y se puede
observar hermanos queridos que han sido atacados, derrotados, perdiendo su
victoria, hasta he escuchado otros pastores preguntar, ÒSi somos el equipo
ganador, Àporque hay tantos perdedores entre nosotros?Ó.
ÀPorque hay tantos perdedores en el equipo ganador?
Es que hay muchos hermanos que simplemente no saben que se puede resistir.
Santiago 4:5-7 ÀO pens‡is que la
Escritura dice en vano:
El Esp’ritu que Žl ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?
Pero Žl da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios,
y da gracia a los humildes.
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huir‡ de
vosotros.
Aqu’ hay una promesa. Resistid al diablo, y huir‡ de vosotros. ÀPero como hago esto? pausa
Pues Dios te ha dado toda la armadura necesaria.
Unos ejemplos. En la
historia de Ananas y Safira, el diablo puso conceptos, ideas, sugerencias en
sus mentes.
Hechos 5:3-4 Y dijo
Pedro: Anan’as, Àpor quŽ llen—
Satan‡s tu coraz—n para que mintieses al Esp’ritu Santo, y sustrajeses
del precio de la heredad? ReteniŽndola,
Àno se te quedaba a ti? y vendida, Àno estaba en tu poder? ÀPor quŽ pusiste
esto en tu coraz—n? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
Cuando viene el demonio llenando tu mente con sugerencias, es tu deber
identificar las sugerencias como viniendo de una fuente mala, y rechazar las,
sabiendo que son peligrosas.
Tenemos la capacidad de comparar estos pensamientos con la verdad de
las escrituras.
2 Corintios 10:3-5 Pues
aunque andamos en la carne, no
militamos segœn la carne; porque las
armas de nuestra milicia no son
carnales, sino poderosas en Dios para
la destrucci—n de fortalezas,
derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el
conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la
obediencia a Cristo,
Muchos hermanos andan cayendo porque tienen poco conocimiento de la verdad,
o sus mentes est‡n llenas de conceptos falsos que han aprendido en el mundo.
Pero Cristo, en su amor, nos ha dado la capacidad de identificar estos
conceptos, estas creencias falsas y rechazarlas, con poder, en vez de seguir
las, cayendo una y otra vez en el lodo.
Otro punto importante.
Muchos hermanos creen que es su deber resistir las tentaciones. Pero esto no es lo que la biblia dice.
Santiago 4:7 Someteos,
pues, a Dios; resistid al diablo,
y huir‡ de vosotros.
Hay que aprender a resistir al diablo, no a la tentaci—n.
Si pienses mas y mas en la tentaci—n vas a desear la mas y mas, pero
si puedes resistir al diablo, el enemigos que quiere destruir te, tu victoria
ser‡ mas segura.
Juan 10:10 El ladr—n no viene
sino para hurtar y matar
y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia.
Cristo quiere verte disfrutando tu vida en abundancia. Pero el diablo quier robar te, matar
te, destruirte.
Quiere robarte de una vida fruct’fera en la fe, y tenerte viviendo la
vida de un mediocre en Cristo, incapaz de ayudar a otros.
El diablo sabe que no puede matar te directamente, pero puede sugerir
que tu vida es inœtil, que no hay esperanza, que nada va a cambiar jam‡s, y que
seria mejor que haces un gran favor a todos, terminado tu propia vida.
Es sorprendente, en neutros tiempos, la cantidad de j—venes que han
sentido esa tentaci—n. Parece que
el suicido, obra del diablo, o los pensamientos de suicido, son mas comunes ahora,
que nunca antes, aun entre los hermanos.
El diablo quiere destruirte acabando con tu familia, destruyendo a tu
matrimonio, conviŽrtelo lo en un infierno.
El diablo quiere destruir la relaci—n que tienes con tus hijos, con
tus padres, con los abuelos.
Est‡s bajo ataque hermano, y esto es malo, pero es una realidad.
Pero Dios te ama. Dios es
bueno, y Dios nos ha dado toda la armadura que necesitamos para resistir y
despedir a este enemigo peligroso.
1 Juan 3:8 El que practica el
pecado es del diablo;
porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareci— el Hijo
de Dios, para deshacer las obras del diablo.
Cristo te ha dado todo lo que necesitas para ver el poder del diablo, expulsado
de tu vida.
3) Tu Santificaci—n
Finalmente hermanos, para caminar en
la victoria, tenemos que realmente aprender como odiar al pecado. Por medio del pecado, el diablo siempre
est‡ tratando de agarrar un poco de control, un poco de territorio, en tu vida.
Efesios 4:26-27 Airaos, pero no
pequŽis; no se ponga el
sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.
Otra vez en el libro de Efesios, un libro que habla mucho de todo
esto, se ve como el resentimiento, la falta de reconciliaci—n, la falta de
perd—n, puede dar lugar al diablo.
ÀPero que pasa cuando des lugar al diablo? El lo va a agarrar, y decir ÒgraciasÓ esto es exactamente lo
que yo necesitaba para lanzar mis ataques mas grandes.
Hermanos, hay que aprender a odiar al pecado, porque es la manera en
que el diablo puede meter mas y mas influencia en tu vida, hasta esclavizando
te en una servidumbre duro.
Sea por la pornograf’a, u otro vicio, sea por el robo, el
resentimiento, la codicia, el habito de mentir mas y mas.
No olvide que..
Juan 8:44 Cuando
habla mentira, de suyo habla; porque
es mentiroso, y padre de mentira.
Hermano, es tiempo de aprender a odiar al pecado, por que por medio
del pecado, podemos dar lugar al diablo.
Efesios 4:26-27 Airaos, pero no
pequŽis; no se ponga el
sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.
Una vez agarrando un poco de lugar, una vez agarrando una pista, una
entrada, se va a empezar a formar su peque–a fortaleza en tu vida, en tu mente,
en tu hogar, para construir, poco a poco, mas y mas. Por esto tu santificaci—n tiene que ser una prioridad sumamente
alta.
Hay que despreciar los entretenimientos del mundo, su cine, su mœsica,
sus programas de la televisi—n, y llenar tu mente con algo constructivo, y no
con el veneno del diablo.
Filipenses 4:8 Por
lo dem‡s, hermanos, todo lo que es
verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo
amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de
alabanza, en esto pensad.
Muchos hermanos, muchos j—venes piensan, Òo esto no es problema, esto
es algo que yo puede manejarÓ.
Pero
1 Corintios 15:33 No
errŽis; las malas conversaciones
corrompen las buenas costumbres.
Nuestro texto de hoy habla de la
victoria, pero viene en un contexto de la obediencia.
1 Juan 5:2-4 En esto
conocemos que amamos a los hijos de
Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues este es el amor a Dios, que
guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.
Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la
victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.
------------------------ Conclusi—n -----------------------
Hermanos, cuando se escuchan algo de la victoria Cristiana, mucho hermanos se sientan un gran gozo. Pueden exclamar ÁAmen! ÁGloria a Dios!
Pero desafortunadamente cuando vean que es necesario realmente
aprender la palabra, y tal vez hasta memorizar algunas partes de las
escrituras, se pierdan el animo.
Cuando vean que es necearlo resistir y hasta luchar en contra
de las fuerzas del enemigos, se espantan, y se regresan, a la mediocridad que
el diablo quiere ofrecer nos.
Cuando vean que algunos de sus pecados mas favoritos, unos de sus
’dolos mas queridos tendr‡n que estar sacrificados sobre el altar del vencedor,
se pierdan algo del entusiasmo.
Ojala, esto no es tu caso.
Y si tu realmente quieres aprender a caminar en la libertad, y en la victoria, que es tu derecho como hijo, como hija de Dios,
entonces puedes pasar en frente, en unos momentos, y queremos orar para ti.
Vamos a orar