22 de Abril de 2017

 

 Una Vida Fruct’fera

Mateo 3:12

 

Desde muy temprano en la Biblia, Dios nos ha llamado a una vida alegre, una vida fruct’fera.  Esto est‡ evidente en el primer mudamiento que Dios dio al hombre.

 

GŽnesis 1:28   Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad

y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y se–oread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

 

Antes que nada Dios querr’a bendecir a nuestros primeros padres.  Y la bendicion siempre est‡ evidente por la vida fruct’fera.  Tambien Dios dio al hombre cierto dominio sobre la creaci—n y sobre todo aspecto de la naturaleza.  No para destruir la, sino para cuidar de ella y para usar la bien.

 

Y ese tema de la vida fruct’fera se repita una y otra vez en toda la Biblia.  Los primeros tres vers’culos del libro de los Salmo son un ejemplo.

 

Salmos 1:1-3   Bienaventurado el var—n que no anduvo en

consejo de malos,

     Ni estuvo en camino de pecadores,

     Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;

Sino que en la ley de Jehov‡ est‡ su delicia, Y en su ley medita de d’a y de noche.

 

3 Ser‡ como ‡rbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperar‡.

 

Cuando uno est‡ caminando con el Se–or, aun cuando la vida es dura, en todo se puede disfrutar una vida fruct’fera.

 

 

Y las bendiciones no son simplemente de asuntos de familia y de cosas materiales, sino que aun mas importante, estamos llamados a ser fruct’feros, espiritualmente.  La Biblia actualmente habla de los frutos del Esp’ritu.

 

 

G‡latas 5:22-23 Mas el fruto del Esp’ritu es amor,

gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

 

Tambien es evidente en una forma del amor, que el mundo simplemente no puede entender.  Un amor profundo, que est‡ dispuesto a sacrificar.

 

1 Corintios 13:4-7   El amor es sufrido, es benigno; el amor

no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.

 

Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

 

En realidad, la vida Cristiana es una vida magnifica.  Pero no todos est‡n contentos con esta realidad.  Por esto el diablo siempre viene tratando de infiltrar el pueblo de Dios con gente que realmente son hip—critas, o incrŽdulos, que tienen una forma de piedad, pero sin poder alguno para cambiar y mejorar a sus vidas.

 

Juan Bautista tenia mucho discernimiento con este problema y habl— claramente a los impostores.

Mateo 3:4-12   Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y

ten’a un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre.  Y sal’a a Žl JerusalŽn, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jord‡n, y eran bautizados por Žl en el Jord‡n, confesando sus pecados.

 

Al ver Žl que muchos de los fariseos y de los saduceos ven’an a su bautismo, les dec’a: !!Generaci—n de v’boras! ŔQuiŽn os ense–— a huir de la ira venidera?

 

Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no pensŽis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.

Y ya tambiŽn el hacha est‡ puesta a la ra’z de los ‡rboles; por tanto, todo ‡rbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.

 

Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras m’, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es m‡s poderoso que yo; Žl os bautizar‡ en Esp’ritu Santo y fuego.

 

Su aventador est‡ en su mano, y limpiar‡ su era; y recoger‡ su trigo en el granero, y quemar‡ la paja en fuego que nunca se apagar‡.

 

Hab’an gente que supuestamente eran parte del pueblo de Dios, pero sus vidas no eran nada fruct’feras.  Ten’an una profesi—n, pero no ten’an ninguna posesi—n de la realidad del asunto.

 

Estos ten’an una profesi—n, pero lo que les faltaba eran los frutos verdaderos de un arrepentimiento del pecado.

 

Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no pensŽis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.

 

Ten’an ya sus tradiciones, Abraham era supuestamente su padre.  Como a veces hay j—venes que tienen Cristianos por sus padres, y por esto se creen que tambien est‡n seguros.  Pero sus vidas, a veces, no est‡n fruct’feras.

 

Cuando Juan anunciaba que el hacha estaba puesta a la ra’z de los ‡rboles, esto promet’a que su hipocres’a, su formalismo no pudo continuar.  Dios no iba a acomodar a los hip—critas para siempre.

 

Isa’as 33:14   Los pecadores se asombraron en Sion, espanto

sobrecogi— a los hip—critas. ŔQuiŽn de nosotros morar‡ con el fuego consumidor? ŔQuiŽn de nosotros habitar‡ con las llamas eternas?

Estos jud’os que fing’an un interŽs en Dios, mientras se robaban a las viudas y buscaban los primeros lugares en las fiestas iban a perder sus posiciones de distinci—n.

Mateo 21:42-43 Jesśs les dijo: ŔNunca le’steis en las

Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, Ha venido a ser cabeza del ‡ngulo.  El Se–or ha hecho esto, Y es cosa

maravillosa a nuestros ojos?

 

Por tanto os digo, que el reino de Dios ser‡ quitado de vosotros, y ser‡ dado a gente que produzca los frutos de Žl.

 

Aqu’ como en todas partes de la Biblia, el Žnfasis est‡ en la vida fruct’fera.  Tambien en el libro de Juan.  Cristo quiere bendecir a su pueblo, pero los suyos ser‡n fruct’feros y no ser‡n impostores.

 

Juan 15:1-8    Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el

labrador.  Todo p‡mpano que en m’ no lleva fruto, lo quitar‡; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiar‡, para que lleve m‡s fruto.

 

Ya vosotros est‡is limpios por la palabra que os he hablado.  Permaneced en m’, y yo en vosotros. Como el p‡mpano no puede llevar fruto por s’ mismo, si no permanece en la vid, as’ tampoco vosotros, si no permanecŽis en m’.

 

Yo soy la vid, vosotros los p‡mpanos; el que permanece en m’, y yo en Žl, Žste lleva mucho fruto; porque separados de m’ nada podŽis hacer.

 

El que en m’ no permanece, ser‡ echado fuera como p‡mpano, y se secar‡; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.

 

Si permanecŽis en m’, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que querŽis, y os ser‡ hecho.

 

En esto es glorificado mi Padre, en que llevŽis mucho fruto, y se‡is as’ mis disc’pulos.

 

Unos de los puntos aqu’ es, que siempre hay personas dentro de las iglesias, dentro del pueblo de Dios, que se hacen una profesi—n de alguna forma de fe, pero jam‡s vivan como hermanos fruct’feros.

Estos, si no cambian, y pronto, est‡n en gran peligro.

Regresando a Juan Bautista, Žl se empleaba otra forma de par‡bola, que habla del trigo.

 

Mateo 3:12 Su aventador est‡ en su mano, y limpiar‡ su

era; y recoger‡ su trigo en el granero, y quemar‡ la paja en fuego que nunca se apagar‡.

 

Los que tienen las vidas fruct’feras, en otras palabras son como el trigo, en los ojos de Dios.  Pero los vivan sin frutos, est‡n como la paja.

 

El trigo es mas pesado y por esto se caiga y se queda en el granero.  La paja es algo muy ligero, y con un ventilador se puede remover la, y despuŽs quemar la.

 

La palabra de Dios dice que hay personas en las iglesias que son como el trigo, valiosos, fruct’feros.

 

Mateo 3:12 Su aventador est‡ en su mano, y limpiar‡ su

era; y recoger‡ su trigo en el granero, y quemar‡ la paja en fuego que nunca se apagar‡.

 

El aventador era como un ventilador de mano, con que se pudiera separar el trigo de la paja, y despuŽs, quemar la paja.

 

Existan gente en las iglesias que realmente son paja, y existan personas en las iglesias que son trigo.

 

Y tengo que pedir te, joven, amigo, Ŕen que categor’a est‡s tu?  ŔVives una vida fruct’fera, conforme a una profesi—n de la fe Cristiana, o vives mas bien una vida no productiva para el reino de Dios, poniendo te en la categor’a de la paja?

 

Objeci—n: Tal vez alguien est‡ pensando.  ŇMira, ni soy el

uno ni el otro, porque yo no tengo ni quiero

nada que ver con la fe Cristiana.Ó

 

Respuesta:     O, mi pobre amigo.  Tu estado est‡

desesperado, est‡s muy, pero my lejos de

Dios.

 

 

 

 

1 Pedro 4:17-18 Porque es tiempo de que el juicio

comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, Ŕcu‡l ser‡ el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?

 

Y:

    Si el justo con dificultad se salva,

    ŔEn d—nde aparecer‡ el imp’o y el

pecador?

 

Si Dios est‡ empezando a limpiar a su iglesia, separando el trigo de la paja, quemando la paja en fuego impagable, Ŕque ser‡ la porci—n del que ni quiere conocer el gran Redentor?

 

Esto s’ es bastante espantoso.  Pero hay remedio, para los que est‡n dispuestos a escuchar y a reaccionar.  Tu tambiŽn puedes entrar en la vida bendecida, la vida fruct’fera, que ha sido comprado por la sangre de Cristo Jesśs, en la cruz de calvario.

 

Romanos 5:8-10 Mas Dios muestra su amor para con nosotros,

en que siendo aśn pecadores, Cristo muri— por nosotros.

 

Pues mucho m‡s, estando ya justificados en su sangre, por Žl seremos salvos de la ira.

 

Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho m‡s, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.

 

As’ que si eres paja en la iglesia, o si eres completamente fuera del reino, la soluci—n es la misma, es tiempo de empezar una vida nueva, una vida fruct’fera, una vida bendecida.

 

Y si esto es tu deseo, en esta tarde, entonces hay personas aqu’ que pueden orar contigo, y ayudar te a empezar en la vida fruct’fera.

 

 

ÁAmen!