21 de julio de 17

Los Ladrillos de La Integridad

Proverbios 10:1-16

 

Hasta aqu’, en este libro, Salom—n ha sido invitando nos y motivando nos a tomar un gran interŽs en la sabidur’a, entendiendo algo de su valor.

 

Se habl— de una mujer infiel que era peligrosa, de otra que representaba la sabidur’a en persona.

 

Pero llegando aqu’ al capitulo diez ser‡ diferente.  Ya realmente no habr‡ ni historias ni par‡bolas.  Hasta el fin del libro cuando se presenta la mujer virtuosa, lo que veremos ser‡n puntos breves, de un vers’culo, que realmente no vienen en un contexto.

 

La ense–anza no ser‡ sobre un solo tema, sino que encontraremos una seria de ladrillos que forman un gran castillo de la integridad santa.

 

1) Los proverbios de Salom—n.  El hijo sabio alegra al padre,

Pero el hijo necio es tristeza de su madre.

 

Empieza anunciando los proverbios de Salom—n, que es una se–al de que estamos entrando en otra parte del libro.  Ahora la estructura del libro ser‡ otra.

 

1) Los proverbios de Salom—n.  El hijo sabio alegra al padre,

Pero el hijo necio es tristeza de su madre.

 

En la cultura en que estamos viviendo, muchos j—venes creen que lo que hacen es asunto solamente de ellos.  Crean que se pueden intentar diferentes formas de inmoralidad, o hacer sus errores de la juventud, y solamente afectar‡n a ellos mismos.

 

Pero esto es falso, y es un gran ego’smo.  Porque como familias, lo que hace uno va a afectar a otros.

 

El hijo sabio alegra al padre, Pero el hijo necio es tristeza de su madre.

Si un joven puede aprender algo de la sabidur’a, su padre, y a lo mejor su abuelo, ser‡ orgulloso de Žl.  Ser‡ una alegr’a para el padre ver su hijo, escuchar de su vida, ayudar lo en lo que sea, porque su hijo ha aprendido, desde una edad joven, ha aprendido, las reglas de la sabidur’a, los ladrillos de la integridad.

El hijo sabio alegra al padre, Pero el hijo necio es tristeza de su madre.

 

Duele para los dos padres, cuando el hijo es necio, pero es especialmente duro para la madre.  La que llevaba ese hijo en su vientre.  Era ella que estaba con Žl mas que nadie en sus primeros a–os, y si su hijo ahora est‡ fracasando, ser‡ muy f‡cil para ella, echar la culpa a ella misma, preguntando, ŇQue hice mal, en donde te fallŽÓ

 

Yo recuerdo una vez que fui con una madre para visitar a su hijo en la c‡rcel.  Fue triste, porque aunque la madre aun amaba mucho a su hijo, ella jam‡s imaginaba que su hijo estar’a encarcelado.

 

El hijo sabio alegra al padre, Pero el hijo necio es tristeza de su madre.

 

Esto est‡ puesto aqu’ empezando este capitulo para ayudar a los j—venes a no vivir tan completamente en su ego’smo, pensando que ellos ser‡n los śnicos que sufran por sus errores.

 

Para los padres que han instruido a sus hijos en todo esto, es tambiŽn duro si sus hijos caigan en la necedad.  Pero por lo menos ellos saben, delante de Dios, que hicieron todo en su poder, para instruir los bien, sea lo que sea las consecuencias.

 

Pero en todo esto, Dios nos ha dado una promesa en otra parte.

Proverbios 22:6 Instruye al ni–o en su camino,

Y aun cuando fuere viejo no se apartar‡ de Žl.

 

La pregunta es, ŔEst‡s dedicando el tiempo necesario para instruir a tu hijo, tu hija en el buen camino, o siempre tienes otras cosas mas importantes que hacer?

 

2) Los tesoros de maldad no ser‡n de provecho;

Mas la justicia libra de muerte.

 

En estos proverbios se van a habla mucho de riquezas y tambiŽn de la pobreza.  Pero poco a poco los ladrillos de la integridad van a dar nos un equilibro bello.

 

Esto est‡ muy claro llegando casi al fin del libro.

 

Proverbios 30:8-9    Vanidad y palabra mentirosa aparta de m’;

No me des pobreza ni riquezas;

MantŽnme del pan necesario;

No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ŔQuiŽn es Jehov‡? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios.

 

Salom—n hablar‡ en contra del amor del dinero como un ’dolo, pero tambiŽn va a hablar de los peligros de la pobreza.

 

2) Los tesoros de maldad no ser‡n de provecho;

Mas la justicia libra de muerte.

 

N—talo, no est‡ condenando toda forma de tesoro o de riqueza, sino lo que viene por medio de la maldad, como de robo, o de enga–o, o de profanar el d’a del reposo.

 

2) Los tesoros de maldad no ser‡n de provecho;

Mas la justicia libra de muerte.

 

Muchos creen que sus tesoros pueden librar les de la muerte con los mŽdicos buenos, o con la seguridad mas poderosa, para los que vivan entre la delincuencia.

 

Pero es un enga–o, porque realmente es la justicia de uno que provocar‡ la protecci—n de Dios.

 

3) Jehov‡ no dejar‡ padecer hambre al justo;

Mas la iniquidad lanzar‡ a los imp’os.

 

Esto no habla a favor de la pobreza, pero si est‡ a favor de la justicia.  El dinero es una herramienta valida, pero uno no debe de poner su confianza en tales herramientas.

 

Especialmente si ha ganado sus riquezas provocando a Dios en su rechazo de la ley.

 

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Bueno en esa gran seria de puntos breves, uno pudiera levantar la objeci—n de que son pura moralidades, y nada de la gracia de Dios.

 

Pero la respuesta seria, que si Dios ha tomado tanto tiempo, organizando estos ladrillos de integridad, y nos ha dado el deseo de aprovechar de ellos, aprendiendo como aplicar los en nuestras vidas, esto es en si, es una evidencia de su gracia.

 

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4) La mano negligente empobrece;

Mas la mano de los diligentes enriquece.

 

Esto es otro gran tema de este libro, la diligencia.  Y aqu’ la pobreza no est‡ presentada como algo bueno, sino algo terrible.

 

Tenemos que aprender muy pronto, como dijo San Pablo en el libro de Efesio, tenemos que aprender c—mo usar bien el tiempo, y no dejar que se escape sin provecho.

 

Efesios 5:15-16 Mirad, pues, con diligencia c—mo andŽis,

no como necios sino como sabios,  aprovechando bien el tiempo, porque los d’as son malos.

 

Esto es algo muy f‡cil de entender.  En la palabra de Dios el trabajo est‡ bien importante.  Y en toda forma de trabajo, tenemos que estar o aprendiendo o produciendo algśn de buen efecto.

 

Esto condena contundentemente a los j—venes que gastan sus veranos solamente mirando a la televisi—n por grandes cantidades de tiempo, o dedicando hora tras hora a los juegos electr—nicos.

 

No tiene nada de malo descansar y recrear un poco, pero cuando es gran parte de su d’a, tienes que preguntar a ti mismo si realmente est‡s aprovechando bien el tiempo.

 

El mismo puede pasar con algunos si en el Face Book, el tiempo te est‡ escapando en grandes cantidades, mientras tus deberes, est‡n desatendidos.

 

5) El que recoge en el verano es hombre entendido;

El que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergźenza.

 

Esto era mas f‡cil de entender cuando el mundo entero trabajaba en la agricultura, porque el tiempo de la cosecha era limitada.  Todos ten’an prisa de recoger la cosecha y llevar la al mercado, antes que sea perdida por razones no anticipadas.

 

Pero aun entre nosotros podemos ver a los hijos que ayudan en el negocio de la familia, o ayudan a sus madres en sus tareas si la madre tiene que trabajar fuera de la casa. 

El punto es el mismo, hay que hacer algo productivo con tu tiempo.  Mi verso favoritos para los j—venes que no quieren ayudar en las tareas de la familia esÉ

 

2 Tesalonicenses 3:10     Porque tambiŽn cuando est‡bamos con

vosotros, os orden‡bamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.

 

6) Hay bendiciones sobre la cabeza del justo;

Pero violencia cubrir‡ la boca de los imp’os.

 

Esto es un ladrillo cl‡sico de los proverbios, que podemos analizar como ejemplo.  Antes que nada, divide la gente en dos grupos, los justos y los imp’os, y solamente en dos grupos como en el Salmo uno.

 

Los que realmente sigan a Cristo, avanzando en la santidad son los justos.  No son perfectos, pero si son justos.

 

Aqu’ algunos quejan de lo que dijo San Pablo en el tercer capitulo de Romanos, que Ňno hay justos ni aun unoÓ.

 

Pero esto habla del hombre que aun no est‡ redimido en Cristo.  En el libro de Lucas, los padres de Juan Bautista est‡n presentados como justos.

 

Lucas 1:5-6    Hubo en los d’as de Herodes, rey de Judea, un

sacerdote llamado Zacar’as, de la clase de Ab’as; su mujer era de las hijas de Aar—n, y se llamaba Elisabet.  Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Se–or.

 

No dice que eran perfectos, pero si eran justos, como Job era justo y tambiŽn Lot.  Esto no es mi opini—n, sino que es simplemente la manera en que la Biblia ha presentada las cosas.

 

7) La memoria del justo ser‡ bendita;

Mas el nombre de los imp’os se pudrir‡.

 

Esto es otra cosa que los j—venes tienen que entender.  Pasando los a–os, todos los hombres forman su reputaci—n.

 

Aunque todos caigan en errores, los justos van a corregir se con rapidez, confesar sus pecados y seguir adelante. 

 

Pero el car‡cter de cada cual ser‡ evidente, y esto formar‡ su nombre, o a–adir‡ al nombre de su familia.

 

Esto tambiŽn nos ayuda a entender lo de vers’culo uno, otra vez, de este capitulo.

 

El hijo sabio alegra al padre – Aun si el padre no ha pensado en esto, en el fondo se sabe, que sus hijos, andan formando el nombre de la familia, cuando crecen.

 

Y llegando al fin de la vida, el car‡cter de cada persona est‡ ya conocida.  O ha vivido ayudando a otros, avanzando el reino de Dios, haciendo su gran contribuci—n, o de otra manera ha vivido perdiendo sus oportunidades, y cayendo en las desgracias.

 

7) La memoria del justo ser‡ bendita;

Mas el nombre de los imp’os se pudrir‡.

 

Los j—venes tienen que aprender algo de esto, antes de cometer sus grandes errores.

 

8) El sabio de coraz—n recibir‡ los mandamientos;

Mas el necio de labios caer‡.

 

Se ve ya, que el justo, tambiŽn es el sabio.  Y el sabio es un joven, o un hombre, que puede recibir la instrucci—n, y hasta la correcci—n.

 

El necio, a lo mejor va a rechazar la correcci—n, buscando razones de acusar la persona que quiere ayudar le.

 

9) El que camina en integridad anda confiado;

Mas el que pervierte sus caminos ser‡ quebrantado.

 

Esto est‡ llamando nos a la alegr’a de una conciencia limpia y tranquila.  Por esto Cristo siempre nos mandaba a buscar el perd—n y a extender el perd—n, para regresar a la conciencia tranquila.

 

Mateo 5:23-24  Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y

all’ te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja all’ tu ofrenda delante del altar, y anda, reconc’liate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

 

Es sabio, es justo buscar la reconciliaci—n con gran prioridad porque es evidencia de tu integridad. 

Es evidencia de que quieres honrar a Cristo, y su deseo para la unidad en el cuerpo, y aun mas en la familia.

 

Efesios 4:26-27 Airaos, pero no pequŽis; no se ponga el

sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.

 

Si tu andes entrando en contiendas, sin ningśn deseo de buscar la reconciliaci—n, esto quiere decir que has dado una invitaci—n al diablo.

 

Y no puedes simplemente presumir que Dios te va a proteger de todo esto, porque has buscado una temporada de disciplina, y no olvides, que Cristo mismo hablaba de la promesa de mandar te a los verdugos.  (TambiŽn en el contexto del perd—n..)

 

Mateo 18:34-35 Entonces su se–or, enojado, le entreg— a los

verdugos, hasta que pagase todo lo que le deb’a.  As’ tambiŽn mi Padre celestial har‡ con vosotros si no perdon‡is de todo coraz—n cada uno a su hermano sus ofensas.

 

10) El que gui–a el ojo acarrea tristeza;

Y el necio de labios ser‡ castigado.

 

Hablamos ya en otro capitulo de se–as malvadas, esto simplemente confirma que el necio tambiŽn puede ser el imp’o, y no saldr‡, como piense, con la impunidad.

 

11) Manantial de vida es la boca del justo;

Pero violencia cubrir‡ la boca de los imp’os.

 

Otra vez, la sabidur’a habla en tŽrminos de los opuestos.

El justo, tambiŽn es la persona inteligente, que ha preparado, que ha escudri–ado la palabra de Dios.

 

Y si ha aplicado las escrituras a su vida, a lo mejor ha aprendido mucho.  Y lo que ha aprendido, se puede compartir con otros, para que ellos aprovechan de su experiencia.

 

Por esto dice que su boca es manantial de vida.  Es algo valioso y bello.

 

Pero los imp’os que simplemente rechazaban la instrucci—n divina, en el momento cuando menos se esperan ser‡n atacados por la violencia.

 

 

12) El odio despierta rencillas;

Pero el amor cubrir‡ todas las faltas.

 

Aqu’ el odio est‡ presentado como el opuesto del amor.

Claro no est‡ hablando del odio por el pecado, sino que normalmente esto est‡ hablando del odio de un hermano.

 

1 Juan 3:15    Todo aquel que aborrece a su hermano es

homicida; y sabŽis que ningśn homicida tiene vida eterna permanente en Žl.

 

Cuando Salom—n hablaba al pueblo, y aun cuando Cristo hablaba, era al pueblo de Dios, todos en paco con Dios, y todos, tŽcnicamente hermanos.

 

Y por esto, en el pueblo de Dios, siempre buscamos el amor y la reconciliaci—n.

 

Mateo 5:9 Bienaventurados los pacificadores,

porque ellos ser‡n llamados hijos de Dios.

 

Cristo siempre deseaba ver amor, y paz, dentro de su iglesia.

 

Pablo ense–aba sobre la unidad.

Efesios 4:1-3  Yo pues, preso en el Se–or, os ruego que

andŽis como es digno de la vocaci—n con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soport‡ndoos con paciencia los unos a los otros en amor, sol’citos en guardar la unidad del Esp’ritu en el v’nculo de la paz.

 

13) En los labios del prudente se halla sabidur’a;

Mas la vara es para las espaldas del falto de cordura.

 

Ya hemos hablado del justo como manantial de vida, pero aqu’ realmente quiero considerar la vara.

 

Siempre hay personas en la familia, en la iglesia, en el negocio, que no quieren escuchar, no quieren recibir la correcci—n.

 

En la familia, los j—venes, los ni–os tienen que saber que el camino de los transgresores es duro, y tendremos mas sobre esto avanzando en este libro.

 

En las iglesias, cuando uno realmente est‡ causando problemas graves, el liderazgo tendr‡ que hablar con esa persona. 

Y aunque la iglesia no emplea la vara, s’ puede emplear las llaves, cancelando la membres’a de uno que simplemente es una amenaza a la obra.

 

En el trabajo, la persona que no puede aprender la cordura, puede estar despidida, y va a salir con una mancha sobre su nombre.

 

Esto es algo que los j—venes tienen que entender, y por esto, tantos padres, durante todos los siglos de la iglesia, tantos padres y hasta un mont—n de abuelos, han tomado el tiempo de instruir a sus hijos, o sus nietos, en los proverbios.

 

14) Los sabios guardan la sabidur’a;

Mas la boca del necio es calamidad cercana.

 

Cuando los hijos, los nietos meditan en esto, cuando esto est‡ grabado en sus mentes, puede activar la conciencia.

 

Cuando han ca’do en un pecado secreto, o si se han robado algo, pueden recordar que su calamidad est‡ cercana, y que es mejor simplemente confesar y regresar a la tranquilidad.

 

Pero mucho en nuestra cultura moderna est‡ tratando de borrar la obra de la conciencia.  Si todos pueden inventar su propia moralidad, como productos de la evoluci—n, entonces nadie realmente sabe lo que es bueno o malo.

 

Y si todos de tu edad est‡n ya bebiendo mucho o fumando la marihuana, ser‡ f‡cil forzar la conciencia a callar por el momento.

 

Pero con los estudios regulares en el hogar, avanzando en los proverbios, la conciencia, un regalo bueno de Dios, la conciencia ser‡ protegida, y hasta activada.

 

15) Las riquezas del rico son su ciudad fortificada;

Y el desmayo de los pobres es su pobreza.

 

Esto est‡ hablando de las riquezas del justo, no del malvado.

 

Avanzando en este libro, veremos mucho sobre riquezas como buenas, como una herramienta, pero tambiŽn mucho malo, cuando las riquezas se conviertan en un ’dolo, tomando el lugar de Dios en tu vida. 

 

Y esto ser‡ evidente, no en lo que tu dices con tu boca, sino en c—mo vives tu vida.

16) La obra del justo es para vida;

Mas el fruto del imp’o es para pecado.

 

Cuando Dios es tu socio, por oraci—n y por diezmo, tu obra ser‡ para vida, para la vida de muchos.  Porque hasta tu trabajo es para ayudar a otros.

 

Efesios 4:28   El que hurtaba, no hurte m‡s, sino trabaje,

haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga quŽ compartir con el que padece necesidad.

 

Pero el imp’o, aun con sus Žxitos, solamente est‡ formando un nombre que va a pudrir, por todos los siglos.

 

-------------------------- Doctrina ------------------------

 

Hemos visto algo de la diligencia en el vers’culo 4.

 

4) La mano negligente empobrece;

Mas la mano de los diligentes enriquece.

 

Es f‡cil aplicar esto a la vida del trabajo, o a los estudios escolares, pero tambiŽn es correcto aplicar esto a tus estudios en la palabra, con tu familia.

 

Vivimos en tiempos bastante oscuros, y si est‡ viviendo como negligente en esto, en los estudios en casa, puede ser que est‡ dando ventaja al diablo, tu enemigo.

 

------------------------ Conclusi—n ------------------------

 

Bueno ha sido otra forma de predicci—n, de una seria larga de puntos breves.  Pero esto es lo que el Esp’ritu Santo nos ha dejado, y es nuestro deseo, es nuestro deber, honrar la palabra, como Dios nos ha dado.

 

Si es tu deseo, agradar a tu Se–or, avanzando en la sabidur’a para la gloria de Dios, para tu propia felicidad, y para el bienestar de tu familia, puedes pasar adelante en un momento, y queremos orar para ti.

 

Vamos a Orar