14 de abril de 17
ŔYo TambiŽn
Crucificado?
G‡latas 2:20
Hoy d’a, en gran parte del mundo, los hermanos est‡n recordando, la
muerte, la crucifixi—n de Cristo Jesśs.
Por un lado podemos ver un despliegue del gran amor que Dios tiene
para la humanidad, muriendo en lugar de otros, para comprar para ellos una
salvaci—n segura.
Hablando de Cristo San Pablo dijoÉ
Romanos 4:25 El cual
fue entregado por nuestras
transgresiones, y resucitado para nuestra justificaci—n.
Por otro lado, la muerte fea de la cruz, es una expresi—n de la
justicia de Dios, porque en este gran evento podemos ver gr‡ficamente lo que
nuestros pecados realmente han merecido, delante de la justicia estricta de
Dios.
En algunas partes, como en las islas Filipinas, se ponen a hombres en
cruces, y actualmente est‡n clavados, pero no se mueren, es una dramatizaci—n.
En partes de America latina hay hombres llevando cruces por las
calles, como que esto fuera una manera de honrar a Dios.
Cuando San Pedro lleg— al fin de su vida, sabemos por la historia de
la iglesia que Žl fue crucificado, pero de boca abajo.
Normalmente, en la santa cena, celebramos el hecho de que Cristo muri—
en nuestro lugar, y la realidad de que nosotros no ten’amos que morir de manara
tan fea, teniendo un sustituto que, en amor tom— nuestro lugar.
Pero hoy d’a queremos considerar algo que San Pablo dijo sobre este
asunto.
Aunque Pedro fue crucificado
al fin de su vida, San Pablo, con sus maneras extra–as de expresar se, dijo que
Žl fue crucificado, en un sentido,
antes de llegar al fin de sus d’as.
G‡latas 2:20 Con
Cristo estoy juntamente crucificado,
Y ya no vivo yo, mas vive Cristo en m’; y lo que ahora vivo en la
carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me am— y se entreg— a s’
mismo por m’.
San Pablo tenia mucha energ’a para servir al Se–or. Su vida era muy fruct’fera.
1 Corintios 15:10 Pero
por la gracia de Dios soy lo que
soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he
trabajado m‡s que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.
Pablo era capaz de decir que estaba trabajando mas que todos, para el
reino de Dios, y haciendo lo con eficacia.
Pero despuŽs dijo que realmente no era Žl, sino la gracia de Dios,
obrando dentro de Žl. Pablo era
sumamente productivo, porque Pablo ya estaba, en un sentido, crucificado.
G‡latas 2:20 Con
Cristo estoy juntamente crucificado,
Y ya no vivo yo, mas vive Cristo en m’; y lo que ahora vivo en la
carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me am— y se entreg— a s’
mismo por m’.
Vivimos en tiempos en que muchos hermanos est‡n frustrados con sus
vidas Cristianas, y hay muchas razones por esto.
Pero normalmente, es porque hay mucho del hombre viejo, que no ha sido
aun crucificado.
Muchos hermanos andan como cojos, en su caminar Cristiano porque no
han sido adecuadamente crucificados,
en tŽrminos de las vanidades de este mundo.
O sufran por sus remantes del ego’smo, o su orgullo personal, o sus
deseos de aun operar como ciudadanos de este mundo. Pero Pablo dijo que no somos ciudadanos de este mundo.
Filipenses 3:20 Mas nuestra
ciudadan’a est‡ en los
cielos, de donde tambiŽn esperamos al Salvador, al Se–or Jesucristo.
Y por esto san Pablo estaba crucificado,
en cuanto a este mundo.
G‡latas 6:14 Pero
lejos estŽ de m’ gloriarme, sino en la
cruz de nuestro
Se–or Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a m’, y yo al mundo.
En muchas partes del nuevo testamento, podemos aprender que para
vivir, realmente, en el poder del esp’ritu santo, nosotros tenemos que tambiŽn
estar crucificados con Cristo.
Y esto empez— con nuestro bautismo.
Romanos 6:3-7 ŔO no sabŽis
que todos los que hemos sido
bautizados en Cristo Jesśs, hemos sido bautizados en su muerte?
Porque somos sepultados juntamente con Žl para muerte por el bautismo,
a fin de que como Cristo resucit— de los muertos por la gloria del Padre, as’
tambiŽn nosotros andemos en vida nueva.
Porque si fuimos plantados juntamente con Žl en la semejanza de su
muerte, as’ tambiŽn lo seremos en la de su resurrecci—n;
sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente
con Žl, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos
m‡s al pecado.
Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.
Aqu’ dice muy claramente que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Žl, pero
a veces, hay hermanos, que por estar enga–ados, est‡n poco a poco resucitando
el hombre viejo, el hombre vano, el hombre mundano, y as’ est‡n robados, en
cuanto a lo que pueden hacer para Cristo.
Cristo dijo que el enemigo, el ladr—n, que quiere ver nos derrotados,
viene a nosotros, antes que nada para robar.
Juan 10:10 El ladr—n no viene
sino para hurtar y matar
y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia.
Hurtar quiere decir robar.
ŔPero quŽ es lo que este enemigo quiere robar?, sino tu tiempo, tu
testimonio, tu capacidad de realmente tocar la vida de otros.
Pablo no querr’a perder su tiempo valioso de esta vida breve, y por lo
tanto dijoÉ
G‡latas 2:20 Con
Cristo estoy juntamente crucificado,
Y ya no vivo yo, mas vive Cristo en m’; y lo que ahora vivo en la
carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me am— y se entreg— a s’
mismo por m’.
Pensando as’ Pablo caminaba en poder, usando bien su tiempo.
Efesios 5:15-16 Mirad, pues, con
diligencia c—mo
andŽis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo,
porque los d’as son malos.
As’ que hermanos, considerando la crucifixi—n
de Cristo, ojala puedes ver que no solamente es una expresi—n del amor de Dios,
y de la justicia de Dios, sino que en la cruz, podemos ver como el poder de
Dios puede estar activo en nuestras vidas, cuando realmente estemos crucificados al mundo.
G‡latas 6:14 Pero
lejos estŽ de m’ gloriarme, sino en la
cruz de nuestro
Se–or Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado
a m’, y yo al mundo.
ŔPero ser‡ todo esto, de que estoy diciendo hoy, en armon’a con las
palabras de Cristo? pausa Vamos a ver.
Lucas 9:23-26 Y dec’a a
todos: Si alguno quiere venir en
pos de m’, niŽguese a s’ mismo,
tome su cruz cada d’a, y s’game.
Porque todo el que quiera salvar su vida, la perder‡; y todo el que
pierda su vida por causa de m’, Žste la salvar‡.
Pues ŔquŽ aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o
se pierde a s’ mismo?
Porque el que se avergonzare de m’ y de mis palabras, de Žste se
avergonzar‡ el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y
de los santos ‡ngeles.
ŔPero que quiere decir esto de tomar tu cruz cada d’a?
Quiere decir hermano, hermana, que si voy a caminar en el poder de
Dios, capaz de hacer cosas grandes para su reino, y capaz de tocar a otros de
manera dram‡tica, yo tambiŽn tengo que
estar crucificado, en un sentido.
Mientras estoy aun fascinado con las atracciones y las vanidades de
este mundo, esto no va a pasar.
1 Juan 2:15-17 No amŽis al mundo,
ni las cosas que est‡n en
el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no est‡ en Žl.
Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos
de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios
permanece para siempre.
Cuando el hombre viejo, dentro de nosotros, se trata de levantar se de
su tumba, para enamorar se otra vez con este mundo podrido, estaremos cada vez
mas inśtil para el reino de Dios.
Santiago 4:4 !!Oh
almas adślteras! ŔNo sabŽis que la
amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que
quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
Vivir como enemigo de Dios, seguramente no es la manera de prosperar
en el reino. ŔPero como pasa esto?
ŔEstamos muy fascinado con su mśsica, aun cuando es obviamente carnal?
ŔEstamos viviendo para las riquezas, en vez de simplemente trabajar
para la gloria de Dios?
ŔEstamos pasando mas y mas tiempo consumiendo sus programas de
televisi—n y de cine?
ŔEstamos pasando mas tiempos de compa–erismo con los incrŽdulos que
con los hermanos de la fe, no para evangelizar los sino para formar amistades
entre ellos, como iguales?
Todo esto lleva su precio.
1 Corintios 15:33 No
errŽis; las malas conversaciones
corrompen las buenas costumbres.
Para realmente usar bien el tiempo, tiempo que est‡ limitado, para
realmente caminar en el poder de Dios, en el poder de la resurrecci—n, tenemos
que estar cada vez mas muerto, a este mundo.
G‡latas 6:14 Pero
lejos estŽ de m’ gloriarme, sino en la
cruz de nuestro
Se–or Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado
a m’, y yo al mundo.
Aunque muchos hermanos jam‡s aprendan esto, es posible vivir como que
ya hemos sido crucificados con
Cristo, y tambiŽn como que ya hemos sido resucitados.
Colosenses 3:1-3 Si,
pues, habŽis resucitado con Cristo,
buscad las cosas de arriba, donde est‡ Cristo sentado a la diestra de
Dios.
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
Porque habŽis muerto, y vuestra vida est‡ escondida con Cristo
en Dios.
------------------------ Doctrina ------------------------
Para caminar en poder, para tocar las vidas de otros, para usar bien
nuestro tiempo, tenemos que estar muertos a las vanidades de este mundo.
Tenemos que estar muertos al orgullo, y al ego’smo.
Y as’ podemos aprender quŽ es la vida emocionante en Cristo. Porque as’ caminaremos en el poder de
Dios.
1 Corintios 15:31 Os
aseguro, hermanos, por la gloria que
de vosotros tengo en nuestro Se–or Jesucristo, que cada d’a muero.
ŔPero que quiere decir esto?
Es que cada d’a estaba muriendo a la vanidad, al ego’smo, al orgullo,
para servir a Dios en poder.
G‡latas 2:20 Con
Cristo estoy juntamente crucificado,
Y ya no vivo yo, mas vive Cristo en m’; y lo que ahora vivo en la
carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me am— y se entreg— a s’
mismo por m’.
Hermanos lo que estoy predicando en esta noche no es un tema muy
popular en nuestros tiempos, pero ojala te puedes ver por las escrituras que
estoy presentando, que esto es la fe verdadera.
Y todos los grandes de la historia de la fe han confirmado el mismo,
que en la cruz de Cristo, ellos vieron la muerte de su hombre viejo.
Efesios 4:17-24 Esto, pues, digo
y requiero en el
Se–or: que ya no andŽis como los otros gentiles, que andan en la
vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida
de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su coraz—n;
los cuales, despuŽs que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a
la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
Mas vosotros no habŽis aprendido as’ a Cristo, si en verdad le habŽis
o’do, y habŽis sido por Žl ense–ados, conforme a la verdad que est‡ en Jesśs.
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que est‡ viciado conforme a los deseos
enga–osos, y renovaos en el esp’ritu de vuestra mente, y vest’os del nuevo
hombre, creado segśn Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Hermano, hermana, es muy dudoso que tendr‡s Žxito despojando del viejo
hombre, si vives lejos de las escrituras, y cerca de los entretenimientos del
mundo, su mśsica, su cine, sus programas de televisi—n, su educaci—n.
------------------------- Conclusi—n ---------------------
Si considerando el amor que Dios ha mostrado para ti, mandando a
Cristo para morir en tu lugar, ha tocado tu coraz—n, si la justicia de Dios en
la crucifixi—n te ha impresionado, si has visto que en la Biblia hay una manera
en que nosotros podemos vivir como crucificados,
aun antes de terminar nuestros d’as en este vida, quiz‡s tu quieres
experimentar ese poder.
No es m‡gica, es simplemente la madurez de la vida en Cristo, y un
poco de separaci—n del mundo.
Lev’tico 20:23 Y no andŽis en las
pr‡cticas de las naciones
que yo echarŽ de delante de vosotros; porque ellos hicieron todas
estas cosas, y los tuve en abominaci—n.
O como hemos aprendido en los Salmos.
Salmos 106:34-38 No
destruyeron a los pueblos,
como el Se–or les hab’a mandado,
sino que se mezclaron con las naciones,
aprendieron sus costumbres,
y sirvieron a sus ’dolos
que se convirtieron en lazo para ellos.
Sacrificaron a sus hijos y a sus hijas a los demonios, y derramaron
sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, a quienes sacrificaron
a los ’dolos de Cana‡n, y la tierra fue contaminada con sangre.
Si tu quieres caminar cerca de Cristo, lleno de su poder, con una separaci—n
adecuada de las atracciones de este mundo, claro todos nosotros tenemos que
trabajar aqu’, y no estamos llamados a ser monjes, pero si estamos llamados a
la santidad. pausa
Y si es tu deseo, experimentar esto, tal vez por primera vez, quiero
invitar te a pasar adelante en un momento, y queremos orar para ti.
G‡latas 2:20 Con
Cristo estoy juntamente crucificado,
Y ya no vivo yo, mas vive Cristo en m’; y lo que ahora vivo en la
carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me am— y se entreg— a s’
mismo por m’.
Vamos
a orar.