8 de octubre de 2016

Conociendo El Poder De La Resurrecci—n

Efesios 2:4-6

 

Vivimos en un pa’s de muchas personas ocupadas, y llenas de prisa.  Y algunas actualmente logran en alcanzar sus deseos de mundanos.

 

San Pablo en la Biblia, alcazaba muchos logros, carnalmente hablando, pero una vez conociendo a Cristo Jesœs, Pablo entend’a que su vida de antes ha sido pura vanidad, y sus logros eran revelados como basura.

Filipenses 3:8-10    Y ciertamente, aun estimo todas las

cosas como pŽrdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesœs, mi Se–or, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,

 

9 y ser hallado en Žl, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;

 

a fin de conocerle, y el poder de su resurrecci—n, y la participaci—n de sus padecimientos, llegando a ser semejante a Žl en su muerte.

 

Una vez convertido, San Pablo deseaba tener el poder que viene de la resurrecci—n de Cristo Jesœs.  Pablo deseaba vivir una vida que actualmente val’a la pena.

 

Y si tu, mi amigo, est‡s viviendo una vida vac’a, que no tiene sentido, el posible que el poder de la resurrecci—n de Cristo es lo que te falta.

 

Efesios 2:4-6  Pero Dios, que es rico en misericordia, por

su gran amor con que nos am—, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con Žl nos resucit—, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesœs.

 

En los ojos de Dios, la gran mayor’a de los hombres ya son muertos en sus pecados.  Aunque haya aire en sus pulmones, un coraz—n que est‡ funcionando en sus pechos, est‡n muertos, en los ojos de Dios.

Y por esto sus vidas no tienen sentido.  Vivan por el pecado, y mas y mas pagan por las consecuencias de sus pecados, en esta vida ya, y tambiŽn en la venidera.

 

Romanos 6:23   Porque la paga del pecado es muerte,

mas la d‡diva de Dios es vida eterna en Cristo Jesœs Se–or nuestro.

 

Mintiendo, robando, cometiendo el adulterio y la fornicaci—n, uno puede sentir que es cada vez mas cerca, la tumba y, tambiŽn, el infierno.

 

Algunos crean que acabando con sus vidas por el suicidio, se pueden por fin escapar del dolor de una vida quebrantada, cuando en realidad es la manera de intensificar el dolor, a–adiendo otro pecado grande.

 

El asesino es un crimen, aun si est‡s tomando a tu propia vida.  Y el castigo es inmediato.

 

Como Cristo prometi— que uno estar’a con el en el para’so, a su lado en la cruz, si quieres tomar tu propia vida, el diablo puede prometer ti, Òhoy estar‡s conmigo en el infieroÓ.

 

Pero si tu vida est‡ tan terrible, la soluci—n no es el suicidio, sino el poder de la resurrecci—n.

 

Efesios 2:4-6  Pero Dios, que es rico en misericordia, por

su gran amor con que nos am—, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con Žl nos resucit—, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesœs.

 

O tal vez, tu dices, ÀPero yo no soy tan perdido, mi vida es mas o menos en ordenÓ

 

Pero si tienes pecados, cr’menes en contra de Dios que no est‡n resueltos, tu tambiŽn est‡s en gran peligro.

 

ÀEres mentiroso? la Biblia dice que la mentira es una gran ofensa.

Apocalipsis 21:8     Pero los cobardes e incrŽdulos, los

abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los id—latras y todos los mentirosos tendr‡n su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

Si eres esclavo del pecado, sea de la pornograf’a, sea de la inmoralidad sexual, o las diferentes perversiones sexuales, la muerte est‡ esper‡ndote, y quiere devorar te.

 

Tu caso puede estar grave, pero hay esperanza pata ti en Cristo, y en el poder de su resurrecci—n.

 

Efesios 2:4-6  Pero Dios, que es rico en misericordia, por

su gran amor con que nos am—, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con Žl nos resucit—, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesœs.

 

Hay poder en la muerteÉ

Hay poder en la sangreÉ

Hay poder en la resurrecci—n de Cristo JesœsÉ

 

Romanos 4:25   El cual fue entregado por nuestras

transgresiones, y resucitado para nuestra justificaci—n.

 

Amigo, el pecado es mucho mas peligroso que la gente imaginan.  El pecado es una ofensa en contra del Dios tres veces Santo. 

 

Aun con j—venes que faltan respeto a sus padres, las consecuencias son graves.

 

Dice en los diez mandamientos.

 

ƒxodo 20:12    Honra a tu padre y a tu madre, para que tus

d’as se alarguen en la tierra que Jehov‡ tu Dios te da.

 

La obediencia fue ligada con la vida, y la desobediencia con la muerte.  Cristo, el gran profeta del amor, dijo, aun en el nuevo testamento en..

 

Marcos 7:10    Honra a tu padre y a tu madre; y:

El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.

 

Cristo hablaba bien de la Santa Ley de Dios, cuando criticaba a las tradiciones de los religiosos.

 

Aparte de un arrepentimiento verdadero, confiando en la muerte de Cristo Jesœs, jam‡s escapar‡s de las consecuencias de faltar el respeto a tus padres.

Pero en Cristo, en su sangre, en su muerte y en su resurrecci—n, s’ hay esperanza, hay algo especial en Cristo JesœsÉ

 

Romanos 4:25   El cual fue entregado por nuestras

transgresiones, y resucitado para nuestra justificaci—n.

 

Yo se que ese mensaje es para muchos, dif’cil de creer, porque han visto personas que profesaron una fe en Cristo, pero no han mostrado el poder de la resurrecci—n obrando en sus vidas.  Pero, amigo, no seas enga–ado por estos.

 

2 Timoteo 3:1-5 TambiŽn debes saber esto: que en los

postreros d’as vendr‡n tiempos peligrosos.

2 Porque habr‡ hombres amadores de s’ mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, imp’os, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites m‡s que de Dios, que tendr‡n apariencia de piedad, pero negar‡n la eficacia de ella; a Žstos evita.

 

El verso dice que hay personas que tienen la apariencia de la piedad, una profesi—n tal vez vac’a, sin poder y sin eficacia.  A esto no queremos llamar te amigo, sino a algo poderoso, nada mas y nada menos del poder de la resurrecci—n de Cristo Jesœs, que dio su vida en rescate de muchos.

 

Efesios 2:4-6  Pero Dios, que es rico en misericordia, por

su gran amor con que nos am—, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con Žl nos resucit—, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesœs.

 

Los que realmente conocen a Cristo, los que son creaturas nuevas, ya se sienten el poder de la resurrecci—n.

 

2 Corintios 5:17     De modo que si alguno est‡ en Cristo,

nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aqu’ todas son hechas nuevas.

Amigo, si tu vida ha sido media arruinada por el pecado, hay esperanza para ti, y es tu œnica esperanza, y esa esperanza es una persona, Cristo Jesœs,

 

Romanos 4:25   El cual fue entregado por nuestras

transgresiones, y resucitado para nuestra justificaci—n.

 

Es cierto que hay muchos hip—critas, pero no seas enga–ado por ellos, Cristo mismo dijo que muchos son llamados, pero pocos escogidos.

 

Si es tu deseo, realizar la vida mejor que Dios tiene para ti, es tiempo de empezar a romper con el pecado, no en tu propio poder, sino en el poder de Cristo, y el poder de su muerte, el poder de su resurrecci—n, pero tienes que empezar a entrar en serio, y con determinaci—n.

 

Mateo 7:13-14  Entrad por la puerta estrecha; porque ancha

es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdici—n, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

 

Cristo te est‡ llamando ya, pero tienes que reaccionar, la responsabilidad es tuya, y tienes que hacer la con animo y determinaci—n.

 

Lucas 13:24-25 Esforzaos a entrar por la puerta angosta;

porque os digo que muchos procurar‡n entrar, y no podr‡n.

 

DespuŽs que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecŽis a llamar a la puerta, diciendo: Se–or, Se–or, ‡brenos, Žl respondiendo os dir‡: No sŽ de d—nde sois.

 

Oh, amigo, si el esp’ritu de Dios te est‡ hablando ya, Áno pierdas tu oportunidad!.   Si la vida nueva es tu deseo, hay hermanos aqu’ dispuestos a orar y hablar contigo, acŽrcanse, mientras aun tienes la oportunidad de venir.

 

Antes que sea muy tarde para ti, llegar a Cristo..

 

Romanos 4:25   El cual fue entregado por nuestras

transgresiones, y resucitado para nuestra justificaci—n.

ÁAmen!