7 de abril de 17

Robando La Alabanza

Salmos 148:1-14

 

Cuando uno est‡ caminando, cerca de su Dios, entendiendo algo de su poder, es normal ver la gloria de Dios en todo.  Es normal ver en todos lados, motivos fuertes de alabar, como ya hemos visto en el Salmo 19É

 

Salmos 19:1    Los cielos cuentan la gloria de Dios,

               Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.

 

Claro, esto no est‡ diciendo que los cielos en si tienen sentimientos o que son seres vivientes, pero s’ tienen la capacidad de estimular la adoraci—n especialmente en los hermanos que caminan cerca de su Dios.

 

Los hombres que caminan lejos, tambiŽn han visto gloria en los cielos, pero en su rebeli—n terminaron alabando no al creador, sino al sol o a la luna.

 

1) Alabad a Jehov‡ desde los cielos; alabadle en las alturas.

 

Es como que el autor estaba tan cerca de, que deseaba llamar a todos a adorar consigo.

 

Vio en los cielos, en las alturas la suprema gloria de Dios, y por lo tanto tenia el deseo, el impulso a proclamar a todos, c—mo Dios estaba digno de alabanza.

 

2) Alabadle, vosotros todos sus ‡ngeles; alabadle, vosotros todos sus ejŽrcitos.

 

En realidad los ‡ngeles no necesitan mucha exhortaci—n, porque como hemos visto en el libro de Isa’as, ellos adoran, diligentemente, d’a y noche.  Y como no son ca’dos, no caigan en el enga–o como nosotros, pensando mucho en nuestros propios problemas, en vez de enfocar en la gloria de Dios.

 

Pero el verso no habla solamente a los ‡ngeles santos, sino a todos, recordando que aun los ‡ngeles ca’dos y perdidos van a adorar a Cristo, aun si no quieren.

 

Pablo escribi— sobre esto en el libro de Filipenses.

 

 

Filipenses 2:6-11    El cual, siendo en forma de Dios, no

                     estim— el ser igual a Dios como cosa a

                     que aferrarse, sino que se despoj— a s’

mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;  y estando en la condici—n de hombre, se humill— a s’ mismo, haciŽndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

 

Por lo cual Dios tambiŽn le exalt— hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesœs se doble toda rodilla de los que est‡n en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Se–or, para gloria de Dios Padre.

 

Vendr‡n el momento en que hasta los hombres malvados, y hasta los ‡ngeles malvados o sea los demonios, van a doblar la rodilla y adorar a Cristo.  Es por esto que ellos tienen tanto miedo del nombre de Cristo Jesœs.

 

Santiago 2:19  Tœ crees que Dios es uno; bien haces.

TambiŽn los demonios creen, y tiemblan.

 

3) Alabadle, sol y luna; Alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas.

 

Lejos de estar adorados por los hombres, el sol, la luna y todas las estrellas deben de estimular a nosotros, a ver el poder y la gloria de Dios en su creaci—n.

 

Pero jam‡s debemos de pensar que de alguna manera estos cuerpos celestiales pueden guiar a nuestras vidas por la astrolog’a.

 

Es cierto que Dios los puso sobre nosotros para gobernar, pero solamente en tŽrminos de establecer el tiempo y las sazones.

 

GŽnesis 1:16   E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la

lumbrera mayor para que se–orease en el d’a, y la lumbrera menor para que se–orease en la noche; hizo tambiŽn las estrellas.

 

Se gobiernan sobre el d’a, el mes, y otros medidos del tiempo, pero jam‡s tienen la capacidad de anunciar tu futuro.

 

Y si tu hermano, hermana, has fijado en los hor—scopos, aun pensando que es solamente un juego, ten cuidado, muchos han abierto sus vidas a calamidades por ese juego.  Y veremos mas tarde en el libro de Isa’as que esto siempre ha sido condenado.

 

Isa’as 47:13-14 Te has fatigado en tus muchos consejos.

Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendr‡ sobre ti.

 

He aqu’ que ser‡n como tamo; fuego los quemar‡, no salvar‡n sus vidas del poder de la llama; no quedar‡ brasa para calentarse, ni lumbre a la cual se sienten.

 

Lastimosamente, vivimos en tiempos en que hasta algunos hermanos escuchan a estos enga–os destructivos.  Mejor buscar tus consejos en la palabra de Dios, y proclamarÉ

 

4-5) Alabadle, cielos de los cielos, y las aguas que est‡n sobre los cielos.  Alaben el nombre de Jehov‡; porque Žl mand—, y fueron creados.

 

Solamente con una palabra Dios puso todos en sus orbitos, habiendo considerando como cada cual, en su trayectoria iba a afectar a los dem‡s, y a nosotros tambiŽn.

 

6) Los hizo ser eternamente y para siempre; Les puso ley que no ser‡ quebrantada.

 

Dios jam‡s tenia que pensar, ÒMomento, sabes que, olvidŽ algo, algo que pude pasar despuŽs de unos siete u ocho milenios, tengo que cambiar algoÓ.

 

La creaci—n de Dios era perfecto la primera vez, y todo est‡ siguiendo una gran ley.  Para nosotros, parece que estamos descubriendo diferentes leyes sobre los planetas, la qu’mica, la f’sica.  Pero en realidad, en la mente de Dios, todo el orden parece una gran ley.  Un gran decreto eterno.  Por esto Dios puede prometer la regularidad en la naturaleza.

 

 

 

 

GŽnesis 8:21-22 Y percibi— Jehov‡ olor grato; y dijo

Jehov‡ en su coraz—n: No volverŽ m‡s a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del coraz—n del hombre es malo desde su juventud; ni volverŽ m‡s a destruir todo ser viviente, como he hecho.

 

Mientras la tierra permanezca, no cesar‡n la sementera y la siega, el fr’o y el calor, el verano y el invierno, y el d’a y la noche.

 

Aunque es el tema de diferentes pel’culas, jam‡s tenemos que temer que un asteroide va a venir de repente y chocar con el mundo para acabar con el orden divino. 

 

Como todo lo dem‡s en nuestras vidas, Dios est‡ en control de los cielos tambiŽn.

 

7) Alabad a Jehov‡ desde la tierra, los monstruos marinos y todos los abismos;

 

Habl— de monstruos como Job, en su libro hablaba de animales extra–os.

Job 41:1-8 ÀSacar‡s tœ al leviat‡n con anzuelo,

O con cuerda que le eches en su lengua?

 

ÀPondr‡s tœ soga en sus narices,

Y horadar‡s con garfio su quijada?

 

ÀMultiplicar‡ Žl ruegos para contigo?

ÀTe hablar‡ Žl lisonjas?

 

ÀHar‡ pacto contigo

Para que lo tomes por siervo perpetuo?

 

ÀJugar‡s con Žl como con p‡jaro,

O lo atar‡s para tus ni–as?

 

ÀHar‡n de Žl banquete los compa–eros?

ÀLo repartir‡n entre los mercaderes?

 

ÀCortar‡s tœ con cuchillo su piel,

O con arp—n de pescadores su cabeza?

Pon tu mano sobre Žl;

Te acordar‡s de la batalla, y nunca m‡s volver‡s.

 

En toda la historia del mundo hay historias de grandes monstruos del mar, o de lagos, y aun a veces los pecadores se arrastran algo grande y desconocido en sus redes.

 

Pero sean monstruos, o sean simplemente las grandes ballenas, todas ellas, por su forma, su dise–o, su capacidad de sobrevivir por miles de a–os como genero, est‡n dando testimonio a la gloria de la sabidur’a y del poder de Dios.

 

8) El fuego y el granizo, la nieve y el vapor, el viento de tempestad que ejecuta su palabra;

 

Todos estos elementos, cuando vienen por bien o a veces por mal, andan ejecutando la palabra de Dios.

 

El fuego ser‡ la morada del los malvados por todos los siglos testificando de la ira, y de la santa justicia de Dios.

 

Mateo 25:41    Entonces dir‡ tambiŽn a los de la izquierda:

Apartaos de m’, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ‡ngeles.

 

El fuego que puede glorificar a Dios en su utilidad, como para calentar una casa, tambiŽn puede glorificar a Dios en sus juicios eternos.

 

Y es el mismo con la nieve, el vapor y hasta el granizo.

 

En varios ocasiones Dios empleaba el granizo como un medio en sus juicios.

 

JosuŽ 10:11    Y mientras iban huyendo de los israelitas, a

la bajada de Bet-hor—n, Jehov‡ arroj— desde el cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca, y murieron; y fueron m‡s los que murieron por las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel mataron a espada.

 

El granizo puede ser algo interesante, como otro aspecto de la creaci—n, pero tambiŽn puede funcionar como una arma, como en las plagas de Egipto.

 

 

 

ƒxodo 9:22 Y Jehov‡ dijo a MoisŽs: Extiende tu mano hacia

el cielo, para que venga granizo en toda la tierra de Egipto sobre los hombres, y sobre las bestias, y sobre toda la hierba del campo en el pa’s de Egipto.

 

9-10) Los montes y todos los collados, El ‡rbol de fruto y todos los cedros; La bestia y todo animal, Reptiles y vol‡tiles;

 

Llegando ya casi al fin, se ve como casi todo en la creaci—n, inspiraba a ese autor a una alabanza mas profunda, y esto tiene sentido, porque el autor de este Salmo, evidentemente, caminaba muy cerca de su Dios.  Y por esto, vio la gloria de Dios en todo.

 

11) Los reyes de la tierra y todos los pueblos, los pr’ncipes y todos los jueces de la tierra;

 

Ahora termina exhortando a todos los hombres a su deber de alabar, hasta los grandes, que tal vez se creen muy ocupados en otras cosas, pero en realidad no hay otra cosa mas importante.

 

12) Los j—venes y tambiŽn las doncellas, los ancianos y los ni–os.

 

No importa la edad de la persona.  Uno jam‡s puede pensar que ya es muy viejo para alabar a Dios.  Se puede sentar se durante las alabanzas, tal vez, pero la edad no es raz—n de dejar de alabar. 

 

Ni lo ni–os son muy peque–os para alabar.  Ellos a veces se cantan y hasta bailan escuchando las alabanzas, y esto naturalmente.

 

Y los j—venes tambiŽn est‡n mencionados, que es correcto porque a veces ellos crean que tienen que pasar por una temporada, no tan cerca de Dios, pero esto es un enga–o peligroso, como explic— Salom—n el gran rey..

 

EclesiastŽs 12:1     AcuŽrdate de tu Creador en los d’as de tu

juventud, antes que vengan los d’as malos, y lleguen los a–os de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento.

 

Puede ser peligroso, una forma de presunci—n para ellos, demorar mas y mas su compromiso con su Dios.

13) Alaben el nombre de Jehov‡, porque s—lo su nombre es enaltecido. Su gloria es sobre tierra y cielos.

 

Ese autor era una persona que no pudo sacar la adoraci—n de Dios de su mente.  Y esto es normal, para los que conocen la palabra y que caminan cerca de su Se–or.

 

14) El ha exaltado el poder’o de su pueblo; al‡benle todos sus santos, los hijos de Israel, El pueblo a Žl cercano. Aleluya.

 

Si todos, y todo realmente debe de alabar al Se–or con animo, cuanto mas nosotros que somos claramente sus hijos.

 

Habla del poder’o del pueblo de Dios.  Y esto es otro motivo final de la alabanza continua, Dios ha dado poder a su pueblo.

 

Aprendiendo caminar en la victoria de Cristo, nuestras vidas pueden estar poderosas para Žl.

 

Por esto tenemos tantas expresiones de las victoria en las escrituras.

 

Romanos 8:37   Antes, en todas estas cosas somos m‡s que

vencedores por medio de aquel que nos am—.

 

1 Corintios 15:55-57 ÀD—nde est‡, oh muerte, tu aguij—n?

ÀD—nde, oh sepulcro, tu victoria?

ya que el aguij—n de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.  Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Se–or Jesucristo.

 

========================-=== Doctrina =======================

 

Pero tal vez uno puede preguntar, si la gloria de Dios realmente est‡ en todos lados, y si Dios nos ha dado el poder de vivir una vida victoriosa, pausa, como es que tantos hermanos, y hermanas, dan la impresi—n de est‡n viviendo vidas de derrota.

 

Bueno, hay muchas razones, y podemos tocar las en otros mensajes, pero para terminar hoy, es importante entender c—mo la alabanza de Dios est‡ robada, en los tiempos oscuros en que vivimos.

 

El autor de este Salmo, caminado cerca de Dios, vio la gloria de Dios en todo.  Pero en nuestra cultura tan apostata, se tratan de robar de Dios el crŽdito de su creaci—n.

 

En vez de ver todo en tŽrminos de una creaci—n gloriosa, se tratan de decir que todo simplemente apareci—, de repente en lo que ellos llaman un Òbig bangÓ, o sea una gran explosion.

 

Y viviendo en una cultura controlado por ellos, los incrŽdulos, y empleando una educaci—n controlada por ellos, y mirando a las pel’culas controladas por ellos, unos hermanos actualmente empiezan a pensar como ellos.

 

En vez de ver la gloria de Dios en todo, se vean todo como una gran explosi—n, un accidente c—smico.  Y as’ la alabanza est‡ robada.

 

Y en vez de ver la gloria de Dios en los animales, se vean en los animales otro accidente, un sea un proceso largo de la evoluci—n, pulido por sus billones y billones de a–os.

 

En mis viajes alrededor del mundo he conocido hasta hermanos, que creyeron en la evoluci—n, dudando lo que Dios ha revelado en el libro de GŽnesis.

 

Uno era un medico del estado de Georgia, que fue muy insistente en que era un hermano fiel que ense–aba la escuela dominical en su iglesia por muchos a–os.

 

Para mi esto era una gran sorpresa, pero supongo que San Pablo profetizaba de esto en el primero de Timoteo.

 

1 Timoteo 4:1  Pero el Esp’ritu dice claramente que en los

postreros tiempos algunos apostatar‡n de la fe, escuchando a esp’ritus enga–adores y a doctrinas de demonios.

 

Y hablando de la biolog’a, ahora vivimos en tiempos en que muchos dudan de su genero, hombres pensando que deben de ser mujeres, y mujeres creyendo que su identidad realmente es de un macho.

 

Y la sociedad presenta todo esto como una nueva, y avanzada moralidad.  Pero hemos visto algo interesante en el texto de hoy.

 

6) Los hizo ser eternamente y para siempre; Les puso ley que no ser‡ quebrantada.

 

 

En la mente de Dios, no hay muchas leyes de la ciencia, y de la moralidad, sino que en realidad el orden es una gran ley.

Un decreto sagrado e eterno, reflejando el car‡cter de Dios.

 

Y siendo as’, la moralidad no puede avanzar ni evolucionar, esto tambiŽn es otro enga–o demoniaco, dise–ado para robar a nuestro Dios de su alabanza merecida.

 

Caminando cerca de Dios, conociendo su palabra te puedes llegar a tener un discernimiento mas agudo, para quedar te bajo la autoridad de Dios, y por lo tanto, para vivir bajo su protecci—n, caminando en la victoria, y adorando lo todo el d’a.

 

=========================== Conclusi—n ======================

 

Si tu has sido un poco lejos de tu Se–or, œltimamente, lejos tambiŽn de la vida victoriosa en que se puede percibir la gloria de Dios en todos lados, entonces puedes pasar al frente en un momento, y queremos orar para ti.

 

Vamos a Orar