2 de abril de 17

Utilizando Los Malvados

Isa’as 10:1-34

Introducci—n

 

En el libro de los proverbios, hay muchas joyas de sabidur’a, pero a veces el Rey Salom—n dijo cosas extra–as.

 

Por ejemplo, en una parte dijo..

 

Proverbios 16:4      Todas las cosas ha hecho Jehov‡

para s’ mismo, Y aun al imp’o

para el d’a malo.

 

Para muchos, no es muy claro lo que quiso Salom—n expresar con esto, pero con el mensaje de hoy, podemos ver un gran ejemplo de esa verdad.

 

1) !!Ay de los que dictan leyes injustas, y prescriben tiran’a, para apartar del juicio a los pobres, y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo; para despojar a las viudas, y robar a los huŽrfanos!

 

Cristo Jesśs criticaba a los fariseos por su tendencia de robar a las viudas.

 

Mateo 23:14    !!Ay de vosotros, escribas y fariseos,

hip—critas! porque devor‡is las casas de las viudas, y como pretexto hacŽis largas oraciones; por esto recibirŽis mayor condenaci—n.

 

El contexto era la hipocres’a, y tambiŽn en el tiempo de Isa’as, el pueblo de Dios, abandonado las escrituras como su gu’a, estaba cayendo en la hipocres’a.

 

Y la amonestaci—n estaba dirigida a los lideres, como hemos visto desde el principio de este libro.

 

Isa’as 1:10    Pr’ncipes de Sodoma, o’d la palabra de

Jehov‡; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.

 

Es que muchas veces en la historia del mundo, los ricos, los poderosos pueden escapar de lo mas severo de los peligros, con su poder y con su dinero, pero el profeta dice que est‡ vez seria imposible.

3) ŔY quŽ harŽis en el d’a del castigo? ŔA quiŽn os acogerŽis para que os ayude, cuando venga de lejos el asolamiento? ŔEn d—nde dejarŽis vuestra gloria?

 

Los enemigos estaban llegando, y como veremos, los ataques eran merecidos, todo esto era una forma de disciplina, al pueblo de Dios, porque han abandonado los preceptos santos, copiando al mundo.

 

Y como un gran castigo, los ricos y los poderosos iban a sentir toda la fuerza del ataque.

 

4) Sin m’ se inclinar‡n entre los presos, y entre los muertos caer‡n. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todav’a su mano est‡ extendida.

 

Aunque los ricos tendr’an sus planes de escape, el profeta dice que no, solamente habr’a dos opciones, o se mete en la l’nea de los presos, medios desnudos y golpeados, encadenados marchando a un futuro incierto, o te caigas muerta por la espada.

 

Y para asegurar el pueblo rebelde de Dios que esto no era todo, como hemos visto en la semana pasada, dice otra vez.

Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todav’a su mano est‡ extendida.

 

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Ahora el capitulo va a dedicar un tiempo al rey de Asiria.

 

Y se van a hablar mucho sobre ese hombre en Isa’as.  Es un hombre muy arrogante, muy ambicioso como Nabucodonosor, aunque esto es antes del lavamiento de Babilonia.

 

Pero ese rey de Asiria era bastante cruel en sus ataques. En nuestro tiempo se pudiera comparar sus t‡cticas con las del Estado Isl‡mico.  De hecho es posible que el Estado Isl‡mico est‡ copiando sus mŽtodos, siendo en la misma parte del mundo, y amontonando las calaveras de sus victimas en grandes pir‡mides, para asustar a todos.

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5) Oh Asiria, vara y b‡culo de mi furor, en su mano he puesto mi ira.

 

Hay algo que aprender aqu’.  Dios dice que estaba utilizando al malvado.  La ira de Dios estaba puesta en la mano del malvado para corregir y disciplinar, su propio pueblo.

6) Le mandarŽ contra una naci—n pŽrfida, y sobre el pueblo de mi ira le enviarŽ, para que quite despojos, y arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las calles.

 

Esto era sumamente espantoso.  Para corregir a Jud‡ y a Israel, un enemigo feroz, recib’a el permiso hasta el mandato secreto de atacar y despojar.

 

6) Le mandarŽ contra una naci—n pŽrfida, y sobre el pueblo de mi ira le enviarŽ, para que quite despojos, y arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las calles.

 

Y esto es consistente con las doctrinas de Cristo.  Cristo dijo que esto puede pasar con nosotros, cuando nosotros hemos perdido nuestra sal, y nuestra luz.

 

Mateo 5:13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si

la sal se desvaneciere, Ŕcon quŽ ser‡ salada? No sirve m‡s para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.

 

Espero que te ves, hermano, hermana, que es normal para Dios, emplear a los malvados para castigar a su pueblo, cuando esto sea necesario.

 

7) Aunque Žl no lo pensar‡ as’, ni su coraz—n lo imaginar‡ de esta manera, sino que su pensamiento ser‡ desarraigar y cortar naciones no pocas.

 

El rey de Asiria no pensar‡ nada sobre llevar acabo el plan de Dios.  Este rey en su rabia y en su ambici—n solamente pensar‡ en su propia gloria, pero aun as’ estar‡ llevando acabo el plan de Dios.

 

Vimos algo semejante en la vida de JosŽ que fue vendido a Egipto.  Los hermanos de JosŽ hicieron algo sumamente malvado, vendiendo a su hermanito, por envidia.

 

Y aunque lo que hicieron era algo repugnante, aun que ellos dar’an cuenta por su maldad, estaban llevando acabo el plan de Dios.

 

Y no me malentiendan.  No estaban llevando acabo la palabra revelada de Dios, pero s’ podemos decir que llevaban acabo el plan secreto, o sea el decreto secreto de Dios.

 

Todo esto estaba muy evidente llegando al fin del libro de GŽnesis.

 

GŽnesis 50:16-20     Y enviaron a decir a JosŽ: Tu padre

mand— antes de su muerte, diciendo:  As’ dirŽis a JosŽ: Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron; por tanto, ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y JosŽ llor— mientras hablaban.

 

Vinieron tambiŽn sus hermanos y se postraron delante de Žl, y dijeron: Henos aqu’ por siervos tuyos.

 

Y les respondi— JosŽ: No tem‡is; Ŕacaso estoy yo en lugar de Dios?

 

Vosotros pensasteis mal contra m’, mas Dios lo encamin— a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.

 

Lo que hicieron estos hermanos era sumamente malo, pero al mismo tiempo era el plan de Dios.  Dios estaba obrando en el mismo evento, para producir algo bueno.

 

Ahora regresando al rey de Asiria.

 

8-9) Porque Žl dice: Mis pr’ncipes, Ŕno son todos reyes?

ŔNo es Calno como Carquemis, Hamat como Arfad, y Samaria como Damasco?

 

ŔQue est‡ diciendo aqu’?  Es que ya ha conquistado mucho, y los pueblos que aun no estaban bajo sus dominios, iban a caer de la misma manera, segśn Žl.

 

Sus pr’ncipes eran ya como reyes.  Y el sobre todos ellos Žl era un Rey de Reyes, nombre usado por Cristo.

 

ÁEse hombre estaba presentando se como una forma de Dios!

 

10) Como hall— mi mano los reinos de los ’dolos, siendo sus im‡genes m‡s que las de JerusalŽn y de Samaria; como hice a Samaria y a sus ’dolos, Ŕno harŽ tambiŽn as’ a JerusalŽn y a sus ’dolos?

 

Dijo, en su arrogancia que JerusalŽn, la gran cuidad iba a caer como cualquier otra cuidad de ’dolos.  Es mas ellos ten’an menos ’dolos que otros.

Es que en las supersticiones de entonces, para tomar poder de otro pueblo, uno tenia que estar mas fuerte que sus ’dolos, os los demonios detr‡s de estos ’dolos.

 

En esto lo que dijo el rey de Asiria era una gran blasfemia.

 

10) Como hall— mi mano los reinos de los ’dolos, siendo sus im‡genes m‡s que las de JerusalŽn y de Samaria; como hice a Samaria y a sus ’dolos, Ŕno harŽ tambiŽn as’ a JerusalŽn y a sus ’dolos?

 

Ese rey estaba diciendo que Jehov‡, el creador del universo era como cualquier otro de los ’dolos rid’culos de las naciones paganas.  Y por esto iba a pagar duro.

 

Pero pensando un momento, esto es el mismo de lo que dicen de nosotros hoy en d’a.  ŇO Cristianos, tu diosito el semejante a los ’dolos de los budistas, o el ’dolo de los musulmanes, y todos caigan de la misma manera bajo el poder infinito del hombre modernoÓ.

 

El mismo est‡ pasando por los poderes modernos y por esto ellos tambiŽn est‡n bajo juicio.

 

12) Pero acontecer‡ que despuŽs que el Se–or haya acabado toda su obra en el monte de Sion y en JerusalŽn, castigar‡ el fruto de la soberbia del coraz—n del rey de Asiria, y la gloria de la altivez de sus ojos.

 

B‡sicamente el profeta dijo que despuŽs de usar este arrogante, Dios iba a destruir lo en un momento, y veremos esto pasando mas adelante en este libro.

 

Dios iba a utilizar al malvado, y despuŽs acabar con Žl.

 

13) Porque dijo: Con el poder de mi mano lo he hecho, y con mi sabidur’a, porque he sido prudente; quitŽ los territorios de los pueblos, y saqueŽ sus tesoros, y derribŽ como valientes a los que estaban sentados;

 

Todo esto es el orgullo y la soberbia normal de un hombre pervertido, considerando su propia capacidad como enorme.  Escuchamos algo semejante de la boca de Nabucodonosor.

 

Daniel 4:30-31 Habl— el rey y dijo: ŔNo es Žsta la gran

Babilonia que yo edifiquŽ para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?

 

Aśn estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti;

 

Cuando un hombre empieza a hablar as’, o ha llegado su momento de morir, o de sufrir una gran derrota.

 

Y esto aplica a los ‡ngeles tambiŽn, como hemos visto en la ca’da de Satan‡s.

 

Isa’as 14:12-15 !!C—mo ca’ste del cielo, oh Lucero,

hijo de la ma–ana! Cortado fuiste por tierra, tś que debilitabas a las naciones.  Tś que dec’as en tu coraz—n: SubirŽ al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantarŽ mi trono, y en el monte del testimonio me sentarŽ, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subirŽ, y serŽ semejante al Alt’simo.  Mas tś derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo.

 

Es un gran tema de Isa’as, el odio que Dios tiene por la altivez del esp’ritu del hombre.

 

Isa’as 2:11-12 La altivez de los ojos del hombre ser‡

abatida, y la soberbia de los hombres ser‡

humillada; y Jehov‡ solo ser‡ exaltado en

aquel d’a.

 

Porque d’a de Jehov‡ de los ejŽrcitos vendr‡ sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y ser‡ abatido.

 

Normalmente cuando escuchamos las ense–anzas sobre la soberbia, estamos muy r‡pidos en aplicar todo a otros.  Pero no es tan simple.  Cuando pienso mal de otros, soy orgulloso, cuando pienso mal de mi mismo, soy humilde.

 

Para ver una medida del orgullo, mira a ti mismo, si aun no ha sido bautizado, y ahora viene tu oportunidad, pero tal vez piensas en tu mente, Ňesto puede aplicar a otro, pero no tiene nada que ver conmigoÓ.  Es orgullo.

 

14) y hall— mi mano como nido las riquezas de los pueblos; y como se recogen los huevos abandonados, as’ me apoderŽ yo de toda la tierra; y no hubo quien moviese ala, ni abriese boca y graznase.

El rey dijo que todo era muy f‡cil.  Esta conquistando cuidad tras ciudad, y casi sin resistencia, era como encontrar huevos de un nido abandonado.

 

Pero no quiso reconocer que Dios le estaba ayudando en todo esto.

 

Ahora Dios va a contestar a ese rey absurdo.

 

15) ŔSe gloriar‡ el hacha contra el que con ella corta? ŔSe ensoberbecer‡ la sierra contra el que la mueve? !!Como si el b‡culo levantase al que lo levanta; como si levantase la vara al que no es le–o!

 

Esto seria como que si tu entraste en el taller de Arsenio atr‡s, y la sierra empez— a jactar se diciendo, ŇMira los bellos muebles que yo hice! Acaso no estoy muy talentosoÓ.

 

O como los antiguos hablaban de una mosca descansando sobre la rueda de un carrito antiguo, diciendo Ň!mira todo el polvo que estoy levantando!, Ŕno es esto una gran maravilla?Ó

 

16) Por esto el Se–or, Jehov‡ de los ejŽrcitos, enviar‡ debilidad sobre sus robustos, y debajo de su gloria encender‡ una hoguera como ardor de fuego.

 

Es la costumbre de Dios mandar un desastre al orgulloso que anda pensando mucho de si mismo.

 

Proverbios 16:18     Antes del quebrantamiento es la

soberbia, Y antes de la ca’da la

altivez de esp’ritu.

 

El malvado, el orgulloso ser‡ abatido, pero aun as’, Dios lo va a usar.  Dios est‡ utilizando el malvado.

 

17) Y la luz de Israel ser‡ por fuego, y su Santo por llama, que abrase y consuma en un d’a sus cardos y sus espinos.

 

Aunque Jud‡ sufr’a bajo un castigo fuerte por este malvado, Dios no estaba abandonando a su pueblo.  Y los pocos fieles ten’an que entender esto.

 

Los corruptos en Jud‡ ten’an que entender que el castigo era para ellos, pero los fieles ten’an que entender que esto no iba a durar para siempre.

 

18) La gloria de su bosque y de su campo fŽrtil consumir‡ totalmente, alma y cuerpo, y vendr‡ a ser como abanderado en derrota.

 

Es un poco espantoso.  No solamente los cuerpos iban a caer, sino alma y cuerpo, iban a caer, implicando una condenaci—n eterna para los de Asiria.

 

Cuando habla del bosque, es simb—lico.  En realidad est‡ hablando de los hombres altos y poderosos del ejercito de Asiria.

 

19) Y los ‡rboles que queden en su bosque ser‡n en nśmero que un ni–o los pueda contar.

 

Veremos esto pasando mas adelante.  El nśmeros de los que sobrevivan ser‡ tan bajo, que un ni–o peque–o pudiera contar los.

 

20) Acontecer‡ en aquel tiempo, que los que hayan quedado de Israel y los que hayan quedado de la casa de Jacob, nunca m‡s se apoyar‡n en el que los hiri—, sino que se apoyar‡n con verdad en Jehov‡, el Santo de Israel.

 

Para los fieles, hay algo de esperanza.  Un grupo, el remanente iban a aprender mucho por medio de todo esto.

 

21-22) El remanente volver‡, el remanente de Jacob volver‡ al Dios fuerte.  Porque si tu pueblo, oh Israel, fuere como las arenas del mar, el remanente de Žl volver‡; la destrucci—n acordada rebosar‡ justicia.

 

La promesa a Abraham era de que sus descendientes iban a estar como las arenas del mar.  Cuando hab’a mucha corrupci—n, mucha apostas’a, era necesario cortar muchos de ellos, eliminando les del pueblo.

 

El mismo pas— en el nuevo testamento donde San Balbo cit— este verso.

 

Romanos 9:27-28 TambiŽn Isa’as clama tocante a Israel:

Si fuere el nśmero de los hijos de Israel como la arena del mar, tan s—lo el remanente ser‡ salvo; porque el Se–or ejecutar‡ su sentencia sobre la tierra en justicia y con prontitud.

 

 

 

Hermanos, en la iglesia de Dios, todos est‡n bienvenidos.  No toca a nosotros intentar adivinar quienes son los hip—critas, y quienes son los sinceros.

 

Pero es la obligaci—n de cada persona asegurar que realmente eres parte del remanente, y no de la hipocres’a.

Y esto puede empezar con tu testimonio publico en el d’a de tu bautismo.

 

23) Pues el Se–or, Jehov‡ de los ejŽrcitos, har‡ consumaci—n ya determinada en medio de la tierra.

 

Para castigar a los que realmente no ten’an ningśn amor por el Se–or, habr’a una consumaci—n de destrucci—n.

 

24) Por tanto el Se–or, Jehov‡ de los ejŽrcitos, dice as’: Pueblo m’o, morador de Sion, no temas de Asiria. Con vara te herir‡, y contra ti alzar‡ su palo, a la manera de Egipto; mas de aqu’ a muy poco tiempo se acabar‡ mi furor y mi enojo, para destrucci—n de ellos.

 

Todos iban a ver el peligro, pero los fieles no ten’an que vivir en temor de ese hombre arrogante.  El pueblo iba estar pegado con vara y palo, pero no con espada.

 

26) Y levantar‡ Jehov‡ de los ejŽrcitos azote contra Žl como la matanza de Madi‡n en la pe–a de Oreb, y alzar‡ su vara sobre el mar como hizo por la v’a de Egipto.

 

Como se escaparon de Fara—n en el ultimo momento por el mar rojo, algo semejante iba a pasar otra vez, como veremos en los cap’tulos que sigan.

 

27) Acontecer‡ en aquel tiempo que su carga ser‡ quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrir‡ a causa de la unci—n.

 

Otra promesa, no para los hip—critas, sino para los fieles, y es como Cristo hablando de su yugo f‡cil, y su carga ligera.

 

28-30) Vino hasta Ajat, pas— hasta Migr—n; en Micmas contar‡ su ejŽrcito.  Pasaron el vado; se alojaron en Geba; Ram‡ tembl—; Gabaa de Saśl huy—.  Grita en alta voz, hija de Galim; haz que se oiga hacia Lais, pobrecilla Anatot.

 

En estos versos finales, son como que Isa’as estaba viendo el rey de Asiria, como iba venir, su trayectoria exacta.

 

31) Madmena se alborot—; los moradores de Gebim huyen.

Aśn vendr‡ d’a cuando reposar‡ en Nob; alzar‡ su mano al monte de la hija de Sion, al collado de JerusalŽn.

 

Esto habl— de c—mo vendr‡ ese rey malvado muy, pero muy cerca de JerusalŽn, para vomitar sus jactancias y aun mas blasfemias en contra de Dios.  Y despuŽs, de repente, seria destruido, milagrosamente.

 

33) He aqu’ el Se–or, Jehov‡ de los ejŽrcitos, desgajar‡ el ramaje con violencia, y los ‡rboles de gran altura ser‡n cortados, y los altos ser‡n humillados.  Y cortar‡ con hierro la espesura del bosque, y el L’bano caer‡ con estruendo.

 

Una vez mas, los altos, los ricos, los poderosos no iban a lograr en sus escapes planeados, siendo el blanco principal del castigo de Dios.

 

========================== Doctrina =====================

 

Hermanos, cuando veas a los malvado levantando se en el mundo, sea la delincuencia, sea de pol’ticos o terroristas, jam‡s llegues a la conclusi—n de que hay una falta de poder en Dios.

 

Al contrario, todo est‡ siguiendo el plan perfecto de Dios, como el proverbio con que empezamos el mensaje.

 

Proverbios 16:4      Todas las cosas ha hecho Jehov‡

para s’ mismo, Y aun al imp’o

para el d’a malo.

 

De hecho, el crimen mas vil de toda la historia del mundo fue parte del plan de Dios, como celebraremos muy pronto.

 

Hechos 2:22-23 Varones israelitas, o’d estas palabras:

Jesśs Nazareno, var—n aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y se–ales que Dios hizo entre vosotros por medio de Žl, como vosotros mismos sabŽis;

 

a Žste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucific‡ndole.

 

Dios utilizaba a los malvados en la muerte de Cristo.

Y todo esto era para tu bien, y el m’o.

 

========================= Aplicaci—n ====================

 

Hemos visto muy claramente el orgullo, la arrogancia de este rey de Asiria. Y como esto provoc— la ira de Dios.

 

TambiŽn recordamos de lo que pas— con Nabucodonosor en su soberbia, y hasta el diablo mismo, en su exaltaci—n personal.

 

Y antes de pasar a la santa cena, hay que pensar, Ŕestoy hablando mal, o pensando mal de otro hermano?  Esto es la soberbia.

 

ŔEstoy hablando mal, o pensando mal de mi mismo?  Esto es la humildad.

 

Hay que venir a la mesa del Se–or en humildad, sabiendo que esta cena, es una Cena Santa.

 

========================= Conclusi—n ====================

 

Si algo del mensaje de hoy te ha impactado, puedes pasar en unos momentos y queremos orar para ti, antes de continuar a la Santa Cena.

 

 

Vamos a orar!