9 de enero de 2016

 

ÒReconciliaos Con DiosÓ

2 Corintios 5:20

 

En este mundo, hay mucha gente que andan sin gozo, sin felicidad, y muy lejos de la paz de sus conciencias.

 

Es que entre ellos, y Dios, hay una controversia.

 

Miqueas 6:2    O’d, montes, y fuertes cimientos de la

tierra, el pleito de Jehov‡; porque Jehov‡ tiene pleito con su pueblo, y altercar‡ con Israel.

 

Si tu, mi amigo, has rechazado la santa ley de Dios, si has abandonado a sus preceptos, siendo una persona bautizada por alguna tradici—n Cristiana, entonces Dios aun tiene una contienda contigo.

 

Oseas 4:1      O’d palabra de Jehov‡, hijos de Israel,

porque Jehov‡ contiende con los moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra.

 

Es inœtil buscar la felicidad, es inœtil buscar la paz en los objetos de este mundo.  Lo puedes intentar una y otra vez, pero tu sabes en el fondo de tu coraz—n, en la profundidad de tu conciencia, que no puedes defraudar a tu creador.  Tarde o temprano tendr‡s que enfrentar las consecuencias.

 

Y nosotros estamos aqu’ para ayudar te, no solamente para molestar te.  Sino que estamos aqu’ como embajadores del alt’simo.

 

2 Corintios 5:20-21  As’ que, somos embajadores en nombre de

Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.

Al que no conoci— pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuŽsemos hechos justicia de Dios en Žl.

 

Si est‡s viviendo lejos de Dios, amigo, est‡s en gran peligro, especialmente si eres una persona bautizada, consagrada a la fe Cristiana.

Tu bautismo representa una consagraci—n, un compromiso a  una vida de servicio y de santidad.  Es una locura pensar que te puedes estar feliz, o seguro, mientras est‡s viviendo, negando a tu Se–or.

 

Tal vez has sido enga–ado.  Tal vez has pensado que vivir en el Servicio de Cristo es algo aburrido o algo sin sabor.  Pero esto no es la realidad.

 

Viviendo en uni—n, en comuni—n con Cristo es el prop—sito de tu existencia.  Tratando de prosperar, lejos de Žl, en rebeli—n del Se–or, dedicando te al pecado, al mundo y al diablo es nada mas que una locura.

 

2 Corintios 5:20-21  As’ que, somos embajadores en nombre de

Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.

 

Al que no conoci— pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuŽsemos hechos justicia de Dios en Žl.

 

Es posible estar reconciliado, aunque has ca’do en pecado grosero, porque Cristo es como un cordero inmolado por los pecados de su pueblo.

 

Dios, sabiendo de tus debilidades, ha dejado una provisi—n, para tu regreso.  Puedes aun regresar y vivir una vida fruct’fera, pero tienes que responder en fe e en el arrepentimiento sincero.  No puedes seguir en tu rebeli—n.

 

Isa’as 53:4-6  Ciertamente llev— Žl nuestras enfermedades,

y sufri— nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

 

Mas Žl herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Žl, y por su llaga fuimos nosotros curados.

 

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apart— por su camino; mas Jehov‡ carg— en Žl el pecado de todos nosotros.

 

 

 

Existe una manera de regresar, pero antes que nada, tienes que desear esto mas que todo en tu vida.  Hay que desear la reconciliaci—n con tu Dios y no continuar en el rumbo al infierno.

 

Los que vivan con Dios, tienen que andar en la santidad, en la consagraci—n.

2 Timoteo 2:19 Pero el fundamento de Dios est‡ firme,

teniendo este sello: Conoce el Se–or a los que son suyos; y: Ap‡rtese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.

 

Se–ora, Amigo, si quieres estar reconciliado con tu Dios, tienes que estar dispuesto a romper con la vida del pecado.

 

Primeramente tienes que tener el deseo.  Tienes que abrir los ojos para ver el pecado no como algo deseable, sino como algo sucio, algo feo, y algo peligroso, y repugnante.

 

DespuŽs, puedes rogar al Se–or por el poder de abandonar al pecado.  Y Dios ha prometido contestar esa forma de oraci—n.

 

Mateo 7:8-11   Porque todo aquel que pide, recibe; y el que

busca, halla; y al que llama, se le abrir‡.

               ÀQuŽ hombre hay de vosotros, que si su hijo

le pide pan, le dar‡ una piedra?  ÀO si le pide un pescado, le dar‡ una serpiente?

 

Pues si vosotros, siendo malos, sabŽis dar buenas d‡divas a vuestros hijos, Àcu‡nto m‡s vuestro Padre que est‡ en los cielos dar‡ buenas cosas a los que le pidan?

 

Lucas 11:10-13 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que

busca, halla; y al que llama, se le abrir‡.   ÀQuŽ padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dar‡ una piedra? Ào si pescado, en lugar de pescado, le dar‡ una serpiente?

 

ÀO si le pide un huevo, le dar‡ un escorpi—n?  Pues si vosotros, siendo malos, sabŽis dar buenas d‡divas a vuestros hijos, Àcu‡nto m‡s vuestro Padre celestial dar‡ el Esp’ritu Santo a los que se lo pidan?

 

As’ que amigo, se–ora, joven, es posible reconciliar te con tu Dios, pero tienes que estar dispuesto a rogar, a pedir, a desear la reconciliaci—n con todo tu coraz—n.

Vivir en uni—n y comuni—n con tu Dios, es el mas bello que hay.  Y es tambiŽn la manera de vivir con la confianza, de que si mueres en cualquier momento, no iras al castigo eterno, sino a la gloria, para estar con los tuyos.

 

Por esto, Dios est‡ mandando a sus siervos a las calles,  invitando a la gente, a los que han sido ya bautizados especialmente, a regresar a la fe, y a vivir en la abundancia.

 

2 Corintios 5:20-21  As’ que, somos embajadores en nombre de

Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.

 

Al que no conoci— pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuŽsemos hechos justicia de Dios en Žl.

 

Objeci—n: Tal vez hay alguien que est‡ escuchando y se

siente un poco ofendido, pensando ÒPero yo jam‡s he sido bautizado en ninguna tradici—n o denominaci—n de la fe Cristiana, Átampoco me interesa!Ó

 

Respuesta: O mi pobre, amigo, ni sabes la magnitud de

tu peligro.  Dios est‡ reformando a su

iglesia, llamando a su pueblo a regresar a

la vida santa, porque muchos de ellos se han

apartado.

 

Pero si tu ha sido siempre lejos, y aun no

tienes interŽs alguno, tu caso es casi

desesperado.

 

1 Pedro 4:17-18 Porque es tiempo de que el juicio

comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, Àcu‡l ser‡ el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?

18 Y:

Si el justo con dificultad se salva,

ÀEn d—nde aparecer‡ el imp’o y el

 pecador?

 

Oh amigo, tu caso s’ es grave, pero aun para ti, hay esperanza, siempre y cuando estŽs dispuesto a rogar por la misericordia. 

 

A ti tambiŽn te llamamos a la reconciliaci—n.

 

2 Corintios 5:20-21  As’ que, somos embajadores en nombre de

Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.

 

Al que no conoci— pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuŽsemos hechos justicia de Dios en Žl.

 

Objeci—n Segunda:    Tal vez otro est‡ pensando, ÒBueno

pastorcito, hablas mucho de la santidad, y la vida consagrada, pero yo he visto, yo he conocido hermanos, supuestamente Cristianos que me defraudaron en los negocios, o no eran tan fieles digamos, con sus esposas.

 

Supuestamente eran Cristianos, pero no mostraban nada de este amor o de esta santidad en sus vidas.

 

Respuesta: Entiendo tu objeci—n, y desafortunadamente

es valida, para la vergŸenza de la fe Cristiana.

 

Pero aun segœn las palabras de Cristo, siempre habr’a muchos falsos, ensuciando su nombre.

 

Mateo 7:21-23  No todo el que me dice: Se–or, Se–or,

entrar‡ en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que est‡ en los cielos.

 

Muchos me dir‡n en aquel d’a: Se–or, Se–or, Àno profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?

 

Y entonces les declararŽ: Nunca os conoc’; apartaos de m’, hacedores de maldad.

 

Lo vez amigo, no todos que desean emplear el nombre de ÒCristianoÓ, son autŽnticos.  Cristo tambiŽn dijo en el mismo contexto.

 

Mateo 5:8 Bienaventurados los de limpio coraz—n,

porque ellos ver‡n a Dios.

Y como dice en Hebreos, la santidad es un requisito.

 

Hebreos 12:14  Seguid la paz con todos, y la santidad,

sin la cual nadie ver‡ al Se–or.

 

Amigo, no seas robado, simplemente porque has conocido a unos hermanos falsos.  Esto no prueba que la fe verdadera no existe.

 

De la misma manera, no vamos a cerrar a las farmacias, simplemente porque hay personas que abusan a las drogas.

Los hermanos falsos van a recibir su justo juicio.

 

Apocalipsis 22:12-15 He aqu’ yo vengo pronto, y mi

galard—n conmigo, para recompensar a cada uno segœn sea su obra.  Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el œltimo.

 

Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al ‡rbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.

 

Mas los perros estar‡n fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los id—latras, y todo aquel que ama y hace mentira.

 

Amigo, Dios es justo, y Dios juzgar‡ al los impostores y los enga–adores.  Pero el mismo Dios puede rescatar a ti, legalmente, con toda justicia, por la sangre del redentor.

Tu puedes encontrar tu reconciliaci—n con Dios, por medio de uno que muri— en tu lugar, si lo puedes creer.

 

2 Corintios 5:20-21  As’ que, somos embajadores en nombre de

Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.

 

Al que no conoci— pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuŽsemos hechos justicia de Dios en Žl.

 

Amigo por el amor de Cristo, no sigas malgastando a tu vida en la ignorancia, o en la maldad.  Hay remedio en Cristo Jesœs, y ese remedio es para ti.                         

Amen