24 de enero de 2015

 

ŇHay CaminoÓ

Proverbios 14:12

 

Amigos estamos aqu’, no para hablar de nosotros mismos, sino para hablar del amor, de la majestad, del poder de Cristo Jesśs, el Rey de reyes, y el Se–or de se–ores.

 

Reconocemos que ha habido muchos abusos llevados acabo en el nombre de la religi—n, aun en el nombre de la fe Cristiana.

 

Pero nosotros no estamos aqu’ para proclamar la religi—n, sino lo que queremos proclamar, lo que debemos de proclamar es el Reino de Dios, el Reino que Cristo estableci—, hace dos mil a–os.  Un reino que sigue creciendo, y quŽ estar‡ con nosotros hasta el fin del mundo.

 

Pero sobre este reino, hay mucha confusi—n, y no es por accidente.  Dijo el gran Rey Salom—n, en el libro de los proverbiosÉ

 

Proverbios 14:12     Hay camino que al hombre le parece

derecho; Pero su fin es camino de muerte.

 

 

Muchos andan peligrosamente confundidos sobre quŽ es el reino de Cristo, y c—mo se puede entrar en ese reino, y alcanzar el perd—n de sus pecados.

 

Antes que nada, no se puede venir a Dios, confiando en tu propio merito.  La salvaci—n B’blica es un regalo, un don, una dadiva no merecida.

 

San Pablo dijo claramente en el libro de Efesios.

 

Efesios 2:8-9  Porque por gracia sois salvos por medio de

la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se glor’e.

 

Aun con esa clara declaraci—n, mucha gente sigan tratando de merecer la salvaci—n con lo que ellos hacen.

Pero esto es un enga–o, un camino equivocado.

 

 

Proverbios 14:12     Hay camino que al hombre le parece

derecho; Pero su fin es camino de muerte.

 

En muchas partes del nuevo testamento se ve que la salvaci—n de una persona perdida es regalo de Dios.

 

Romanos 6:23   Porque la paga del pecado es muerte,

mas la d‡diva de Dios es vida eterna en Cristo Jesśs Se–or nuestro.

 

Tiene que ser as’, si era obra del hombre nadie seria segura de su salvaci—n.   Si era por el merito propio, nadie sabr’a si ha acumulado el merito suficiente.

 

Amigo, Se–ora, tu no puedes comprar la salvaci—n con tus propios meritos, ni con tus propias decisiones, ni con tus propias oraciones.  No est‡ a la venta, es un regalo que Dios est‡ dando a la gente en su pura misericordia y gracia.

 

Como dice en otro lugarÉ

 

Tito 3:4-6 Pero cuando se manifest— la bondad de Dios

nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salv—, no por obras de justicia que nosotros hubiŽramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneraci—n y por la renovaci—n en el Esp’ritu Santo, el cual derram— en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador.

 

Tiene que ser as’ porque cada hombre, cada mujer, ya est‡ cargada con demasiada iniquidad, una abundancia de pecados y de transgresiones, para estar descalificadas para siempre.

 

La salvaci—n es costosa en el extremo, pero el costo ha sido pagado por otro.  Es necesario confiar en la obra de tu subitito, y no en tus propias obras.  Esto es la buena nueva.

 

1 Pedro 3:18   Porque tambiŽn Cristo padeci— una sola vez

por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en esp’ritu.

 

Y as’ se ve, la gran doctrina de la sustituci—n, que Cristo tom— tu lugar en la cruz, para pagar para ti, el justo para el injusto, si te lo puedes creer.

 

Pero muchos no quieren creer esa verdad, sino que quieren ganar la salvaci—n de sus almas, con sus propios meritos.

 

Crean que por su ayuda a los pobres, o por sus muchas oraciones, o por sus servicios en la iglesia se pueden calificar se.  Pero esto es otro camino, esto es el camino peligroso e equivocado.

 

Proverbios 14:12     Hay camino que al hombre le parece

derecho; Pero su fin es camino de muerte.

 

Y hay otro, error grave con que te puedes chocar, caminando por el camino equivocado.

 

Hay muchas personas, aun en diferentes iglesias Cristianas, que ponen mas confianza en las tradiciones humanas, que en la palabra, revelada de Dios.

 

Si mires un poquito a los evangelios de Cristo, ver‡s que Cristo luchaba y discut’a con la gente porque daban demasiada autoridad a la autoridad, a la tradici—n humana, tanto que se contradec’an lo que dice la palabra de Dios.

 

Mateo 15:1-9   Entonces se acercaron a Jesśs ciertos

escribas y fariseos de JerusalŽn, diciendo:

ŔPor quŽ tus disc’pulos quebrantan la tradici—n de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan.

 

3 Respondiendo Žl, les dijo: ŔPor quŽ tambiŽn vosotros quebrant‡is el mandamiento de Dios por vuestra tradici—n?

 

4 Porque Dios mand— diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.

 

5 Pero vosotros dec’s: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte,

 

6 ya no ha de honrar a su padre o a su madre. As’ habŽis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradici—n.

 

7 Hip—critas, bien profetiz— de vosotros Isa’as, cuando dijo:

 

8 Este pueblo de labios me honra;

Mas su coraz—n est‡ lejos de m’.

9 Pues en vano me honran,

Ense–ando como doctrinas, mandamientos de hombres.

 

En fin, Cristo expres— su indignaci—n por los que pusieron la tradici—n humana en un lugar mas alto que los mandamientos divinos.

 

Esto es otro ejemplo del camino peligroso y equivocado.

 

Proverbios 14:12     Hay camino que al hombre le parece

derecho; Pero su fin es camino de muerte.

 

El mismo aparece en el sŽptimo capitulo de San Marcos.

 

Marcos 7:5-13  Le preguntaron, pues, los fariseos y los

escribas: ŔPor quŽ tus disc’pulos no andan conforme a la tradici—n de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas?

 

6 Respondiendo Žl, les dijo: Hip—critas, bien profetiz— de vosotros Isa’as, como est‡ escrito:

     Este pueblo de labios me honra,

     Mas su coraz—n est‡ lejos de m’.

 

7 Pues en vano me honran,

Ense–ando como doctrinas mandamientos de hombres.

 

8 Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferr‡is a la tradici—n de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacŽis otras muchas cosas semejantes.

 

9 Les dec’a tambiŽn: Bien invalid‡is el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradici—n.

 

 

 

10 Porque MoisŽs dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.

 

11 Pero vosotros dec’s: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corb‡n (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte,

 

12 y no le dej‡is hacer m‡s por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con vuestra tradici—n que habŽis transmitido. Y muchas cosas hacŽis semejantes a estas.

 

Esto era un error fatal, en el tiempo de Cristo, y es un error fatal en los d’as de hoy.  Levantar la tradici—n humana mas alta que la Santa Palabra de Dios es la manera de producir la pura confusi—n, y caminar por el camino equivocado.

 

Amigo, Se–ora, hay que venir a Cristo en esp’ritu y en verdad, y la verdad est‡ el la Palabra, la pura Palabra de Dios.  No te enga–es con las distracciones.

 

Proverbios 14:12     Hay camino que al hombre le parece

derecho; Pero su fin es camino de muerte.

 

La salvaci—n es un regalo gratis, Cristo pag— por los robos, por los asesinos, por las idolatr’as, por las inmoralidades sexuales, por los abortos de sus queridos, en la cruz del calvario.

 

1 Juan 1:5-7   Este es el mensaje que hemos o’do de Žl, y

os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en Žl.  Si decimos que tenemos comuni—n con Žl, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad;

 

pero si andamos en luz, como Žl est‡ en luz, tenemos comuni—n unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

 

Y si lo puedes creer, lo que la pura palabra de Dios dice sobre estos asuntos, entonces, te puedes estar seguro, que Cristo muri— por ti. Amen!