12 de febrero de 17
Uvas Silvestres
Isa’as 5:8-30
Introducci—n
Los profetas como Isa’as son relevantes a nosotros en nuestros
tiempos, por varias razones.
Israel era un pueblo bendecido de Dios, que ha prosperado mucho.
Ellos, como nosotros, eran una sociedad establecida sobre fundamentos
B’blicos, por gente que conocieron a Dios, y ten’an un cierto temor de Dios.
Pero pasando las generaciones, mezclando se con los pensamientos de
los mundanos, empezaron mas y mas a dudar la palabra de Dios, y de vivir como que
esta vida era todo, y que no hab’a nada despuŽs.
En el ultimo estudio, el profeta cantaba de la vi–a del Se–or,
revelando que aunque la vi–a era plantada en un buen lugar, y era de la primera
calidad, buen cuidado, sus uvas eran terribles. Eran las uvas silvestres.
En el estudio de hoy, terminando el capitulo cinco, veremos
espec’ficamente lo que Dios quiere decir con esto, de las uvas silvestres.
8) !!Ay de los que juntan casa a casa,
y a–aden heredad a heredad hasta ocuparlo todo! ÀHabitarŽis vosotros solos en
medio de la tierra?
Esto es el primero de las uvas silvestres. Hab’an hombres talentosos en las buena ra’ces, usando sus
talentos, sus capacidades para monopolizar las tierras valiosas.
Viviendo como que esa vida era todo, no pensaron en otros, sino que, por
su ego’smo extremo, viv’an como que eran los œnicos que importaban.
En la ley de Dios hab’a provisi—n para los pobres, los restos de
frutos, de uvas, de trigo, pero esto ni era controlado por el estado. Antes de Samuel, ni ten’an un estado. Todo el mundo conoc’a sus obligaciones
bajo la santa ley de Dios.
Lev’tico 19:9-10 Cuando
siegues la mies de tu tierra, no
segar‡s hasta el œltimo rinc—n de ella, ni espigar‡s tu tierra segada.
Y no rebuscar‡s tu vi–a, ni recoger‡s el fruto ca’do de tu vi–a; para
el pobre y para el extranjero lo dejar‡s. Yo Jehov‡ vuestro Dios.
Pero como veremos mas tarde, llegando al tiempo de Isa’as, la ley de
Dios, como en nuestros tiempos, era olvidada y despreciada.
9) Ha llegado a mis o’dos de parte de
Jehov‡ de los ejŽrcitos, que las muchas casas han de quedar asoladas, sin
morador las grandes y hermosas.
Los hombres en su avaricia estaban acumulando cada cent’metro de
tierra, para producir casas cada vez mas lujosas.
Pero el profeta anunciaba que estas casas serian abandonadas, bajo el
juicio de Dios.
10) Y diez yugadas de vi–a producir‡n
un bato, y un homer de semilla producir‡ un efa.
Aqu’ est‡ hablando de medidas antiguas que realmente no voy a comparar
con las medidas modernas, seria muy tŽcnico, aburrido para muchos.
El punto es que la tierra no iba a producir como ellos esperaban. Las tierras productivas son la
bendici—n de Dios. Nada pasa por
accidente.
Dios pudo mandar plagas, o insectos o retener las lluvias.
Pero las inversiones que estos avariciosos estaban haciendo con
confianza no iban a prosperar.
No iban a salir con la suya, mientras estaban despreciando La Santa
Ley de Dios.
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Ahora el profeta va a hablar con una seria de ayes. Muchos profetas hablaron as’, hasta
Cristo Jesœs pronunciaba ayes sobre Israel en su tiempo.
Son expresiones de juicio, pausa
,pero tambiŽn son expresiones de tristeza y de lamentaci—n.
Cuando Cristo termin— sus ayes sobre los fariseos, se lloraba despuŽs sobre
JerusalŽn, porque la cuidad no estaba dispuesta de recapacitar.
As’ que, esa forma de expresi—n est‡ llena de tristeza por el pueblo
que estaba matando a si mismo.
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11) !!Ay de los que se levantan de
ma–ana para seguir la embriaguez; que se est‡n hasta la noche, hasta que el
vino los enciende!
Hubo personas prosperas, personas que han acumulado grandes cantidades
de dinero. Ten’an tierras e
inversiones que produc’an bastante.
Ya ni ten’an que trabajar.
Pero en vez de hacer algo œtil, o algo noble, dedicaban su tiempo a la
embriaguez, se levantaron temprano, para continuar emborrachando se.
Esto fue sumamente ofensivo a Dios. Porque era Dios que ha dado a estos hombres su capacidad, su
astucia en los negocios, o en las buenas ra’ces, y esa fue la manera en que se
expresaban su gratitud.
Y como borrachos, los hombres caigan en muchos errores. A veces abusan a sus esposas, o a sus
hijos, sus hijas, de manera maligna.
Se toman malas decisiones en sus negocios o para sus familias. Jugando con el vicio, se abran toda
forma de invitaci—n a los esp’ritus malignos.
12) Y en sus banquetes hay arpas,
vihuelas, tamboriles, flautas y vino, y no miran la obra de Jehov‡, ni
consideran la obra de sus manos.
Esto no es una condenaci—n de la mœsica en si. Pero hay maneras de usar la mœsica para
simplemente olvidar de todo, de olvidar como dice aqu’, la obra de Dios.
Estamos hablando de personas que han conocido la palabra de Dios, pero
est‡n tan entregados a este mundo, y su mœsica, y su cultura, que solamente
vivan para festejar se.
Para Dios esto era repugnante, e insoportable.
Viv’an como que no ha habr’a nada, despuŽs de la muerte.
13) Por tanto, mi pueblo fue llevado
cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereci— de hambre, y su
multitud se sec— de sed.
Eran destruido por falte de conocimiento, como hemos visto en el libro
de îseas.
Oseas 4:6 Mi pueblo fue
destruido, porque le falt—
conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echarŽ del
sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, tambiŽn yo me olvidarŽ de tus
hijos.
Eran ignorantes no por falta de revelaci—n de Dios. Dios, con gran cuidado, revelaba en
detalle su Santa Ley a MoisŽs, pero como en nuestra cultura, la gente
simplemente no querr’an nada que ver con una ley, que ellos consideraban una
interrupci—n de su carnalidad.
14) Por eso ensanch— su interior el
Seol, y sin medida extendi— su boca; y all‡ descender‡ la gloria de ellos, y su
multitud, y su fausto, y el que en Žl se regocijaba.
Cuando se hablan del Seol extendiendo su boca, est‡ hablando de muchas
personas muriendo a la vez.
Es como lo que pas— en el 911 en este pa’s, en Nuevo York.
Cuando los yihadistas organizaron sus ataques con aviones, no mataron
a unos cuantos, sino que se mataron a miles en un d’a.
Y esa es la forma de juicio de que el profeta est‡ presentando, una
gran matanza con todo el espanto y m’sera que viene con las perdidas grandes.
15) Y el hombre ser‡ humillado, y el
var—n ser‡ abatido, y ser‡n bajados los ojos de los altivos.
Esto es algo que se repita mucho en los profetas. Hemos ya visto casi el mismo en el
capitulo dos.
Isa’as 2:11 La
altivez de los ojos del hombre ser‡
abatida, y la soberbia de los hombres ser‡ humillada; y Jehov‡ solo
ser‡ exaltado en aquel d’a.
Cuando habla del var—n, y el hombre humillado, est‡ revelando la magnitud
del sufrimiento. Porque
normalmente los ricos, los poderosos pueden escapar.
Es que ellos tienen sus planes de escape. Pero el profeta dice que esto no va a funcionar esta vez,
porque Dios tendr‡ hasta ellos bloqueados de sus planes de escape, ellos siendo
unos de los blancos principales que Dios est‡ castigando.
16) Pero Jehov‡ de los ejŽrcitos ser‡
exaltado en juicio, y el Dios Santo ser‡ santificado con justicia.
Esto tambiŽn hemos visto antes.
Aunque el juicio de Dios puede ser algo completamente espantoso,
insoportable en el extremo, aun as’ es algo glorioso.
Una cultura, una sociedad que ha rechazado todo lo que Dios ha
revelado, ha merecido su destrucci—n.
Una cultura que ha tropezado sobra la dignidad de su creador por
generaciones, debe de sentir el peso del furor divino. Y aunque nosotros podemos estar
llorando y lamentando, los ‡ngeles en el cielo ser‡n celebrando y alabando,
porque ser‡ un juicio, justo.
Pero por supuesto, el juicio no est‡ mandado a todos.
17) Y los corderos ser‡n apacentados
segœn su costumbre; y extra–os devorar‡n los campos desolados de los ricos.
Los profetas saben siempre, que entre los que escuchaban, a veces los
œnicos que les escuchaban, eran los fieles, que no formaban parte de la
rebeli—n.
18-19) !!Ay de los que traen la
iniquidad con cuerdas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta, los
cuales dicen: Venga ya, apresœrese su obra, y veamos; acŽrquese, y venga el
consejo del Santo de Israel, para que lo sepamos!
Esto est‡ hablando de los que son orgullosos de su perversidad. Personas que trabajan duro para avanzar
en su pecado.
Por ejemplo, los que vivan en los vicios, a veces andan destruyendo a
sus cuerpos, o robando y da–ando a otros, pero lo hacen con gusto.
Aunque su malicia viene con un gran precio, los paguen, sea lo que sea
la consecuencia, porque est‡n entregados a su iniquidad.
18-19) !!Ay de los que traen la
iniquidad con cuerdas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta, los
cuales dicen: Venga ya, apresœrese su obra, y veamos; acŽrquese, y venga el
consejo del Santo de Israel, para que lo sepamos!
Esto tambiŽn est‡ hablando de los burladores. Es que para ellos los profetas de aquel
entonces, como los predicadores fieles de hoy eran una interrupci—n de su
festividad.
Por esto dijeron, ÒÁMira si Dios quiere juzgar, que lo haga, yo quiero
ver lo, que lo haga ya, pero yo estoy harto de escuchar todas esas amenazas!Ó
Lo que era un anuncio de amor, ellos tomaron como una irritaci—n. El mismo pas— en el nuevo testamento.
2 Pedro 3:3-6 Sabiendo
primero esto, que en los postreros
d’as vendr‡n burladores, andando segœn
sus
propias concupiscencias, y diciendo:
ÀD—nde
est‡ la promesa de su advenimiento?
Porque
desde el d’a en que los padres
durmieron,
todas las cosas permanecen as’ como
desde el
principio de la creaci—n.
Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos
por la palabra de Dios los cielos, y tambiŽn la tierra, que proviene del agua y
por el agua subsiste, por lo cual
el mundo de entonces pereci— anegado en agua.
ÀQue estaba diciendo San Pedro?
Los burladores no querr’an escuchar nada de juicios. Dicen que toda continua siglo tras
siglo y no hay juicios de parte de Dios.
Pero estaban olvidando el diluvio de NoŽ.
Y por la misma raz—n, la gente quieren negar el gran diluvio hoy,
quieren negar lo que pas— con Sodoma y Gomorra, y ahora, quieren olvidar del
911. Es preferible para ellos vivir
pensando que Dios no va a juzgar, porque Dios, si existe no puede juzgar.
Cuando Dios es paciente, mandando muchas oportunidades de recapacitar,
ellos malentiendan todo, como una forma de debilidad de parte de Dios.
EclesiastŽs 8:11 Por
cuanto no se ejecuta luego
sentencia sobre la mala obra, el coraz—n de los hijos de los hombres
est‡ en ellos dispuesto para hacer el mal.
20-21) !!Ay de los que a lo malo dicen
bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas
luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!
!!Ay de los sabios en sus propios
ojos, y de los que son prudentes delante de s’ mismos!
Esto es una expresi—n f‡cil de adaptar a nuestros tiempos.
Cuando el bueno est‡ condenado, cuando la maldad est‡ levantado como
un buen ejemplo, te puedes saber hermano, estamos al borde del juicio. (Mente reprobada Rom 1)
Est‡n sabios en sus propios ojos, porque rechazan lo que Dios ha dicho
sobre la moralidad, y han inventado su propia, moralidad moderna.
Es como en el huerto de EdŽn, en vez de aceptar lo que Dios dijo sobre
lo que es bueno o malo, ellos mismo decidan lo que el malo o bueno. Esto es una cultura bajo juicio.
22) !!Ay de los que son valientes para
beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida; los que justifican al imp’o
mediante cohecho, y al justo quitan su derecho!
En una cultura maldecida, se pude ver hombres jactando se sobre como
pueden tomar mas que otros. Y
aunque pueden da–ar a sus cuerpos, a sus mentes, y hasta invitar a los demonios
a tomar territorio en sus vidas, lo hacen como un deporte.
Esto es muy comœn en las universidades de este pa’s.
Pero en este texto, est‡ hablando de jueces o de personas importantes
del gobierno.
22) !!Ay de los que son valientes para
beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida; los que justifican al imp’o
mediante cohecho, y al justo quitan su derecho!
Salom—n ya habl— de esto.
Proverbios 31:4-5 No
es de los reyes, oh Lemuel, no es de
los reyes beber vino, Ni de los pr’ncipes la sidra; No sea que bebiendo
olviden la ley, Y perviertan el derecho de todos los afligidos.
Trabajar como juez es un don, es un llamamiento santo, pero bebiendo mucho
o usando otras drogas, la persona trabajando en este oficio, puede hacer muchos
errores.
24) Por tanto, como la lengua del
fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja, as’ ser‡ su ra’z como
podredumbre, y su flor se desvanecer‡ como polvo; porque desecharon la ley de
Jehov‡ de los ejŽrcitos, y abominaron la palabra del Santo de Israel.
Esto es el punto clave del pasaje. Una vez abandonando la palabra, el evangelio, la Santa Ley,
la cultura est‡ perdida, y Dios, tendr‡, por su juicio venir con juicios
severos.
Rechazar la ley de Dios, y abominar la palabra de Dios no es popular
solamente en los gobiernos, sino ahora en este pa’s, lo podemos ver en muchas
iglesias.
25) Por esta causa se encendi— el
furor de Jehov‡ contra su pueblo, y extendi— contra Žl su mano, y le hiri—; y
se estremecieron los montes, y sus cad‡veres fueron arrojados en medio de las
calles. Con todo esto no ha cesado su furor, sino que todav’a su mano est‡
extendida.
Con esa manera de hablar, Isa’as dice que cuando empieza todo esto,
van a gritar basta ya, es suficiente, pero en realidad solamente ser‡ el
principio de los juicios.
(el infierno)
26) Alzar‡ pend—n a naciones lejanas,
y silbar‡ al que est‡ en el extremo de la tierra; y he aqu’ que vendr‡ pronto y
velozmente.
Es completamente normal para Dios emplear un pa’s malvado para
castigar a su pueblo. Lo ha hechos
muchas veces. Abandonando la
palabra de Dios se pierda la protecci—n.
En la Biblia Dios usaba los de asiria, los Babilonios, hasta los
filisteos.
En nuestros tiempos los musulmanes pueden llenar esa posici—n de
herramienta œtil.
27) No habr‡ entre ellos cansado, ni
quien tropiece; ninguno se dormir‡, ni le tomar‡ sue–o; a ninguno se le
desatar‡ el cinto de los lomos, ni se le romper‡ la correa de sus sandalias.
ÀQue quiere decir todo esto?
Cuando Dios est‡ empleando un grupo de malvados para castigar a su
pueblo rebelde, ellos van a tener la ayuda de Dios, para hacer todo
completamente sin frustraci—n.
No van a encontrar accidentes en el camino, porque sin saber lo, est‡n
funcionando como siervos de Dios.
28) Sus saetas estar‡n afiladas, y
todos sus arcos entesados; los cascos de sus caballos parecer‡n como de
pedernal, y las ruedas de sus carros como torbellino.
Dios estar‡ con estos terribles atacantes. En la batalla de Egipto Dios quit— las ruedas del ejercito
de fara—n.
ƒxodo 14:24-25 Aconteci— a la
vigilia de la ma–ana, que
Jehov‡ mir— el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y
nube, y trastorn— el campamento de los egipcios, y quit— las ruedas de sus
carros, y los trastorn— gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de
delante de Israel, porque Jehov‡ pelea por ellos contra los egipcios.
Pero cuando Dios estaba juzgando a su pueblo, no se quit— las ruedas
de los carros de sus enemigos sino que vinieron con el sonido de un torbellino. Eran ruedas ayudadas.
29) Su rugido ser‡ como de le—n;
rugir‡ a manera de leoncillo, crujir‡ los dientes, y arrebatar‡ la presa; se la
llevar‡ con seguridad, y nadie se la quitar‡.
As’ es cuando los yihadistas vienen con sus ametralladoras. Ellos ataquen sin temor, y no les
importa si mueren en el proceso, porque en sus mentes, van al para’so.
Y como podemos ver en Europa, lejos de excluir los de su sociedad, por
la pol’tica moderna, tienen que invitar mas y mas hasta que tengan los nœmeros
adecuados de levantar algo muy grande.
Nada de eso pasa por accidente.
Y nada de esto estaba pasando cuando estos pa’ses que conocieron al Dios
verdadero, estaban dispuestos a seguir su ley, y propagar su evangelio.
30) Y bramar‡ sobre Žl en aquel d’a
como bramido del mar; entonces mirar‡ hacia la tierra, y he aqu’ tinieblas de
tribulaci—n, y en sus cielos se oscurecer‡ la luz.
Todo esto pas— en los tiempos de Isa’as, no eran amenazas vac’as. Y mucho ya est‡ pasando en nuestras
culturas.
Por esto es sumamente importante continuar con las vigilias, con los
ruegos por nuestros gobiernos y nuestras culturas.
Porque Dios no ha dado su palabra, su ley, su evangelio solamente para
ver sus preceptos abandonados, burlados y pisoteados.
========================= Aplicaci—n ====================
Otra vez no ha sido un capitulo muy
alentador, considerando la naturaleza de las uvas silvestres.
Pero considerando todo esto, podemos desarrollar
en nosotros un temor de Dios, que es el principio de la sabidur’a.
Podemos vivir en discernimiento,
identificando elementos de la cultura, que queremos evitar.
Podemos tambiŽn instruir a nuestros hijos y
nuestros j—venes en las razones por lo que pueden observar en las noticias.
Y no es como que no hay esperanza, como
veremos en otros cap’tulos de Isa’as, hay razones de esperar.
Con un crecimiento de las iglesias fuertes y
fieles a la palabra, hasta la civilizaci—n puede estar preservada.
========================= Conclusi—n ====================
Si tu has sido muy entregado a las vanidades
de este mundo, œltimamente, queremos orar para ti.
Sea lo que sea tu problema, o tu debilidad,
hay esperanza para ti, en la Sangre de Cristo Jesœs.
Vamos a orar!