22 de enero de 17

 

El Juicio Progresivo

Isa’as 3:1-26

Introducci—n

 

Cuando la sociedad en los estados unidos empezaba a rechazar las doctrinas de los primeros cap’tulos de GŽnesis, sobre la creaci—n del mundo, y empezaba en vez de adoptar el mito de la evoluci—n, era posible continuar viviendo bajo muchas bendiciones aqu’.

 

Era como que se pudiera concluir que eliminando  la doctrina fundamental de la Biblia, se pudiera seguir como un gran poder en el mundo, prosperando y viviendo mayormente en paz.  pausa

 

Pero esta seria una conclusi—n falsa.  La realidad es que rechazando la palabra de Dios, un pueblo que antes conoc’a bien lo que Dios ha revelado, es fatal. 

 

Y Dios s’ empez— a juzgar, pero sus juicios eran lentos. 

O se pudiera decir que sus juicios eran progresivos, poco a poco avanzando.

 

Y lo que veremos en el capitulo tres de Isa’as en este ma–ana, es un ejemplo de otro pa’s, que rechazaba la palabra y poco a poco avanzaba en el juicio progresivo.

 

1-3) Porque he aqu’ que el Se–or Jehov‡ de los ejŽrcitos quita de JerusalŽn y de Jud‡ al sustentador y al fuerte, todo sustento de pan y todo socorro de agua; el valiente y el hombre de guerra, el juez y el profeta, el adivino y el anciano; el capit‡n de cincuenta y el hombre de respeto, el consejero, el art’fice excelente y el h‡bil orador.

 

Cuando un capitulo empieza con la palabra ŇporqueÓ, quiere decir que es una continuaci—n, y tenemos que mirar a lo que dijo antes.

 

Isa’as 2:22    Dejaos del hombre, cuyo aliento est‡ en su

nariz; porque Ŕde quŽ es Žl estimado?

 

El pueblo de Israel, como nosotros, puso su confianza en el hombre.  En vez de buscar la salvaci—n en Dios, se confiaban en la salvaci—n del hombre, o sea, el hombre salvando a si mismo.

1-3) Porque he aqu’ que el Se–or Jehov‡ de los ejŽrcitos quita de JerusalŽn y de Jud‡ al sustentador y al fuerte, todo sustento de pan y todo socorro de agua; el valiente y el hombre de guerra, el juez y el profeta, el adivino y el anciano; el capit‡n de cincuenta y el hombre de respeto, el consejero, el art’fice excelente y el h‡bil orador.

 

Tener un gobierno de hombres justos, hombres que vivan en el temor de Dios es una bendici—n.  Pero avanzando poco a poco en los juicios progresivos, Dios quita todos estos.

 

Dios mismo prometi— eliminar el liderazgo valioso en todos los aspectos de la sociedad.  Para que no haya manera de aplicar las leyes, o ganar la guerras ni mantener el orden, sino que iban a vivir en medio de anarqu’a.

 

Y estamos ya viendo algo semejante ahora en este pa’s.  Los que protestan en las calles, mas y mas andan destruyendo propiedades, quemando veh’culos y hasta emplean la violencia en contra de sus enemigos.

 

San Pablo dijo que era necearlo orar por los del gobierno porque un buen gobierno puede ser una bendici—n, y en su ausencia no hay ni paz ni seguridad.

 

1 Timoteo 2:1-3 Exhorto ante todo, a que se hagan

rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que est‡n en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.  Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador.

 

4) Y les pondrŽ j—venes por pr’ncipes, y muchachos ser‡n sus se–ores.

 

Cuando habla de j—venes est‡ hablando de hombres sin capacidad, sin sabidur’a, y sin la experiencia necesaria.

 

Salom—n, cuando era joven estaba enterado de este peligro y ped’a la ayuda de Dios.

 

2 Cr—nicas 1:8-10    Salom—n dijo a Dios: Tś has tenido con

David mi padre gran misericordia, y a m’ me has puesto por rey en lugar suyo.

 

 

Conf’rmese pues, ahora, oh Jehov‡ Dios, tu palabra dada a David mi padre; porque tś me has puesto por rey sobre un pueblo numeroso como el polvo de la tierra.

 

Dame ahora sabidur’a y ciencia, para presentarme delante de este pueblo; porque ŔquiŽn podr‡ gobernar a este tu pueblo tan grande?

 

Pero el hijo de Salom—n no ped’a sabidur’a llegando al trono, y rechazando el consejo de los ancianos, segu’a las sugerencias de sus amigos j—venes, tambiŽn sin experiencia, y muy temprano perdi— gran parte de su reino, que poco a poco, progresivamente lleg— recibi— mas y mas juicio.

 

5) Y el pueblo se har‡ violencia unos a otros, cada cual contra su vecino; el joven se levantar‡ contra el anciano, y el villano contra el noble.

 

En nuestra cultura ya, la gente andan matando a los polic’as cada mes.  Y cuando los polic’as deciden no entrar en cierta vecindades, los que vivan all‡ caigan bajo el control de la delincuencia.  Y las estad’sticas sobre asesinos en estos lugares muestran que nosotros tambiŽn estamos cayendo bajo el mismo juicio progresivo.

 

5) Y el pueblo se har‡ violencia unos a otros, cada cual contra su vecino; el joven se levantar‡ contra el anciano, y el villano contra el noble.

 

Estudiando videos publicados en el Internet, te puedes ver tambiŽn que hay mas y mas j—venes atacando a hombres y hasta a mujeres de edad.  Si somos accidentes de la qu’mica, y nada mas, Ŕcual es el problema?

 

En la ley de Dios estuvimos mandados a respetar a cualquier persona grande, pero si solamente somos accidentes de la evoluci—n, Ŕque tiene esto que ver con nosotros?

 

Lev’tico 19:32 Delante de las canas te levantar‡s, y

honrar‡s el rostro del anciano, y de tu Dios tendr‡s temor. Yo Jehov‡.

 

6) Cuando alguno tomare de la mano a su hermano, de la familia de su padre, y le dijere: Tś tienes vestido, tś ser‡s nuestro pr’ncipe, y toma en tus manos esta ruina;

 

 

7) Žl jurar‡ aquel d’a, diciendo: No tomarŽ ese cuidado; porque en mi casa ni hay pan, ni quŽ vestir; no me hag‡is pr’ncipe del pueblo.

Normalmente hay muchos hombres dispuestos a tomar una posici—n de liderazgo, en la sociedad, en el ejercito o hasta en la iglesia.

 

Pero cuando el juicio est‡ muy, muy avanzado, hay cada vez menos personas que desean estas posiciones.

 

Y en ese ejemplo la persona ni tenia las calificaciones, solamente porque tiene ropa impresionante, est‡ invitado a gobernar, el pueblo estaba tan desesperada para un liderazgo.

 

Pero aun as’, el hombre no quiso, y buscaba pretextos para rechazar la oferta.

 

Y esto es normal cuando el juicio ha progresado mucho.  Hay muchos hombres capacitados que ahora no quieren ser lideres ni en negocios, ni en el gobierno ni en las iglesias.

 

Es que un muchos casos no hay respeto, hay mucho ego’smo, y estos hombres capacitados no quieren trabajar entre un grupo de perversos.  Y por esto, como en este ejemplo buscan maneras de rechazar la oferta, aun cuando s’ est‡n calificados.

 

Si haces un poco de investigaci—n en el Internet, puede ver que ahora hay un gran escasez de pastores en las iglesias que hablan ingles.

 

El pastor de la iglesia en donde yo fui casado, y bautizado abandon— el ministerio unos a–os mas tarde.

 

Conozco de otros que predican en una iglesia en la ma–ana y en otra iglesia, en otra cuidad en la tarde, porque dos iglesias tienen que compartir el mismo pastor.  Aunque pueden pagar un salario, no pueden llenar la posici—n.

 

En otras iglesias, mientras no tienen pastor, aunque tienen un buen presupuesto, due–os de su edificio, y sin muchos gastos, uno de los ancianos se levante para leer un serm—n antiguo de eSpurgeon, un famoso del pasado.

 

Por la falta de respeto, por el ego’smo, por el feminismo que est‡ cada vez mas surgiendo, muchos ya no quieren el trabajo.

8) Pues arruinada est‡ JerusalŽn, y Jud‡ ha ca’do; porque la lengua de ellos y sus obras han sido contra Jehov‡ para irritar los ojos de su majestad.

 

Cuando una cultura est‡ viviendo bajo el juicio progresivo, est‡ en una trayectoria, a la ruina.  Tiene un destino, y el destino est‡ muy negro, porque est‡ en cada momento en contra de Dios.

 

Ayer fui a Santa Ana con el ministerio de evangelizaci—n, que normalmente hago con otras iglesias, pero llegado all’, ni pudo encontrar un lugar para estacionar me.  Todo estaba muy lleno de protestas.

 

Pero mirando a la gente caminando pudo leer sus letreros de protesta, y dec’an en Ingles, ŇStand with planned parenthoodÓ.  Que quiere decir ŇHay que apoyar la planificaci—n familiarÓ, que es simplemente otra manera de decir, queremos el derecho de abortar a los bebes que no convienen.  Estaban su guerra con Dios.

 

8) Pues arruinada est‡ JerusalŽn, y Jud‡ ha ca’do; porque la lengua de ellos y sus obras han sido contra Jehov‡ para irritar los ojos de su majestad.  La apariencia de sus rostros testifica contra ellos; porque como Sodoma publican su pecado, no lo disimulan. !!Ay del alma de ellos! porque amontonaron mal para s’.

 

En nuestra cultura ahora, bajo el juicio progresivo de Dios, no es suficiente cometer pecados sucios y abominables, sino que uno tiene que publicar lo, como que es un gran logro, estar orgulloso de tu perversidad.

 

Es como que en Sodoma, los hombres ni escondieron su iniquidad sino que gritaron todo pśblicamente.

 

GŽnesis 13:13  Mas los hombres de Sodoma eran malos y

pecadores contra Jehov‡ en gran manera.

 

GŽnesis 19:5   Y llamaron a Lot, y le dijeron: ŔD—nde est‡n

los varones que vinieron a ti esta noche? S‡calos, para que los conozcamos.

 

Y nosotros somos ya, mas o menos en la misma situaci—n.

 

!!Ay del alma de ellos! porque amontonaron mal para s’.

 

 

 

Ya est‡n bajo juicio, y d’a tras d’a provocan mas juicio, y esto es el juicio progresivo de que Isa’as nos ha presentado con todos estos ejemplos.

 

Leyendo todo esto, y sabiendo que est‡ pasando alrededor de nosotros, en frente de nuestros ojos, es f‡cil de estar un poco deprimido, y por esto Isa’as sent’a que era necesario a–adirÉ

 

11) Decid al justo que le ir‡ bien, porque comer‡ de los frutos de sus manos.  !!Ay del imp’o! Mal le ir‡, porque segśn las obras de sus manos le ser‡ pagado.

 

Isa’as sabia que en una cultura maldecida, bajo el juicio de Dios, siempre hay algunos que aun est‡n al lado del Se–or.  Y para animar los, para animar a nosotros, promete que la providencia de Dios estar‡ con ellos, aun cuando toda la naci—n est‡ apurando se a la ruina.

 

Prestando atenci—n a los peligros, viviendo con una cierta separaci—n de la contaminaci—n, podemos continuar viviendo bien.  Pero hay que tener cuidado.

 

12) Los opresores de mi pueblo son muchachos, y mujeres se ense–orearon de Žl. Pueblo m’o, los que te gu’an te enga–an, y tuercen el curso de tus caminos.

 

Cuando la cultura est‡ bajo juicio, van a ver muchas mujeres usurpando autoridad en el ejercito, en el gobierno y hasta en las iglesias.

 

1 Timoteo 2:11-14    La mujer aprenda en silencio, con toda

sujeci—n.  Porque no permito a la mujer

ense–ar, ni ejercer dominio sobre el

hombre, sino estar en silencio.

 

Porque Ad‡n fue formado primero,

despuŽs Eva; y Ad‡n no fue enga–ado,

sino que la mujer, siendo enga–ada,

incurri— en transgresi—n.

 

En el principio la mujeres van a usurpar la autoridad manipulando a sus esposos que ocupan oficios, presionando los a seguir sus instrucciones.

 

Pero cuando la enfermedad espiritual est‡ bastante avanzada, el juicio bien progresado, las mujeres van a simplemente ocupar estas posiciones.  Sea del gobierno, se del ejercito, sea la iglesia.

 

GŽnesis 3:16   A la mujer dijo: MultiplicarŽ en gran manera

los dolores en tus pre–eces; con dolor dar‡s a luz los hijos; y tu deseo ser‡ para tu marido, y Žl se ense–orear‡ de ti.

 

Dios ha puesto el hombre como cabeza hasta sobre la familia, pero en su carne, la mujer estar‡ tentada a resistir esto.

 

13) Jehov‡ est‡ en pie para litigar, y est‡ para juzgar a los pueblos.

 

Hablando metaf—ricamente, es como que Dios tiene que levantar se en su indignaci—n para consumir el juicio que ha sido progresando por mucho tiempo..

 

14) Jehov‡ vendr‡ a juicio contra los ancianos de su pueblo y contra sus pr’ncipes; porque vosotros habŽis devorado la vi–a, y el despojo del pobre est‡ en vuestras casas.

 

La vi–a es como el fruto del pueblo de Dios.  Y cuando apartamos de la palabra, el liderazgo buscar‡ maneras de aprovechar se de los recursos, devorando todo de valor.

 

Esto pasa en el gobierno, cuando destruyen el dinero y acumulan grandes deudas para tus nietos, o puede pasar en las iglesias cuando se predican algo muy suave, para siempre producir el m‡ximo de diezmos y de ofrendas, para los lujos de los lideres.

 

15) ŔQuŽ pens‡is vosotros que maj‡is mi pueblo y molŽis las caras de los pobres? dice el Se–or, Jehov‡ de los ejŽrcitos.

 

Esto ya es muy evidente en Venezuela.  La econom’a est‡ destruida, el l’der es como un joven inepto, y el pueblo de Dios all‡ anda sufriendo.

 

Pero el mismo pasa aqu’, con viudas que tienen sus ahorros, pero ya no reciban intereses.  Y el valor de su capital es cada a–o reducido por la inflaci—n.

 

Estos son s’ntomas normales del juicio progresivo, pero tarde o temprano todo esto tiene que llegar a la ruina total.  Y por supuesto esto pas— en Israel.

 

 

 

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Bueno esto era la primera parte del capitulo, pero lo dem‡s es un tema un poco diferente.  Parece que este capitulo pudiera producir un buen tema para la reuni—n de damas, porque va hablar mas y mas de las hermanas.

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16) Asimismo dice Jehov‡: Por cuanto las hijas de Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con ojos desvergonzados; cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies;

 

ŔBueno, antes que nada, a quien est‡ hablando?  Est‡ condenando a las hijas de Sion.  Est‡ hablando de hermanas de la fe, personas que supuestamente conocen a Dios.

 

Y est‡ notando su falta de humildad, su vanidad, y su manera de copiar al mundo.

 

Dice que caminando, est‡n casi bailando, haciendo todo posible que agarrar la atenci—n de otros.

 

El tema tambiŽn est‡ presentado en el nuevo testamento.

 

1 Timoteo 2:9-10     Asimismo que las mujeres se atav’en de

ropa decorosa, con pudor y modestia; no

con peinado ostentoso, ni oro, ni

perlas, ni vestidos costosos,

sino con buenas obras, como corresponde

a mujeres que profesan piedad.

 

Cuando habla aqu’ de oro y perlas, es que hab’an mujeres en las iglesias primitivas que eran ricas, y ven’an a las iglesia mostrando su riqueza en su pelo.  Es que su deseo era agarrar la atenci—n de todos, y producir un sentido de la superioridad.

 

16) Asimismo dice Jehov‡: Por cuanto las hijas de Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con ojos desvergonzados; cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies;

 

Para tener el cuello erguido uno tiene que realmente levantar la barbilla.

 

ŔBueno cual es el punto?  No hay nada malo en el maquillaje, la ropa bella, algo de joyer’a.  Pero se espera de la hermana Cristiana, cierta modestia y cierta naturaleza.

No es necesario tratar de agarrar la atenci—n de todos, al menos que sea el d’a de tu boda, o el d’a de tu quincea–era.

 

Pero esto no es todo, Isa’as tiene mucho mas para las hermanas bajo el juicio progresivo.

 

17) por tanto, el Se–or raer‡ la cabeza de las hijas de Sion, y Jehov‡ descubrir‡ sus vergźenzas.

 

Esto est‡ hablando del juicio muy avanzado cuando la gente de Israel eran tomada como prisioneros.  Era normal cortar todo el pelo de la mujer esclava, para ayudar la a sentir su nueva posici—n.

 

18-23) Aquel d’a quitar‡ el Se–or el atav’o del calzado, las redecillas, las lunetas, los collares, los pendientes y los brazaletes, las cofias, los atav’os de las piernas, los partidores del pelo, los pomitos de olor y los zarcillos, los anillos, y los joyeles de las narices, las ropas de gala, los mantoncillos, los velos, las bolsas,  los espejos, el lino fino, las gasas y los tocados.

 

ŔBueno, que son todas estas cosas?

 

Posiblemente algunas solamente aplicaban a la cultura de ellos.  Pero hay un punto delante de todo esto.  Una hermana, si est‡ inclinada a la vanidad, puede comprar, y acumular un mont—n de cosas.

 

Se puede acumular montones de joyas, si tiene el dinero y el espacio para almacenar todo esto.

 

Se puede llenar el ba–o entero con cremas, con cosmŽticos, broches y de secadoras, y un sin fin de otras cosas.

 

Todo esto en s’ no es malo, pero la hermana Cristiana tiene que cuidar se, de no ir al extremo de la vanidad como las mundanas.

 

Pero en tiempos de juicio, hasta las hermanas pueden caer en esa tentaci—n, provocando a su Dios en contra de ellas tambiŽn.

 

24) Y en lugar de los perfumes arom‡ticos vendr‡ hediondez; y cuerda en lugar de cintur—n, y cabeza rapada en lugar de la compostura del cabello; en lugar de ropa de gala ce–imiento de cilicio, y quemadura en vez de hermosura.

 

La quemadura puede ser una marca que se pusieron sobre las esclavas, como usan con vacas y otros animales.

 

Ese ultima parte del capitulo es como la peor pesadilla para una hermana.  Se va a perder todo.  Y terminar como una esclava de hombres que se portan como los del estado isl‡mico.

 

25-26) Tus varones caer‡n a espada, y tu fuerza en la guerra.  Sus puertas se entristecer‡n y enlutar‡n, y ella, desamparada, se sentar‡ en tierra.

 

Imagina una hija de Sion, una hermana, sentada en el suelo, que ni tiene el poder ni de llorar.  No solamente su esposo, sino su hijo, y su padre, todos sus varones, son matados en la guerra.

 

Y ella, recordando su orgullo de antes, su ropa, sus joyas, sus amigas, y como Dios realmente no era la prioridad de su vida.  Pero ahora esperando para descubrir, exactamente quien iba a ser su due–o, entre las bestias, del estado isl‡mico.

 

-------------------------- Conclusi—n ---------------------

 

En amor, Isa’as estaba tratando de despertar a todos, pero especialmente a las hermanas a tomar en serio su fe en el Dios verdadero, el Dios tres veces Santo que s’ est‡ notando todo, y s’ va a pedir cuentas de las hermanas que conocen su responsabilidad en Cristo, pero prefieren la vanidad de este mundo, de esta cultura que est‡ bajo el juicio progresivo.

 

Tito 2:3-5 Las ancianas asimismo sean reverentes en su

porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que ense–en a las mujeres j—venes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.

 

Si tu has sido tentada a unirte con la cultura contaminada, con un sistema que est‡ bajo el juicio progresivo, pero si el Santo Esp’ritu est‡ abriendo a tus hijos por medio de las profec’as de Isa’as, puedes pasar adelante en un momento, y queremos orar para ti.

 

Vamos a orar!