30
de diciembre de 16
La
Misericordia Especifica
Salmos
136:1-26
Salmos
136:1-26
En las ense–anzas de Cristo, recibimos una
amonestaci—n en contra de las repeticiones vanas.
Mateo 6:7 Y
orando, no usŽis vanas repeticiones, como los
gentiles, que piensan
que por su palabrer’a ser‡n o’dos.
Es que, cuando unos oran, simplemente repitiendo las
mismas palabra una y otra vez, despuŽs de un rato, ni est‡n penando en lo que
dicen.
El Salmo de hoy tiene repeticiones, pero no en
vano. Sino que en el salmo de hoy,
un punto est‡ repetido, muchas veces para enfatizar algo tremendo.
1-3) Alabad
a Jehov‡, porque Žl es bueno, Porque para siempre es su misericordia. Alabad al Dios de los dioses, porque
para siempre es su misericordia. Alabad
al Se–or de los se–ores, porque para siempre es su misericordia.
Empieza declarando que Dios es bueno, porque hay
personas que, leyendo un poquito de la Biblia, concluyen que nuestro Dios no es
tan bueno.
Es que ellos tienen un concepto de la bondad, que no
es B’blica. Buscan un dios que es
como ellos, que piensa como ellos.
Pero este Dios b’blico es por encima de todos los
dioses falsos que los hombres han imaginado, a travŽs de los siglos.
Ese Dios es por encima de todos los se–ores humanos
de cualquier forma de gobierno. Y
ese Dios puede poner reyes o quitar reyes como y cuando quiere, como hemos
visto en el libro de Daniel, cuando mando a Nabucodonosor a la locura por unos
a–os, para aprender de la soberan’a verdadera de su Dios.
4)
Al œnico que hace grandes maravillas, porque para siempre es su misericordia.
En la providencia de Dios, los hechiceros, los
demonios pueden hacer algo.
En el libro de Job, una vez consiguiendo permiso, el
diablo usaba el viento, unos rel‡mpagos, los sabeos, y los caldeos, para
producir una cadena de cat‡strofes destruyendo la propiedad y hasta los ni–os
de Job.
Los hechiceros de Fara—n pudieron copiar algunos de
los milagros de MoisŽs, pero cuando las plagas eran cada vez mas severas, ellos
mismos ten’an que reconocer que no pod’an realmente competir con tanto poder.
ƒxodo 8:17-19 Y
ellos lo hicieron as’; y Aar—n extendi— su
mano con su vara, y
golpe— el polvo de la tierra, el cual se volvi— piojos, as’ en los hombres como
en las bestias; todo el polvo de la tierra se volvi— piojos en todo el pa’s de
Egipto.
Y los hechiceros
hicieron as’ tambiŽn, para sacar piojos con sus encantamientos; pero no
pudieron. Y hubo piojos tanto en los hombres como en las bestias.
Entonces los hechiceros
dijeron a Fara—n: Dedo de Dios es Žste. Mas el coraz—n de Fara—n se endureci—,
y no los escuch—, como Jehov‡ lo hab’a dicho.
4)
Al œnico que hace grandes maravillas, porque para siempre es su misericordia.
En la providencia de Dios, Satan‡s y sus agentes
pueden hacer unas maravillas, pero solamente nuestro Dios puede hacer las
grandes maravillas. Y hace estas
grandes maravillas para la redenci—n y la protecci—n de su pueblo.
5-7)
Al que hizo los cielos con entendimiento, porque para siempre es su
misericordia. Al que extendi— la
tierra sobre las aguas, porque para siempre es su misericordia. Al que hizo las grandes lumbreras, porque
para siempre es su misericordia.
Estudiando los cielos, se ve que todos son como un
gran reloj en que unos cuerpos celestiales afectan a otros. Y todo continœe en orden. Manteniendo la tierra en una posici—n
ideal, con una temperatura adecuada para todo lo que est‡ viviendo aqu’.
Entendiendo las distancias de los planetas y las
estrellas, se ve de repente cuan grande es nuestro Dios.
Salmos 8:3-4 Cuando
veo tus cielos, obra de tus dedos,
La luna y las estrellas
que tœ formaste, Digo: ÀQuŽ es el
hombre, para que tengas de Žl memoria, Y el hijo del hombre, para que lo
visites?
Un estudio de los cielos puede dejar nos con una
humildad saludable, entendiendo la magnitud del poder de nuestro Dios.
8-9)
El sol para que se–orease en el d’a, porque para siempre es su misericordia. La luna y las estrellas para que
se–oreasen en la noche, porque para siempre es su misericordia.
Hasta en gŽnesis se hablaban de c—mo estos cuerpos
celestiales fueron puestos sobre nosotros para gobernar.
ÀPero en que sentido?
No como creen muchos grupos entre la gente ind’gena
que adoraban al sol o a la luna como dioses, sino como una influencia sobre el
calendario, las sazones, los d’as y las noches.
En la providencia de Dios, estos globos establecen
el ritmo de nuestras vidas.
TambiŽn nos traigan la primavera, el verano, el oto–o en su tiempo.
Todo esto tiene un orden divino, recordando nos que
nuestro Dios es un Dios de orden y no de caos, que ha organizado la historia, para
que progrese al fin que Dios ha proclamado.
Y hay misericordia hasta en esto. En vez de vivir toda tu vida en el
verano, en el calor, viene de repente el oto–o, con los cambios hasta en los
‡rboles, y depuse el invierno.
DespuŽs de muchos d’as cortos, poco a poco regrese
la primavera. Y nada de esto
ocurri— por accidente, sino todo es evidencia de la inteligencia del
misericordioso.
10)
Al que hiri— a Egipto en sus primogŽnitos, porque para siempre es su
misericordia.
Aqu’ podemos empezar a ver los problemas que algunos
tienen con nuestro Dios. Todo este
salmo habla de la misericordia, pero los Egipcios no recibieron la misericordia
en la muerte de sus hijos.
El Dios verdadero no es como el Dios de la
imaginaci—n humana. El Dios
verdadera tiene una misericordia infinita para su pueblo, pero no para cada
persona.
Pablo dedicaba un capitulo entero a esto para
iluminar a los Cristianos que salieron del paganismo Romano.
Romanos 9:17-18 Porque
la Escritura dice a Fara—n: Para
esto mismo te he levantado,
para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la
tierra.
De manera que de quien
quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.
La persona que quiere un dios conforme a su propia
imaginaci—n cree que Dios tiene que dar la misma misericordia a todos, de otro
modo, segœn ellos, no es justo.
Pero la misericordia no es justicia, es casi el
opuesto. Aunque Dios es bueno con
todos, el Dios verdadero ha reservado el derecho de derramar su misericordia, a
quien quiere.
Romanos 9:18 De
manera que de quien quiere, tiene
misericordia, y al que
quiere endurecer, endurece.
Saliendo de Egipto el pueblo de Dios recibi— la
misericordia, y Fara—n recibi— el endurecimiento. Y adoramos a nuestro Dios por esto.
Porque esto no est‡ hablando de un Dios formado en
la imaginaci—n de los hombres, sino el Dios revelado en las escrituras.
11)
Al que sac— a Israel de en medio de ellos, porque para siempre es su
misericordia.
Muchos ni querr’an salir, y una vez fuera, deseaban
regresar, pero Dios tenia otros planes para ellos, y los llevaban como un padre
sacando a sus hijos.
12)
Con mano fuerte, y brazo extendido, porque para siempre es su misericordia.
Dios mostr— su poder con las plagas, y con el valor
de MoisŽs y Aaron, que enfrentaron al rey poderoso, sin temor alguno.
13-14)
Al que dividi— el Mar Rojo en partes, porque para siempre es su misericordia; E
hizo pasar a Israel por en medio de Žl, porque para siempre es su misericordia;
Dios prometi— la redenci—n, y para comprobar que su
palabra siempre est‡ confiable, la llev— acabo de manera gloriosa.
Mostraba su gloria dividiendo el mar rojo, como
mostr— su gloria resucitando a Cristo de la tumba.
En los dos caso, primero vino la promesa, y mas
tarde el cumplimiento de la promesa.
Para establecer para siempre, la fidelidad del
misericordioso.
15)
Y arroj— a Fara—n y a su ejŽrcito en el Mar Rojo, porque para siempre es su
misericordia.
Era una gran misericordia, para el pueblo de Dios,
acabar con el Fara—n de una vez. pausa
Pero aqu’ tambiŽn la misericordia era especifica.
Dios no est‡ bajo ninguna obligaci—n de extender la misma misericordia a
todos. Dios es soberano.
Cada hombre es responsable, por sus pecados, por su
rebeli—n, pero sin un toque de misericordia, se va a quedar ciego, y muerto en
sus pecados.
1 Corintios 2:14 Pero
el hombre natural no percibe las
cosas que son del
Esp’ritu de Dios, porque para Žl son locura, y no las puede entender, porque se
han de discernir espiritualmente.
16)
Al que pastore— a su pueblo por el desierto, porque para siempre es su
misericordia.
El hecho de que la misericordia de Dios es especifica,
no es ningœn defecto, sino que es una perfecci—n, especialmente gloriosa para
nosotros.
Como Dios siempre cuidaba a su pueblo en el
desierto, nosotros tenemos la misma promesa de que Cristo cuidar‡ de nosotros
en cada generaci—n. Como dijo
concluyendo el evangelio de Mateo.
Mateo 28:20 Y
he aqu’ yo estoy con vosotros todos los
d’as,
hasta el fin del mundo. AmŽn.
O en HebreosÉ
Hebreos 13:5 Sean
vuestras costumbres sin avaricia,
contentos con lo que
tenŽis ahora; porque Žl dijo: No te desampararŽ, ni te dejarŽ;
O en..
Deuteronomio 31:6 Esforzaos
y cobrad ‡nimo; no tem‡is, ni
teng‡is miedo de ellos,
porque Jehov‡ tu Dios es el que va contigo; no te dejar‡, ni te desamparar‡.
No me quejo de que la misericordia de Dios es especifica,
simplemente adoro el hecho de que yo estoy incluido en ella.
Por esto, adorarŽ a mi Dios para siempre.
17-20)
Al que hiri— a grandes reyes, porque para siempre es su misericordia; Y mat— a
reyes poderosos, porque para siempre es su misericordia; A Seh—n rey amorreo,
porque para siempre es su misericordia; Y a Og rey de Bas‡n, porque para
siempre es su misericordia;
Estos reyes eran poderosos, espantosos, capaces de
infundir temor en casi todos. Pero
el pueblo de Dios tenia que aprender a no vivir en temor de sus enemigos.
Deuteronomio 3:11 Porque
œnicamente Og rey de Bas‡n hab’a
quedado del resto de los
gigantes. Su cama, una cama de hierro, Àno est‡ en Rab‡ de los hijos de Am—n?
La longitud de ella es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, segœn el
codo de un hombre.
Nœmeros 21:33-34 Y
volvieron, y subieron camino de Bas‡n;
y sali— contra ellos Og
rey de Bas‡n, Žl y todo su pueblo, para pelear en Edrei. Entonces Jehov‡ dijo a MoisŽs:
No le tengas miedo,
porque en tu mano lo he entregado, a Žl y a todo su pueblo, y a su tierra; y
har‡s de Žl como hiciste de Seh—n rey de los amorreos, que habitaba en Hesb—n.
Entendiendo la misericordia infinita que Dios tiene
para nosotros, jam‡s tenemos que vivir en temor de nuestros enemigos.
21)
Y dio la tierra de ellos en heredad, porque para siempre es su misericordia; En
heredad a Israel su siervo, porque para siempre es su misericordia.
Otros que dudan de la bondad de Dios creen que no
era bueno para Žl tomar la tierra de un grupo y dar la a otro grupo.
Pero ninguno de estos dos grupos eran los due–os de
la tierra, sino que Dios siempre ha sido el due–o de la tierra prometida.
Lev’tico 25:23 La
tierra no se vender‡ a perpetuidad, porque
la tierra m’a es; pues
vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo.
Esto dijo Dios a su pueblo.
Ni los jud’os son los due–os de la tierra en el
medio oriente. Sino que el due–o
siempre ha sido Dios. Dios ha
vomitado el pueblo de Israel de aquellas tierras en el pasado, y Dios puede
arrojar a quien quiera en el futuro, porque solamente Žl es el due–o.
La misericordia de Dios es infinito, pero provocando
lo, podemos aprender lo que es su disciplina.
23-24)
El es el que en nuestro abatimiento se acord— de nosotros, porque para siempre
es su misericordia; Y nos rescat—
de nuestros enemigos, porque para siempre es su misericordia.
Mas de una vez Dios rescat— a su pueblo de un estado
bajo. Y muchos de nosotros Žramos
rescatados de posiciones bajas, por el pecado, por el vicio o por la estupidez.
Pero los que Dios ha decidido salvar, ser‡n
salvados, completamente, cuesta lo que cuesta.
25)
El que da alimento a todo ser viviente, porque para siempre es su misericordia.
Aqu’ se ve que hay misericordias que no son tan especificas,
sino que son para todos, hasta para los animales.
25)
El que da alimento a todo ser viviente, porque para siempre es su misericordia.
Hasta los que est‡n destinados al infierno reciban
algo de esa misericordia.
Lucas 16:19 Hab’a
un hombre rico, que se vest’a de pœrpura
y de lino fino, y hac’a
cada d’a banquete con esplendidez.
Mas tarde se muri— ..
Lucas 16:23-24 Y
en el Hades alz— sus ojos, estando en
tormentos, y vio de
lejos a Abraham, y a L‡zaro en su seno.
Entonces Žl, dando
voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de m’, y env’a a L‡zaro para que
moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy
atormentado en esta llama.
Existe una misericordia que hasta los condenados han
podido disfrutar, en este mundo, por la comida y otras comodidades, que son
generales.
Pero solamente la
misericordia especifica es eterna.
26)
Alabad al Dios de los cielos, porque para siempre es su misericordia.
Si tu ha sido objeto de la misericordia eterna, la misericordia especifica, tienes muchos
motivos de adorar.
*------------------------- Aplicaci—n
----------------------*
El contenido del Salmo
tiene mucho en comœn con el ultimo salmo, pero esta vez quiero enfocar en unas
aplicaciones adecuadas para empezar un a–o nuevo.
1) La Humildad - Cuando se entiende que Dios nos ha
salvado
no por nada bueno en
nosotros, no por ningœn merito nuestro, sino solamente por su misericordia
infinita y especifica, esto debe de inspirar una grande humildad en
nosotros.
Lucas 17:10 As’ tambiŽn vosotros, cuando
hay‡is hecho todo
lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inœtiles somos, pues lo que
deb’amos hacer, hicimos.
Es imposible para el ser
humano, acumular merito con Dios.
Estamos salvados por el amor, por la gracia y por la misericordia, que
Dios ha derramado sobre nosotros solamente porque quiso.
Romanos 9:18 De
manera que de quien quiere, tiene
misericordia, y al que
quiere endurecer, endurece.
Romanos 9:13 Como est‡ escrito: A Jacob amŽ,
mas
a Esaœ aborrec’.
2) La Gratitud - Entendiendo el gran don que hemos recibido
por la pura gracia, la
pura misericordia de Dios, debemos de vivir d’a tras d’a con un profundo
sentido de gratitud.
Y no voy a elaborar mas
sobre esto porque creo que es obvio.
3) La Falta de Temor – Hemos visto en este salmo,
como
Dios ha aplastado a
Fara—n, a Seh—n el rey amorreo, o a Og el rey de Bas‡n, y por lo tanto, jam‡s
debemos de vivir en el temor del hombre.
Pregunta: ÀCual es el
mandato mas repetido en toda la Biblia?
Respuesta: ÒÁNo tem‡is!ÁÓ
Porque esto es el gran
error de muchos hermanos, vivir en el temor. Por esto, empezando otro a–o, por esto muchos no intentan
nada grande para el Se–or, por razones del temor.
Pero sabiendo que Dios
est‡ siempre con nosotros, y aun ser‡ misericordioso en nuestros fracasos, no
hay raz—n de vivir otro a–o en el temor, pecaminoso.
Si tu deseo es, empezar el
a–o en humildad, en gratitud, y sin temor alguno, sirviendo el Se–or en grande,
puedes pasar en un momento, y querremos orar para ti.
Vamos
a Orar