20 de noviembre de 2016
La Generaci—n
Esaœ
Oseas 12:1-14
Introducci—n
El libro de Oseas, en muchos sentidos es un libro triste. Pero es muy relevante a nuestros
tiempos, y el pa’s en que estamos ahora viviendo.
Este pa’s fue fundando sobre principios, y conceptos B’blicos. Para muchos ha sido un lugar de
seguridad, de oportunidad y de esperanza.
Millones de personas han trabajado duro, y han dejado una vida mejor a
sus hijos.
Pero ahora, olvidando, en muchos casos, nuestras ra’ces B’blicas, existe una gran posibilidad
de que lo que una generaci—n ha recibido como herencia no ser‡ transmito a las
generaciones futuras, porque como Esaœ, se han despreciado su herencia.
1) Efra’n se apacienta de viento, y
sigue al solano; mentira y destrucci—n aumenta continuamente; porque hicieron
pacto con los asirios, y el aceite se lleva a Egipto.
Efra’n aqu’, representa las diez tribus del norte, a quien Oseas fue
mandado. Jud‡ era compuesto de las
dos tribus del sur que aun tenia lo que se quedaba del gobierno de David, de su
descendencia.
Pero Efra’n estaba tomando decisiones completamente necias.
Estaba buscando su ayuda en otros pa’ses como Asiria y Egipto. Cuando dice que llevaban aceite a
Egipto, era como un regalo para, ojala, formar una amistad con Egipto para
seguridad o para protecci—n.
Es que ya no buscaban a su Dios para protecci—n, sino en su capacidad
de entrar en alianzas con los incrŽdulos.
Esto era exactamente lo que Dios prohib’a entrando en la tierra
prometida, y por lo tanto era como tratar de comer el aire, buscando algo
nutritivo, donde no hab’a nada de valor.
2) Pleito tiene Jehov‡ con Jud‡ para
castigar a Jacob conforme a sus caminos; le pagar‡ conforme a sus obras.
Ahora es como que estaba hablando a Jud‡ pero realmente Oseas no
estaba en el territorio de Jud‡. Para
comunicar algo impactante, era c—mo que estaba dando profec’as a Jud‡, y eso
era normal en las profec’as.
Vimos el mismo en Jerem’as, cuando el profeta hablaba a muchos pa’ses,
aunque solamente estaba hablando con el pueblo de Dios.
El capitulo anterior, termin— hablando bien de Jud‡, pero ahora es muy
diferente.
Oseas 11:12 Me
rode— Efra’n de mentira, y la casa de
Israel de enga–o. Jud‡ aœn
gobierna con Dios, y es fiel con los santos.
All’ hablaba bien de Jud‡, pero ahora va a hablar mal de ellos. ÀPor que?
Es que estaba diciendo que si Jud‡, que tenia algo de justicia aun iba
a sufrir, cuanto mas los del sur, de Israel, donde estaban completamente
apartados de Dios.
2) Pleito tiene Jehov‡ con Jud‡ para
castigar a Jacob conforme a sus caminos; le pagar‡ conforme a sus obras.
Para reprender a Jud‡ va a hablar mucho de Jacob. Porque Jacob era uno que realmente
tenia relaci—n con Dios.
Muchos critican a Jacob por desear la primogenitura, pero esto no era
un defecto de su car‡cter.
Muchos acusan a Jacob de tratar de ÒrobarÓ a su hermano de la
primogenitura, pero hasta su madre sabia antes de su nacimiento que esto era el
plan de Dios.
GŽnesis 25:21-23 Y
or— Isaac a Jehov‡ por su mujer, que
era estŽril; y lo acept— Jehov‡, y concibi— Rebeca su mujer.
Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es as’, Àpara quŽ vivo
yo? Y fue a consultar a Jehov‡;
y le respondi— Jehov‡:
Dos naciones hay en tu seno,
Y dos pueblos ser‡n divididos desde tus entra–as; El un pueblo ser‡ m‡s fuerte que el otro
pueblo, Y el mayor servir‡ al menor.
Sabemos que Abraham tenia una gran relaci—n con Dios, y vemos aqu’ que
Isaac oraba al Dios que amaba, y Jacob deseaba continuar el mismo, y pasar todo
esto a sus descendientes.
3) En el seno materno tom— por el
calca–ar a su hermano, y con su poder venci— al ‡ngel.
Misteriosamente, Jacob no querr’a permitir a Esaœ salir primero. Desde el vientre estaban luchando.
La herencia, o sea la primogenitura, era sumamente valiosa para Jacob. Algo de recibir de Abraham, y de Isaac,
y era algo que deseaba para pasar a sus hijos.
Y en realidad, tenia raz—n, porque con la bendici—n de esa herencia
estaba el Cristo, que iba a venir como redentor del mundo.
Pero todo esto no significaba nada a Esaœ.
GŽnesis 25:29-34 Y
guis— Jacob un potaje; y volviendo
Esaœ del campo, cansado, dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de
ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom.
Y Jacob respondi—: VŽndeme en este d’a tu primogenitura. Entonces dijo Esaœ: He aqu’ yo me voy a
morir; Àpara quŽ, pues, me servir‡ la primogenitura?
Y dijo Jacob: Jœramelo en este d’a. Y Žl le jur—, y vendi— a Jacob su
primogenitura.
Entonces Jacob dio a Esaœ pan y del guisado de las lentejas; y Žl
comi— y bebi—, y se levant— y se fue. As’ menospreci— Esaœ la primogenitura.
Ahora, regresando a Oseas, el profeta va a hablar mas de Jacob.
4) Venci— al ‡ngel, y prevaleci—;
llor—, y le rog—; en Bet-el le hall—, y all’ habl— con nosotros.
Jacob una noche, tenia mucho temor sobre lo que iba a pasar
encontrando a su hermano mayor, despuŽs de muchos a–os lejos con el t’o.
Y oraba tanto que sus oraciones eran como una lucha con un ‡ngel. Luchando con el ‡ngel de Dios es, en un
sentido luchar con Dios, pero de manera buena.
GŽnesis 32:24-26 As’
se qued— Jacob solo; y luch— con Žl
un var—n hasta que rayaba el alba. Y cuando el var—n vio que no pod’a con Žl, toc— en el sitio
del encaje de su muslo, y se descoyunt— el muslo de Jacob mientras con Žl luchaba.
Y dijo: DŽjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondi—: No te
dejarŽ, si no me bendices.
El profeta Oseas, estaba recordando les, del gran ejemplo de su padre
Jacob. Para muchos de nosotros,
orando en la noche estaremos completamente dormidos en poco tiempo.
Pero Jacob estaba dispuesto a luchar hasta ganar en oraci—n. Y estaba determinado a ganar la lucha,
aun si tenia que salir herido. Por
esto dice que prevaleci—.
4) Venci— al ‡ngel, y prevaleci—;
llor—, y le rog—; en Bet-el le hall—, y all’ habl— con nosotros.
ÀPero cual es el punto de todo esto?
Es que Jud‡ ha descendido de personas muy nobles de la fe, Abraham,
Isaac, y aqu’ especialmente Jacob, o sea Israel, que era su nombre despuŽs de
luchar con el ‡ngel.
Y ahora, comparando se con sus antepasados, era f‡cil ver como han
ca’do horriblemente a travŽs de las generaciones.
Es que lo que empez— como las generaciones de Jacob, termin— como una generaci—n de Esaœ, que no pensaba
nada en su herencia. Y por esto
estaban en gran peligro.
5) Mas Jehov‡ es Dios de los
ejŽrcitos; Jehov‡ es su nombre.
ÀCon quien estaba luchando Jacob?
Muchos creen que cuando Dios apareci— como hombre en diferentes
lugares de testamento antiguo, realmente era Cristo Jesœs, antes de su
encarnaci—n.
Y esta lucha habla de muchas de nuestras aflicciones en esta
vida. Como en la vida de Job, por
un lado Dios estaba ayudado lo, con una prueba.
Por otro lado, Dios era como una fuerza en su contra.
El mismo con Jacob, luchaba con Dios, pero Dios le ayud— a ganar. Y esto tiene muchas aplicaciones en
nuestras vidas diarias.
6) Tœ, pues, vuŽlvete a tu Dios;
guarda misericordia y juicio, y en tu Dios conf’a siempre.
Esto fue la conclusi—n de la consideraci—n de Jacob.
Jacob era un grande la fe, deseaba la herencia, deseaba pasar su
herencia a sus descendientes.
Pero ahora sus descendientes estaban viviendo mas bien como Esaœ, despreciando lo que era el mas
importante.
Pero tenemos que recordar, que Oseas no dijo todo esto a Jud‡ sino a
Israel, o sea Efra’n.
ÀCual es el punto?
Si la situaci—n de Jud‡ era grave, la situaci—n de Efra’n tenia que
ser mil veces mas grave, porque por lo menos Jud‡ estaba siguiendo con la
descendencia de David, de donde iba a venir el Cristo. Efra’n era totalmente perdido.
7) Mercader que tiene en su mano peso
falso, amador de opresi—n, 8) Efra’n dijo: Ciertamente he enriquecido, he
hallado riquezas para m’; nadie hallar‡ iniquidad en m’, ni pecado en todos mis
trabajos.
Ahora el profeta regresa a Efra’n, diciendo que estaba robando en sus
negocios con peso falso. Esto era
algo grave en la Santa Ley de Dios.
Lev’tico 19:35-36 No
hag‡is injusticia en juicio, en
medida de tierra, en peso ni en otra medida. Balanzas justas, pesas justas y medidas justas tendrŽis. Yo
Jehov‡ vuestro Dios, que os saquŽ de la tierra de Egipto.
Esto era muy importante para Dios, es que tenia que ver con el
mandamiento octavo.
ƒxodo 20:15 No
hurtar‡s.
Pero a veces el hombre puede f‡cilmente enga–ar a si mismo,
pensando, ÒBueno, no estoy robando,
estoy simplemente ajustando esto un poquitoÓ.
Deuteronomio 25:13-16 No
tendr‡s en tu bolsa pesa grande
y pesa chica, ni tendr‡s en tu casa efa grande y efa peque–o.
Pesa exacta y justa tendr‡s; efa cabal y justo tendr‡s, para que tus
d’as sean prolongados sobre la tierra que Jehov‡ tu Dios te da.
Porque abominaci—n es a Jehov‡ tu Dios cualquiera que hace esto, y
cualquiera que hace injusticia.
7) Mercader que tiene en su mano peso
falso, amador de opresi—n, 8) Efra’n dijo: Ciertamente he enriquecido, he
hallado riquezas para m’; nadie hallar‡ iniquidad en m’, ni pecado en todos mis
trabajos.
Cuando dice que era amador de opresi—n, est‡ hablando de la opresi—n
de los pobres, ofreciendo prestamos con intereses muy altos.
Efra’n era rico, prosperando mucho, y por esto pensaba que estaba en
la bendici—n de Dios. Pero las
riquezas no son siempre una evidencia de la bendici—n.
Proverbios 1:32 Porque el desv’o
de los ignorantes los
matar‡, Y la prosperidad de los necios los echar‡ a perder.
Estaban enga–ados pensando que simplemente por que ten’an una
prosperidad econ—mica, Dios estaba con ellos.
8) Efra’n dijo: Ciertamente he
enriquecido, he hallado riquezas para m’; nadie hallar‡ iniquidad en m’, ni
pecado en todos mis trabajos.
Por esto, el trabajo del profeta era muy dif’cil. Se pudiera emplear toda forma de
ejemplo, de ilustraci—n, de par‡bola, pero siempre el resultado era el mismo.
Ònadie hallar‡ iniquidad en m’, ni
pecado en todos mis trabajosÓ.
El mismo puede pasar con los predicadores modernos, podemos exponer
ciertos pecados, y los mas culpables pueden concluir, ÒBueno, esto es un buen
punto, pero no tiene nada que ver conmigoÓ.
9) Pero yo soy Jehov‡ tu Dios desde la
tierra de Egipto; aœn te harŽ morar en tiendas, como en los d’as de la fiesta.
Siendo ricos, los de Efra’n ten’an grandes casas, pero hab’a una
fiestas en que ten’an que morar en chozas, para recordar a donde vinieron.
La implicaci—n es un regreso permanente a las chozas.
10) Y he hablado a los profetas, y
aumentŽ la profec’a, y por medio de los profetas usŽ par‡bolas.
Desde el tiempo de MoisŽs Dios hablaba por diferentes profetas. Y como estamos viendo, estos profetas
empleaban toda forma de ilustraci—n y par‡bola para agarrar la atenci—n de
pecadores en el pueblo de Dios.
Pero el pueblo no quiso escuchar. Al contrario abusaron mucho a los profetas, como hemos
visto, echaron a Jerem’as en una cisterna, con lodo.
Llegando al tiempo de Cristo, este pueblo tenia la reputacione
de matar a sus profetas, eran en muchos casos otra generaci—n Esaœ.
Lucas 13:34 !!JerusalŽn,
JerusalŽn, que matas a los
profetas, y
apedreas a los que te son enviados! !!Cu‡ntas veces quise juntar a tus
hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!
Y por supuesto mataron a Cristo y a Juan bautista, dos de los profetas
mas grandes de toda la Biblia.
La generaci—n Esaœ, siempre va a
rechazar la verdad, por su amor al pecado.
11) ÀEs Galaad iniquidad? Ciertamente
vanidad han sido; en Gilgal sacrificaron bueyes, y sus altares son como
montones en los surcos del campo.
Hablando de par‡bolas y de ilustraciones aqu’ hay otro.
ÀPero que son Òmontones en los surcosÓ?
Bueno, arando un campo, a veces se chocaba con rocas, y era hasta
peligroso, porque muchos ha sido pegado en la cabeza por el arado.
Pero trabajando duro, arando, y chocando con rocas, se pusieron todas
estas rocas grandes en montones, para sacar los mas tarde del campos.
Y viendo estos montones de rocas en todos lados, rocas de molestia,
Dios dijo que as’ vio sus altares, en todos lados, dedicados a la idolatr’a.
12) Pero Jacob huy— a tierra de Aram,
Israel sirvi— para adquirir mujer, y por adquirir mujer fue pastor.
Otra vez Jacob, Àpero cual es el punto?
El pueblo, en su arrogancia se cre’a que estaba bien con Dios porque
estaba prosperando econ—micamente.
Pero Jacob, el gran ejemplo de este capitulo, fue huyendo con nada, a
la casa de su t’o. Era refugiado
pobre.
ÀAcaso Dios no estaba con Jacob, porque no tenia nada?
Al contrario, Dios estaba con el, guiando lo a su esposas.
El hecho de que uno tiene muchas posesiones materiales, no es
evidencia de que ha alcanzado la bendici—n de Dios.
Y esto el algo que este gran pa’s tiene que aprender, y pronto o puede
enfrentar su ruina r‡pida.
13) Y por un profeta Jehov‡ hizo subir
a Israel de Egipto, y por un profeta fue guardado.
Dios estaba aqu’ estableciendo que estos dos pueblos eran muy
ingratos. Dios jam‡s estaba bajo
obligaci—n de dar consejos constantes por medio de profetas. Pero lo hizo porque tenia un gran a
amor por su pueblo.
El hecho de que ellos rechazaban siempre la palabra de Dios, como est‡
pasando ya en este pa’s, era evidencia, de que Dios seria forzado a castigar
los, y esto duramente.
14) Efra’n ha provocado a Dios con
amarguras; por tanto, har‡ recaer sobre Žl la sangre que ha derramado, y su
Se–or le pagar‡ su oprobio.
Esto es particularmente espantoso para los estados unidos.
Porque aunque muchos han orado, otros han luchado, pero aun ahora, se
cometan unas tres mil de abortos cada d’a. Y en California, mas que otros estados.
14) Efra’n ha provocado a Dios con
amarguras; por tanto, har‡ recaer sobre Žl la sangre que ha derramado, y su
Se–or le pagar‡ su oprobio.
Si esto de los abortos va a seguir a–o tras a–o, Dios tendr‡ que
castigar, y los castigos ser‡n duros.
Cuando Ca’n mat— a su hermano Abel, la sangre estaba llamando a Dios
por justicia.
GŽnesis 4:10 Y Žl le
dijo: ÀQuŽ has hecho?
La voz de la sangre de tu hermano clama a m’ desde la tierra.
ÀSi la sangre de un hombre llamada a Dios por la retribuci—n, cuanto
mas esta llamando la sangre de unos tres mil, inocente, cada d’a?
------------------------- Aplicaci—n
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Durante una temporada de decadencia espiritual, para un pueblo, para
una familia, para una persona, es muy œtil, mirar atr‡s.
Como en este capitulo, si se tomaron el tiempo de comparar se con
Jacob, seria evidente que ellos ahora eran mas bien una generaci—n de Esaœ.
------------------------ Conclusi—n
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ÀPero que tiene todo esto que ver con nosotros? Conforme a lo que ense–— San Pablo en
G‡latas, nosotros somos descendientes de Abraham.
G‡latas 3:27-29 Porque todos los
que habŽis sido
bautizados en Cristo, de Cristo est‡is revestidos.
Has sido tu bautizado en Cristo, entonces esto est‡ hablando de ti.
Ya no hay jud’o ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay var—n ni
mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesœs.
Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y
herederos segœn la promesa.
No importa tu pa’s de origen, siendo en Cristo, por adopci—n, estas
parte del linaje de Abraham.
Y la pregunta es, ÀEstas viviendo como Abraham, en fe, en obediencia,
o tienes que cambiar algo?
Si tu vida espiritual no est‡ al nivel donde debe de estar, puedes
pasar en unos momentos, y querremos orar para ti.
Vamos a orar!