18 de noviembre de 2016

 

Las Prioridades De Los Vencedores

Salmos 132:1-18

 

Salmos 132:1-18

 

Este Salmo es tambiŽn del grupo de que se llaman Ňc‡nticos gradualesÓ, pero es un poco mas largo.  Se cree normalmente que su autor era Salom—n, antes de su ca’da, cuando aun andaba cerca de su Dios.

 

Y la ocasi—n era la dedicaci—n del Templo, que era una maravilla del mundo antiguo.

 

Salom—n era una persona muy vencedora.  No como su padre en la guerras, sino que era tan sabio que casi siempre evitaba las guerras.

 

Pero andaba venciendo en los negocios, la construcci—n, y las relaciones internacionales.

 

1) AcuŽrdate, oh Jehov‡, de David, y de toda su aflicci—n;

 

En su oraci—n, Salom—n vino rogando no como que Žl era digno de estar escuchado, sino vino rogando por todo lo que su padre sufri—, en los a–os antes de recibir el trono.

 

Y nosotros hacemos algo semejante, llagamos orando no por nuestros propios meritos, sino en nombre de lo que Cristo hizo, sufriendo en este mundo, antes de tomar su trono, al lado de su padre.

 

1) AcuŽrdate, oh Jehov‡, de David, y de toda su aflicci—n;

2) De c—mo jur— a Jehov‡, y prometi— al Fuerte de Jacob:

3) No entrarŽ en la morada de mi casa, ni subirŽ sobre el

   lecho de mi estrado;

4) No darŽ sue–o a mis ojos, ni a mis p‡rpados

   adormecimiento, 5) Hasta que halle lugar para Jehov‡,

   morada para el Fuerte de Jacob.

 

ŔQue est‡ pasando aqu’? ŔQue quiere decir todo esto?  En varios lugares de la Biblia, dice que Dios no necesita una casa.

 

Pero para David, algo no estaba bien. 

 

David tenia su palacio, un lugar lujoso, mientras el arca del pacto estaba en un una tienda, tras cortinas.

 

2 Samuel 7:2-3 Dijo el rey al profeta Nat‡n: Mira ahora, yo

habito en casa de cedro, y el arca de Dios est‡ entre cortinas.

 

Y Nat‡n dijo al rey: Anda, y haz todo lo que est‡ en tu coraz—n, porque Jehov‡ est‡ contigo.

 

David se sent’a mal, bastante mal, viviendo en un lugar glorioso, mientras el arca era tras cortinas, como en el desierto.

 

Y para David, una persona vencedora, esto era una prioridad.

 

La persona realmente vencedora, no va a pensar, antes que nada en su propia comodidad, sino en la gloria de Dios.

 

Y es curioso que estaba hablando del arca, pero por gran parte de la historia, el arca era s’mbolo de la presencia de Dios.

 

Como que cuando se perdieron el arca en el principio de 1 Samuel, y la hermana muriendo dando luz a su hijo le dio el nombre Icabod..

 

1 Samuel 4:21  Y llam— al ni–o Icabod, diciendo:

!!Traspasada es la gloria de Israel! por haber sido tomada el arca de Dios, y por la muerte de su suegro y de su marido.

 

La presencia del arca representaba tanto la gloria como la presencia de Dios, y por esto, David ahora, ni pudo dormir sin hacer algo al respeto.

 

3) No entrarŽ en la morada de mi casa, ni subirŽ sobre el

   lecho de mi estrado;

4) No darŽ sue–o a mis ojos, ni a mis p‡rpados

   adormecimiento, 5) Hasta que halle lugar para Jehov‡,

   morada para el Fuerte de Jacob.

 

La persona vencedora va a pensar as’.  No primeramente en sus asuntos personales, o sea sus Žxitos o sus comodidades, sino que ni va a dormir, si no ha hecho algo para levantar la gloria de Dios.

 

6) He aqu’ en Efrata lo o’mos; lo hallamos en los campos del

   bosque.

 

La gran mayor’a del pueblo ni sab’an donde el arca estaba ubicado.  Escucharon rumores de c—mo era en Efrata, como fue encontrado siglos antes en el bosque cuando los filisteos ten’an que soltar lo por las enfermedades que estaba infligiendo en ellos.

 

Pero en la mente de David, el arca tenia que tener su lugar seguro, cŽntrico, para realmente honrar al Fuerte de Jacob.

 

Bueno, esto era la primera parte del Salmo exponiendo el coraz—n de David, como persona que puso las cosas de Dios en el primer lugar en su vida.

 

Ahora el Salmo hablar‡ a todos.

 

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7) Entraremos en su tabern‡culo; nos postraremos ante el

   estrado de sus pies.

 

A lo mejor, Salom—n estaba invitando a todos a entrar y a alabar en el nuevo templo.

 

8) Lev‡ntate, oh Jehov‡, al lugar de tu reposo, tś y el arca

   de tu poder.

 

Dios estaba formalmente invitado a ocupar el templo, llenando lo con su gloria, con el arca finalmente en su lugar.

 

9) Tus sacerdotes se vistan de justicia, y se regocijen tus

   santos.

 

En el nuevo testamento, hay versos que ense–an que todos ya somos sacerdotes, en un sentido.

 

1 Pedro 2:4-5  Acerc‡ndoos a Žl, piedra viva, desechada

               ciertamente por los hombres, mas para Dios

               escogida y preciosa, vosotros tambiŽn, como

piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.

 

Nosotros somos sacerdotes de otra forma de templo.  Como Pedro dice ese templo est‡ construido de piedras vivas.

No es tan importante la forma de edificio en que reunimos.  En la iglesia primitiva muchos ten’an que reunir en casas.  Y esto aun est‡ pasando en China y otros pa’ses bajo la persecuci—n.

 

10) Por amor de David tu siervo no vuelvas de tu ungido el

    rostro.

 

Estaban orando, pidiendo que Dios recuerde el amor de David.

Y nosotros estamos orando, pidiendo por el amor, por la sangre del hijo de David, Cristo Jesśs.

 

As’ que nuestras vidas son una continuaci—n de este gran salmo.

 

Esta fue la segunda parte del salmo.  Pero ya estamos entrando en la ultima parte, revelando exactamente c—mo Dios va a responder a todo esto.

 

Y veremos por quŽ he puesto por titulo a este mensaje, la

Las Prioridades De Los Vencedores.

 

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11) En verdad jur— Jehov‡ a David, y no se retractar‡ de

    ello: De tu descendencia pondrŽ sobre tu trono.

 

Aqu’ el salmo est‡ recordando el pacto que Dios hizo con David, la persona vencedora, prometiendo le una persona de su descendencia siempre sobre su trono.

 

Pero no es tan sencillo, porque cuando los hombres llegan a posiciones de gran poder, es f‡cil para ellos caer en la corrupci—n.  Esto pas— hasta con David, hasta con Salom—n.

 

Por esto, Dios tenia que enfatizar que el pacto es condicional.

 

12) Si tus hijos guardaren mi pacto, y mi testimonio que yo

    les ense–arŽ, sus hijos tambiŽn se sentar‡n sobre tu

    trono para siempre.

 

El problema era que no guardaron el pacto.  Por esto tenemos el libro de Daniel, con el pueblo en Babilonia, o el libro de Oseas, antes de otro gran juicio.

 

Pero es siempre la naturaleza de un pacto, que es condicional.

 

Consideremos por ejemplo del pacto matrimonial. 

 

Un matrimonio puede ser una gran bendici—n.  Yo no tengo queja alguna con el m’o, aun casado con mi primera esposa.

 

Pero cuando unas de las personas de la pareja decide abandonar a sus votos, y no cumplir con a sus promesas, el matrimonio puede f‡cilmente convertir se en un infierno.

 

Y es el mismo con nuestra relaci—n con Dios.  Estamos salvado por la fe, por la gracia de Dios, pero la fe verdadera nos dar‡ tanto el deseo como la capacidad, de guardar el pacto, aunque no de manera perfecta.

 

13) Porque Jehov‡ ha elegido a Sion; la quiso por habitaci—n

    para s’.

14) Este es para siempre el lugar de mi reposo; aqu’

    habitarŽ, porque la he querido.

 

Sion es el lugar del pueblo de Dios tambiŽn en el nuevo testamento, pero no como lugar geogr‡fico en el medio oriente.

 

Hebreos 12:22  Sino que os habŽis acercado al monte de Sion,

a la ciudad del Dios vivo, JerusalŽn la celestial, a la compa–’a de muchos millares de ‡ngeles.

 

Y esto es el lugar en donde Dios quiere morar.  Le encanta estar con su pueblo, sea lo que sea la naturaleza del edificio.

 

15) BendecirŽ abundantemente su provisi—n; a sus pobres

    saciarŽ de pan.

 

Y esto es el resultado de todo esto, de poner los asuntos de Dios en la primera prioridad.  Dios responder‡ con una provisi—n amplia.

 

16) Asimismo vestirŽ de salvaci—n a sus sacerdotes, y sus

    santos dar‡n voces de jśbilo.

 

Habr‡ gozo, compa–erismo, y un sin fin de bendiciones.  Sobre todo tendremos la protecci—n de Dios.  Si el es nuestra prioridad, nosotros seremos su prioridad, la ni–a de sus ojos, como dicen en la canci—n.

 

17) All’ harŽ reto–ar el poder de David; he dispuesto l‡mpara

    a mi ungido.

 

Para nosotros, esto es el poder de Cristo, para instruir, para sanar, para guiar en todo.

 

Lo que pasa en este mundo no ser‡ tan misterioso, porque nosotros estaremos iluminados por la l‡mpara del ungido.

Como aprendimos en el Salmo 119.

 

Salmos 119:105 L‡mpara es a mis pies tu palabra,

Y lumbrera a mi camino.

 

18) A sus enemigos vestirŽ de confusi—n, Mas sobre Žl

    florecer‡ su corona.

 

Esta es la prueba final de que los que ponen a Dios, a Cristo primeramente en sus vidas como la prioridad m‡xima, van a vivir como personas vencedoras.

 

Tendremos enemigos, pero aqu’ tenemos la promesa de que Dios va a vestir a neutros enemigos de confusi—n y de vergźenza.

 

Cuando est‡s guardando pacto con tu Dios, tus enemigos ser‡n los enemigos de Dios tambiŽn.  Como Dios dijo a Abraham.

 

GŽnesis 12:3   BendecirŽ a los que te bendijeren, y a los que

te maldijeren maldecirŽ; y ser‡n benditas en ti todas las familias de la tierra.

 

-------------------------- Doctrina -----------------------*

 

Para los Jud’os modernos, este salmo es un poco dif’cil de asimilar.  Porque ya han pasado miles de a–os y ello no tienen a nadie sobre el trono de David.

 

Pero para nosotros todo esto es mas simple.

 

Lucas 1:30-32  Entonces el ‡ngel le dijo: Mar’a, no temas,

porque has hallado gracia delante de Dios.  Y ahora, concebir‡s en tu vientre, y dar‡s a luz un hijo, y llamar‡s su nombre JESňS.

 

32 Este ser‡ grande, y ser‡ llamado Hijo del Alt’simo; y el Se–or Dios le dar‡ el trono de David su padre.

 

    

Cuando Cristo vino, su madre sabia que Žl iba a tomar el trono de David.

 

ŔPero c—mo pas— esto?

 

Es que despuŽs de su resurrecci—n, Pedro anuncio que Cristo ya estaba reinando en su trono, al lado de su padre.

 

Esto era gran parte del poder del mensaje en el d’a de PentecostŽs.

 

Hechos 2:30-32 Pero siendo profeta, y sabiendo que con

juramento Dios le hab’a jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantar’a al Cristo para que se sentase en su trono,

 

31 viŽndolo antes, habl— de la resurrecci—n de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupci—n.

 

32 A este Jesśs resucit— Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.

 

As’ que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Esp’ritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y o’s.

 

Porque David no subi— a los cielos; pero Žl mismo dice:

    Dijo el Se–or a mi Se–or:

    SiŽntate a mi diestra,

 

Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.

 

Sepa, pues, ciert’simamente toda la casa de Israel, que a este Jesśs a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Se–or y Cristo.

 

------------------------- Conclusi—n -----------------------*

 

Cristo ya est‡ reinando.  Y los que tienen uni—n y comuni—n con Žl, poniendo los asuntos de Cristo como la gran prioridad de sus vidas, van a vivir como David, como personas vencedoras.

Vamos a Orar