14 de agosto de 2016
Felicitando A Ti
Mismo
Lucas 18:9-14
Introducci�n
Pasando tiempo en el nuevo testamento de la Biblia, estudiando los
detalles de la vida de Cristo, se nota muy r�pidamente, que mucha de las
ense�anzas hablan de un grupo de hombres religiosos, llamados los fariseos.
Si has pasado a�os con el Se�or, aprendiendo su palabra, se pudiera
preguntar, ��Por qu� tanta material sobre este grupo de hombres?� pausa
Pero Dios es infinitamente inteligente y sabia lo que hacia
organizando su palabra. Los
Fariseos muestran los problemas constantes de la corrupci�n de la fe, y
tristemente, hay un poco de fariseo, en todos nosotros.
Unas de las par�bolas mas cl�sicas sobre los errores de los fariseos
est� en Lucas 18.
Lucas 18:9-14 A unos que
confiaban en s� mismos como
justos, y menospreciaban a los otros, dijo tambi�n esta par�bola:
Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro
publicano. El fariseo, puesto en
pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy
como los otros hombres, ladrones, injustos, ad�lteros, ni aun como este
publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
Mas el publicano, estando lejos, no quer�a ni aun alzar los ojos al
cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, s� propicio a m�,
pecador.
Os digo que �ste descendi� a su casa justificado antes que el otro;
porque cualquiera que se enaltece, ser� humillado; y el que se humilla ser�
enaltecido.
Estos dos hombre eran muy diferentes. El fariseo viv�a para su religi�n. Con mucho cuidado segu�a las tradiciones de sus lideres, y
le gust� esa vida.
El publicano era una persona despreciada en su cultura, que
normalmente ni se acercaba al templo.
Pudo ser una persona rica, porque cobraba impuestos por el imperio de
los Romanos, y en el proceso pudo intimidar, extorsionar y hasta robar.
Un publicano que fue convertido admiti� esto en otro capitulo.
Lucas 19:8 Entonces Zaqueo,
puesto en pie, dijo al
Se�or: He aqu�, Se�or, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y
si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.
Pero esto era un Publicano convertido. Normalmente la gente normal no quer�an nada que ver con
tales personas.
De hecho, cuando Cristo ense�� sobre la disciplina de la iglesia, y la
necesidad de expulsar a alguien de la congregaci�n, dijo que era necesario
tratar lo como un publicano.
Mateo 18:15-17 Por tanto, si tu
hermano peca contra ti, ve
y repr�ndele estando t� y �l solos; si te oyere, has ganado a tu
hermano.
Mas si no te oyere, toma a�n contigo a uno o dos, para que en boca de dos
o tres testigos conste toda palabra.
Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la
iglesia, tenle por gentil y publicano.
Estar tratado como gentil, y publicano, seria una expulsi�n de la
sociedad decente. Y muchas veces
cuando se hablaron de los publicanos, se hablaron de las Rameras, o sea las
prostitutas, en la misma frase.
Y por esto, esa par�bola seria casi un sec�ndolo, un shock!
Porque Cristo present� el desgraciado en una posici�n positiva, y el
muy religioso en una posici�n negativa.
Pero estaba presentando una realidad muy importante de la fe
Cristiana. As� que, vamos a mirar
al texto, un poco mas lentamente.
9) A unos que confiaban en s� mismos
como justos, y
menospreciaban a los otros, dijo tambi�n
esta par�bola:
Aqu� se ve que Cristo daba esa ense�anza a un grupo en
particular. Gente que confiaban en
ellos mismos, como justos, pero realmente no confiaban en Dios. Realmente no necesitaban a Dios,
porque en sus propios ojos, eran bastante justos.
Pero al mismo tiempo, se menospreciaban a otros. Hab�a en ellos una forma de
soberbia, de orgullo, de superioridad.
Y en los ojos de Dios, esto es sumamente repugnante.
10) Dos hombres subieron al templo a
orar: uno era fariseo,
y el otro
publicano.
Seguramente el fariseo estaba all� todo el tiempo, porque como Cristo
ense�� en Mateo, estos hicieron todo para estar observados por otros. Trataban de siempre avanzar su imagen, o
sea su reputaci�n.
Mateo 23:1-8 Entonces
habl� Jes�s a la gente y a sus
disc�pulos, diciendo: En la c�tedra de Mois�s se sientan los escribas
y los fariseos.
As� que, todo lo que os digan que guard�is, guardadlo y hacedlo; mas
no hag�is conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.
Porque atan cargas pesadas y dif�ciles de llevar, y las ponen sobre
los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.
Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues
ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; y aman los
primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas, y que
los hombres los llamen: Rab�, Rab�.
Pero vosotros no quer�is que os llamen Rab�; porque uno es vuestro
Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.
Se ve como Cristo tenia problemas con los fariseos. Siempre estaba ense�ando del veneno de
sus errores. Por esto los fariseos
eran los primeros que quer�an matar lo.
11-12) El fariseo, puesto en pie,
oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los
otros hombres, ladrones, injustos, ad�lteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy
diezmos de todo lo que gano.
El fariseo realmente ni estaba orando a Dios. Mencion� a Dios, porque supuestamente
era la naturaleza correcta de la oraci�n, pero realmente, este fariseo estaba felicitando a si mismo.
11-12) El fariseo, puesto en pie,
oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los
otros hombres, ladrones, injustos, ad�lteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy
diezmos de todo lo que gano.
Primeramente se mencionaba lo que no estaba haciendo.
Despues se comparaba a si mismo con otro, que estaba considerado como
lo peor de los hombres.
Finalmente se mencion� sus actividades religiosas, sus ayunos, sus
diezmos.
Es que por su manera de vivir, y por sus actividades religiosas, ese
hombre se sent�a como que estaba acumulando meritos con Dios. Se sent�a como que Dios era su deudor.
Pero Cristo ense�� en el capitulo anterior, que es imposible para un
hombre, ganar merito por lo que hace.
El hombre ya debe a su creador una vida perfecta, sin tacha y sin pecado,
de todos modos.
Lucas 17:10 As�
tambi�n vosotros, cuando hay�is hecho
todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos in�tiles somos, pues
lo que deb�amos hacer, hicimos.
As� que, si era la verdad lo que dijo el fariseo, con su vida
supuestamente justa, de todos modos no seria una manera de producir merito,
sino simplemente descargar lo que era su obligaci�n de todos modos.
Si ha hecho todo, sin error alguno, que es dudable, seria un siervo
in�til. Simplemente cumpliendo su
deber.
Pero el fariseo no pudo ver a si mismo como un siervo in�til. Al contrario, en su orgullo era
muy �til, s�per �til, un gran ejemplo, que merec�a meritos en abundancia.
Y por esto se felicitaba a si
mismo, exaltando se en la presencia de Dios, cosa que Cristo present� como
completamente repugnante.
13) Mas el publicano, estando lejos,
no quer�a ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho,
diciendo: Dios, s� propicio a m�, pecador.
Los publicanos normalmente ni se ven�an cerca del templo.
Pasaban su tiempo con otros despreciables y criminales.
Pero algo estaba pasando con ese hombre. Ahora su pecado era una carga, pesada. Su conciencia no lo dej� en paz. Seguramente ha robado, a muchos, y defraudando
como dijo Zaqueo. Pero el Esp�ritu
de Dios estaba obrando en �l.
13) Mas el publicano, estando lejos,
no quer�a ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho,
diciendo: Dios, s� propicio a m�, pecador.
En el original, no es un pecador, sino el pecador. Como que vio a si mismo como el peor de
los pecadores.
Y realmente no viene ofreciendo nada a Dios. Ni dijo, ��Dios no veas que ahora soy contrito?�
Nada de esto, esto seria el principio del fariseismo en �l tambien.
No dice ��Se�or, no te veas como ahora estoy conciente de mis pecados,
y estoy arrepentido?�
�No! Nada, solamente viene buscando algo en Dios, algo de
misericordia.
El fariseo miraba en si mismo por razones de estar recibido por Dios,
y era un desastre.
El publicano no miraba a nada en si mismo, en si mismo solamente encontraba
la suciedad.
Y por esto que se presentan a este como un ejemplo cl�sico de un
arrepentimiento correcto y aceptable con Dios.
Es como el hijo prodigo en unos cap�tulos anteriores.
Lucas 15:18-19 Me levantar� e ir�
a mi padre, y le dir�:
Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya
no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
Ya no soy digno. Ya no
soy digno. Esto seria algo
imposible decir para el fariseo.
El fariseo se consideraba bien digno, porque en su error, en su
ignorancia, se cre�a que pudo producir meritos con sus obras o con sus
actividades religiosas.
San Pablo entendi� esto completamente porque antes �l tambien era
fariseo. Entendi� su manera de
pensar, y sus errores de pensar que ten�an meritos por su propia justicia, y dijo
en Romanos 10.
Romanos 10:1-3 Hermanos,
ciertamente el anhelo de mi
coraz�n, y mi oraci�n a Dios por Israel, es para salvaci�n.
Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no
conforme a ciencia.
Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya
propia, no se han sujetado a la justicia de Dios;
Tristemente, el infierno estar� lleno, de religiosos que confiaban en
su propia justicia.
14) Os digo que �ste descendi� a su
casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, ser�
humillado; y el que se humilla ser� enaltecido.
El publicano vino quebrantado, humillado por su pecado, y por supuesto
llegando as�, ser�s bien recibido por Dios.
Salmos 51:17 Los
sacrificios de Dios son el esp�ritu
quebrantado; Al coraz�n contrito y humillado no despreciar�s t�, oh
Dios.
-------------------------- Doctrina ----------------------
1) El publicano estaba recibido por
Cristo, porque confiaba en una propiciaci�n.
Si te miras cuidadosamente a su oraci�n cl�sica, se ve que la palabra
estaba all�.
13) Mas el publicano, estando lejos, no quer�a ni aun alzar los ojos
al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, s� propicio a m�, pecador.
Lo fuerte de esa oraci�n es que se ped�a �s� propicio� a mi, pecador.
�Pero que es la propiciaci�n?
Es como la misericordia, pero el pecado no puede simplemente estar
olvidado, sino que tiene que ser pagado por alguien.
La propiciaci�n es una palabra importante porque es una palabra
B�blica.
Romanos 3:25 A quien
Dios puso como propiciaci�n por
medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de
haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados.
1 Juan 2:2 Y �l es la
propiciaci�n por nuestros
pecados; y no solamente por los nuestros, sino tambi�n por los de todo
el mundo.
1 Juan 4:10 En
esto consiste el amor: no en que nosotros
hayamos amado a Dios, sino en que �l nos am� a nosotros, y envi� a su
Hijo en propiciaci�n por nuestros pecados.
Por la gracia de Dios, el publicano aqu�, tenia una teolog�a mas
correcta que el fariseo repugnante.
2) La
humildad
Cristo termin� la par�bola con una ley importante de la vida
espiritual.
14) Os digo que �ste descendi� a su
casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, ser�
humillado; y el que se humilla ser� enaltecido.
Cuando andamos en la soberbia, en el orgullo personal, Dios ha
prometido humillar nos, de una manera u otra.
El orgullo, un sentido de superioridad es el pecado del diablo, y
cuando Dios vea esto desarrollando en nosotros, tiene muchas maneras de
aplastar lo.
Cristo ense�o en otra par�bola como esto puede funcionar.
Lucas 14:7-11 Observando
c�mo escog�an los primeros
asientos a la mesa, refiri� a los convidados una par�bola,
dici�ndoles:
( Y hay que recordar que los fariseos siempre deseaban los mejores
asientos en cada evento.)
8 Cuando fueres convidado por alguno a bodas, no te sientes en el
primer lugar, no sea que otro m�s distinguido que t� est� convidado por �l, y
viniendo el que te convid� a ti y a �l, te diga: Da lugar a �ste; y entonces
comiences con verg�enza a ocupar el �ltimo lugar.
Mas cuando fueres convidado, ve y si�ntate en el �ltimo lugar, para
que cuando venga el que te convid�, te diga: Amigo, sube m�s arriba; entonces tendr�s
gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa.
Porque cualquiera que se enaltece, ser� humillado; y el que se
humilla, ser� enaltecido.
3) Diferente de otros hombres
El fariseo daba gracia de no era como otros hombres.
El fariseo, puesto en pie, oraba
consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros
hombres.
Pero tenemos que recordar que s� tenemos mucho en com�n con otros
hombres.
Como otros hombre fuimos creados, y debemos una obediencia a nuestro creador. No somos dioses, somos creaturas, y en
esto s� somos como otros hombres.
Los demonios son �ngeles que han ciado.
Y nosotros tambien somos seres ca�dos. As� que no solamente tenemos algo en com�n con otros
hombres, sino que tenemos algo en com�n con los �ngeles rebeldes.
En nuestro caso, ca�mos con Ad�n, cuando este, representando toda la
raza se ca�a con su esposa en el huerto.
Romanos 5:12 Por
tanto, como el pecado entr� en el mundo
por un hombre, y por el pecado la muerte, as� la muerte pas� a todos
los hombres, por cuanto todos pecaron.
El hecho de que estamos susceptibles a la muerte, es la evidencia de
somos ca�dos en Ad�n.
As� que si somos redimidos de nuestros pecados, es un don de Dios, es
por la gracia y la misericordia de Dios, y jam�s por nuestros propios meritos. Porque nosotros s� somos como otros
hombres.
------------------------- Aplicaci�n ---------------------
Viviendo la vida Cristiana, debemos de mirar a la muerte y a la
resurrecci�n de Cristo para nuestra confianza, y no a nuestros propios meritos,
conseguidos por actividades religiosas.
No estamos redimidos por nuestras obras, sino por la muerte y la
resurrecci�n de Cristo.
Romanos 4:25 El cual
fue entregado por nuestras
transgresiones, y resucitado para nuestra justificaci�n.
Es por esto, que tenemos la celebraci�n de la Sana Cena cada mes, para
recordar nos, lo que nos puso en una buena relaci�n con Dios. Fue la muerte de Cristo, y no nuestras
actividades religiosas.
Marcos 10:45 Porque
el Hijo del Hombre no vino para ser
servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
------------------------- Exhortaci�n ---------------------
Si tu has visto un esp�ritu de farise�smos, formando en tu ser, si has
felicitado a ti mismo y
menospreciado a otros, entonces queremos orar por ti, en esta ma�ana.
Si te crees que es el momento de reconciliarte con tu Dios, y empezar
una vida que realmente est� basada en la verdad y no en las opiniones o las tradiciones,
tambien, queremos invitar te a recibir oraci�n en esta ma�ana.
Vamos
a orar.